miércoles, 21 de febrero de 2018

LA BICICLETA: ENTRE LA LIBERTAD, LA NECESIDAD Y EL PREJUICIO





 

              
 La Bicicleta: 
Entre la libertad,
la necesidad
y el prejuicio
      



Interurbe especializado:  Transporte y vialidad.
Lima 12 y 13 marzo-2001 Colegio de Arquitectos del Perú
(Ponencia)

  

  Antonio Rengifo Balarezo

 
       
        El que maneja bicicleta siente el gozo del ejercicio de la libertad: no depende de nada ni de nadie; si no, de la propia voluntad y de la pericia adquirida.  En nuestro país el ciclista es inimputable; ya que el estado no ha normado la conducción de la bicicleta.  No existe registro de bicicletas ni licencia para conducir.  Por eso, tal vez, los libertarios o anarquistas son aficionados a la bicicleta.
                      
       Con la bicicleta no solo se contribuye al ejercicio de la libertad individual o psicológica; sino también aporta a la causa de la liberación nacional.  En la guerrilla vietnamita frente al imperialismo yanqui, buena parte de los pertrechos bélicos fueron conducidos en bicicletas por la llamada ruta de Ho Chi-Minh.  Ahora, aquisito, en Cuba socialista, el uso de la bicicleta contribuye a resistir el bloqueo económico.

       Lima, nuestra ciudad capital, es ideal para la conducción de bicicletas: el valle del Rimac tiene gradiente suave y clima benigno.  Además, en el mercado limeño se hallan bicicletas accesibles a todas las clases sociales.  Las bicicletas antiguas, “de segunda mano”, son baratas y eternas. 

       Sin embargo no se usa masivamente la bicicleta.  Únicamente en la Unidad Vecinal N° 3, obra paradigmática de urbanismo socialista, los niños fueron tomados en cuenta por los proyectistas.  Ahí manejan sin peligro sus bicicletas, pues, está prohibido el ingreso de vehículos motorizados.

       Así como sabemos que el transporte motorizado genera el 80% de la contaminación ambiental y que es una de las principales fuentes de estrés por la congestión de vehículos; también sabemos, que la utilización de la bicicleta como medio de locomoción es una cuestión de salud pública preventiva.  Sin embargo, no se usa masivamente.  La población no encuentra alternativa: Se prefiere gastar en pasajes y recluirse en esas cámaras móviles de tortura llamadas “combis asesinas”.

       Se usa masivamente la bicicleta en países mayormente pobres de Asia y en La India.  También en países ricos como Suecia y Holanda.  Unos lo harán por necesidad y otros por libre elección.  Pero, en cualquier caso, por qué en el Perú no se usa masivamente la bicicleta?  Encontremos la causa determinante.

       Aunque el Reglamento de tránsito toca tangencialmente al ciclista, éste es invisible para el policía.  El Reglamento Nacional de Construcciones y Edificaciones tampoco lo toma en cuenta.  Los ciclistas son los discapacitados no amparados por la Ley.  Los edificios de servicio público del Estado o de empresas privadas; así como los edificios multifamiliares, carecen de lugares de estacionamiento para bicicletas.  (Indudablemente, hay excepciones).

       Las pocas ciclovías están descuidadas y en los lugares y horas de congestión son utilizadas por los motociclistas.  Sin embargo, la ciclovía que parte del monumento a Jorge Chávez y sigue por toda la avenida Salaverry hasta el mar no es peligrosa y su arboleda es refrescante.

       Se puede argüir que el caos urbano y las “combis asesinas” atentan contra la integridad física y la vida de los ciclistas.  Pero, conduciendo una bicicleta con ingenio y cierta prudencia, se encuentran vías alternativas a las más congestionadas y peligrosas; además se descubren atajos en la ruta.

       Quienes usan en Lima mayormente bicicleta son repartidores de balones de gas, de periódicos, mensajeros, jardineros, albañiles, gasfiteros, etc.  Es decir, personas de categorías ocupacionales de menor prestigio.  Con el “agravante” de que son cholos los que ejercen esos oficios.  Si un arquitecto fuera a la universidad, al Colegio de Arquitectos o a visitar en bicicleta se le tomaría como pintoresco, exhibicionista, excéntrico o lunático.  Hay algo en él que no es consistente.  Ello quiere decir, que la bicicleta como la marca de un auto es símbolo de posición social.

En Europa, científicos prominentes como Einstein, Pierre y María Curie fueron aficionados a la bicicleta.  Tal es así, que los flamantes esposos Curie pasaron los primeros días de casados paseando por la campiña en bicicletas compradas con el dinero que habían recibido como regalo de bodas.



María Curie, la primera mujer en obtener el premio Nobel.
Al lado de Pierre, su flamante esposo

       En suma, para que en Lima se use masivamente la bicicleta, lo prioritario es vencer el prejuicio social.  Que, por lo demás, sería una de las maneras inmediatas de ejercer la libertad.  Aunque como dijo Eistein: más fácil es desintegrar el átomo que vencer un prejuicio.


 
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