lunes, 18 de enero de 2010

Aspectos de la actual evolución económica...


ASPECTOS DE LA ACTUAL EVOLUCION ECONOMICA DE LA REALIDAD PERUANA (*)
En la primera sesión del “III Conversatorio Vecinal de la zona Residencial Lima Sur”, se expusieron y comentaron algunos aspectos de la actual evolución de la economía peruana.
Se señaló que para entender la evolución económica en la actualidad, en primer lugar había que tener en cuenta tres tendencias principales que influyen decisivamente en su curso.
1.- TRES CONTRADICIONES EN LA BASE ECONOMICA.-
1.1.- Campo de disputa entre potencias capitalistas.-
Con el descubrimiento de América, y la posterior conquista y colonización, se interrumpió el desarrollo autónomo de los pueblos americanos, iniciándose la evolución de carácter colonial de la economía del nuevo continente. Las guerras de la independencia de los pueblos sudamericanos contra la dominación colonial española, entre 1810 y 1824, permitieron un breve periodo de desarrollo autónomo de las jóvenes repúblicas recién formadas, pero muy pronto estos países reanudaron su proceso colonial. Como resultado de las inversiones e introducción de productos manufacturados por parte de las potencias capitalistas europeas, principalmente Inglaterra, la economía de estos países fue sometida a mediados del siglo XIX a la influencia del capitalismo europeo en pleno apogeo.
Desde 1800 hasta la actualidad, en Perú y América del Sur cada cierto tiempo ha ido cambiando la influencia extranjera predominante, cambios originados por el crecimiento económico capitalista desigual, característica propia del modo capitalista de producción.
En las primeras décadas del siglo XIX la evolución y división en las filas de los grupos de poder económico americanos se entrelazó y sometió a la pugna por el control del mundo entre el viejo colonialismo español y el nuevo colonialismo inglés. Como resultado de esas pugnas internas los grupos de poder se dividieron en conservadores realistas aferrados a la continuidad del dominio colonial español, y liberales patriotas apoyados por los comerciantes y bancos ingleses.
Cien años después, en las primeras décadas del siglo XX el nuevo colonialismo norteamericano entró a disputar el predominio del ahora viejo colonialismo inglés. Las pugnas internas entre los diferentes sectores de la clase dominante de nuestros países se vieron entrelazadas y condicionadas por su alineamiento con una u otra potencia capitalista. En el Perú la clase dominante se dividió en exponentes del viejo civilismo feudal sostenidos por el capitalismo inglés, y en promotores del nuevo civilismo burgués, promovidos y financiados por las inversiones norteamericanas. Los reajustes en la economía mundial resultantes del desarrollo de la gran guerra europea de 1914 – 1918, facilitaron el desplazamiento del predominio inglés, cuyo lugar pasó a ser ocupado por el nuevo predominio norteamericano, que convirtió a los países de América del Sur en su patio trasero. Predominio que duró hasta las últimas décadas del siglo XX.
Transcurridos otros cien años, desde fines del siglo XX y toda esta primera década del siglo XXI, la decadencia económica del capitalismo norteamericano, está favoreciendo el retorno de la influencia, en nuestro continente, de la Europa unificada, con el renovado capitalismo español como punta de lanza. El retorno de estos inversionistas está condicionando e influyendo en la evolución de la clase dominante nativa. Por un lado siguen los viejos sectores burgueses que mantienen relaciones de dependencia principalmente con el capitalismo norteamericano; y por otro lado los nuevos sectores de la burguesía criolla que han establecido relaciones con las nuevas inversiones europeas.
Expresiones de esta nueva reconquista económica son las crecientes inversiones de los bancos españoles Bilbao Viscaya y Santander; las inversiones de las empresas españolas Telefónica en el sector de telecomunicaciones, Repsol en el sector petrolero, Endesa en el sector eléctrico, y así sucesivamente en otros sectores económicos. En la década de 1990 el volumen de las inversiones europeas superó a las norteamericanas en el Perú y otros países de Sudamérica. Paralelo a esta mayor intromisión económica, desde 1992 se reanudaron con gran intensidad los “Encuentros Iberoamericanos” con asistencia de los gobernantes de España y Portugal, y notoria ausencia de los gobiernos de EEUU y Canadá, que siendo americanos, no están considerados dentro de las relaciones “iberoamericanas”, o europeo americanas para ser más precisos.
Intercediendo en estos cambios en las relaciones económicas, en la presente década están ocurriendo otros dos hechos muy importantes. Algunos sectores de las burguesías nativas están logrando mayor capacidad de maniobra propia, una relativa autonomía, aprovechando las pugnas externas. Por otro lado se han incrementado las relaciones comerciales de importación y exportación con la República Popular China. En los últimos años, en el Perú el comercio exterior con China ha pasado a ocupar el segundo lugar, disminuyendo significativamente el predominio casi absoluto que mantenía EEUU en el comercio exterior de nuestros países desde 1920. Un tercer factor a considerar, en la disminución del predominio norteamericano en nuestros países, es el creciente intercambio comercial con los países vecinos, principalmente Brasil, Chile y Colombia, intercambio que incluye inversiones directas.
Estos tres cambios de siglo, en 1800, 1900 y 2000, en los cuales América del Sur ha sido campo de confrontación y desplazamiento de la influencia de varias potencias colonialistas, han sido periodos de inestabilidad política que han facilitado y favorecido el desarrollo de las lucha de clases. El cambio de siglo en 1800 favoreció las guerras de independencia y la instauración de las repúblicas sudamericanas. El cambio de siglo en 1900 favoreció el desplazamiento de los regímenes feudales por los regímenes predominantemente burgueses, y el nacimiento de los movimientos proletarios. El reciente cambio de siglo, en el año 2000, puede señalar el impulso de las luchas proletarias por el cambio social. Las condiciones de inestabilidad y confrontación de intereses en las filas de la clase dominante son un factor favorable para el desarrollo de la lucha social.
1.2.- Restauración populista y continuismo neoliberal
La segunda contradicción que condiciona la evolución de la economía peruana y americana, es la división de la clase burguesa criolla en dos facciones, que tienen dos modelos diferentes de crecimiento capitalista. En el siglo XIX la división fue entre conservadores y liberales, que pugnaban por dar forma a las nacientes democracias burguesas criollas. En el siglo XX, desde la gran crisis de 1929, las tendencias burguesas se han reagrupado en populistas y neoliberales. El primer ensayo de populismo que se desarrolló en forma aislada fue la experiencia representada por el PRI, heredero natural de la fallida experiencia revolucionaria mexicana, experiencia acompañada años después por el demagógico régimen peronista en Argentina. Estas primeras experiencias fueron seguidas, a partir de la década de 1950, por la aplicación de las recetas de la CEPAL, que predominaron entre 1950 y 1990, hasta la gran crisis del capitalismo de estado en nuestros países. Los teóricos más notorios del populismo americano han sido Víctor Raúl Haya con su tesis del Estado Antiimperialista, y Raúl Prebisch principal mentor de la CEPAL.
Después de la crisis general del capitalismo de Estado en la década de 1980, en nuestros países se ha impuesto, desde comienzos de la década de 1990, la tendencia neoliberal, precedida por el ensayo chileno impuesto por el golpe de estado de Pinochet en 1973, que parcialmente desmontó el capitalismo de Estado chileno, inaugurando las reformas neoliberales.
El siglo XXI ha comenzado con las burguesías criollas divididas en dos grandes bandos, por un lado quienes enarbolan el continuismo neoliberal, instaurado por los Fujimori, Menem, Fox, y por otro lado quienes enarbolan la restauración populista, con el régimen de Hugo Chávez a la cabeza. Ambas tendencias burguesas pugnan por sostener el régimen capitalista, pero bajo diferentes modalidades, aunque una de ellas demagógicamente se presenta con ropaje socialista para encubrir su populismo y nacionalismo burgueses. Actualmente los gobiernos neoliberales dirigidos por Uribe en Colombia, García en Perú y Calderón en México, se alinean incondicionalmente con el viejo capitalismo norteamericano, mientras que los populistas se presentan como antiimperialistas, agitan demagógicamente la bandera “anti yanqui”, para encubrir su defensa del capitalismo, y sus propósitos de restaurar el capitalismo de Estado tipo CEPAL, con lo cual encubren su solapada dependencia a las nuevas inversiones europeas, que financian a más de un gobierno “anti yanqui”.
Así como en el pasado las pugnas entre conservadores y liberales fueron contradicciones en el seno de una misma clase; hoy las pugnas entre neoliberales y populistas, también son contradicciones en el seno de una misma clase, son pugnas en las filas de las burguesías criollas de nuestro continente. Las fuerzas renovadoras tienen que saber aprovechar esas pugnas en las alturas, para impulsar su propia propuesta de cambio social.
1.3.- Alternancia de ciclos de crecimiento y crisis capitalistas
La tercera contradicción que condiciona la evolución de la economía peruana, es el desarrollo de las etapas propias del ciclo capitalista. Entre 1950 y 1975 el Perú y la mayoría de países sudamericanos atravesaron por una etapa de relativa estabilidad y crecimiento capitalista. Entre 1975 y 1990 estos países ingresaron a una etapa de hundimiento y bancarrota. Por último, desde las reformas neoliberales de comienzos de los años 90, estos países nuevamente han ingresado a una etapa de relativa estabilidad y crecimiento capitalista. Crecimiento capitalista sin desarrollo social, que está haciendo “más ricos a los ricos, y más pobres a los pobres”. La gran crisis económica del capitalismo mundial, iniciada el año 2007, está poniendo a prueba la solidez de este relativo crecimiento económico de los países sudamericanos. Para entender los problemas concretos que se presentan en la situación económica peruana en la actualidad, debemos de tener en cuenta estas tres contradicciones arriba señaladas:
a) entre predominio norteamericano o predominio europeo;
b) entre la orientación neoliberal y la orientación populista; y
c) Entre el crecimiento y estabilidad, o el hundimiento y bancarrota.
Entre otros, en la primera sesión se plantearon los siguientes problemas económicos concretos que requieren ser analizados, para comprender el comportamiento político de las clases sociales en nuestro país.
2.- PROBLEMAS ECONOMICOS CONCRETOS
2.1 Tendencia a la integración económica mundial y problemas de los TLC. Similitud y diferencias entre los TLC con EEUU, Unión Europea, China y otros países. Perspectivas a corto y mediano plazo.
2.2 Tendencia a la integración económica continental, necesidad de los Estados Unidos de Sud América. Contradicciones en el Pacto Andino, en el Mercosur, Alba, el Banco del Sur, y otras contradicciones heredadas del pasado (la disputa peruano chilena).
2.3 Contradicciones entre sectores industriales productores de bienes de consumo, e importadores de productos elaborados del extranjero. Pugnas entre la SIN y la CONFIEP
2.4 Contradicciones entre exportadores tradicionales y exportadores de productos no tradicionales. Pugnas entre ADEX y SNE
2.5 Contradicciones entre grandes empresarios por el control de los complejos agroindustriales de la costa. Nueva reconcentración de la tierra. Del latifundio feudal y la parcelación individual a los nuevos latifundios burgueses. La lucha por el control de la tierra, el agua, los créditos y los mercados. Ubicación de CONVEAGRO, Juntas de Usuarios, CCP.
2.6 Contradicciones por el control de la extensa región Amazónica. Proyectos de penetración y control trasnacional, y proyectos de crecimiento y desarrollo autónomo. Análisis de los intereses económicos en disputa en la lucha de los pueblos amazónicos.
2.7 Crecientes contradicciones por el control de la extensa zona de recursos mineros. Lucha de las comunidades campesinas contra la explotación del capitalismo transnacional. Propuestas de desarrollo autónomo de la minería y la agricultura.
2.8 Proliferación de las medianas, pequeñas y micro empresas, como expresiones del capitalismo marginal. (Crítica a El Otro Sendero)
2.9 Persistencia e incremento del subempleo y desempleo crónicos.
2.10 Cambios en la composición de los grupos de poder económico, y su influencia en la representación política. Cambios en la composición de los diferentes sectores sociales que conforman el pueblo peruano.
2.11 Otros problemas económicos concretos: por analizar y ordenar.
3.- CONCLUSIONES Y TAREAS GENERALES.-
Para participar en la lucha social y política se necesita tener un análisis actualizado de las diferentes contradicciones que se dan en la base económica de la realidad peruana. (Revisar Malpica, Anaya, Durand)
Sobre la base del análisis económico actualizado, tenemos pendiente analizar la composición y la evolución de las clases sociales, de las facciones de clase, y sus diversas manifestaciones políticas.
(*) Resumen de lo expuesto y comentado el 05 de diciembre de 2009.
Autor: Miguel Aragón

sábado, 16 de enero de 2010

Armonía social o dialéctica social




La obra cumbre del Karl Marx, Das Capital, trata de la estructura y el proceso de edificación de un nuevo orden que brota del caos Medieval. Marx nos cuenta como nace el orden capitalista. Nos dice que el capitalismo es la propiedad privada de los medios de producción y la anarquía de la producción. Nos dice que el habitad del capital es la anarquía en la economía y, el caos en la producción, deriva de la inevitable e implacable competencia por el máximo beneficio (ley básica del capitalismo). Engels, cuando apenas contaba con 21 años, adelantó una verdad que el tiempo probaría: Los defensores de la libertad de comercio son, como se demostrará, peores monopolistas que los viejos mercantilistas. Sin embargo, la hipocresía de la economía política liberal presenta la competencia en oposición al monopolio. El liberalismo político para disimular su dictadura de clase expone al mundo una falacia del liberalismo económico: la oposición entre competencia y monopolio. Esa oposición es tan “mentirosa” como la nariz del personaje de Carlo Lorenzini que, apenas contaba una mentira, su nariz crecía y crecía. Esa oposición es completamente ilusoria porque la competencia presupone el monopolio (el monopolio básico de la propiedad privada) y la competencia, a su vez, engendra el monopolio. El monopolio alimenta la competencia y la competencia se convierte en monopolio. La única planificación existente en el capitalismo tiene como objetivo acabar con la competencia. Marx y Engels distinguen dos tipos de oposición: la competencia subjetiva, entre obreros y obreros y entre capitalistas y capitalistas; pero, la competencia objetiva es la fundamental y enfrenta a obreros y propietarios. El punto es, como se puede notar, que competencia y monopolio se obligan el uno al otro, se producen mutuamente; son complementarios y antagónicos.
En biología, los conceptos vida y muerte, al mismo tiempo, también, son complementarios y antagónicos; en política, se los relaciona con orden y desorden. Vida equivale a orden, a funcionamiento de una organización micro o macro celular. Muerte equivale a desorden, a desorganización y quiebra (del reloj biológico) del funcionamiento de un organismo. Pero, lo cierto es que orden y desorden están íntimamente relacionados y despliegan sus fuerzas en oposición y lucha. Anarquía para la burguesía es sinónimo de desgobierno; para la pequeña burguesía es sinónimo de ausencia de autoridad; para la clase obrera es sinónimo de nuevo orden. El punto es distinguir anarquía como movimiento político y anarquía como utopía humana, de una parte; y, de otra parte, ubicar el concepto anarquía como uno de los elementos del desarrollo contradictorio de la sociedad humana (orden-desorden).
Todo el mundo percibe que en la sociedad humana las aspiraciones de unos chocan con las aspiraciones de otros, que la vida social está llena de contradicciones y que las relaciones sociales se desarrollan en intrincadas redes y transitorios movimientos de una clase a otra. Es conocido, que la clase obrera no es ni puede ser un grupo homogéneo (estático). Es que la movilidad social es parte de la naturaleza humana. Y, los obreros son el resultado histórico de un proceso de proletarización que constituye la otra cara de la acumulación del capital. Asimismo, la pequeña burguesía tampoco es un grupo homogéneo (estable), oscila entre formar parte del exclusivo mundo burgués o precipitarse sin remedio en las filas de los obreros. La pequeña burguesía, generalmente, es un sector social tributario de las prebendas del aparato estatal. Esta particularidad de la clase media determina su comportamiento social. El segmento en desgracia (por desempleo o quiebra del pequeño negocio familiar) reacciona contra lo que estima causante de sus desdichas: el Estado. Este sector privilegia la confrontación. Un fundamentalismo religioso, étnico o político, actúa o moviliza a los hombres, ya sea de extrema derecha o de extrema izquierda, pero siempre bajo el manto de un nacionalismo estridente. En cambio, el sector que vive en bonanza piensa como una soñadora de nuestros tiempos: “Yo solo leo a Marx porque me gusta alumbrarme con sus ideas, pero mi verdadero interés es hacer de mi mundo un lugar mejor para vivir y crecer”. Una isla (el paraíso) en el mismísimo infierno capitalista. ¿Es insólito ese modo de pensar? En modo alguno. La clase media ilustrada, amante de la paz y la prosperidad familiar, busca una “salida” para afirmar la unidad familiar. Hombres y mujeres acostumbrados a una apacible vida familiar quisieran eternizar la “armonía” del hogar, esto es o mejor dicho, el equilibrio entre las naturales e inevitables contradicciones. Los deseos de los hombres apuntan hacia la armonía familiar (y social) pero las tendencias contradictorias impugnan los buenos deseos porque la armonía absoluta entre los elementos de la contradicción no existe: lo que existe es unidad y lucha de contrarios. La armonía es el equilibrio pasajero o la relativa unidad dentro de la permanente lucha de contrarios.
El sueño de armonía social es una ilusión pero provoca encendidas polémicas. Y la controversia, en la cabeza de los combatientes por el socialismo, responde al conflicto permanente entre capitalismo y socialismo. Lenin decía que la democracia pequeño burguesa “se caracteriza por su aversión a la lucha de clases, por sus sueños acerca de la posibilidad de eludir esta lucha.” La clase media abastece talentos tanto a la burguesía como al proletariado. Pero, el sello de clase de la pequeña burguesía se impone en las ilusiones de evadir o superar la lucha de clases. Por eso, no es casual que les pase por la cabeza el siguiente razonamiento: ¡Puesto que queremos acabar con la lucha de clases, no vamos a continuarla! Seamos imaginativos no nos contentemos con la fuerza de los hechos. Hasta ahora, la historia ha avanzado siempre por su “lado oscuro”, la lucha, la violencia; ahora va avanzar por el “lado bueno”. Ese es, más o menos, el razonamiento de un demócrata pequeño burgués que pretende ir más allá de la lucha de clases. La tercera vía entre capitalismo y socialismo es la solución nazi-fascista de los representantes de esa clase, atormentada por el fantasma de la proletarización y los sueños de grandeza nacional.
El desarrollo desigual en lo económico y lo político es una ley absoluta en el capitalismo. Lenin, examinando el desarrollo del capital internacional concluye: “Bajo el capitalismo es imposible un proceso uniforme de desarrollo económico de las distintas economías y de los distintos Estados. Bajo el capitalismo, para restablecer de cuando en cuando el equilibrio alterado, no hay otro medio posible más que las crisis en la industria y las guerras en la política.” Mao Zedong, en 1956, estudiando los problemas de la construcción del socialismo en China, señaló lo siguiente: “Nuestra economía planificada conlleva tanto el equilibrio como el desequilibrio. El primero es temporal y condicional. El equilibrio que se establece en un momento dado tiende enseguida a sufrir cambios. Lo que está equilibrado en el primer semestre de un año deja de estarlo en el segundo, y lo que tiene equilibrio este año dejará de tenerlo el año próximo. Es imposible mantener un equilibrio permanente, libre de toda ruptura. Los marxistas sostenemos que el desequilibrio, la contradicción, la lucha y el desarrollo son absolutos, en tanto que el equilibrio y el reposo son relativos. Relativo significa temporal y condicional.” Tres meses después, vuelve a tratar el tema: “Nuestro Estado elabora cada año un plan económico y establece una proporción adecuada entre la acumulación y el consumo, a fin de lograr el equilibrio entre la producción y las necesidades. Lo que llamamos equilibrio es la temporal y relativa unidad de los contrarios. Al cabo de un año, este equilibrio, tomado en su conjunto, queda roto por la lucha de los contrarios, esta unidad se ve alterada, el equilibrio se convierte en desequilibrio, la unidad en desunidad y, entonces, una vez más se hace necesario conseguir el equilibrio y la unidad para el año siguiente. En esto reside la superioridad de nuestra economía planificada.” Pues sí. Cuando la planeación obedece a la dialéctica de la vida la planificación es superior a la espontaneidad de los mercados. La dialéctica opera al margen de los deseos de los individuos y, la más de las veces, en contra de su voluntad, por lo mismo, la dialéctica objetiva debe ser la base o sustento de toda planeación.
En 1951, José Stalin, sintetiza lo que fue la tendencia dominante del pensar económico de la nomenclatura soviética. Stalin, a los autores del Manual de Economía Política, les enmienda la plana pero… a medias: “Se dice que la ley económica fundamental del socialismo es la ley del desarrollo armónico, proporcional, de la economía nacional.” Eso no es cierto, señala Stalin, para agregar más adelante que “la acción de la ley del desarrollo armónico de la economía nacional únicamente puede tener vía libre en el caso de que se apoye en la ley económica fundamental del socialismo” que, a su decir, consiste en “asegurar la máxima satisfacción de las necesidades materiales y culturales, en constante ascenso, de toda la sociedad, mediante el desarrollo y el perfeccionamiento ininterrumpidos de la producción socialista sobre la base de la técnica más elevada.” La dialéctica equilibrio-desequilibrio, orden-desorden, desaparece ante el “buen deseo” de la burocracia soviética y la “armonía” pretende entronizarse por encima de la dialéctica objetiva. La metafísica intenta sustituir a la dialéctica objetiva, o mejor dicho, la dialéctica se desvanece en la armonía del hombre y la técnica o en la armonía de ciertas “clases” que Stalin disolvía y no disolvía de una manera escolástica.
Hace algunos años, Ilya Prigogine , comprendió que desorden no es sinónimo de caos sino de reorganización e incremento de la complejidad de los sistemas. Y tiene mucha razón. El argumento aniquila la pretendida armonía social porque armonía socio-económica es un despropósito ideológico. En los estados equilibrados o armónicos no hay movimiento, no hay cambio, y, por tanto, no hay desarrollo. La armonía en las organizaciones complejas es un imposible natural como imposible es el orden absoluto. Desde que Rudolf Emanuel Clausius (1822 -1888) enunciara el segundo principio de la termodinámica, la entropía ha sido objeto de múltiples estudios y debates académicos. La entropía es la ley que nos dice que las cosas se gastan. Los cuerpos calientes se enfrían a medida que pasa el tiempo, y el calor se escapa de ellos. Los edificios se desmoronan; las cosas vivas envejecen y mueren. Marx pensaba que el tiempo es espacio en permanente cambio . Así lo estima Ilya Prigogine, para quien los desarrollos recientes de la termodinámica nos proponen un universo en el que el tiempo no es ilusión ni disipación, sino CREACIÓN. Los cambios se hallan unidos al paso del tiempo, y crean la distinción entre pasado y futuro. Corresponden a un incremento en la cantidad de desorden en el universo y la sociedad. Ese desorden se mide en términos de entropía. El flujo del tiempo del pasado al futuro significa que la entropía del universo debe incrementarse siempre. Sin embargo, al percibir el universo como un organismo vivo, la noción unidireccional de la entropía se modifica. La presencia de cosas vivas en la tierra va en contra de esa regla. Nosotros creamos un orden del desorden generando nuevos organismos sociales, construyendo edificios; ir a contracorriente es un principio muy humano. Pero el punto más importante es que el planeta y la sociedad humana no son un sistema cerrado. El planeta se alimenta de la energía que fluye del sol, y expulsa entropía como resultado. La sociedad se alimenta de las contradicciones sociales y libera energía en los conflictos de clase.
Todo orden contiene en sí mismo desorden y todo desorden lleva en su seno un nuevo orden que pugna por imponerse. El orden prevalece donde existe desorden y coexiste donde predomina el desorden. El desorden puede producir orden en los fenómenos físicos y sociales. La noticia resulta novedosa en ciertos medios académicos. Pero no lo es para el marxismo. La dialéctica orden/desorden/reorganización histórica trabaja planetariamente hacia el progreso que anula y supera. Toda contradicción se resuelve en la superación de la contradicción para dar paso a una nueva contradicción. Las contradicciones internas del capitalismo generan cambios que producen obligados reajustes (legislar es reacomodar la sociedad). Reajustes que obligadamente se oponen a las anteriores contradicciones. Así esos mismos cambios son el origen de nuevas contradicciones, las cuales, a su vez, inducen nuevos cambios. No obstante, estos sucesivos cambios muestran una dirección definida, un “movimiento”, un cierto proceso auto-organizador; en otras palabras: representan un proceso dialéctico de desarrollo. En ciertos casos, un poco de desorden posibilita un orden diferente y, a veces, más imaginativo y desarrollado. (Por ejemplo, una organización empresarial o partidaria que se perpetúa gracias a la desvinculación de sus miembros.) La variación y el cambio son etapas inevitables e ineludibles por las cuales debe transitar todo sistema complejo para crecer y desarrollarse. Cuando esta transformación se consigue sin que intervengan factores externos al sistema, se hace mención a un proceso de "auto-organización". Cuando las transformaciones se producen con la intervención de factores externos, la artificialidad del sistema se pone de manifiesto en el proceso travestido. Así, por ejemplo, la república burguesa del Perú de 1821 o el socialismo de Europa oriental son forzados o impuestos por factores externos (vía colonial de desarrollo). Esta imposición se revela en la artificialidad o falsificación de los procesos. La auto-organización en los procesos es un producto que brota de la propia entraña de la sociedad. En efecto, eso ocurre porque el desorden se ve constantemente absorbido, expulsado, recuperado, metamorfoseado, y el desorden renace sin cesar y lo mismo hace, por su parte, el orden social. Una sociedad se auto regenera sin cesar porque constantemente se está autodestruyendo pero siempre en forma ascendente, es decir, de formas simples a complejas, de lo imperfecto a la perfección inalcanzable.
En los sistemas complejos lo que importa es el proceso, no los productos (p.e. las clases), porque los productos son apenas eslabones del proceso. Sergio Moriello dice: “el desarrollo de esta clase de sistemas se caracteriza por la “intermitencia” (o fluctuación), aquella danza creadora en la que el orden y el desorden se alternan de manera cíclica para contribuir a la organización del sistema. Por eso, estos sistemas nunca llegan a un óptimo global, al estado de mínima energía. En general, se transforman progresivamente hasta que llegan al límite de su desarrollo potencial. En ese instante, sufren un desequilibrio, un desorden, una especie de ruptura que induce una fragmentación del orden pre-existente. Pero, después, comienzan a surgir regularidades que organizan al sistema de acuerdo con nuevas leyes, produciendo otra clase de desarrollo (ver La Auto-organización) [Moriello, 2003].” / “Es que, en el interior de cada sistema –y de forma permanente– se libra una “lucha” entre fuerzas diferentes y opuestas. Las fuerzas dinámicas de estabilidad y orden “tratan de generar” las condiciones de equilibrio y de organización. Las fuerzas dinámicas de inestabilidad y desorden, en cambio, “tratan de generar” condiciones de desequilibrio y de desorganización. / Es decir, existen antagonismos internos que dan origen al comportamiento global de dicho sistema. Sus elementos se encuentran tanto en convergencia (cooperación) como en divergencia (competencia), por lo que existe una especie de “contradicción interna”, un “desacuerdo consigo mismo”. Y es esta contradicción interna la que posibilita que las cosas cambien, se transformen y evolucionen, ya que el cambio se constituye como la solución de ese conflicto... [Politzer, 2008, p. 172 y 174]. En definitiva, dan origen al proceso creador.”
Entonces, todo desorden crea paulatina e imperceptiblemente un nuevo orden. En las formaciones sociales, las reformas legitiman los cambios impuestos por la evolución en las relaciones socio-económicas y las revoluciones, en cambio, imponen las transformaciones que están en gestación. Reforma y revolución son dos vías que se contienen en sí mismas. Toda evolución lleva en su seno el germen de un estallido revolucionario. Y las reformas son innovaciones para impedir o profundizar cambios revolucionarios. El pensamiento fragmentado nos ha acostumbrado a identificar evolución con tiempos de paz y revolución con tiempos violentos. Violencia equivale a destrucción más toda destrucción se realiza sobre la base de construcciones sociales o instrumentales. Sin una labor constructiva o productiva (por ejemplo, la producción de armas) es imposible sostener la violencia de una guerra. En verdad, en tiempos de paz o violencia los procesos evolucionan o “involucionan”. Las reformas sancionan o legitiman la evolución de los procesos. Las revoluciones quiebran el viejo orden y lo sustituyen cualitativamente. La proximidad o lejanía de las transformaciones sociales depende de qué camino se sigue: el camino revolucionario o el camino reformista; pero, los cambios avanzan sin tregua pese a episódicos “retrocesos” en la historia. V. I. Lenin, en 1915, premonitoriamente explica que “las revoluciones políticas son inevitables en el proceso de la revolución socialista, que no debe considerarse como un acto único, sino como una época de violentas conmociones políticas y económicas, de lucha de clases enconada al extremo, de guerra civil, de revoluciones y contrarrevoluciones.”
En medio del desorden de los mercados nacionales un nuevo orden impone sus condiciones pese a la multiplicidad de fuerzas que empujan en distintas direcciones; pues, es sabido que desorden no es sinónimo de caos sino de reorganización e incremento de la complejidad de los sistemas. Así, por ejemplo, la necesidad de un aparato supranacional se va imponiendo en medio de una feroz competencia monopolista y, sin embargo, ese aparato prepara el terreno (abundancia de recursos y elevada conciencia cívica) para el nacimiento de otro “aparato” suprasocial (la Comuna, según la feliz expresión de Engels, “no era ya un Estado en el verdadero sentido de la palabra”) que se autorregula y autocontrola en una dirección coherente, planificada y humana. El Estado primigenio dio orden y garantía al desarrollo de la naciente propiedad privada. El Estado comuna que no es un Estado propiamente dicho dará orden al desarrollo de la propiedad social en el marco del proceso de extinción de la propiedad privada de los medios de producción. Proceso que, contra todo juicio simplista, es más espiritual que material: las grandes batallas se ganan principalmente en el cerebro.
Si en los siglos XIX y XX se impuso la tendencia a la centralización del Estado y la unificación de la vida nacional. En el siglo XXI, la tendencia al Estado supranacional y a la unificación de los mercados domina el panorama internacional. El ciclo de la Nación-Estado ha concluido. Pero, encubierta bajo la anterior tendencia, camina otra tendencia que brota del carácter social del proceso productivo que a la corta o a la larga terminará por imponer su control social. En el curso de los últimos años se van mostrando signos de ese proceso irreversible. Desde finales del siglo pasado, la revolución tecnológica de la información gobierna la formación de una inteligencia y un cerebro colectivos que trasciende los limitados espacios de las fronteras nacionales. Esta tendencia tiene dos aspectos: una temporal y otra permanente.
La permanente viene organizándose desde que se inició el proceso de individualización del hombre social. El hombre a lo largo de la historia promueve (sin que tenga conciencia de ello) un desarrollo macro-histórico basado en la integración, convergencia y homogenización cultural. Por eso, un sistema social integrado es el inevitable colofón de la historia y la naturaleza humana. Más, ese desarrollo macro-histórico también se verifica en determinadas circunstancias en procesos micro-históricos. El ejemplo clásico de estas pequeñas muestras es Fuente Ovejuna: todos a una. Los grupos llegan a formar un “cerebro colectivo” capaz de tomar decisiones y moverse como si de un único organismo se tratara. Una pequeña minoría informada (inteligencia colectiva) es capaz de guiar a otros individuos hacia un objetivo a partir del entendimiento dogmático de la herejía. No otra cosa ocurrió, también, en 1917 cuando Lenin lanzó su famosa consigna: ¡Todo el poder a los Soviets!
Ahora bien, el aspecto temporal de la tendencia hacia un sistema social integrado esta vinculada a las tareas del presente. Si en el tiempo de la fundación del Partido Socialista del Perú, la revista Amauta fue el vehículo ideal para producir o precipitar un fenómeno de polarización y concentración. En nuestro tiempo, el ciberespacio es la herramienta que vincula a los hombres nuevos para un mundo nuevo. Una revista electrónica aproxima a los afines, define a los indecisos y aleja a los dispares. Produce una red nacional e internacional de corresponsales (amautas) y filiales (comunas). Una prensa de doctrina se sostiene en la colaboración (ayni) y es, absolutamente, necesaria en estos tiempos de crisis del socialismo como imprescindible es una prensa de información. La electrónica ha reducido prácticamente a cero los costos fijos de la prensa. Producción y distribución se reducen a tareas de centralización de la parte documentaria y descentralización de la parte operativa. Para emerger del pantano es preciso promover el debate y la investigación, es preciso definir y deslindar campos en el movimiento socialista, es preciso crear organismos que unifiquen la inteligencia y la acción contestataria. Sólo así se podrá cribar a los hombres de vanguardia –militantes y simpatizantes- hasta separar la paja del grano.
Un sistema social se lo puede describir, en teoría, como un todo equilibrado en el desequilibrio, homeostático, cuyo comportamiento es inteligible a la luz de sus tendencias autorreguladoras, contradictorias en sí mismas. Automovimiento, identidad y antagonismo, colapso y regeneración, unidad y lucha, forman parte de la naturaleza de las sociedades y, por ende, de los grupos o partidos. Unidades básicas totipotentes, regeneración y multiplicación, orden y desorden, equilibrio y desequilibrio, es parte de la naturaleza social del hombre en el planeta Tierra. Toda sociedad está formada por una red de unidades que articulan el tejido social y definen, en una u otra dirección, la sociedad. Podemos decir, parafraseando a Engels, cuanto más desarrollado está el trabajo, menos restringida está la cantidad de sus productos, y, por consiguiente, (la riqueza de la sociedad), menos subordinado se halla el orden social a los vínculos de la consaguinidad. La familia constituye la unidad básica que reproduce el orden económico y sostiene el poder político de la burguesía. Es la célula, y no aislada partícula, de todo un organismo social que está sumido en un lento pero inexorable proceso de desintegración. La inestabilidad económica, política y social forma parte del diario discurrir de la vida. Somos criaturas de un gran desorden: crisis familiar, deflación e inflación, crisis política; y, para mal de males, el modelo de apropiación de la naturaleza pone en peligro la supervivencia de la especie. El siglo XXI, para algunos observadores es el siglo de las catástrofes que colocan en peligro de extinción a la especie humana. El 2009 termina con grandes debates sobre el cambio climático. Pero, el cambio climático no es el único tema que preocupa a la ciencia. Los hombres de ciencia, estudian la pérdida de biodiversidad que a corto plazo es una gran amenaza; asimismo, monitorean la disminución del campo magnético, del escudo anti- radiaciones del planeta. La contradicción entre la lógica capitalista (crecimiento ininterrumpido, avidez de ganancias, explotación sin fronteras) y la creciente necesidad de austeridad o prudencia en el manejo de los recursos naturales para evitar el cataclismo climático polarizan los campos. Ya no se trata del viejo conflicto entre bolcheviques (rojos) y falangistas (camisas negras) sino del nuevo combate entre ecologistas (verdes) y liberalismo (depredadores). Y el marxismo hoy no puede ser extraño a la sensibilidad de los hombres de nuestro tiempo.
Día a día, escándalo tras escándalo, se acredita que todos los organismos del viejo orden se desmoronan. Nada puede permanecer en pie, sus estructuras se muestran incapaces de sostener un nuevo orden que pugna por imponerse. Más un gran desorden es el preludio de un nuevo orden. De las propias entrañas del viejo orden brotarán nuevos organismos que sustituyen en funciones a las células económicas moribundas. La tendencia dominante, en la sociedad contemporánea, es la creciente acumulación de riqueza en cada vez menos manos y, al mismo tiempo, el incremento de la pobreza en la inmensa mayoría de familias. Nunca antes la humanidad había producido tanta prosperidad, ni tampoco había producido tanta pobreza. Ese es un proceso irreversible, conforme la crisis se acentúe, una nueva matriz irá sustituyendo a la familia como célula económica básica. Pues, es sabido que toda crisis lleva en su seno su propia solución. ¡Allí está el problema! ¡Allí se encuentra la solución!
15 de Enero de 2010
Edgar Bolaños Marín

miércoles, 6 de enero de 2010

Sistemas sociales

Un sistema social se lo puede describir, en teoría, como un todo equilibrado en el desequilibrio, homeostático, cuyo comportamiento es inteligible a la luz de sus tendencias autorreguladoras, contradictorias en sí mismas. Automovimiento, identidad y antagonismo, colapso y regeneración, unidad y lucha, forman parte de la naturaleza de las sociedades y, por ende, de los grupos o partidos. Unidades básicas totipotentes, regeneración y multiplicación, orden y desorden, equilibrio y desequilibrio, es parte de la naturaleza social del hombre en el planeta Tierra. Toda sociedad está formada por una red de unidades que articulan el tejido social y definen, en una u otra dirección, la sociedad. Podemos decir, parafraseando a Engels, cuanto más desarrollado está el trabajo, menos restringida está la cantidad de sus productos, y, por consiguiente, la riqueza de la sociedad, menos subordinado se halla el orden social a los vínculos de la consaguinidad. La familia constituye la unidad básica que reproduce el orden económico y sostiene el poder político de la burguesía. Es la célula, y no aislada partícula, de todo un organismo social que está sumido en un lento pero inexorable proceso de desintegración. La inestabilidad económica, política y social forma parte del diario discurrir de la vida. Somos criaturas de un gran desorden: crisis familiar, deflación e inflación, crisis política; y, para mal de males, el modelo de apropiación de la naturaleza pone en peligro la supervivencia de la especie . Todos los organismos del viejo orden se desmoronan, nada puede permanecer en pie. Más un gran desorden es el preludio de un nuevo orden. De las propias entrañas del viejo orden brotan nuevos organismos que sustituyen en funciones a las células económicas moribundas. La tendencia dominante, en la sociedad contemporánea, es la creciente acumulación de riqueza en cada vez menos manos y, al mismo tiempo, el incremento de la pobreza en la inmensa mayoría de familias. Ese es un proceso irreversible, conforme la crisis se acentúe, una nueva matriz irá sustituyendo a la familia como célula económica básica. Toda crisis lleva en su seno su propia solución.
Edgar Bolaños Marín
06 enero 2010

lunes, 4 de enero de 2010

LA CUESTION ELECTORAL



En todo proceso, las causas externas son condicionantes y las causas internas son determinantes para un resultado determinado. Para un proceso electoral, los arcaicos vicios de la política (compra de votos, clientelismo, clonación de cédulas, utilización de cédulas de difuntos, eliminación de cédulas en el listado electoral, etc.) son evidentes causas externas respecto al pueblo trabajador que, por supuesto, hay que denunciar y combatir. Pero, aparte, ¿cuáles causas interna determinan el resultado electoral? Esto se puede evaluar en los siguientes aspectos básicos.
1. ESTRATEGIA ELECTORAL. Así como en la guerra hay acción guerrillera y guerrillerista, en la política hay acción electoral y electoralista. En 1884, Engels resumió la experiencia electoral del pueblo trabajador en un famoso silogismo: a) premisa mayor: “El sufragio universal es el índice de la madurez de la clase obrera”; b) premisa menor: “No puede llegar ni llegará nunca a más en el Estado actual, pero esto es suficiente”; c) conclusión: “El día que el termómetro del sufragio universal marque para los trabajadores el punto de ebullición ellos sabrán, lo mismo que los capitalistas, que deben hacer”. Es evidente que quien ignora o abandona esta estrategia cae en el electorerismo, y jamás hallará el porqué del resultado electoral adverso.
2. ELECTORAL. Desde que se restablecieron las elecciones municipales se abrió un amplio campo de acción cívica. De hecho, las elecciones municipales son la base de las elecciones generales. El municipio democrático algún día volverá a ser la célula económica del Estado, pero la elección municipal es ya ahora el “talón de Aquiles” del sistema dominante. No es casual por eso, que sea desvirtuada y hasta la quieran suprimir de nuevo. Sus resultados son para el pueblo trabajador una pre-visión de lo que puede ocurrir después. Por eso, trabajar con cifras en la cabeza, municipio por municipio: electores, mesas, electores/mesa, concejales (ediles), partida/edil, año, es la base para cualquier planeación estratégica que se respete.
3. PLANEACIÓN ELECTORAL. Una organización (cívica, frentista, partidaria) que participe en la actividad electoral debe tener sus propios centros de crítica y preparación. Partir de la realidad (pocas ideas a muchos) en talleres, y de la experiencia general (muchas ideas a pocos) en seminarios, es el estilo de estudio para llegar a todos los niveles del pueblo trabajador. Y la organización de núcleos en cada sector de población económicamente activa (agricultura – industria – servicios) da la pauta de la planeación. Un activista por cada mil trabajadores, ¿cuántos son por municipio? Parecen pocos, pero así como “con una palanca se puede mover el mundo”, con una organización convicta y confesa, con voluntad, disciplina y entusiasmo se puede mover el país entero desde sus cimientos.
4. ESTILO ELECTOPAL.-De hecho hay tres estilos en el panorama electoral: a) operación avispa, que se desarrolla en torno a la maquinaria oficial y la promesa electoral; b) operación marmota, que despierta de su letargo seis meses antes de las elecciones y recién elabora su plataforma electoral; c) Operaci6n Hormiga, que comienza a trabajar de nuevo apenas pasa un proceso electoral, y enarbola siempre su Programa de Cambio Social. Según sea la siembra, así será la cosecha; según sea el estilo, así será el resultado.
5. TRABAJO ELECTORAL. Así como en la lucha armada los bandos son inconfundibles, en la lucha electoral también lo son o deben serlo. La oposición protestataria (para reformar el sistema) es diferente de la oposición contestataria (para cambiar el sistema). Y la experiencia enseña que esta última tiene su propia Norma Laboral: 1º No integrarse al sistema; 2° Actuar con proyección de ruptura; 3° Generar Poder Popular. Este trabajo comienza en el municipio (localidad), y activa las 24 horas del día y los 12 meses del año. ¡Sólo así el Termómetro del Sufragio podrá marcar el Punto de Ebullición!
Ramón García Rodríguez
11/03/1998

ELECCIONES OCTUBRE 2010



Municipio, Vecinos y Elecciones

En un tiempo muy lejano pero tan próximo a las miradas amazónicas. Unos malvados parcelaron el Edén. Al construir hermosas residenciales tuvieron que echar de los jardines a Adán y Eva: se comían las manzanas de los árboles de los vecinos. A nuestros primeros abuelos desterrados no les quedó más alternativa que ganarse el sustento con sus manos: readmitidos como jardineros. Desde entonces, el derecho a la vida reposa en el derecho al trabajo y el derecho de conciencia en el derecho intelectual. Desde entonces, el cambio social, “negación que conserva lo negado y lo eleva a un nivel más alto”, forma parte de la continuidad histórica. Desde entonces, Adán y Eva, tuvieron que invadir un terrenito y construir su guarida en los alrededores a las residenciales de los patrones. Desde entonces se lucha por la seguridad vital (alimentación, vecindad y descanso), la dignidad humana (vivienda, vestido, recreación) y la prosperidad nacional (trabajo, educación y salud). Y desde entonces, como bien aprendieron nuestros antiguos, ninguna lucha se libra individualmente.

Desde aquéllos tiempos los vecinos constituyeron las primeras organizaciones para la defensa de sus derechos. En los comienzos de la civilización. Los hombres enfrentan la amenaza constante del ataque de otras comunidades. Granjeros y pastores tuvieron que agruparse y amurallarse para protegerse. La aparición de ciudades amuralladas marca el inicio de la “civilización”, vocablo derivado de una palabra latina que significa “habitante de la ciudad”.

La palabra Municipio —Municipium— es de origen romano. Se aplicaba, en un principio, a ciertas ciudades de Italia que Roma iba conquistando. Municipio expresa la condición política del núcleo dominado pero dominante en su jurisdicción; situación esencialmente distinta de la Ciudad-Estado —la polis griega— que es independiente, y de la Civitas Roma, que tiene el dominio sobre el Municipio[1]. La idea de éste se resume en autonomía sin independencia política. Y autonomía, implica el ejercicio de costumbres electivas de vieja data. Esto es, Mandar Obedeciendo que pronto se transformaría en Mandar Mandando del Cesarismo. Si bien es cierto, el concepto —Municipium— es de origen romano su contenido proviene del ejercicio de toma de decisiones de pueblos anteriores al Imperio. La tradición de vieja y venerable historia es reconocida por el Imperium. Mientras el equilibrio entre dictadura y democracia se mantuvo, la fuerza del poder romano aumentó incalculablemente gracias a la amplitud dejada a la autonomía local. Pero, apenas ese equilibrio se fracturó, la centralización imperial determinó y consumó la decadencia municipal.

Los vecinos en la Edad Media, para defender su pellejo, se veían obligados a agruparse contra la nobleza rural. Este agrupamiento renovó las viejas tradiciones municipales. La burguesía naciente encontró en las comunas[2], el germen del Estado burgués dentro del Estado feudal. Estos eran los primeros pasos de la burguesía para hacerse de la maquinaria del Estado. Pero, comuna medieval no es lo mismo que Comuna de París. Una se sostiene sobre los pies de la burguesía y la otra es creación heroica de la clase obrera. La Comuna de Paris (1871), quiebra el Poder estatal moderno, es el intento de destrozar, de demoler, no dejar piedra sobre piedra de la maquinaria burocrático-militar del poder burgués. Comuna a la que Marx definiera como la “forma política al fin descubierta para llevar a cabo dentro de ella la emancipación económica del trabajo”, y que deja de ser Estado en cierto sentido[3].

En el Perú prehispánico los vecinos estaban formados por hombres y mujeres de un mismo ayllu dispersos en torno a un “archipiélago” de distintos nichos ecológicos situados a diferentes altitudes. La agricultura sedentaria dio pie para la formación de pequeños caseríos e incluso, para la época, de verdaderos centros urbanos; sin embargo, como la vida “brotaba espontánea y libremente del suelo y la gente” lo dominante era la dispersión y no la concentración del hombre andino. Con la llegada de los españoles, durante el primer siglo colonial, el 70% de la población nativa murió de guerras, de epidemias, de minas y de sanadores de almas. Pero, tierras y minas sólo tienen valor si es acompañada de abundante fuerza de trabajo. Conforme la población indígena fue mermando, los clérigos españoles urgieron la concentración de los sobrevivientes mientras que, al mismo tiempo, los mineros y terratenientes clamaban por una fuerza de trabajo más organizada. La ordenanza de 1523 de Carlos V instruía a los virreinatos para que el trazado con “regla y cordel” se aplique en el diseño de las nuevas ciudades[4]. Así mismo, la escasez de fuerza de trabajo obligó a la importación de esclavos negros. Para fijar al suelo a los indios se dictaron medidas como la entrega de títulos de propiedad a las reducciones o comunidades[5]. El interés económico impone la concentración de la población nativa en ciudades y reducciones. El mismo interés empujaba al colonizador a la explotación del oro y la plata; pero, una mezcla de respeto y desconfianza al Ande marcó la inclinación de los españoles a instalarse en tierra baja.

Con España nos viene el cabildo[6] que ha de cumplir funciones de administración, policía, abasto y justicia. El origen de los cabildos en el Perú se remonta a las Ordenanzas del Virrey Toledo en 1575, que reglamentó el gobierno local de las reducciones de indios. En aquellos tiempos, vecino quería decir señor de vasallos. Y, para las elecciones de los representantes al cabildo estaban excluidos todos excepto los españoles varones. Los virreinatos, audiencias y cabildos constituían los órganos del poder político del invasor español. El cabildo estaba autorizado a repartir tierras entre los vecinos, administrar los bienes comunales, a fijar precios de los productos indígenas y la venta forzosa de mercancías a precio de monopolio a los indios. En los siglos XVIII y XIX los cabildos fueron escenario de conflictos entre españoles peninsulares y criollos. En los ayuntamientos de Colombia y Paraguay se gestaron levantamientos de comuneros[7]. Y en octubre de 1813 la segunda rebelión en Tacna acaudillada por Enrique Paillardelle y el alcalde del cabildo Pedro Calderón de la Barca. Dos años antes Francisco Antonio de Zela, secundado por los caciques José Rosa Ara y Miguel Copaja, había lanzado la primera proclama libertaria. Según el subdelegado realista en Tacna, Antonio Rivero y Araníbar, “los comprometidos en este negocio” son tantos que “sería preciso meter en la cárcel a medio Tacna”. El fermento libertario incubaba en los cabildos inclinando la balanza en la emancipación latinoamericana.

Más allá del modo de producción dominante en cada época de la historia social: vecinos, municipios y elecciones, nos acompañan desde los primeros tanteos por resolver problemas inherentes a la convivencia social. Así como, “Fámulus quiere decir esclavo doméstico y familia es el conjunto de esclavos pertenecientes a un mismo varón”[8]. Así, Municipium es la agrupación social de personas libres, unidas no sólo por lazos de sangre. Ambas expresiones, Fámulus y Municipium, las inventaron los romanos para designar la primera, un nuevo organismo social –familia–, cuyo jefe era el único que tenía derechos políticos; y, la segunda, para identificar una comunidad de familias, unidas por vínculos de vecindad, de amistad y de sangre. En aquellos tiempos sólo podían ser elegidos los jefes de familia; a decir, de Cicerón sólo deben gobernar “los mejores”, o sea, la aristocracia esclavista[9].

Desde entonces, mucha agua ha corrido bajo el puente. Familia, vecinos, ciudades, clases sociales, municipios, elecciones, no son los mismos. El mejor maestro, el tiempo, permite que crezca y madure lo que estaba en germen, en semilla; la mejor ciencia, la experiencia, concede la autoridad del conocimiento; y, el mejor conocimiento es sistematizado y sirve como guía en la práctica revolucionaria. Por eso, es muy cierto lo que nuestros antiguos enseñan: “cada fracaso nos hace más listos” y “la práctica es ciega si la teoría revolucionaria no alumbra su camino”.

La república inaugura un nuevo periodo en la historia de nuestra formación nacional. España edificó un nuevo orden sin destruir los pilares de una economía prehispánica. A la republica le tocaba acabar no sólo con los elementos supértites del incario sino también con los cimientos de una economía feudal. Sin embargo, en casi dos siglos de vida republicana se observa que sobre un suelo feudal se desarrolla un formal capitalismo por vía colonial.
En 185 años de vida independiente el Perú ha tenido 110 presidentes. En lo político, formalmente se implantó una republica democrática pese a la pervivencia del régimen económico feudal. Elegirse, elegir y ser elegido en una sociedad de clases es un componente vital en la cuestión del poder. Cristóbal Aljovín señala, “queda claro que el tema central de las constituciones decimonónicas fue: ¿quién vota?”[10] Quién y cómo vota, libre o compulsivamente, diríamos nosotros. Y no sólo de los ochocientos sino también de los novecientos. Evolución de la democracia burguesa según sus propios voceros: 1) Democracia nominal (1821-1895). Para el congreso constituyente de 1821, convocado por José de San Martín, se conformó una comisión encargada de preparar el reglamento de elecciones, se fijó el número de diputados, elegidos sólo entre propietarios con arreglo al cálculo de la población por departamento. El voto de analfabetos fue más nominal que real, y estuvo vigente hasta la constitución de 1860. Las elecciones en las capitales de provincia eran verdaderas batallas campales. Y los candidatos, verdaderos arrieros de electores analfabetos. 2) Democracia censataria (1896-1931). Durante el gobierno de Nicolás de Piérola se establece como base del sufragio, los censos o padrones de contribuyentes. 3) Democracia masculina alfabeta (1931-1955). La ley electoral del gobierno de David Samanez Ocampo nos trajo: un poder electoral autónomo, la representación de las minorías, el voto secreto y obligatorio; pero, se mantenía la exclusión del voto femenino y analfabeto. 4) Democracia mixta alfabeta (1956-1978). Se reconoce a las mujeres el goce pleno del derecho al sufragio y a participar como candidatas en los procesos electorales. 5) DUSO (Voto directo, universal, secreto y obligatorio). La Constitución de 1979 establece la ciudadanía a los 18 años y el voto personal, igual, libre, secreto y obligatorio hasta los setenta años.[11] Elegirse, elegir y ser elegido forma parte de la voluntad del sujeto en la historia. Sin embargo, como éstos no pueden actuar solos, conforman grupos. Y, vinculados por un interés económico y político, dan origen a clases sociales y constituyen partidos políticos.
La independencia de España había triunfado por la obligada solidaridad continental. Los vientos político-económicos empujaban en esa dirección. Pero, el Perú independiente, no contaba con una burguesía orgánicamente consolidada. “Un nuevo orden jurídico y económico no puede ser… la obra de un caudillo sino de una clase. Cuando la clase existe, el caudillo funciona como su intérprete y su fiduciario. No es ya su arbitrio personal, sino un conjunto de intereses y necesidades colectivas lo que decide su política. El Perú carecía de una clase burguesa capaz de organizar un Estado fuerte y apto. El militarismo representaba un orden elemental y provisorio, que apenas dejase de ser indispensable, tenía que ser sustituido por un orden más avanzado y orgánico”.[12] El Perú no era un país de grandes ciudades. La aldea no es terreno fértil para el desarrollo de partidos; pero sí, de caudillos o caciques venidos a menos con los vientos de cambio. En los ochocientos predomina la dictadura y su función de dominio (de un total de 74 mandatarios, sólo 5 fueron elegidos en elecciones).Y, de 1900 al 2006 (de 36 presidentes 16 son elegidos), la hegemonía de clase se va imponiendo a través de su precaria dirección. La preocupación de la clase dominante pasa de la legitimidad de su dominio a la legalidad de su dirección. Hasta ahora las clases dominantes saben lo que deben hacer cada cierto tiempo…

Pero, ¿cómo se llega a ese punto en la administración del poder, en el gobierno de una clase cada vez menos numerosa? Los grandes propietarios son cada día menos. Pero, esos menos, se las han arreglado para posicionarse como ganadores entre los más. ¿Cómo se llega a esta situación? Vayamos tras las huellas del milenario bípedo parlante. Cuando el hombre “invento” la propiedad privada hicieron su ingreso en la historia las clases, el Estado y, por ende, la política. Como resultado se trastocó todo el mundo antiguo. La propiedad comunitaria paso a ser algo subalterno y dependiente. Así mismo, la administración de la cosa pública se convirtió en administración del poder. Y la vieja costumbre comunitaria de Mandar obedeciendo fue reemplazada por una nueva manera de Mandar: dictadura y democracia (mando y consenso, poder y hegemonía, dominio y dirección, garrote y engaño), dos métodos que recorren la historia política de la propiedad privada bajo diferentes presentaciones. Así, la política desde sus primeros pasos es expresión concentrada de la economía. La propiedad sobre los medios de producción (incluye al hombre-herramienta —esclavo, siervo, obrero —) determina la capacidad de mando o maniobra en el terreno de las decisiones económico-político-sociales. Y como la base de la civilización es “la explotación de una clase por otra, su desarrollo es constantemente antinómico. Cada progreso de la producción es al mismo tiempo un retroceso para la clase oprimida, es decir, para la mayoría. Cada beneficio para unos es por necesidad un perjuicio para otros; cada grado de emancipación conseguido por una clase es un nuevo elemento de opresión para otra.”[13] A cada paso en el desarrollo socio-económico (esclavismo, feudalismo, capitalismo) le corresponden nuevas formas políticas de dominio, que van de las más simples a las más sofisticadas. Todas ellas nacen por una férrea necesidad histórica de progreso y la imaginación pone su cuota en el “intento” de perpetuar el control de las mayorías oprimidas, de los trabajadores del campo y la ciudad. Hasta llegar a la última, “la forma más elevada del Estado, la república democrática”. La república democrática, “bajo la cual puede darse la batalla definitiva entre el proletariado y la burguesía, no reconoce oficialmente diferencias de fortuna.”[14]

Esta claro que en la colonia sólo gobernaban o mandaban los dueños de la economía, los señores de origen español. En la republica, en la primera centuria, los propietarios de haciendas (terratenientes), de fortunas personales (comerciantes) o de mando efectivo de tropa tenían el privilegio de ser postulados o elegirse (es decir, imponerse por la fuerza de las armas) como jefe político de la Nación. A partir de 1931 la democracia de los propietarios tiene que enmascararse para seguir usufructuando los hilos del poder político. Los padrones de contribuyentes ceden paso a un registro electoral cada vez más amplio conforme nos aproximamos al siglo XXI. La magia democrática despliega todo su arte para engañar a los electores con la presunción que cualquier hijo de vecino puede postular y ser elegido como Presidente del Perú. Más lo cierto es que sólo los dueños de fortuna tienen los recursos para postular. Y si por ahí se filtra algún sujeto antisistema. El sistema está preparado para absorberlo[15] o eliminarlo (v. gr. Allende en Chile). Por eso, la clase obrera sólo puede actuar legalmente con objetivos precisos (“transformar el sufragio universal, de medio de engaño que había sido hasta aquí, en instrumento de emancipación”); con la razón histórica que le asiste, (“Al vencer el proletariado, no se convierte con ello, en modo alguno, en el lado absoluto de la sociedad, pues sólo vence destruyéndose a sí mismo y a su parte contraria”); con límite (“El sufragio universal es, de esta suerte, el índice de la madurez de la clase obrera. No puede llegar ni llegará nunca a más en el Estado actual, pero esto es suficiente”); y, con ventaja (“El día en que el termómetro del sufragio universal marque para los trabajadores el punto de ebullición, ellos sabrán, lo mismo que los capitalistas, qué deben hacer”).

Una de las primeras medidas del primer y segundo gobierno del Arq. Belaúnde, fue convocar a elecciones municipales. Los caballeritos designados a dedo son reemplazados por sujetos, cuya astucia y dinero[16], son la mejor arma para encandilar conciencias. Cada cinco años nos recuerdan, lo “límpido y diáfano” del sistema electoral, “viciado por el color y el olor a dinero”. Las vacantes a las alcaldías, gobiernos regionales, parlamento y gobierno central se convierten en boccato di cardinale, capaz de mover centenas de miles de competidores tras ellas. Y como, en los versos de Juan Gonzalo Rose: los hediondos españoles se zamparon en la atmósfera ya zampada, aparecen postulantes de todo tipo y calibre: analfabetos o alfabetos, gordos o flacos, profesionales o improvisados, blancos o cholos, diablos o beatos. Las lenguas bífidas tienen discursos, peroratas, soflamas, para todos los auditorios. “Enemigos” del neoliberalismo pero los convocan a un gran frente con las víctimas de su política económica. El asunto es llegar a la meta como sea. ¡El voto es crucial! La política que imprimen es una política ovejuna; los hombres pensantes y operantes están proscritos, bajo el dintel de sus locales se lee: Sólo se aceptan borregos. Los principios, el ideario, las convicciones políticas, son relegados o subordinados al interés material. Si esto significa prostituirse, hipotecarse o venderse, no importa, lo único que interesa es ocupar la vacante pública. El símbolo de la prostitución –la Dama de la Libertad, Liberty Square– los guía en las azarosas huellas que han de seguir. Fujimori, Paniagua, Toledo y García, cada cual a su turno cacareaba contra la corrupción de su antecesor en el sillón de Pizarro. Y sus polluelos de aldea o caserío, fatuos e hinchados cuál caciques, levantan el sambenito del combate a la corrupción[17]: ¡¡ Higienizar la gestión pública[18]!! Sic! ¡Creen engañar al elector con la pureza de virginales viejecitas que jamás la vieron!

En las elecciones locales 2006 el pasado reaparece como lastre. Elevadas a la calidad de programa se escuchan voces acerca de Tacna irredenta. ¿Quién lanza ese discurso? ¿Un Plebiscitario sobreviviente? ¿Una doliente madre de los caídos de 1880? ¡Que va! A setenta y siete años de la reincorporación de Tacna al Perú, no queda alguno con sus capacidades intactas. ¿Entonces de dónde brotan esos espectros del tiempo? La política, en tiempos de elecciones trae todo tipo de discursos. Algunos de estos, ponen en evidencia el cordón umbilical que los une al pasado. Marx en EL DIECIOCHO BRUMARIO DE LUIS BONAPARTE, explica que la tradición de las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y agrega: “la revolución social (…) no puede sacar su poesía del pasado, sino solamente del porvenir. No puede comenzar su propia tarea antes de despojarse de toda veneración supersticiosa por el pasado. Las anteriores revoluciones necesitaban remontarse a los recuerdos de la historia universal para aturdirse acerca de su propio contenido. La revolución del siglo (XXI) debe dejar que los muertos entierren a sus muertos, para cobrar conciencia de su propio contenido.”[19]

Lejos en el tiempo, el Inca Garcilaso de la Vega “universalizó el nombre Perú y lo definió al dedicar un libro inmortal A los indios, mestizos y criollos del grande y riquísimo Imperio del Perú, su hermano, pariente y paisano.”[20] Peruanicemos al Perú, no es una simple frase, condensa tres etapas de la historia de nuestra formación social. El autor de los 7 Ensayos en su célebre respuesta a Luis Alberto Sánchez sintetiza su posición al respecto: “No es mi ideal el Perú colonial ni el Perú incaico sino un Perú integral.”[21] Solución de continuidad. Unifica las tres tradiciones (incaica, española y republicana) en una, la tradición socialista. Pero, ¿por qué sólo los de abajo pueden levantar la bandera Peruanicemos al Perú? ¿Por qué? La razón es muy simple. La política de la clase dominante es “cada vez más burguesa a condición de ser cada vez menos nacional”[22]. Y, Peruanicemos al Perú, sintetiza todo un programa político, realizable con el pueblo y para el pueblo. Peruanicemos al Perú significa: peruanizar sus riquezas, la educación, la cultura, el trabajo, la organización, el paisaje y su ecosistema, en fin, sus obras materiales e intelectuales. El primer acto de desperuanización del Perú fue la conquista española. Por eso, sin el indio no hay peruanidad posible.[23] Política que no prioriza el factor humano, ignora la lucha por la seguridad vital (alimentación, vecindad y descanso), la dignidad humana (vivienda, vestido, recreación) y la prosperidad nacional (trabajo, educación y salud). A la política de Estado, genuflexa y antinacional, el proletariado opone su política cada vez más nacional a condición de ser cada vez más internacional.

“Hispano-América, Latino-América, como se prefiera, no encontrará su unidad en el orden burgués. Este orden nos divide, forzosamente, en pequeños nacionalismos. Los únicos que trabajamos por la comunidad de estos pueblos, somos, en verdad, los socialistas, los revolucionarios.”[24] “Con el socialismo debe culminar el fatigoso proceso de formación histórica del Perú. Dentro de él, vinculado más que nunca al continente y a la humanidad, el Perú debe encontrar su realidad y su solución.”[25] Con el bastón de Basadre y la locomotora de Mariátegui el futuro nos pertenece.



Chasqui Siglo XXI

Qollasuyu, 24 Agosto 2006

Edgar Bolaños Marín


[1] Giraud (citado por Azcárate : Estudios filosóficos V políticos, p. 173, nota 2), distingue cuatro clases de Municipios: 1º el que tenía el derecho de ciudadanía completo, óptimo jure, llamadas civitas entera, o la civitas sine suffragio; 2º que sólo tenía parte de los derechos de ciudadanía, el cives municeps (ciudadano del municipio) tenía el derecho de ciudadanía romana (commertium, connubium), pero no los políticos (el sufragio); 3º el que conservaba su propia legislación; y, 4º el que adoptaba la de Roma, haciéndose de la condición de los fundi facti” (fundada en el acto –campaña de Roma-).

[2] Así se llamaban en Francia e Italia a las ciudades nacientes una vez comprados o arrancados a sus señores feudales la autonomía local y los derechos políticos como ‘tercer estado’.

[3] “…a partir de fines del siglo XIX, la épocas revolucionarias anticiparon un tipo superior de Estado democrático, un Estado que, en ciertos aspectos, como dijo Engels, deja de ser un Estado, ‘ya no es un Estado en el sentido propio de la palabra’. Se trata de un Estado del tipo de la Comuna de París,…”Lenin, en Las tareas del proletariado en nuestra revolución, V. I. Lenin., Tomo XXIV, Ob. compl. Pág. 485, cita la Carta de Engels a Bebel, Londres, 18-28 de marzo de 1875, Correspondencia Marx-Engels, Edit. Cartago, Bs. As. 1973, Pág. 276

[4] La ordenanza de 1523 dice a la letra: “Una vez hecho el plano, establézcase la plaza, calles y manzanas con regla y cordel. Comiéncese por la plaza mayor, trazando las calles principales y las puertas de la ciudad de tal manera que, aun cuando la población pueda aumentar significativamente, se expanda siempre en la misma forma.” La instrucción se cumplió al pie de la letra en todos los rincones del imperio colonial. Recién en el umbral del siglo XX se opone al patrón cuadrangular de “regla y cordel”, las avenidas diagonales como el último grito del modernismo burgués. (Somos lo que compramos, Arnold J. Bauer, Ediciones Taurus, México, 2002 Pág. 89-216.) La regla del crecimiento de las urbes capitalistas es por invasión. Las aldeas se convierten en ciudades y las ciudades en grandes metrópolis, en razón directa a las necesidades del crecimiento de la industria y sus requerimientos anexos. Es un fenómeno típico del desarrollo capitalista, que lleva al clímax la oposición entre el campo y la ciudad.

[5] Inclusiones que excluyen: títulos de propiedad a comunidades. Durante el virreinato de Toledo, se entregaron títulos de tierras a ciertas comunidades indígenas, como medida de apaciguamiento -después de la derrota de Túpac Amaru I- y como artificio para atar indios al suelo. Hoy, la burguesía se llena la boca llamando a la inclusión de los desposeídos. Fariseísmo, hipocresía de los que medran a costillas del prójimo, de los que subsisten a través del engaño y la falsía. El Perú de nuestros tiempos, ha engendrado vendedores de cebo de culebras hasta para exportar. Allí tenemos a Hernando de Soto. En El Misterio del Capital, llama la atención sobre la acumulación originaria del capital en los EEUU, al remarcar el papel que cumplieron los ‘banditti’, es decir, los invasores de tierras, en la edificación de un nuevo orden económico. Pero una cosa es una y otra cosa es otra. La confiscación de tierras en Norteamérica, se produce cuando el capitalismo daba sus primeros pasos. Y nuestras invasiones se dan en la senectud del capitalismo. Este señor, cree que imitando el proceso norteamericano en las condiciones actuales se puede convertir al Perú en una nación capitalista de éxito. Dice, De Soto, que legalizar la propiedad informal determinó el éxito capitalista de los EEUU, y, por tanto, de allí deduce que legitimar la propiedad de los invasores urbanos, les daría los recursos financieros para edificar empresas competitivas. Este sujeto pretende contarnos el cuento de que todos podemos ser “capitalistas” exitosos. Somos unos mendigos sentados en un banco de oro, dice: tenemos 74,200 millones de dólares de capital inactivo (en propiedades no formalizadas). Qué debemos hacer: formalizar nuestras propiedades y obtener recursos financieros con aquellas como garantía. (El cuento proudhoniano de la casa propia, rebatida por Engels: “el Sr. Sax ha resuelto, pues, la cuestión planteada al principio: el obrero «se transformaría en capitalista» mediante la adquisición de una casita en propiedad.”) Así se resuelve el problema de falta de capital para invertir. Pero, he allí el pero. ¿En qué invertimos? Si sabemos que, la caída de la tasa de ganancia, es un fenómeno irreversible hasta el colapso del capitalismo. La tendencia decreciente de la ganancia va de la mano con la feroz competencia en todos los ámbitos del qué hacer económico. Pero, las mayorías nacionales, inexpertas en estos menesteres, pronto caen en cuenta que el capital invertido se evapora por efecto del consumo de su unidad familiar.

[6] El municipio acompaña al cabildo. Durante el virreinato, el primero señala la jurisdicción -el territorio-; y, el segundo, el cuerpo administrativo, de gobierno. Con el tiempo, el concepto cabildo se entiende sólo como sinónimo de reunión de vecinos; y, municipio como cuerpo administrativo y burocrático.

[7] Movimientos populares surgidos en las colonias hispanoamericanas contra sus autoridades, y que fueron llevados a cabo en los territorios de los actuales Estados de Colombia y Paraguay durante el siglo XVIII. En Paraguay tuvieron su desarrollo entre 1717 y 1735, ideológicamente, se basaban en la adopción de las teorías de teólogos españoles como Francisco de Vitoria, que sostenían la supremacía de la voluntad popular, a través de los cabildos, frente a la voluntad del rey.

[8] F. Engels, El Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, Editorial Progreso, Moscú, 1970, Pág. 55

[9] La teoría de Roma relativa al Estado y el Derecho seguía a los griegos que sostenían: “El hombre, salvo algunas excepciones contrarias a la naturaleza, es el llamado a mandar más bien que la mujer”. ”El esclavo está absolutamente privado de voluntad; la mujer la tiene, pero subordinada”.Aristóteles, La política Libro I Cáp. V

[10] Margarita Giesecke comentario a Caudillos y Constituciones. Perú: 1821-1845, de Cristóbal Aljovín de Lozada, Edic. electrónica.

[11] Constituciones del Perú, Edición electrónica del Congreso de la República.

[12] JCM, 7 Ensayos… Pág. 71

[13] F. Engels, El Origen de la familia… Edit. Claridad, Bs. As. Pág. 167 - 163

[14] F. Engels, El Origen de la familia… Edit. Claridad, Bs. As. Pág. 167 – 163

[15] Cautivar, atraer, absorber a través de la corrupción directa es uno de los mecanismos predilectos de las repúblicas democráticas; a las excepciones que no se venden, simplemente los maniatan fortaleciendo el control que ejerce el Poder detrás del trono, para finalmente echarlos, despedirlos, subrogarlos, cesarlos, derrocarlos o asesinarlos.

[16] La crisis pone en evidencia el descrédito creciente del parlamento, la partidocracia y el sistema electoral. ¿Es este fenómeno algo nuevo en el Perú? En modo alguno. Poderoso caballero, don dinero, marcó la pauta en la coreografía y escenografía de los comicios. El dispendio y fanfarria, ingredientes de la democracia burguesa, emergió en el Perú a tan sólo 29 años de proclamada la independencia. José Arnaldo Márquez en su opúsculo sobre la orgía económica y financiera del Perú dice: “En los preparativos para la elección de Presidente de la República, gastó el general Vivanco que además de no ser rico era muy mezquino, más de setenta mil pesos prestados por el doctor Gallagher, don Camilo Quintanilla y don José Toribio Mansilla. Pero todo eso era poco al lado de los 80000 pesos que gastó el general Echenique y del apoyo del gobierno que favoreció a todo trance su elección.” (Jorge Basadre, Historia de la República del Perú, Editorial La república, Tomo 4, Pág. 793). Por eso, en temprana hora del desarrollo de nuestro formal capitalismo, Felipe Pardo en 1859 ya cuestionaba la utilidad del parlamento y el sistema electoral de nuestra cuasi burguesía. Satirizaba la institución democrática:

felicidad sin democracia...

¡Jesús! ... ¡Líbranos Dios de tal desgracia!

En un Nuevo Estado, tipo Comuna, el dinero y la fanfarria no contarán. De las elecciones en barrios y centros de producción, surgirán los delegados a los gobiernos municipales y, de éstos, para las elecciones nacionales. Lino Urquieta en 1903 levantó la bandera de la “completa autonomía provincial en el orden económico y administrativo, tendiendo a preparar el terreno para la federación de municipios.” (Amauta Nº5, Enero 1927). Urquieta abre paso hacia la tesis del municipio como célula base de un Nuevo Estado.

[17] Insólito, muy insólito. El Colegio de Abogados de Tacna no se queda atrás en la campaña de doña moralina. En el Diario Correo-Tacna, del 23 de agosto 2006 se lee: “La reciente evaluación de los abogados a los jueces y fiscales del Distrito Judicial de Tacna, en la cual sólo el 25 % obtuvo la calificación de ‘bueno’ y la diferencia la calificación de ‘regular’ en su desempeño en cuanto a celeridad, trato y honestidad, servirá como base para elaborar un diagnóstico de cómo se administra la justicia…” Esto es, vagancia, ineficiencia y corrupción fueron los ítems evaluados. Para evaluar, las opciones de respuesta fueron: Muy Bueno, bueno, regular, malo, muy malo. Bien para los dos primeros ítems, pero… para evaluar Honestidad… Nosotros creíamos que entre la honestidad y la deshonestidad no hay término medio. ¡Sorpresa! Se concluye que el 75% de los evaluados son todos honrados, pero el poncho no aparece. El diagnóstico, a nuestro humilde entender, indica que evaluados y evaluadores están enfermos, muy enfermos.

[18] ¿Higienizar? Seguramente el muy cándido revisará alas y patas de todo palmípedo que labore en el Gobierno Regional, y con eso garantiza que las prescripciones de la higiene se cumplan. O, tal vez el “párvulo”, se refiera a deshacerse de la corrupción. Y si esa es la intención: no se lo predica, no se hace alarde de ello, ni el 99% de las ideas rectoras deben referirse a ese tema. Por último, aprenda de los canes y recuerde que !perro que ladra no muerde¡ Y ¡¡san se acabo!!

[19] K Marx, El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Ob. Es. Tomo I. Edit. Progreso Moscú, 1971, Pág. 232-233

[20] Jorge Basadre, Este Perú dulce y cruel, CADE 1979

[21] JCM, Tomo 13, Edición 1979, Pág. 222

[22] Guano y Burguesía en el Perú, Heraclio Bonilla, Instituto de Estudios Peruanos, 1974, Pág. 171.

[23] “Los candidatos (a las elecciones generales), en menor o mayor grado, plantean que los empresarios peruanos son propulsores del desarrollo. No conozco empresario grande vivo en el Perú que no esté animado de un espíritu depredador, de un ánimo rentista y tenga el mínimo concepto de lo nacional. Es una verdadera raza de Caín, que como decía Baudelaire, pulula y se reproduce como chinches en la madera. ¿Es esto pesimista? ¡No! Reconocer una realidad es el primer paso para liberarse de lo negativo. El empresariado peruano es herencia de lo español y lo peor de lo europeo ya que carece de pionerismo, de identidad como nación. Nuestra esperanza futura está que ese ingenio ancestral del peruano que por casi medio milenio se desvió – por lo español- a la pendejada, la cutra y la coima, se reconvierta en las bases mismas de la memoria colectiva en una fuerza colectiva y solidaria y haga resurgir la pasión creadora que tanto necesitamos.” Pedro Fecha, Diario Liberación del 26 feb. 2001 Artículo “Genaro, como un romero cualquiera”.

[24] JCM, Tomo 4, Edición 1967, Pág. 164

[25] Jorge Basadre, Perú: Problema y posibilidad.

sábado, 2 de enero de 2010

HITOS DEL MANIFIESTO DEL PODER CÍVICO DEL PUEBLO PERUANO



El Manifiesto del Poder Cívico del Pueblo Peruano MPC, es la síntesis del Programa de Cambio Social para reivindicar la plena vigencia del Camino de Mariátegui en todo cuanto se refiere a la organización del proletariado, al Frente Unido del Pueblo Peruano para el Resurgimiento del Perú y la estructuración de un nuevo Estado, el Estado Tipo Comuna.
En enero de 1983, se publica el primer esquema del Programa de Cambio Social en un artículo que lleva por título EL FRENTE UNIDO HOY y bajo el subtítulo “Plan del Estado de Nuevo Tipo” Aquí se señala que “un programa de acción de la nueva democracia, del frente unido, no se acuerda para la demagogia electorera ni para la bohemia subversiva. Un programa de acción es para la solución de la contradicción entre capitalismo y socialismo, para la ruptura entre la vieja democracia y nueva democracia, para la salida del 90% de la población hacia un Perú nuevo dentro del mundo nuevo” (Revista Punto de Vista 83-Año II, Nº 3, Enero-Febrero 1983-Lima)
La IIIG-SP (1970-1995) en su Balance Generacional de fecha 30.11.1985, Acerca de la Experiencia Histórica del Proletariado Peruano, resume sus siete logros, que la IV-G, debe asimilar, difundir y desarrollar. Al final de dicho balance, señala que “Queda por delante LA DÉCADA DEL CENTENARIO” y cita las siguientes tareas: El Partido Socialista, El Manifiesto del Poder, El Frente Unido Resurgimiento, El Autosostenimiento, La Normativa Comunista.
En planeación triple, subtítulo Nuestra Generación, señala que el trabajo de la IIIG-SP es un trabajo consciente y planificado como lo requiere la necesidad histórica de su época, y señala sus hitos:
Primer lustro 1970 – 1974 Toma de conciencia
Segundo lustro 1975 – 1979 Cuestionamiento de la Organización
Tercer lustro 1980 – 1984 Definición de la dirección
Cuarto lustro 1985 – 1989 Manifiesto del Poder
Quinto lustro 1990 – 1994 Liberación del potencial
En consecuencia el Manifiesto del Poder fue una constante en la tarea de la IIIG-SP que forma parte de los hitos de la sistematización del Socialismo Peruano. Teniendo como arma teórica la Base de Unidad Partidaria (Verdad universal, Verdad particular, Política concreta), la propagandización de los Cuatro Libros Fundamentales de JCM: Defensa del Marxismo, 7 Ensayos, Ideología y Política, Invitación a la Vida Heroica, y como centro el llamado a ¡Seguir por el Camino de Mariátegui para el Resurgimiento del Perú!
El 31 de enero de 1987 se publica el esquema del Manifiesto Siete Triples y las tres realidades y potencialidades del Perú: económica, social y política. Ese mismo año se realiza el I Simposio y en 1988 el II Simposio sobre el Programa de Cambio Social.
El 14 de junio de 1988 se publica Plan-Perú Siete Triples, el Programa de Cambio para el Resurgimiento del Perú.
El origen de las Siete Triples 7T está en la obra de JCM. Por ello, aparte de la literatura específica de la verdad universal, representada en las obras de los maestros del proletariado (Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao), la literatura específica de nuestra verdad particular, del Socialismo Peruano está representada en la obra de JCM.
MANIFIESTO SIETE TRIPLES
1. Contra la NACIONALIZACION - De la Tierra
Desnacionalización TRIPLE - Servicios Básicos
- Industrias Básicas

2.-Contra el EXPROPIACION -De la tierra latifundaria
Latrocinio TRIPLE - Banca Privada
-Comercio Exterior de la vieja
Democracia.
3.-Contra el PROPIEDAD - Social (proletaria)
Despojo TRIPLE - Individual (cooperativo-
Colectiva)
- Privada (De Burguesía
Nacional de Empresas
Mixtas.

4.- Contra la MONOPOLIO - De Finanzas
Rapiña TRIPLE - Comercio Mayorista
- Comercio Exterior

5.- Contra el ORGANIZACION - Ayllu, Marca, Suyo
Desgobierno TRIPLE Como Unidades de triple
Integración de la
producción, administración
y gobierno.

6.- Contra la CULTURA - Científico-Técnica
Incultura TRIPLE - Físico- Deportiva
- Ético-Espiritual

7.- Contra la PLANEACION - Corto Plazo (5 años)
Improvisación TRIPLE - Mediano Plazo (15 años)
- Largo Plazo (25 años)

Para explicar en detalle las 7T se requiere conocer una serie de conceptos. Por el momento daremos una visión general de las relaciones entre cada triple y la cuestión del poder.
1.- La nacionalización triple expresa el problema económico del Poder, el problema de la renta. La renta absoluta, la renta diferencial.
2.- La expropiación triple expresa el problema político del Poder, el problema de las clases. Se nacionaliza toda la tierra, pero se expropia únicamente la tierra latifundaria.
3.- La propiedad triple expresa el problema estatal del Poder. De la propiedad social emana la dictadura, la clasiarquía, el dominio de clase del proletariado.
4.- El monopolio triple expresa el problema interno del Poder, el problema de las relaciones de clase, la vía para la utilización, limitación, transformación de las demás clases y capas sociales que forman parte del pueblo.
5.- La organización triple expresa el problema histórico del Poder. Se mantiene el Estado en tanto aparato burocrático-militar o surge el Estado en tanto aparato comuna.
6.- La cultura triple expresa el problema social del Poder, el desarrollo del país, de la sociedad a través de la educación para el trabajo.
7.- La planeación triple expresa el problema humano del Poder, el paso del reino de la necesidad al reino de la libertad a través de planes generacionales.
Cuando se conoce la visión general de las relaciones entre las 7T y la cuestión del Poder se comprende el gran llamado de JCM. “Hay que prestar toda la atención posible a tres cosas: la preparación teórica socialista de nuestros grupos; el estudio directo de nuestros problemas conforme al método marxista; la vinculación con las masas”
La preparación teórica socialista implica el conocimiento del Comunismo Científico. El estudio directo de nuestros problemas implica el conocimiento del Camino de Mariátegui. La vinculación con las masas implica el conocimiento del Programa General.
El 17 de julio de 1988 se publica el MPC en el diario LA VOZ. Y por coincidencia, ese mismo día y en el mismo periódico se publicó la Tesis Política de Izquierda Unida en una voluminosa separata.
El Manifiesto Siete Triples se difunde como folleto desde el año de 1989 en sucesivas ediciones. En consecuencia, el 14 de junio de 2008, se cumple el 20º Aniversario del MPC.
Ahora que el Frente Unido va logrando su espacio político es necesaria una capacitación específica de militantes, aspirantes y simpatizantes a través de ciclos de estudios permanentes, cíclicos y de carácter promocional. Por tanto, la vinculación con las masas es permanente y el objetivo es lograr la dirección sobre el pueblo todo. Y el Camino de Mariátegui es el estudio directo de los problemas nacionales para lograr la hegemonía en el m.s.n., en la clase.
El Manifiesto del Partido Comunista, de Marx y Engels, es el primer documento programático, que plantea como fundamental la cuestión del Poder, esto es “la cuestión de la propiedad” Y en el caso del Perú, el 07.10.28, JCM en sus famosos Principios Programáticos del Partido Socialista, propone el primer Programa Socialista. El mismo que será actuado sobre la base de la instauración del Estado Comuna, partiendo de su célula básica el municipio democrático.
Consideramos que el mejor homenaje al 80º Aniversario de la Creación Heroica de José Carlos Mariátegui, es participar activamente en la organización y realización del magno certamen convocado para el 7 de octubre de 2008.
Domingo Suárez
28.04.07