martes, 27 de septiembre de 2016

LA LECCION COLOMBIANA.




A diferencia de la mayoría, yo estoy triste con esta paz. Siento que es, otra vez, la paz de los muertos. Creo que quien sale ganando más en este acuerdo es, sin lugar a dudas, la burguesía colombiana. Pues no es poca cosa desarmar a las FARC. Pero la mayor ganancia está en la desesperanza del triunfo de la revolución. Pues es bien sabido que sin armas no hay triunfo verdadero y que dure. 

Por qué no se desarma también el ejército colombiano? Y los para...militares?

El discurso de Timoshenko fue muy emocionado y muy ilustrado, pero también refleja los límites ideológicos del guerrillero y su facción. Dice que seguirá luchando contra las lacras del capitalismo, ahora desde la política sin armas; pero olvida que las lacras del capitalismo son inherentes a este sistema. Y que la única forma de acabar con ellas es acabando con el sistema que las produce y reproduce en forma industrial. Lo mismo sucede con la corrupción.

Capitalismo o socialismo, hoy más que nunca es la cuestión. Y el verdadero socialismo no se logra sólo con los votos sino también con las balas. Y el revolucionario que no esté dispuesto a empuñarlas no lo es. Pero la lección colombiana nos enseña que no basta con tomar las armas para ser revolucionario, pues serlo requiere muchas más cosas.

Réquiem por un gran movimiento guerrillero que llega a su fin con más pena que gloria.

Lima, 27 de setiembre del 2016.
Manuel Velásquez Rangel.

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