miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿ESTAMOS ENCAMINADOS A ELEGIR CANDIDATOS CON VIDAS CONTROVERTIDAS?



Cuatro angelitos
Estimados amigos:
Me causa mucha tristeza escribir esta nota en que trato de hacerles llegar no con ánimo e intención que éstos escritos estén cargados de sentimientos revanchistas contra los que tienen que gobernar y han gobernado desgraciadamente, y que, consciente o inconscientemente, han renunciando a las promesas electorales, para estar acordes, por no decir a entregarse a los grupos de poder oligárquico.
Grupos de mucha fuerza basada en su herencia casi colonial y que han amasado fortunas o de los nuevos que ingresaron a la familia de la oligarquía criollo/mestiza del Perú.
Por las investigaciones sociológicas, económicas e históricas sabemos hoy que estas oligarquías utilizaron a los caudillos militares sin formación, los que tenían muchas ambiciones de poder y de las posibilidades en el gobierno para medrar y “ayudar” a quienes servirían.
La mayoría de los militares de ayer y hoy asumieron gobiernos por golpes de Estado, cuando los civiles fracasaron al cometer desmanes contrarios a los intereses de los grupos de poder. También estos golpes fueron últimamente para ayudar a los futuros dictadores a “mejorar” su gobierno, caso de Fujimori que gobernara sin parlamentos fiscalizadores.
La fiscalización de parte del Congreso Nacional es una de sus funciones, pero esto se rompe cuando se consigue alianzas para gobernar o simplemente se les disuelve, porque se ve que el parlamento adverso no va a “atracar”, y los grupos de poder necesitan como hoy en día asentar su modelo neoliberal que, principalmente incrementará sus ganancias, y al Estado subsidiario, hacerlo mínimo en sus intervenciones, de esa manera el gobierno producto del golpe y/o aliado de sus amigos poderosos pueden aquellos hacer lo que más les convenga.
Estos gobiernos además cuenta con el apoyo de las instituciones financieras internacionales como el FMI y Banco Mundial que no sólo les dan directivas, sino aseguran que se pague la deuda externa celosamente con calendarios  que se cumplan severa e irrestrictamente. Aunque para ello se despidieran cientos de servidores y trabajadores al cierre de empresas públicas y privadas por ser inconvenientes, para que se formen monopolios o oligopolios en el sector privado.
Lamentablemente, los malos gobiernos como el de García Pérez generaron exceso de personal y manejos nada santos con los pocos ingresos de las empresas del Estado; los ajustes ya en el gobierno de Fujimori aparecen contando paradójicamente con el apoyo del pueblo peruano: ignaro y desinformado, carentes de una formación ciudadana que aceptó la dictadura fujimorista.
Esta falta de educación cívica es acompañada de medios de información oligopolica de orden escrita, radial y televisiva; este acaparamiento anticonstitucional de la prensa ha creado en los peruanos un constructo mental conservador, con una característica de meter miedo que se hace paranoico, y rechaza a quienes intenta presentarse como contrarios al sistema económico y político tradicional.
Estas disfunciones sociales se han impuesto en la vida nacional, entorpecen las posibilidades de reflexión y con sus afecciones cognitivas, impiden, por ejemplo, alcanzar la democracia necesaria, y que, sólo se queda en precaria y vulnerable. Acostumbran a los ciudadanos a someterse a cualquier candidato que se presenta desde el bando conservador, y el candidato de centro no aparece y/o es un coche más que se suma al tren de la derecha.
De salir ganador el candidato, caso Ollanta con una hoja de ruta mediatizada en relación al plan de la gran transformación; estando en el poder se achica y en pocos meses manda de paseo al grupo que lo ayudó en hacer la hoja de ruta y se entrega a la CONFIEP, expresión máxima del empresariado y los intereses económicos acordes con la desgraciada globalización en la que las trasnacionales resultan gananciosas. Los peruanos no aceptan estos entreguismos, y esperan sacarse el clavo el año 2016.
Empero, en esta oportunidad los candidatos en vitrina son tremendamente detestables y corruptos en su máximo factor exponencial. PKK es uno de ellos, es un lobbista de doble ciudadanía que engaña con la irrenunciable condición impuesta por el gobierno de los Estados Unidos, y que ha laborado en la Repsol y que cuando fue ministro de Toledo, “ayudó” para que el gas se exportara a precio de regalo y no se intensificara el consumo al interior del país masivamente, ello significaría bajar costos en el gasto doméstico de la luz y favorable para las empresas de contar con energía de menor pago en comparación a la energía eléctrica. El no uso interno del gas quitó el soporte económico para una diversificación productiva. Por tanto este señor PPK es el más peligroso de los candidatos de la derecha por ser lobbista desenfrenado.
De los otros sabemos que tanto en el aprismo, como en el fujimorismo, el caudillismo gana para el mal, porque aparte de las personalidades esquizoides de la señora Keiko (mala hija y llamada por su madre cara de diablo) y primera dama de la dictadura;  de Alan García, sin litio, es capaz de humillar a la señora esposa de la que oficialmente no se ha divorciado, pero que la humilló en pleno gobierno al hacerla testigo presencial en la presentación de su nuevo hijo y al elogiar las cualidades desconocidas de su amante, madre de su hijo, concebido fuera del seno de su matrimonio con la señora Nores. 
César Acuña y Toledo son del mismo lote, Acuña es un “pegalón insoportable” de su esposa de la que también está separado, su temperamento es impredecible y con el dinero que lo hará crecer como “cancha”, podrá resolver todos los problemas que se presenten; sin embargo las soluciones del dueño de universidades, no es igual a ser Presidente de la República.
Toledo es un fresco beodo en la política acompañado de su señora ambiciosa de tener mucho dinero, en dudosas transacciones han hecho creer, después dar muchas versiones por las compras millonarias, de los caros inmuebles donde va residir. Toledo también carga con su falta de hombría y decencia al no reconocer a tiempo una hija fuera de su acomodado casamiento.
La izquierda ha dado un primer mal paso en estas elecciones, al adelantarse a una oportuna y no imposible opción de armar la unidad de izquierda. Un sector de esa tendencia ha lanzado a una impecable parlamentaria Verónica Mendoza de candidata elegida al interior del grupo mencionado, pero es muy joven y con poca experiencia, con rasgos de inocentona, pero que asoma también con un superego peligroso para ser Presidenta de la  República.
Hablar de Acción Popular es enterrarse en la historia y en su incapacidad de medio siglo que no ha organizado un movimiento de veraz importancia concordante con el mensaje que Belaúnde del primer momento, enarboló la renovación y fue ejecutor de políticas no sólo de construcción física, sino de creación del nuevo hábitat peruano. Tuvo un aceptable primer gobierno y que no pudo hacer más, por ser gastador en obras públicas que crearon desajustes internos en la economía fiscal y, con una oposición de un congreso adverso conformado por apristas y odriístas que dinamitaron sus iniciativas y dieron motivo para el golpe de los militares de 1968.
El superego de don Fernando colindó con su poca comprensión por formar un partido organizado de centro, capaz de que convergieran aliados de la izquierda democrática y del empresariado joven. Acción Popular fue una oportunidad perdida de ser una elite política y de liderazgos necesarios en este nuestro país, tan fáciles de tener ignaros y desafiantes caudillos con clanes interesados, todos estos deben desaparecer de la política peruana.
Finalmente, queda el PPC que, con un Bedoya perdió el tren de la historia porque no oyó el llamada inicial de Belaúnde de convertirse en su delfín, para encabezar la continuidad democrática de la renovación política que comenzó en los 60 y con una proyección para décadas posteriores. También padeció Bedoya del mal del superego,  terminando su ciclo “ perdió soga y cabra”.
Tampoco él, ni el PPC han podido construir un partido que representara el liberalismo peruano, han vivido ciegos de sus pertenencias personales de creerse abanderados de la doctrina socialcristiana. Los del PPC no se sinceran, ellos no son socialcristianos, en la práctica no es su ideología, además no pegan en el pueblo y deben ser los liberales que el Perú nunca ha tenido en el transcurso de su historia. La lucha interna es la demostración de las ambiciones personales y de no reconocer su ideología liberal.
Espero  que este artículo ayude a tomar conciencia del momento que vivimos y asimismo crear las expectativas necesarias, para encontrar nuevos horizontes  de cambio que el Perú requiere y sea otro el Presidente elegido de los actuales candidatos porque que no son convenientes, para un Perú que necesita de dichos cambios y no del modelo neoliberal extrativista, ser incondicionales de la solidadaridad, del respeto auténtico de los derechos humanos y particularmente de los derechos laborales y empresariales.
Atentamente,
Fernando Arce Meza

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