lunes, 26 de enero de 2015

APOYAR LAS MOVILIZACIONES POR DERECHO AL TRABAJO DIGNO


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(25 de enero de 2015)
Por Miguel Aragón

David Aguinaga publicó el día 9 de enero el artículo Una nueva lucha juvenil popular está emergiendo, Anunciando nuevos tiempos. A los pocos días, Manuel Velásquez contribuyó a su difusión, al reenviarlo por varios grupos de correo. Actitud  muy acertada.

 Días después, el 20 de enero, Jaime Lastra divulgó el artículo El  curso de la marcha juvenil contra la “Ley Pulpín”. A las pocas horas, el artículo fue reenviado a otros destinatarios, primero por Hugo Laredo y luego por Bryan Serrano, ampliando así su difusión. Hugo Turpo también  lo ha reenviado por intermedio de un blog.  Eso se llama solidaridad.

Así, de uno en uno, se van sumando esfuerzos para apoyar  una causa común. Ellos no han sido los únicos comentaristas, pero si son los que yo siento más próximos. Otros analistas y luchadores sociales también  se han pronunciado sobre las acciones de masas que se están desarrollando en la ciudad y en el país.   Yo quiero sumarme a esta saludable corriente de apoyo solidario,  de acción conjunta,  divulgando en primer lugar los dos artículos  juntos, el de Aguinaga y el de Lastra.  

         Por el artículo de David Aguinaga me entero que a comienzos de diciembre se realizó una marcha organizada por los jóvenes dirigentes de la Federación de Trabajadores Textiles, la cual  vendría a ser la acción precursora de los sucesos posteriores, y así debe ser registrada y reivindicada.  Jaime Lastra  lleva el registro y anota que  las tres marchas del mes de diciembre se realizaron los días 18, 22 y 29 de diciembre, superponiéndose estas acciones con los días festivos de fin de año.
  
         la última movilización del día 15 de enero fue más amplia y diversa que las anteriores, notándose tres contingentes claramente diferenciados, y a la vez integrados.

El primer contingente, de seis columnas por aproximadamente 500 m de largo, estaba conformado mayormente  por personas adultas, por trabajadores agrupados alrededor de banderolas de sus organizaciones sindicales (textiles, cerveceros, construcción civil, maestros, trabajadores municipales, y otros más) y también por personas que habían asistido individualmente. El segundo contingente, también de seis columnas por aproximadamente  300 metros de largo, conformado mayormente por estudiantes, por  jóvenes agrupados en torno a las banderolas y carteles de sus centros de estudios (San Marcos, UNI, Villarreal, La Cantuta, etc.) y por algunos movimientos culturales y políticos, mayormente  estudiantiles. El tercer contingente, también de seis columnas por  aproximadamente 500 metros de largo estaba conformado mayormente por jóvenes,  y en menor cantidad por adultos, que en forma conjunta estaban agrupados por sectores territoriales, nueva forma de organización que se está experimentado en estas movilizaciones.

En los contornos  de la  de la Av. Nicolás de Piérola, entre la Plaza Dos de Mayo y el Parque Universitario, había  significativos agrupamientos  de personas que observaban y apoyaban con entusiasmo el paso de la muchedumbre.

Yo estimo, que ese día, en total  deben de haber concurrido más de 15 mil personas, rodeadas por cerca de 2 mil policías, un policía por cada siete manifestantes nos da una idea clara del carácter policiaco y autoritario del actual gobierno de turno.
        
Una característica, muy importante, que debo destacar es la amplia participación de las mujeres. Ellas  eran aproximadamente  el 40% del total de manifestantes.  Esta característica, resulta  muy significativa, y  nos puede dar un indicio que esta será  una lucha prolongada.

         Está demás anotar, que no coincido plena y totalmente, con todos los argumentos y propuestas de Aguinaga y Lastra. Pero eso, en el momento,  es lo de menos. Lo más importante es subrayar y fortalecer los puntos de coincidencia, que son mayoritarios. Para el tratamiento de las diferencias, tenemos mucho tiempo por delante, y será el propio tiempo y la acción práctica de las masas, la encargado de ayudar a superarlas una por una.

         Invito a todos los amigos, seriamente interesados en fortalecer el frente unido del pueblo peruano, a leer, comentar y debatir las propuestas que trascribo a continuación, así como las opiniones emitidas o por emitir en los próximos días por otros compañeros.  



UNA NUEVA GRAN LUCHA JUVENIL POPULAR ESTA EMERGIENDO
ANUNCIANDO NUEVOS TIEMPOS
Por David Aguinaga


Esta es la opinión inicial de un veterano presente en las actuales luchas juveniles, con algunas pequeñas modificaciones exclusivamente de forma respecto a su primera versión.

Una nueva etapa de la lucha popular peruana puede estar iniciándose con las actuales grandes movilizaciones juveniles de fines de diciembre del 2014 en Lima. Estas movilizaciones contienen un conjunto de características, virtudes y también, naturalmente, actuales limitaciones; pero no pueden sino estar condicionadas por un determinado nuevo contexto económico-social y político, forjado en los últimos lustros, que es indispensable avanzar en su interpretación para contribuir de la manera más certera posible a potenciar el desarrollo de este movimiento; comenzando por expresar a los cuatro vientos la enorme alegría que nos produce.

Es evidente la abrumadora mayoría juvenil multitudinaria de estas movilizaciones, cada vez mejor organizadas, que van haciendo quedar en el recuerdo aquellas de los años 90, cuando en medio de trabajosas, esporádicas y pequeñas movilizaciones de adultos y adultos mayores, nos preocupaba la presencia de solo unos cuantos jóvenes.

Sin embargo, el nuevo movimiento juvenil de estos días no ha surgido de repente, de la nada, sino que retrotrae sus antecedentes y gérmenes por lo menos hasta la lucha contra la denominada “Repartija” en el Congreso (agosto del 2013) y sus principales contingentes y líderes han seguido fogueándose en la lucha estudiantil y sobre todo al lado del nuevo movimiento obrero, particularmente textil, así como también en las lides electorales municipales. En verdad, la primera movilización juvenil contra la Ley Pulpín (movilización cero) fue organizada y convocada exitosamente por los jóvenes dirigentes de la Federación Nacional de Trabajadores Textiles del Perú, en los primeros días de diciembre del 2014.

Es por ello que este movimiento juvenil ha conseguido esclarecer rápidamente su objetivo inmediato: la derogatoria de la Ley del Régimen Laboral Juvenil, así como los principales blancos de su actual lucha: la central patronal burguesa (la CONFIEP) y su gobierno de turno, aquel que, siguiendo los dictados del BM y el FMI en representación de la gran burguesía peruana y las grandes transnacionales, encabezan  visiblemente hoy Ollanta Humala y Nadine Heredia, en abierta abjuración de su prédica y promesas patrióticas y progresistas de varios años.

Pero, los socialistas tenemos el deber de ahondar el diagnóstico de esta nueva lucha, enfocándola en su real dimensión histórica y clasista, para contribuir en la comprensión y aplicación de las más adecuadas medidas de lucha.


Es justo reconocer que los presentes avatares juveniles representan también una continuación de las luchas populares de los últimos lustros, por lo menos desde la “Marcha de los cuatro suyos”, que hirió de muerte al gobierno fujimontesinista y permitió su derrota; del arequipaso, durante el Gobierno de Toledo; del baguaso, durante el segundo gobierno de Alan García y la lucha contra la imposición de la mina Conga, al inicio del actual gobierno; por solo señalar los momentos de combate popular más altos y emblemáticos de estos últimos años. En las presentes circunstancias históricas, ciertamente que todas éstas fueron y son muy valiosas y pioneras luchas del pueblo peruano, dirigidas ciertamente -como no podía ser de otra manera debido a la actual naturaleza del poder económico y político en el Perú- contra el gran capital nativo y transnacional y sus gobiernos de turno. Pero, en estas nuevas condiciones, son heroicas luchas precursoras, protagonizadas por clases y capas populares no proletarias, fundamentalmente de pequeños y medianos productores, sobre todo campesinos, seriamente afectados por la nueva fase de desarrollo de la producción industrial capitalista, en la ciudad y sobre todo en el campo, impuesta en medio de esta etapa de más de 20 años de aplicación del capitalismo neoliberal en una semicolonia, como lo sigue siendo nuestro país, que ve profundizarse así la vieja naturaleza colonial de su economía, pero con un contenido más capitalista.

Efectivamente, en nuestro país, esta nueva etapa capitalista, de factura neoliberal, es principalmente extractivista y primario exportadora. Bien visto, este aspecto de la actual estructura productiva y económica, que es la forma dominante deliberadamente conseguida por la reestructuración y la nueva construcción capitalista neoliberal en nuestro país, es el que más directamente afecta principalmente al campo y los campesinos, a quienes en última instancia busca expulsar de sus tierras y condiciones materiales básicas de existencia, para imponer socavones y, sobre todo, tajos abiertos por casi todo el territorio nacional; destruyendo también con ello, de manera cada vez más peligrosa, fundamentales sistemas ecológicos de su privilegiada naturaleza; expresando de esta manera la antagonización, cada vez más aguda y destructiva de la contradicción sociedad humana-naturaleza en nuestro país, entre un capitalismo cada vez más rapaz e irracional y la dinámica de la naturaleza, principalmente de sus delicados tejidos ecológicos forjados en millones de años de evolución natural y últimamente social. Mas, en las nuevas condiciones, social e históricamente hablando, esta heroica lucha campesina corresponde, en un sentido (es decir, dialécticamente analizado), a la contradicción entre dos etapas del capitalismo, entre el presente y el pasado capitalistas, de muy difícil o imposible solución progresista y civilizada en los marcos del capitalismo.


Pero, la actual multitudinaria lucha de los jóvenes peruanos difiere de la antes señalada, por su ubicación histórica y su naturaleza sistémica y clasista, al encontrarse en el eje de la actual etapa de desarrollo capitalista y sus dos clases fundamentales: CAPITAL-TRABAJO. Representan no solo la continuidad de la lucha popular sino probablemente un salto cualitativo en el proceso de lucha del conjunto del pueblo peruano o, por lo menos, su  anuncio. La última etapa de desarrollo capitalista en el Perú no ha sido exclusivamente extractivista y primario exportadora. Secundaria pero significativamente también crecen otras ramas de la producción capitalista en las urbes, como la textil, construcción, alimentos, plásticos y otras, así como el gran comercio capitalista, expresado ante todo en los nuevos grandes súper mercados. De estas ramas, sumadas a la industria minera y la agro exportadora, está emergiendo lo más progresivo y potencialmente revolucionario de esta nueva realidad capitalista: la tercera etapa histórica de desarrollo de la clase obrera peruana

Por supuesto que la mayoría de jóvenes movilizados pertenecen a distintas capas de la pequeña burguesía urbana, pero, por el enemigo social y político y el contenido social del instrumento legal que están enfrentando (el régimen laboral capitalista neoliberal  juvenil), que, a su vez, no es sino uno de los pasos dentro del proceso de profundización de la mayor esclavización capitalista neoliberal del conjunto de los trabajadores peruanos, estos jóvenes están combatiendo más que por su presente, por su futuro proletario. Y es por eso que han sabido responder al llamado inicial de los dirigentes jóvenes del nuevo proletariado (sobre todo de la Federación Nacional de Trabajadores Textiles y luego de la sección juvenil de la CGTP) y unirse con los sindicatos de trabajadores jóvenes para desarrollar estas nuevas prometedoras luchas.


Esto quiere decir que -en lo fundamental todavía espontáneamente- en el Perú estamos entrando  a una nueva fase de lucha, inicialmente más anticapitalista y proletaria, protagonizada y empujada, no por casualidad, por una nueva generación que ha desarrollado su aún corta vida enteramente en las condiciones del nuevo capitalismo y la nueva tecnología; empezando a forjar en el combate una estrecha alianza entre la juventud estudiantil popular y el nuevo proletariado joven.

No obstante, esta importante alianza es insuficiente. Se hace necesario extender la convocatoria y abrir los brazos a todas las generaciones de trabajadores asalariados ocupados y desocupados de las ciudades y el campo, así como buscar y alcanzar la alianza estratégica con los trabajadores no proletarios del campo y las urbes provincianas y de Lima, al mismo tiempo que se va construyendo una síntesis cada vez más concentrada y consciente, es decir política y teórica, de estas alianzas y del conjunto de sus condiciones de lucha.

En ese vital sentido, en términos prácticos, resalta la necesidad y conveniencia de convocar para la nueva movilización del 15 de enero de este nuevo año a los gremios obreros, campesinos, barriales, magisterial, indígenas, de mujeres y otros, para que participen más activamente apoyando la lucha de los de nuestros jóvenes.

Quedará para un próximo intercambio de opiniones, qué actitud política asumir ante la nueva burguesía media emergente peruana, mayoritariamente de origen indo-mestizo y campesina; la cual, empleando ampliamente el aspecto informal que permite y también utiliza el capitalismo neoliberal, súper explota al proletariado peruano bajo su mando, manteniéndolo en tan precarias condiciones de trabajo y de vida, sin casi ningún derecho social y laboral; lo que, sin embargo, no elimina la persistencia de contradicciones intra clasista entre esta nueva y subordinada capa capitalista y la gran burguesía criolla tradicional y las transnacionales, hegemónicas en nuestro país.

Calurosos saludos,
09-01-15,
David Aguinaga Carrión.


El Martes, 20 de enero, 2015 18:15:41, Jaime Jaime <palojaime@gmail.com> escribió:

El curso de la Marcha juvenil contra la “Ley Pulpin”

Promisoria esperanza de cambio social.

Nuestro pueblo ha despedido el año 2014 con la henchida esperanza de que un Perú nuevo es verdaderamente posible. Fueron las tres marchas juveniles contra la “Ley Pulpin” (18, 22 y 29 de diciembre) las que animaron y potenciaron esta digna y noble esperanza. Una nueva política está en proceso de construcción. La “insurgencia” juvenil en el escenario político así lo indica. La acción de los jóvenes ha tocado la clarinada de los cambios por venir. Haber iniciado el 2015 con la cuarta marcha del 15 de enero así lo rubrica, pues el movimiento juvenil no solo ha crecido en número de participantes y logrado amplitud en el territorio patrio, sino que está avanzando integrándose con las fuerzas principales del movimiento popular.

Esto despierta el temor del gobierno de Ollanta Humala al movimiento juvenil, porque con esta nueva fuerza, ganada a la resistencia popular, será mucho más complicado y difícil para la clase dominante pasar a la ofensiva con su modelo neoliberal, como lo tiene planeado, y se lo viene exigiendo, presionándole no salirse del molde neoliberal y reprimir con fiereza la resistencia del pueblo. Y, dentro de estas circunstancias, ya se alista una quinta jornada de movilización para el 28-E. Y es del todo previsible que el movimiento por la derogatoria de la “Ley Pulpin”, habiendo logrado un alcance nacional, continuará su  relación  intergeneracional y una verdadera integración con el movimiento popular; elevando mucho más sus intensas exigencias al gobierno.

Así lo demuestra el avance natural de la lucha del pueblo por la derogatoria de la ley 30288. Ya no es un tema exclusivo de la juventud. Ahora el pueblo levanta bien en alto esta bandera, pero con la potencia del espíritu juvenil que ocupa la primera línea en la defensa de los derechos laborales. ¡Esto, es un verdadero logro!

Prácticamente, en solo un mes, se ha producido un despertar social que ha remecido los cimientos del modelo neoliberal, que durante 25 años viene construyendo la gran burguesía peruana, en beneficio absoluto del capitalismo imperialista y del suyo propio. Cuando menos se lo esperaban ya está en marcha la nueva generación con su lema ¡La rebelión se justifica!

Campaña difamatoria contra el avance del movimiento juvenil no pudo detenerlo.

Lo que verdaderamente temen los gobernantes y la CONFIEP es que los jóvenes asuman una conciencia política de cambio del modelo neoliberal y se sumen a construir un poder popular que ponga freno al sistema semicolonial y de atraso económico que hunde al pueblo peruano. La lucha por la derogatoria de la Ley 30288 abrió esa posibilidad y predomina una corriente entre los jóvenes para lograr ese salto en su conciencia colectiva.

Por eso, salen con todo a combatir este gran movimiento juvenil y popular. Tarea que el Poder Ejecutivo, con sus principales soportes material (policial-militar) e ideológico (los grandes medios de manipulación) las cumple con pasión y esmero. Y en estas funciones están muy activos.

Terminada la Marcha Juvenil del 18-D, dijeron que era cosa de chicos desinformados y díscolos. Calcularon que el enojo pasaría, pero se equivocaron. La juventud siguió su curso y conquistó un salto positivo en su avance: Grandes masas juveniles, antes apartadas y desconfiadas de la política en general y de la política de izquierda en particular, ahora marchaban por las calles coreando consignas porque se respeten sus derechos y se acercaban a las consignas anti-sistema.

La Marcha del 22-D dio un “gancho derecho” a la ofensiva neoliberal. La CONFIEP saltó de su asiento pidiendo que se respete el “principio de autoridad”. El Congreso tuvo un arrepentimiento oportunista y tardío. Un cabizbajo Tribunal Constitucional dijo “voy a ver” que puedo resolver. Pero, el acorralado Ejecutivo cerró filas con su “Ley Pulpin”, creyendo que su reglamentación la salvaría, más el envenenado néctar de la sobreexplotación del trabajo no venció la conciencia de la juventud inteligente.

Luego vino el “gancho izquierdo” al neoliberalismo. Con la Marcha del 29-D, el movimiento juvenil nos auguraba un promisorio año nuevo. El rechazo a la Ley 30288 ya no solo se daba en Lima, sino que comenzaba el proceso de integración del movimiento juvenil con el movimiento popular. La protesta y la solidaridad se extendieron a varias regiones del país, incorporándose más jóvenes a la lucha, así como diferentes sectores sindicales y populares. El objetivo inmediato se tornó bastante claro y definido: ¡Derogatoria de la Ley!

La perspectiva de esta lucha, que había iniciado con la defensa de los derechos laborales de los jóvenes afectados por la “Ley Pulpin”, se extendía a otros regímenes laborales: CAS, SERVICES, SERVIR, etc., tomando conciencia de la necesidad de contar con una Ley General del Trabajo, que termine con la fragmentación de los derechos laborales y ganar mejores posibilidades de lucha reivindicativa al régimen capitalista de explotación del trabajo. Esto constituía otro salto e importante logro de la lucha juvenil.

El gobierno y todos los partidos de la derecha clamaron: ¡No politicen la marcha juvenil! ¡Están manipulando a los jóvenes!

Los burgueses de la CONFIEP advirtieron: Se dañará la buena línea del “crecimiento económico”; que debemos ser altamente “competitivos” ante la desaceleración económica y superar la crisis económica. Es decir, publicitaban su principio de mantener y profundizar su sistema de esclavitud asalariada sobre la sociedad.

Frente a todo esto, el movimiento popular ha logrado avances de organización y de unidad entre los jóvenes. En Lima surgen las Zonas. Mejora la coordinación e integración con las organizaciones estudiantiles, sindicales y populares. Empieza un enlace nacional mediante las redes sociales. Se construye el espacio de tres bloques (Zonas-Estudiantes-Sindicatos) y se avanza en construir una dirección nacional única. Y va madurando, con mejor conciencia, la convocatoria a un Paro Nacional.

Éxitos del movimiento juvenil hacen fracasar planes del gobierno.

Con la Marcha del 15-E el gobierno ha quedado aislado y desnudo. Su propia bancada congresal se ha removido y todo su plan de querer abortar la jornada de movilización nacional tuvo un fracaso rotundo:

1º        Fracasó la campaña informativa de convencimiento de las «bondades» de la “ley Pulpin”. Más del 70% rechaza esta ley. Y va creciendo este rechazo.

2º        Fracasó la política de generar divisionismo en el movimiento juvenil mediante su convocatoria de “recolectar propuestas” al Reglamento de la ley. Ni el mismo Otarola cree en los famosos “candados” legales, porque habla sin fe, como todo mentiroso. Y hasta la SENAJU quedó ridiculizada por sus escuálidos intentos de ganarse a los jóvenes a favor de “mejorar la Ley”, porque hasta entre sus propios integrantes surgió la duda y alguna resistencia.


3º        Fracasó la portátil gubernamental de enfrentar a la masa juvenil, pues no movieron ni a 200 jóvenes el miércoles 14 en la Plaza Bolívar, del Congreso. Ni sus engaños, ni sus galletas y gaseosa almibaradas les funcionaron. Se cayó su movida para frenar la marcha del 15-E.

4º        Fracasaron los actos de provocación para que la movilización se desbande y degenere en vandalismo. Ni provocándolos con las ventajas que dieron a sus “pulpines” el miércoles 14 en el Congreso, como diciendo “a ellos sí, a ustedes no”;  ni laprovocándolos con el hecho de haber bloqueado el ingreso a la Av. Abancay y no dejar que la marcha se acercara al Congreso; ni provocándolos con el fastidio policial a la representación juvenil camino hacia el Congreso, pudieron generar que el grueso de los manifestantes caiga en el desorden, caos y vandalismo. Los manifestantes supieron mantenerse en el uso de la marcha como un espacio amplificado para la denuncia política contra el modelo neoliberal y contra el sistema de explotación del trabajo por el capitalismo.

5º        Fracasó también la medida extrema y descabellada del gobierno, de pretender que los manifestantes cayeran en un desbande de vandalismo, precipitados por la desesperación y la provocación. Los infiltrados del gobierno (“ternas” y agentes provocadores de choque abierto), haciendo causa común con activistas del partido aprista y algunos elementos ultraizquierdistas, fabricaron un “enfrentamiento” con la policía. Con ello, podrían haber justificado la represión que lanzaron contra los manifestantes; inclusive, pudo haberse desencadenado consecuencias más allá de lo acontecido, si los manifestantes hubieran caído en el juego de esta provocación.
Pero la juventud, vehemente y activa, no incurrió en vandalismo ni ocasionó acciones destructivas como lo tuvo planeado el gobierno, evitando así darle argumentos al gobierno para reprimir a los dirigentes del movimiento y aplastar a la masa movilizada, que podrían haberlo hecho sin escrúpulo alguno, escarmentándola por protestar y reclamar, y abrirse el camino para implementar la “Ley Pulpin”.


Represión desproporcionada y abusiva.

Frente a la represión policial, los jóvenes procedieron a replegarse y auto defenderse de una policía que anulaba su derecho de manifestación pública y actuaba abusiva y desproporcionadamente. Por tanto, la reacción de autodefensa fue una expresión natural, como la de toda movilización social, que siente frustración de sus gobernantes. ¡Cómo resignarse a que los desalojaran de las Plazas y Calles que no estaban restringidas a los manifestantes! No se respetó el derecho de reunión pública. Los pañuelos, las máscaras, el vinagre, los guantes, celulares, las banderas, entre otros elementos nada peligrosos, solo significaban la libertad de auto defensa ante la abusiva y desproporcionada agresión policial.

La prueba contundente está en que no fueron detenidos los “ternas” y los provocadores que generaron el “enfrentamiento”. Tampoco detuvieron a los provocadores apristas ni los elementos ultraizquierdistas, porque ellos están entrenados en tácticas de movilización que difícilmente pueden dejarse apresar.

Fueron detenidos los jóvenes que no propiciaron ni realizaron el enfrentamiento con la policía. Jóvenes que se resistieron a abandonar las calles y plazas porque les asiste el derecho a manifestar su protesta y exigir sus reclamos. Y eso es lo que defendieron ante el abuso policial, que reprimían por orden “superior”. El congresista Manuel Dammert graficó el escenario represivo con la frase “estado de sitio”. Y no estuvo lejos de decir una verdad, pues el ministro Urresti dijo que 5,000 mil policías fueron desplegados. Este despliegue policial, precisamente, no fue para garantizar la libertad de los jóvenes a la reunión pública por su justa protesta, que constituye un derecho fundamental; más aún, la acción cívica de defender ese derecho es relevante y digna de toda consideración. La represión policial no fue dirigida contra los “ternas” y provocadores apristas-ultraizquierdistas, sino que fue dirigida contra la masa de manifestantes, dispersándola y desalojándola de las calles y plazas que no estaban restringidas.

Emblemático fue la detención de aquel joven que solo se limitó a agitar la bandera peruana en símbolo de libertad, pero como tenía lentes y respirador antigas, guantes puestos y agitaba la bandera nacional “tenía” que ser un agitador y sospechoso violentista según la policía.

La prensa se escandalizaba porque quemaron cartulinas y efigies de cartón alusivas a los malos funcionarios gobernantes. ¡Gran incendio de la ciudad!, según esa prensa pro CONFIEP.

El alcalde de Lima, que despidió a 3,000 trabajadoras, criticó que se haya tocado los bloques de las bermas, pero ninguna condena al abuso policial. ¡Lima bonita aunque sin derechos para su juventud! Eso quiere el burgomaestre del caso Comunicore.

Jóvenes heridos por los golpes de varas y por el impacto de bombas lacrimógenas. Policías contusos y con cortes leves. Casi dos decenas de jóvenes detenidos, algunos menores de edad (aunque ya no están presos, fueron incriminados por disturbios y ataque a la policía sin que existan pruebas). La “prensa basura” presenta este panorama como si quisiera crear opinión pública a favor de una mayor represión. Siempre, en toda entrevista, noticia o reportaje acerca del movimiento juvenil contra la “Ley Pulpin”, señalan que el Movadef está manipulando el movimiento. Apristas salen a decir lo mismo. Pero nadie alcanza las pruebas contundentes. En realidad, todo eso es propaganda del gobierno que esencialmente busca favorecer una u otra tendencia utltraizquierdista, para luego aplastar el movimiento justificándose con ello.

Lo cierto es que la plena responsabilidad de todo esto la tiene el gobierno, que viene provocando al movimiento juvenil y quiere parar el reclamo por la derogatoria de la “Ley Pulpìn”, cuando en verdad debería derogar la ley y aceptar un gran debate sobre la Ley General del Trabajo, para promover y respetar la voluntad ciudadana, la voz del pueblo.

El caso Movadef.

De un lado, el razonamiento fascista dice que el Movadef es sendero luminoso y que sendero luminoso es terrorismo; por lo tanto, donde está Movadef (o cualquiera de sus adherentes) todos son terroristas. Y en consecuencia deben ser castigados por la Ley: ¡Todos a prisión! Este razonamiento fascista quieren imponerlo, sí o sí, como pensamiento único. Y no pocos caen en este juego de la propaganda fascista de la derecha.

 Sin entrar a debatir el problema de fondo sobre lo qué es terrorismo, resulta del todo claro y evidente que el Movadef no está realizando ninguna acción que pueda calificarse o imputarse de terrorismo tal como la tipifica la Ley peruana, porque si así fuese, entonces sus integrantes ya habrían sido reprimidos por la Ley y el Movadef habría sido proscrito legalmente.

De otra parte, todos los dirigentes del Movadef han declarado que su frente no es parte del PCP-SL y que su movimiento se constituye dentro de la Ley de partidos políticos, demostrando que han sido rechazados del proceso de inscripción legal para la participación en la vida la política peruana. Y, aún así, con todas esas oposiciones, el Movadef persiste en su actitud de inscribirse para ejercer una participación democrática y constitucional. Entonces, según estos hechos, no puede criminalizarse al movimiento popular ni al movimiento juvenil, porque adherentes del Movadef tengan participación en sus espacios, sea con o sin consentimiento. Incluso, si formalmente el Movadef, como institución, pudiera ser aceptado.

El problema en el frente único del pueblo, es que frente al Movadef existe mucha resistencia de aceptación por parte de amplios sectores sociales y populares. Los muy fuertes vínculos ideológicos de Movadef con la línea ultraizquierdista del PCP-SL y su falta de deslinde con las consecuencias negativas y perjudiciales ocasionadas por esa línea en la guerra interna, especialmente lo que causó daño al proceso de liberación del pueblo, son hechos que generan repulsa frente al Movadef. Impacto que se hace más intenso por la propaganda insidiosa del gobierno y de los partidos de la derecha. Pero sobre todo, debido a la ausencia de una autocrítica franca y abierta, verdaderamente revolucionaria, de los mismos actores y principales dirigentes del PCP-SL. Ese es el bulto pesado que carga el Movadef. Y lo pagan muy caro los jóvenes que simpatizan con su programa de solución política y amnistía y reconciliación nacional. Aunque no sean militantes del PCP-SL, aparecen como si lo fueran, asumiendo el pasivo y lo repulsivo de la práctica ultraizquierdista que vivió el país.

Y de esta condición irresuelta del Movadef, saca partido a su favor la propaganda gobiernista y de la derecha, amplificándola mediante su prensa mediática y parcializada con el modelo neoliberal del sistema capitalista-imperialista. Y, de hecho, esa situación es exclusivamente responsabilidad del Movadef, que no hace sino perjudicar la unidad del movimiento popular, porque le da ventaja política al gobierno.

En el frente único no pueden ser impedidos de participar todos aquellos que concurren a luchar por el programa común del frente, incluyendo a los adherentes del Movadef, sepamos o no de su filiación política. Y es a esta circunstancia lo que el gobierno llama “infiltración”. Exagerando deliberadamente, el gobierno señala que el Movadef manipula y hasta dirige el movimiento de protesta. Este argumento ficticio lo vienen utilizando desde gobiernos anteriores. Por eso les conviene siempre mantener latente el tema de terrorismo asociado al senderismo, aprovechando hoy el caso Movadef. Y de esta forma construyen el pretexto para criminalizar y reprimir al movimiento popular, al mismo tiempo que perturban el frente unido del pueblo, generando confusión y división.

Por lo que es de suma importancia el deslinde claro con toda línea ultraizquierdista, cualquiera que sea. Y esto independientemente de si participen o no en el movimiento contra la “Ley  Pulpin”. Claro está que dentro del espacio del frente unido debe observarse la conducta de todos los concurrentes, para evitar desviaciones de oportunismo como de ultraizquierdismo. Situación que se resuelve con el método de la lucha de ideas en los debates y con la crítica y autocrítica en el proceso de avance; evitando caer en las formas sectarias, hegemonistas, conciliadoras y claudicantes.

Movimiento juvenil y popular no se amilanan. Sigue la lucha por la derogatoria.

En el saldo represivo de la cuarta Marcha 15-E, vemos que al final, todos los jóvenes detenidos fueron activistas del movimiento juvenil que ha emergido como alternativa a esas tendencias de ultraizquierdismo y a esas posiciones oportunistas que siempre se montan y sacan provecho de las luchas del pueblo. Esta experiencia ha sido una prueba de valor y consecuencia para los jóvenes; su honor y dignidad como peruanos, irreverentes frente a toda injusticia y abusos de poder ha pasado esa prueba. Los jóvenes detenidos, luego que eran puestos en libertad, declaraban su convicción de continuar la lucha, y lo decían chispeantes de optimismo.  La solidaridad de un gran mar humano estuvo y está con ellos. Y de seguro que esta voluntad de unidad y de lucha estará también presente el 28-E, en la quinta Movilización Nacional contra la “Ley Pulpin”.

La cuarta Marcha fue dispersada abusivamente, con alevosía y ventaja. Urresti quiso justificar el accionar policial diciendo que los jóvenes se han “aliado con el diablo” (CTP, CGTP y Movadef). Pero no le fue “fácil” a la policía dispersar a 15 mil manifestantes, negándoles las calles y plazas no restringidas. Terminada la Marcha, la avanzada del movimiento juvenil no abandonó a sus compañeros detenidos. Hizo vigilia frente a Seguridad del estado en la Av. España de Lima, luego que exigieran en comisarias la pronta liberación de los detenidos; estuvo acompañándolos en todo el proceso policial, realizando las acciones solidarias y legales. Una gran expresión de solidaridad y perseverancia. No menos positiva fue la acción de propaganda y difusión de los acontecimientos de la Marcha, revelando lo que los medios no informaban, desmintiendo la manipulación de la opinión pública que quiere presentar la marcha como sinónimo de vandalismo, caos y desorden.

El movimiento juvenil y el movimiento popular realizan el correspondiente balance, revisan sus fuerzas y van alistándose para el 28 de enero. La experiencia enseña. Esta vez los jóvenes no deben ser blanco fácil de la represión por lo que deben asumir mejorar la autodefensa, el control, la disciplina y lo asistencial. Así como todo el movimiento en su conjunto debe cohesionar más y mejor sus fuerzas. El Derecho, frente al abuso, se defiende, porque el Derecho es la afirmación de la capacidad de quien la ejerce. Por ello, es de suma importancia establecer no solo el Comando Unitario de la Marcha, sino implementar la cadena de mandos para que se pueda conducir bien la inmensa movilización, así como prevenir y conjurar todo acto ajeno a los planes comunes y contrarios a las directivas del Comando Unitario de la marcha. De esta forma se mantendrá a raya cualquier desbande por acción de grupos de infiltrados, cualquiera sea su procedencia.

Luego del 28 de enero ¿Qué hacer?

Con las cuatro marchas realizadas y la quinta que se viene, la situación política del gobierno no es de la mejor que pueda exhibir. La clase dominante quiere del gobierno una ofensiva mayor en beneficio del modelo neoliberal. Pero Ollanta Humala no quiere hacer el “trabajo sucio”, como lo hizo Fujimori, de generar un verdadero estado de sitio y pasar metrallas y cañones contra el pueblo. Pero podría hacerlo. Por eso la gran presión que recibe de todos lados de la derecha para que profundice el neoliberalismo. Y esta es una situación que dependerá mucho de la resistencia y del avance popular; si se torna débil o si fortalece su fuerza. La Marcha del 28-E tonificará la segunda alternativa, que es la correcta, porque con un pueblo organizado y unido frenaremos la ofensiva neoliberal.

Si el movimiento popular se mantiene unido y firme, la Comisión Permanente del Congreso podría acordar la derogatoria de la Ley 30288; aunque también solo pueda suspenderla. Si hay desunión, dudas y vacilaciones por influencias negativas desde dentro del propio movimiento, debilitándolo, podría abrirse una contraofensiva neoliberal, ante lo cual siempre debemos estar alertas.

Lo cierto es que con la derogatoria o la suspensión, se abrirá un espacio para medir las fuerzas entre el neoliberalismo y la resistencia popular en el plano de la lucha teórica e ideológica. Y con relación al método y espacios de contienda también sucederá una batalla de ideas. La derecha propugnará que los nuevos derechos laborales sean resueltos dentro de los exclusivos fueros del Congreso y a lo más dentro del corporativizado Consejo Nacional del Trabajo y Promoción del Empleo (CNTPE). Sin correrse de estos espacios y aprovechándolos convenientemente, el movimiento popular debe generar un amplio debate nacional que permita fortalecer las formas organizativas logradas y los grados de unidad alcanzados. Construir una propuesta democrática del nuevo proyecto de Ley General del Trabajo. Y avanzar la conciencia que esto es parte de un programa más amplio y de mayores alcances. Así, crecerá la organización y la unidad del pueblo, logrando una mejor perspectiva de vencer al neoliberalismo. El norte de todo este proceso es fortalecer el frente unido del pueblo. Y todas las fuerzas y tendencias que concurren y caben en el frente se esfuercen por seguir el mismo rumbo y luchar por las reivindicaciones concretas y comunes.

¡VIVA LA RESISTENCIA POPULAR CONTRA EL NEOLIBERALISMO!
¡LLEVAR LA LUCHA CON RAZÓN, CON VENTAJA Y SIN EXTREMISMOS!
¡DEROGATORIA YA, DE LA LEY 30288!
¡PROMOVER EL LIDERAZGO DE LA NUEVA GENERACIÓN PERUANA!
¡POR UN PERÚ INTEGRAL RUMBO AL SOCIALISMO!


19 de enero 2015.
Comité Creación Heroica

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