jueves, 20 de mayo de 2010

POR QUÉ P0LÍTICA





Nuestro país entra en un nuevo proceso electoral. Por eso, es menester precisar conceptos que se agitan en las campañas. Entre ellos están temas como política, partido, frente. El término más usado y menos comprendido es Política. Comencemos por él.

I
POLÍTICA

Enciclopedias, diccionarios, manuales, definen la política como “conjunto de las actividades con que se gobierna un Estado”, como “arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados” Es decir, política es “el arte de gobernar” Sin embargo, esta definición que circula profusamente no trata la esencia de la cuestión, se queda en la superficie del fenómeno.
Ya en 1816 el socialista de la utopía, conde de Saint Simon (1760-1825) declaraba que la política había de ser la ciencia del desarrollo de la producción, base de la sociedad y única solución al problema social.
En 1878 Engels rescata este legado y anota que “Saint Simon declara que la política es la ciencia de la producción y predice ya la total absorción de la política por la economía” y que “proclama ya claramente la transformación del gobierno político sobre los hombres en la administración sobre las cosas y la dirección de los procesos de producción, es decir, expresa la idea de la abolición del Estado, que tanto estrépito viene levantando últimamente” Y que se sigue levantando hasta el presente. De ahí se infiere que política es expresión concentrada de la economía. Ningún gobierno queda al margen del proceso económico del país, sea para avanzar sea para frenar su desarrollo.
En nuestro país, bien se sabe desde 1928 con JCM y sus 7 Ensayos que “El capitalista, o mejor el propietario criollo, tiene el concepto de la renta antes que el de la producción” Esto es ahora más evidente que nunca. El concepto de la renta prima en la desagrarización, desindustrialización, informalización del país. Lo poco que se logró tras siglo y medio de independencia ha desaparecido en los últimos treinta años de dominio neoliberal. La corrupción, despilfarro, burocratismo son la superficie del carácter rentista, parasitario del capitalismo marginal, simple apéndice del capitalismo transnacional. No hay privatización (transnacionalización) que no deje al privatizador de turno su 10% de ganancia rentista (coima) Por eso las privatizaciones, impuestas por el FMI-BM, son ejecutadas por el testaferro de turno a precios de subasta, a precios de remate. Y con la exigencia de este binomio de oro de que lo poco que queda en el país por cada transacción “limpia y transparente” no puede ser invertido en programas de desarrollo; se volatiliza en “programas de asistencia” muy gratos al carácter rentista del capitalismo marginal.
De ahí que hay dos tipos de política. La vieja política ha llevado al país a la bancarrota. Sus representantes sólo persiguen la leva hereditaria o la sustitución de los viejos ricos ya en decadencia por los nuevos ricos en ascenso. Este es el gran novelón que ofrece a diario la política criolla en periódicos, pasquines, revistas, radio, televisión. Estos políticos, ningún programa o plan de desarrollo ofrecen al elector. Sólo la “lucha contra la corrupción hasta sus últimas consecuencias” Se sustituye la contrastación de programas por la agitación con imágenes de figurines y figurones.
La nueva política parte de la raíz del problema del país. La clase dominante apenas aspira a ser apéndice del dominio transnacional, y lleva al país a ser un estado más “de la Unión Americana ” Por eso, a la vez que rechaza el ALCA-TLC, la nueva política propone un programa o plan de desarrollo que sustituya la exportación de materias primas por la exportación de productos elaborados con valor agregado, sean agrícolas o industriales. Propugna la modernización del agro como proceso industrial y el desarrollo de la industria pesada, base del crecimiento económico. Y la integración sudamericana. Es decir, propugna el crecimiento económico, desarrollo social, progreso humano del pueblo peruano.
Así, hay dos políticas, “política” como concepto de la renta, política como concepto de la producción. Política para “distribuir” lo producido. Política para liberar las fuerzas productivas, dirigir la producción y sobre esta base distribuir lo producido.

II
PARTIDO

El partido político surge con la revolución liberal, primeramente como “logias” como cuando la independencia de América. Es el embrión del nuevo Estado. Y como todo embrión, al surgir el nuevo Estado desaparece (o debe desaparecer) ante la nueva forma superior de organización de clase. Pero como esta nueva forma superior de organización se expresa en república de democracia representativa, los partidos del sistema pasan a expresar facciones de clase. Son partidos tradicionales el Partido Republicano y el Partido Demócrata (en EUA), el Partido Conservador y el Partido Liberal (o nombres equivalentes en otros países) Cuando uno está en el gobierno, otro está en la oposición. Este binomio de oro es el mejor sostén de la democracia representativa.
Estos partidos se organizan en “comités”, es decir de arriba abajo, y actúan como “bancadas” en el Parlamento o como “ministerios” en el Ejecutivo. (Con la crisis de la democracia representativa surgió temporalmente el Partido Fascista, organizado como “milicias” para combatir a los trabajadores en proceso de crecimiento organizativo)
El siglo pasado vio surgir un tercer partido, el Partido Laborista, que necesariamente tiene que propugnar una política de reforma social cuando está en la oposición. Si llega al gobierno, sea en el Parlamento o en la Presidencia tiene que adecuarse a la política de la clase dominante. Y es que objetivamente no hay “tercera vía” dentro del sistema. Toda “tercera vía” obedece necesariamente a una segunda (conservadora o liberal) Es clásica la evolución (o involución) del Partido Laborista inglés. El tipo de Partido Laborista (socialista liberal, socialista democrático, de los trabajadores) se organiza en secciones (sindical, campesina, femenina, juvenil, otras) Con la caducidad del “Estado de bienestar” caducó también este tercer partido como tal.
El Partido Proletario es un partido de nuevo tipo. Es una “facción orgánica y doctrinariamente homogénea”, tiene “relaciones estrictamente disciplinadas” No propugna la reforma del Estado de la clase dominante sino su sustitución por un Estado de nuevo tipo según su programa máximo (prospectivo), la instauración-gobierno-extinción del Poder. Como embrión de un nuevo Estado, cuya base es la comuna o municipio de nuevo tipo, se organiza también de abajo arriba, en células según los criterios de producción o residencia.
Este Partido Proletario tiene su propia planeación, planeación funcional que une en un todo orgánico los conceptos de Partido (selecto, compacto, eficaz) - Frente (masivo, variado, combativo) - Programa Reivindicativo (mínimo) - Programa Prospectivo (máximo), y de acuerdo a las normas de eficiencia (respecto a los recursos), funcionalidad (respecto a las variaciones de la situación) y eficacia (respecto a las demandas)
Este Partido Proletario no surge de “un conciliábulo académico” sino de la “criba de la vanguardia” que expresa la elevación del interés de clase al nivel de la conciencia de clase, pues hay obreros que no son proletarios y hay proletarios que no son obreros. Necesariamente realiza cuatro tipos de trabajo: legal (si hay legalidad propicia), abierto (en las luchas de masas), clandestino (en su trabajo propio), secreto (reservado incluso ante la militancia general)
La experiencia histórica enseña que el Partido Proletario no propone ni elige candidatos. El trabajo electoral, según la teoría del “termómetro del sufragio” se reserva ahora para el Frente Unido, que enarbola el programa mínimo (reivindicativo)
Así, hay dos tipos de partidos políticos: los que actúan para reformar el sistema y los que actúan para cambiar el sistema. Y si el que domina en nuestro país es un sistema caduco inepto y corrupto, ¿qué reforma podrá apuntalarlo?
Ahora el Socialismo Peruano, el movimiento proletario peruano tiene la tarea de definir cómo entender el gran partido de masas y de ideas de toda nuestra historia republicana. Poco a poco, el debate se está centrando en este punto cardinal.

III
FRENTE

En 1917 triunfó el Partido Proletario bolchevique y devino partido oficial con su propia legalidad. (Antes había funcionado como partido ilegal durante la autocracia zarista) Cuando los partidos proletarios de otros países (que actuaban dentro de la legalidad burguesa) siguieron los métodos organizativos del partido oficial, de inmediato surgieron las dificultades y en poco tiempo quedaron marginados y hasta aislados de las masas. Esto viene ocurriendo hasta el presente.
Ante tal crisis se impuso la Nueva Política Económica NEP para el primer Estado socialista, y la táctica de Frente Unido para los partidos proletarios. El Partido Proletario asumía el programa máximo y el Frente Unido asumía el programa mínimo. Este programa concluye cuando se instaura el nuevo Estado, cuando se sustituye la república de democracia representativa (de arriba abajo) por la república de democracia participativa (de abajo arriba)
Desde su regreso al país (18.03.23) JCM declaró ser “partidario antes que nada del frente único proletario” Pero el Partido Socialista del Perú PSP fue constituido (07.10.28) sobre la base de la “célula secreta de los 7” Es que programa reivindicativo y programa prospectivo van juntos. Separados, uno conduce al reformismo, otro conduce al sectarismo. Y cómo unir ambos programas en las acciones concretas es la gran “contradicción dialéctica”, como puntualizaba Rosa Luxemburgo. Esto viene ocurriendo hasta el presente.
El Frente Unido une a todas las capas unibles. Su programa es reivindicativo. En un país desagrarizado, desindustrializado, informalizado, la primera reivindicación objetiva necesariamente es la del trabajo emancipado. El ser humano llegó a ser tal por el trabajo. Sin trabajo, es menos que un animal. Por eso es la primera reivindicación general pues compromete a todo el pueblo trabajador, que sufre ominoso desempleo en un país donde todo está por hacer.
La segunda reivindicación es la de la vida digna, tanto material como espiritual. Sin salud ni educación, el ser humano es menos que un animal. Por eso es la segunda reivindicación general pues compromete a todo el pueblo trabajador que carece de lo más elemental para su vida digna.
La tercera reivindicación es la del cambio social. La bancarrota del país es responsabilidad ineludible de la clase dominante, caduca inepta y corrupta como su sistema mismo Debe ser sustituida mediante el cambio social. Por eso es la tercera reivindicación general pues compromete no sólo al pueblo trabajador sino al país entero. Y aquí radica la ligazón entre ambos programas. Separados, para nada sirven.
El Frente Unido participa en elecciones de abajo arriba, y por eso prioriza la elección municipal, que es trabajo de hormiga, de 25 horas al día, día a día. Desde los años 80 hay elecciones municipales, pero se las sigue menospreciando porque se confunde distrito con municipio, y porque no se parte del análisis concreto de la realidad concreta sino del discurso teorético dogmatizado. Trabajar por el municipio es trabajar por el Estado de nuevo tipo. Tomar el Parlamento como centro es seguir la rutina oficial.
Participar sólo en elecciones parlamentarias o presidenciales, de hecho es caer en el juego electoral oficial, que urge dar el voto al promesero de turno porque “no hay tiempo para debates” Por eso, aquí es donde se pone a prueba la teoría de la participación electoral: el día que el termómetro del sufragio universal marque para los trabajadores el punto de ebullición, ellos sabrán, lo mismo que el sistema dominante, qué es lo que hay que hacer. Hasta ahora la clase dominante sabe muy bien qué es lo que hay que hacer. Pero el pueblo trabajador, ¿lo sabe?
Se comprende bien, entonces, que hay dos tipos de Frente: Frente (Alianza, Movimiento, Partido o como se le quiera llamar) con plan de reformas larguísimo para apuntalar el sistema, y Frente (o como se le quiera llamar, pues es nombre genérico) con programa reivindicativo que señala directamente las necesidades inmediatas del pueblo trabajador. El primer Frente es cortoplacista, dura lo que dura el proceso electoral. El segundo Frente acumula la experiencia del pueblo trabajador, aprende de los errores, se fortalece con los aciertos. Es trabajo sistemático a largo plazo, hasta que el termómetro del sufragio marque el punto de ebullición.

IV

Política, Partido, Frente son pues, tres conceptos íntimamente ligados entre sí. Lo que mal comienza mal acaba, dice el pueblo trabajador. Si se parte de un concepto erróneo, limitado, superficial, la actividad se estanca y no se llega a buen puerto, a la meta deseada. Si se propugna el Cambio Social, ante todo y sobre todo hay que tener un concepto claro y definido de lo que es actividad política, de lo que es política.
JCM, contrastó estos dos conceptos y señaló que “La política es hoy la única grande actividad creadora. Es la realización de un inmenso ideal humano. La política se ennoblece, se dignifica, se eleva cuando es revolucionaria” (23.05.25) Asumió la política como ciencia de la producción, la rechazó como actividad parasitaria y rentista, politiquería, que conoció desde temprano como cronista parlamentario y por eso declaró que “Desde 1918 nauseado de política criolla, me orienté resueltamente hacia el socialismo” (10.01.27)
Rescatar el Socialismo Peruano ha sido la base para reivindicar la Política Peruana , socialismo y política del proletariado peruano. Durante ocho décadas fuimos de tumbo en tumbo. Pero el ejemplar trabajo generacional ha logrado rescatar y sistematizar la Creación Heroica. Así se ha podido reiniciar la preparación de la organización.
Ocho décadas, jamás lo olvide el lector y menos el activista actual.
Ragarro
20.05.10

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