lunes, 10 de marzo de 2014

UCRANIA EN EL OJO DE LA TORMENTA (2): RAFAEL POCH – PEPE ESCOBAR - ALFREDO JALIFE-RAHME


La primavera fracasa en Ucrania

Asia Times Online
10-03-2014
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

La promoción de la excepcionalidad estadounidense de “democracia” entra en acción: Washington ha reconocido un golpe de Estado en Ucrania que cambió el régimen de –a pesar de sus evidentes faltas– un gobierno democráticamente elegido.

Y el presidente ruso Vladimir Putin, ya habló el año pasado sobre cómo Rusia y China decidieron comerciar en rublos y yuan, y destacó cómo Rusia tiene que abandonar el “excesivo monopolio” del dólar de EE.UU. Tenía que saber que el Imperio devolvería el golpe.

Ahora hay más: el consejero presidencial ruso Sergey Glazyev declaró a RIA Novosti: Rusia abandonará el dólar estadounidense como moneda de reserva si EE.UU. impone sanciones contra la Federación Rusa”.

Por lo tanto el Imperio devolvió el golpe dando “una pequeña ayuda” al cambio de régimen en Ucrania. Y Moscú contestó tomando el control de Crimea en menos de un día sin disparar un tiro –con o sin brigadas de elite Spetznaz (think-tanks basados en el Reino Unido dicen que participan; Putin dice que no).

La evaluación de Putin de lo que ocurrió en Ucrania es realmente correcta: “una toma anticonstitucional y armada del poder”. Queda abierto un interminable debate, en su mayor parte desagradable, sobre si el Kremlin exageró en su reacción o no. Considerando el historial de una satanización generalizada de Rusia y Putin que ha tenido lugar durante años –y que ahora llega a un nivel febril– la rápida reacción del Kremlin fue bastante mesurada.

Putin aplicó Sun Tzu al pie de la letra, y ahora juega EE.UU. contra la UE. Ha dejado en claro que Moscú no necesita “invadir” Ucrania. El tratado de partición de 1997 de Ucrania-Rusia permite específicamente tropas rusas en Crimea. Y después de todo Rusia es un activo proponente de soberanía estatal; este principio lleva a que Moscú rechace una “intervención” occidental en Siria.

Dejó abierta la puerta para –oh cósmica ironía de ironías– una invención/intervención estadounidense (y eso, predeciblemente, no fue detectable por los medios corporativos occidentales; la R2P –responsabilidad de proteger– de la ONU en caso que los fascistas y neonazis alineados con Occidente en Ucrania amenazaran a civiles rusos o ruso parlantes con un conflicto armado. Samantha Power debe estar orgullosa de sí misma.

No te metas con la inteligencia rusa

“Occidente” ha aprendido una vez más que no hay que meterse con la inteligencia rusa, que rápidamente previno en Crimea una réplica del golpe en Kiev, precipitado en gran parte por UNA-UNSO – una tenebrosa fuerza paramilitar derechista de primera vinculada a la OTAN, que utiliza Ucrania como base, como lo denuncia William Engdahl.
Y Crimea fue una operación aún más lóbrega, porque esos neonazis de Ucrania Occidental trabajaban en tándem con yihadistas tártaros (la Casa de Saud será fuertemente tentada a financiarlos desde ahora).

En los hechos, el Kremlin tiene razón cuando señala que el golpe fue esencialmente realizado por fascistas y “nacionalistas” de ultraderecha – código occidental para neonazis. El miembro del consejo político del partido Svoboda (“Libertad”), Yury Noyeby incluso admitió abiertamente que se utilizó la integración con la UE como pretexto “como medio para romper nuestros vínculos con Rusia”.

Los medios corporativos occidentales siempre olvidan convenientemente que Svoboda –así como los fascistas del Sector Derecho– siguen los pasos del fascista/terrorista de Galicia Stepan Bandera, un agente tristemente célebre de un conjunto de agencias de inteligencia “occidentales”. Ahora Svoboda ha logrado incluir no menos que seis mandamases como parte del nuevo régimen en Kiev.

Además existen los nuevos gobernadores regionales nombrados para el predominantemente rusófono este y sur de Ucrania. Son –qué iban a ser– oligarcas, como ser los multimillonarios Sergei Taruta instalado en Donetsk e Ihor Kolomoysky instalado en Dnipropetrovsk. La gente en Maidán en Kiev protestaban sobre todo –quiénes iban a ser– contra los oligarcas cleptócratas. Una vez más, los medios corporativos occidentales – que hablaron incansablemente de un levantamiento “popular” contra la cleptocracia – no se dieron cuenta.

Una vez más, seguid el dinero

Las reservas de divisas extranjeras de Ucrania, cayeron –solo en las últimas cuatro semanas– de 17.800 millones de dólares a 15.000 millones. ¿Queréis comprar hryvnia? No realmente; la moneda nacional ucraniana se encuentra en una caída cósmica frente al dólar. Es una buena noticia solo para los buitres del capitalismo del desastre.

Y en el momento justo, el Fondo Monetario Internacional está enviando esta semana una “misión investigadora” a Ucrania. Los ucranianos de todo tipo tratarán de escapar pero no se podrán ocultar ante el “ajuste estructural”. Podrán juntar lo necesario para comprar un pasaje con sus despreciables hryvnia (ser un candidato para una visa a la llegada a Tailandia siempre es útil).

Los bancos europeos –que según el Banco de Pagos Internacionales (BIS) se enfrentan a más de 23.000 millones de dólares en préstamos impagos– podrían perder mucho en Ucrania. Los bancos italianos, por ejemplo, han prestado cerca de 6.000 millones.

En el frente del Ductistán, Ucrania depende fuertemente de Rusia: 58% de su suministro de gas. No puede exactamente diversificar y comenzar a comprar mañana de Catar – ¿con entrega mediante Qatar Airways?

E incluso mientras un 66% del gas ruso exportado a la UE transita a través de Ucrania, el país está perdiendo rápidamente su importancia como centro de tránsito. Tanto el gasoducto Nord Stream como el South Stream –desde Rusia por vía submarina– soslayan Ucrania. Nord Stream, terminado en 2011, vincula Rusia con Alemania por el Mar Báltico. South Stream, bajo el Mar Negro, estará listo antes del fin de 2015.

Geoeconómicamente, el Imperio necesita que Ucrania esté fuera de la unión económica eurasiática promovida por el Kremlin – que también incluye a Kazajstán y Bielorrusia. Y geopolíticamente, cuando el Secretario General de la OTAN, el engreído títere Anders Fogh Rasmussen, dijo que un paquete FMI-UE para Ucrania sería un “importante estímulo para la seguridad euro-atlántica”, esto dio el toque final; lo único que importa en todo este juego es que la OTAN “anexe” Ucrania como examiné anteriormente.

Siempre ha tenido que ver con el Imperio de Bases – igual que el cerco de Irán; igual que el “giro” hacia Asia equivalente al cerco de China; igual que el cerco de Rusia con bases y “defensa de misiles”. Pasando por sobre el cadáver colectivo del Kremlin, por supuesto.

Saqueemos ese yermo

La acusación del Secretario de Estado de EE.UU. John Kerry de que Rusia esté “invadiendo Ucrania”, en “violación del derecho internacional”, y “de vuelta al Siglo XIX”, es tan espectacularmente patética en su hipocresía –una vez más, considerad el historial de EE.UU.– que no merece comentarios de ningún observador informado. A propósito, es tan patético como su oferta de miserables 1.000 millones de dólares en “garantías de préstamos” – que apenas pagaría las cuentas de Ucrania durante dos semanas.

El gobierno de Obama –especialmente los neoconservadores del tipo “que se joda la UE”– ha perdido su maniobra agresiva. Y en cuanto a Moscú, no tiene ningún interlocutor en Kiev porque considera que el cambio de régimen es ilegal. Moscú también ve a “Europa” como un montón de plañideros perdedores consentidos – sin una política exterior común para comenzar.

Por lo tanto cualquier mediación depende de Alemania. Berlín no toma en serio la idea de “sanciones” – el sacrosanto mantra excepcionalista estadounidense; Rusia es un excelente mercado para la industria alemana. Y a pesar de todas las vociferaciones del Economist y del Financial Times, la City de Londres tampoco quiere sanciones; el centro financiero cuenta con los pródigos fondos político/oligárquicos rusos. En cuanto al “castigo” occidental a Rusia al amenazar con su expulsión del Grupo de Ocho, es un chiste. El G-8, que excluye a China, ya no decide nada relevante; el G-20 sí lo hace.

Si se realizara un amplio sondeo, revelaría que la mayoría de los ucranianos no quieren formar parte de la UE – así como la mayoría de los europeos no quieren a Ucrania en la UE. Lo que les queda a los ucranianos son los chupasangre del FMI, recibidos debidamente por “Yats” (como llama al primer ministro Yatsenyuk Vic –“Que se joda la UE”– Nuland).

Ucrania se arrastra hacia la federalización. Los cambiadores de régimen de Kiev no tienen influencia en Crimea autónoma – que es casi seguro que seguirá siendo parte de Ucrania (y, a propósito, Rusia se ahorrará los 90 millones de dólares de alquiler que paga por la base de Sebastopol, que hasta ahora tuvo que pagar a Kiev.)

La jugada final está prácticamente predeterminada; Moscú controlará gratuitamente una Crimea autónoma, y EE.UU./UE “controlarán”, o tratarán de saquear, al estilo del capitalismo del desastre, un páramo occidental ucraniano “administrado” por un montón de títeres occidentales y oligarcas, con algunos neonazis.

¿Qué hará entonces el dúo estratégico magistral Obama/Kerry? ¿Comenzarán una guerra nuclear?
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contactopepeasia@yahoo.com

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Ucrania: ¿la primera "guerra de granos y cereales" del siglo XXI?

10-03-2014

Mucha tinta se ha desparramado sobre la guerra del gas que infligió Rusia a la Unión Europea (UE) a través de Ucrania, por donde pasa 60 por ciento de las exportaciones gaseras de Moscú al viejo continente, de las cuales la tercera parte son destinadas a Alemania.

La misma Ucrania en sus nuevos tres conspicuos componentes –la parte occidental eurófila, la parte oriental rusófila y la exquisitamente sensible península de Crimea, que busca incorporarse a Rusia– depende del 60% de su importación del aún insuperable gas estatal ruso. Ucrania posee 39 millones de millones (trillones en anglosajón) de pies cúbicos en reservas de gas natural que aún no explota: ¡la cuarta parte de las reservas probadas mundiales!

Chevron –la omnipotente trasnacional estadunidense asesorada por la ex asesora de Seguridad Nacional del ex presidente Baby Bush que se despachócon la cuchara grande en el “México neoliberal itamita”– firmó con el fallido trapecista y saltimbanqui, el defenestrado presidente Viktor Yanukovich, un acuerdo por 10 mil millones de dólares para explotar el polémico shale gas (esquisto/lutita/grisú). Según los analistas, el problema radica en que la mayor parte de las reservas de shale gas se encuentran en la parte oriental rusófila de Ucrania.

Al unísono de su exquisita ubicación geoestratégica, la gran riqueza de las dos Ucranias y Crimea lleva a la colisión de los respectivos intereses de EEUU/OTAN/UE frente a Rusia, lo cual se manifiesta sensiblemente con los granos/cereales y el gas natural: en sus múltiples facetas de tránsito, importación desde Rusia y su futura explotación del shale gas por Chevron, Shell y Exxon Mobil. Un aspecto que no ha sido abordado lo constituye la primera guerra de granos del siglo XXI que se escenifica en Ucrania: tercera potencia exportadora de granos detrás de Estados Unidos y Argentina.

Se pudiera aducir que se escenifican otras guerras de los granos y cereales en forma subrepticia tanto en Sudán como en Argentina. Sudán, el otrora país más extenso y granero legendario de África, ha sido balcanizado en dos pedazos con la emergencia de Sudán del Sur, pletórico en petróleo, lo cual ha favorecido la agenda de Estados Unidos e Israel, de lo que poco se publicita a escala mundial.

Argentina –potencia de granos/cereales desde inicios del siglo XX– sufre una brutal guerra multidimensional, específicamente, en su muy vulnerable sector financiero que controla la dupla anglosajona (Estados Unidos y Gran Bretaña), que tiene en la mira a la Patagonia: el máximo granero sudamericano, además de ser su principal zona de reservas de petróleo y gas. Uno de los aspectos que se encuentran detrás de la exquisita ubicación estratégica de la península de Crimea radica en sus puertos, desde donde Ucrania, uno de los máximos productores de maíz y trigo del mundo, exporta sus granos y cereales, que le reditúan una sustancial parte de su PIB.

Según cifras del gobierno ucraniano (what ever that means), más del 50% de la economía de Crimea depende de la producción de alimentos y de sus industrias de distribución. El procesamiento de alimentos constituye un importante segmento de la economía de Ucrania y uno de cada cuatro trabajadores está empleado en la agricultura o en la silvicultura. Ucrania representa el granero de Rusia y de Europa debido a su negro suelo fértil (chernozem) y a sus pletóricas cosechas de granos (trigo, cebada, centeno, avena, girasol, remolacha, etcétera).

Según el World fact book de la CIA, Ucrania producía 25% de las exportaciones agrícolas de la ex URSS, mientras que en el presente exporta una sustancial cantidad de granos, lo cual se reflejó en el disparo de su cotización durante la delicada crisis del cambio de régimen fondomonetarista en Kiev y la respuesta rusa en Crimea. Las exportaciones agrícolas de Ucrania están dirigidas en 20% a Rusia, 17% a la UE, 7% a China, 6% a Turquía y 4% a Estados Unidos.

The Financial Times (Canasta de promesas en Ucrania, 17/12/12) rememora que “se libraron guerras entre Rusia, Polonia y el imperio otomano para controlar el valioso chernozem de Ucrania. En 2011, Ucrania tuvo una cosecha récord de 57 millones de toneladas, por lo que las adecuadas inversiones y la tecnología moderna de agricultura podría duplicar su producción de granos en la próxima década, según el BERD (Banco de Reconstrucción y Desarrollo de Europa).

Varias de las seis trasnacionales del cártel anglosajón que controlan los granos y cereales –entre ellas Cargill, ADM y Bunge, al unísono de las procesadoras Nestlé y Kraft– han invertido miles de millones de dólares en la pasada década en Ucrania debido a su enorme potencial agrícola. También hacen cola en el chernozem las temibles Monsanto y DuPont Pioneer. Hoy Ucrania obtiene 12 mil millones de dólares de sus exportaciones de granos/cereales y parte de su controvertida asociación mercantil con la UE, lo cual supuestamente detonó la crisis gubernamental en Kiev, versa sobre las exportaciones de granos/cereales al Medio Oriente y África, donde la crisis alimentaria fue el detonador de las revoluciones árabes.

El fundamental atractivo de Ucrania para su incrustación al mercantilismo europeo contempla(ba) su entronización como la canasta de pan y carne de Europa mediante una mayor laxitud para la renta y/o compraventa de sus terrenos fértiles. Anna Vidot considera que la escalada en Ucrania puede tener un impacto significativo en los mercados globales de granos ya que la región del Mar Negro es una de las más importantes encrucijadas de producción y exportación de granos: Ucrania sola produce la misma cantidad de trigo que Australia. La escalada en Crimea llevó al alza del petróleo, el oro y los granos (un 40%).

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos estima que Ucrania abastece 16% del total global de maíz y trigo, cuyo mayor transporte pasa por el exquisitamente súper estratégico puerto de Sebastopol (Crimea), sede de la flota rusa en el Mar Negro. Sin contar las abundantes reservas marítimas de gas natural en la parte de Crimea en el Mar Negro, lo real es que la balcanización de facto de las dos Ucranias y Crimea conlleva como corolario la fractura catastral también de sus reservas de shale gas y de sus granos/cereales. Los cruces geopolíticos de los hidrocarburos con los granos/cereales suelen ser trágicos.

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El referéndum de Crimea profundiza la tensión este-oeste

La Vanguardia
07-03-2014

En su lectura más profunda, la crisis es consecuencia del pisoteo de la “Carta para una nueva Europa” firmada en París en noviembre de 1990.

La peor crisis Este/Oeste desde el fin de la guerra fría se enreda por momentos. El Imperio del Oeste ha promocionado un golpe de Estado en Kíev. El Imperio del Este ha contestado ocupando militarmente Crimea. Ambos juegan con el sentir popular y lo usan en su propio provecho. En Kíev para colocar un gobierno que dé pasos rápidos hacia la disciplina europea y la integración en la OTAN, aunque no sea muy representativo. En Simferópol, la capital de Crimea, para justificar una invasión, aunque se trate de tierra rusa. Ayer nuevos pasos acelerados en ambas direcciones: el parlamento de Crimea celebrará en diez días un referéndum para salir de Ucrania y unirse a Rusia. Occidente baraja todo tipo de sanciones y mueve tropas y armadas en el Báltico, Polonia, Egeo y Mar Negro. En broma, en broma, se avanza hacia una versión cutre de la crisis de los misiles de 1962. Ahora la isla se llama Crimea.

La decisión del parlamento local se tomó por 78 votos contra cero y 8 abstenciones. El referéndum, inicialmente previsto para el 30 de marzo y con una pregunta para incrementar la autonomía, se adelanta para el 16 con una pregunta sobre si se desea la unión con Rusia. Aunque Putin dijo de forma categórica el martes que “Rusia no considera” una anexión de Crimea, hacerlo será mucho más fácil de lo que fue desgajar Kosovo de Serbia. Las violaciones de la “integridad territorial” son últimamente algo bastante corriente. Lo único que cambia es la coreografía.

Sergei, un marinero de Odesa, me explica dónde queda el sentir popular de los ucranianos en medio de este insensato tira y afloja que obliga a la Madre Rusia, a la que se quiere arrinconar en la línea del Dnieper, a empuñar el fusil. Sergei, unos 45 años, es marinero en tierra y vende souvenirs junto al monumento al Duque de Richelieu, gobernador de esta ciudad a principios del XIX. Por un lado detesta al nuevo gobierno de Kíev que ha sustituido al del Presidente (legítimo y huído) Viktor Yanukovich, al que califica de “podrido”. Por el otro lado, no le gusta la machada militar rusa en Crimea. Después de más de veinte años Ucrania es un país independiente y no se puede atropellar su soberanía.

“Eso no va a gustar ni siquiera en amplios sectores de la Ucrania del Este y del Sur”, dice, refiriéndose a la parte del país más favorable a Rusia. No tiene muchas dudas acerca de que el movimiento Maidán fue una magnífica manipulación del general sentir popular contra la podredumbre. Cree que los francotiradores fueron la guinda que decidió el cambio de régimen. ¿Por cuenta de quién?; “evidentemente, de los que han salido ganando con ello”. Lo de Crimea es un esperpento: las tropas que hay allá son, evidentemente, rusas por más que Moscú niegue la evidencia y hable de espontáneos “grupos de autodefensa”.

Esta opinión, informada pese al enorme sectarismo de los canales de televisión -los rusos al servicio del Kremlin, los ucranianos en manos de magnates en sintonía con Euroatlantida- sutil y matizada en sus acentos, es precisamente la mayoritaria en el país, de acuerdo con las encuestas disponibles: no al ingreso en la OTAN (por eso sus partidarios no quieren oír ni hablar de un referéndum ucraniano sobre ese tema), sí a la independencia y soberanía nacional de Ucrania y sí también a unas relaciones fluidas, estrechas y fraternales con Rusia (no confundir con la persona o el régimen de Putin), sin que ello quiera decir que nos dejamos invadir por amor. Si esto es así, ¿cómo se ha llegado al actual desbarajuste? Se trata del esquema general de la seguridad europea.

En noviembre de 1990 los países de la CSCE (hoy OSCE), es decir la URSS y Euroatlántida, firmaron en el Palacio del Elíseo, la “Carta de París para una nueva Europa”. Aquel documento contenía el diseño de una seguridad continental integrada, es decir el fin de la guerra fría. Su preámbulo proclamaba que, “la era de la confrontación y división de Europa ha concluido”. En el apartado, “relaciones amistosas entre estados participantes” se afirmaba: “La seguridad es indivisible. La seguridad de cada uno de los estados participantes está inseparablemente vinculada con la seguridad de los demás”. En el apartado “Seguridad”, se anunciaba, “un nuevo concepto de la seguridad europea” que dará una “nueva calidad” a las relaciones entre los estados europeos. “La situación en Europa”, se prometía, “abre nuevas posibilidades para la acción común en el terreno de la seguridad militar. Desarrollaremos los importantes logros alcanzados con el acuerdo CFE (desarme convencional en Europa) y en las conversaciones sobre medidas para fortalecer la confianza y la seguridad”. Se ponía incluso fecha a los compromisos; “iniciar, no más tarde de 1992, nuevas conversaciones de desarme y fortalecimiento de la confianza y la seguridad”. En lugar de eso se abrió paso una seguridad a costa de la seguridad del otro. Hubo ampliación, globalización y avance de la OTAN, allí donde Moscú se había retirado. El ingreso en el bloque militar contra Rusia se ofreció como antesala del ingreso en la Unión Europea. Muchos ex satélites y ex víctimas de Moscú corrieron entusiasmados hacia ese alivio. Adoptando el capitalismo, Rusia no ofrecía el rostro más benigno. Pero ese país y sus intereses existen. Su diplomacia reclama desde 1992 el esquema de la Conferencia de París y en lugar de ello le ofrecen escudos antimisiles “contra Irán” en Rumania y Polonia, y cuando se queja le acusan de “imperial”. Ahora le enfrentan a algo equiparable a si Estados Unidos tuviera que convivir con un Canadá miembro de un bloque militar hostil.

Para realizar esta genialidad se ha colocado en Kíev el primer gobierno con ministros ultraderechistas y antisemitas (el partido Svoboda tiene seis carteras y mucho de eso) desde 1945. Occidente tiene suerte de que el régimen político de Rusia carezca de todo atractivo social y popular, y se asiente exclusivamente sobre el nacionalismo. De lo contrario, el barrido eslavo oriental sería imparable. Mientras tanto, maniobras en el Báltico y en Polonia, un portaviones con acompañamiento de armada en el Egeo, sanciones a la vista y pronto tensión en el Mar Negro.

Kíev califica de “farsa” la consulta

Crimea no puede decidir por sí sola su salida de Ucrania, dijo ayer el presidente de la Rada de Kiev, Aleksandr Turchinov, formal “jefe de Estado interino” del nuevo régimen. “Según el artículo 73 de la Constitución, solo un referéndum de toda Ucrania puede examinar la cuestión de las fronteras y los cambios territoriales”, dijo Turchinov en un breve mensaje televisado. ”Esta decisión es ilegítima, es una farsa”, concluyó. Crimea ha desconectado canales de televisión ucranianos. Ucrania desconectó anteayer canales rusos. Ambas partes practican una intensa guerra propagandística, omitiendo los informes que no les convienen. El ambiente en las ciudades ucranianas es tranquilo. Las manifestaciones de los últimos días apenas congregan a centenares de personas. El rechazo y la indisposición hacia la violencia es absolutamente mayoritario. La llamada a la movilización de reservistas lanzada por Kíev ha sido completamente ignorada.



Presentado un proyecto para acelerar el ingreso de Ucrania en la OTAN

La Vanguardia
07-03-2014
Un grupo pro ruso espanta en Crimea al enviado especial de la ONU, Robert Serry, obligado a refugiarse en un café


El ministro de exteriores estoniano explicó por teléfono a Ashton que tras los francotiradores que precipitaron el cambio de régimen en Kíev con una matanza podía estar "alguien del actual gobierno", señala una filtración confirmada.

Mientras se discute para quién trabajaban los francotiradores que el 20 de febrero precipitaron el cambio de régimen en Ucrania matando indiscriminadamente a manifestantes y policías en las calles de Kíev, un grupo de diputados ucranianos ha presentado un proyecto de ley para declarar prioritario el ingreso del país en la OTAN. 

Ucrania dejaría de ser un "país no alineado con ningún bloque", como señala su actual legislación, para priorizar el ingreso en el bloque militar occidental, de acuerdo con la iniciativa que fue registrada ayer en la Rada (Parlamento) con el número 4354. Entre los diputados iniciadores, todos del partido "Batkivshina" (Patria) de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, figura Boris Tarasiuk, que fue dos veces ministro de exteriores, la última vez tras la "Revolución naranja". 

Tarasiuk es fundador del "Instituto para la Cooperación Eutro-Atlántica", un lobby de la OTAN, y fue jefe de la representación de Ucrania en la Alianza. "Batkivshina" es apoyado por Washington y tiene mayoría en el actual gobierno, creado el 27 de febrero, una semana después de que la matanza de más de veinte manifestantes y policías por misteriosos francotiradores precipitara el hundimiento del régimen de Victor Yanukovich, opuesto a la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea. La asociación con la UE incluye el compromiso de una aproximación de Ucrania a Occidente en materias de seguridad y política exterior. El actual gobierno y la Unión Europea se declararon ayer a favor de cerrar ese acuerdo de asociación antes de la celebración de elecciones en Ucrania. 

En este contexto se filtra la conversación mantenida por el ministro de exteriores estoniano, Urmas Paet, con la responsable de la política exterior de la Unión Europea, Margaret Ashton. En ella queda claro que, tras una visita de Paet a Kíev el 25 de febrero, el ministro se tomaba muy en serio que, "detrás de los francotiradores no estaba Yanukovich, sino alguien de la nueva coalición" que hoy gobierna en Kíev. "Es interesante", contesta Ashton. La fuente de Paet identificada como "Olga", era la jefa del dispositivo médico del Maidán (la protesta popular apoyada por Occidente), Olga Bogomolets, que rechazó un cargo en el nuevo gobierno. 

"Olga ha dicho que todos los indicios muestran que la gente fue muerta por los mismos francotiradores, tanto policías como manifestantes" (...) "dice que todos los muertos llevan la misma firma, los mismos tipos de balas, y es verdaderamente preocupante que la nueva coalición no quiera investigar qué pasó exactamente". "Eso les desprestigia ya desde el principio", dice Paet a una Ashton que solo comenta, "Si, es terrible". 

El ministerio de exteriores estoniano ha confirmado la autenticidad de la conversación pero ha subrayado que Paet transmitía a Ashton el punto de vista de una tercera persona y no el suyo. 

Guerras, invasiones y golpes de Estado comienzan frecuentemente con oscuros atentados en los que la pregunta estándar es, ¿a quién benefician? Varios edificios volaron por los aires en Moscú en vísperas de la segunda guerra de Chechenia. Moscú adjudicó el asunto al terrorismo checheno. La intervención de la OTAN en Bosnia ocurrió tras un sonado atentado en el mercado de Sarajevo, que se atribuyó al cerco serbio. La intervención en Kósovo tuvo escenificaciones previas aún más espectaculares y la actual guerra de Siria ha repetido el guion con diferentes incidentes dudosos de uso de armas químicas y ataques a Turquía. 

En Crimea un grupo de alborotadores pro rusos, uno de ellos armado, espantó a Robert Serry, enviado especial de la ONU para observar la situación. Su coche fue bloqueado y Serry tuvo que refugiarse en una cafetería ante la que el grupo vociferaba. "Muy desagradable", resumió un periodista que le acompañaba. Serry era el primero de 18 "observadores internacionales" que deben visitar la Península controlada por Rusia y un gobierno afín. Moscú ha eludido invitar a los observadores alegando, que no es su territorio y que Ucrania es un país independiente. "Serry no fue secuestrado, sino amenazado", dijo la vicesecretaria general de la ONU, Jan Eliasson, quien dice que el incidente debe ser "seriamente condenado".

Fuente:
http://www.lavanguardia.com/internacional/20140306/54402081653/proyecto-acelerar-ingreso-ucrania-otan.html


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