domingo, 14 de octubre de 2018

POR LA PROBLEMÁTICA DE LIMA SE NECESITA UN ALCALDE REALISTA CON IDEALES, CONOCIMIENTOS Y EXPERIENCIA



Frente a lo que venimos exponiendo sobre la problemática de Lima Metropolitana por cerca de treinta años, observamos que no solo se la identifica por su carácter centralista; sino que este centralismo se agudiza y se torna crónico, es decir, se hará difícil acabar con dicho centralismo asfixiante y negativo para un vivir aceptable y solidario.
En un segundo trabajo que realicé en el año 2000 sobre el tema de la descentralización, se apreciaba que los gobiernos peruanos no le daban importancia, aun cuando el país muestra ser geopolítico, y no se tomaba la decisión como para establecer la política de Estado en favor del descentralismo, a la vez no ha habido conciencia en avivar las medidas que acaben con el centralismo, al contrario continuó con mayor intensidad desde la segunda parte del siglo XX.
Durante el gobierno de transición de Valentín Paniagua, se preparó un esquema destinado para que el nuevo gobierno del 2001/2006 se avocara a estudiar planes y programas, a fin de que el congreso de la república en el período de gobierno mencionado, presentará los  proyectos de descentralización regional, llegándose a debatir y unificar todos ellos en un proyecto final, él mismo que fue aprobado, y del que se promulgaron las leyes que permitiría dar inicio al proceso de descentralización regional, lo cual representaba un avance que ha seguido hasta la actualidad, pese a que existen muchos defectos vigentes en estas dos últimas décadas.
En las leyes aprobadas se incluía capítulos especiales que creaban el gobierno metropolitano de Lima; asimismo, se dictaron otras disposiciones complementarias, a fin de que dicho gobierno metropolitano tuviera todas las condiciones para conformar a la vez un gobierno equiparable a un regional; sin embargo, el área metropolitana que comprende la provincia de Lima se ha desarrollado como cualquier concejo provincial de la república.
Ello significa que los concejos y alcaldes metropolitanos de Lima en estos años del presente siglo XXI no le han dado importancia a las disposiciones relacionadas a ser un gobierno que ejerza sus funciones y objetivos para ser a la vez un gobierno regional y esté en disposición a que, a partir de esta situación se convierte en el punto de ser estudiado para reformular sus políticas públicas no solo de orden organizativo; sino que ello conllevaría a un proceso tanto en la planificación de la ciudad de Lima, como en priorizar los programas dirigidos a concretar los cambios que modifiquen el nuevo accionar de Lima metropolitana, en cuanto a dar soluciones a la compleja crisis por la que viene pasando la metrópoli.
Es este momento en que se ha elegido a un nuevo alcalde y su equipo de regidores, sería oportuno comenzar la labor de acometer las reformas propicias a fin de dar un vuelco que significa no sólo cumplir con la legalidad de las instituciones, sino que daría una mayor autoridad y responsabilidad en el área metropolitana de Lima, destinada a llevar acabo una política del buen gobierno en lo que representa Lima ciudad en el contexto de las urbes actuales en el mundo, y lo que significa este cambio para el desarrollo del Perú.
Lo que manifestamos no son expresiones solamente de un buen augurio que más de las veces se desea, sino porque en este momento se cuenta con el tipo de autoridad que merece Lima, como ha sido la elección del abogado Jorge Muñoz Wells. Este ciudadano es portador de un recorrido en el manejo de los gobiernos locales, en especial de un concejo distrital como el de la ciudad de Miraflores, a la cual le ha dedicado 22 años de labor, incluido sus ocho años de alcalde.
Jorge Muñoz ha tenido que brindar su capacidad y entrega al servicio de una ciudad heroica, ejemplo en Lima y en la república, razón por la que Miraflores se ha convertido en una importante ciudad dentro de la gran Lima. Miraflores ha marchado por la modernidad, en particular en estos últimos 50 años, siguiendo este orden le ha valido que sus autoridades locales sean los ciudadanos destacados al servicio de la comunidad e identificarse por pertenecer a una organización que ha puesto como fin de vida la búsqueda del bienestar, acompañado de mejoras en su estructura  física y de un ambiente ecológico idóneo para los ciudadanos.
Poner a Miraflores como ejemplo de los distritos de la gran Lima, obliga a que ese espíritu de servicio y de entrega se replique y sea convocante en todo el ámbito de la Lima Metropolitana. Porque como bien sabemos en estas últimas décadas, Lima aparte de intensificar sus problemas, no ha tenido alcaldes y regidores, ni funcionarios adhoc en la gestión de sus gobiernos.
Por tanto, en estas elecciones del 2018 se presenta la mayor oportunidad para que se realice un cambio porque en estos últimos años sus autoridades, no han tenido las calificaciones y méritos suficientes que direccionen a la metrópoli por el camino de una recreación similar -con diferencias de los tiempos- en los años que estuvieron de alcaldes, personalidades como Bedoya Reyes, Eduardo Orrego, Alfonso Barrantes y Alberto Andrade. Ellos militaron no sólo como personas de gran valer; sino pertenecieron a movimientos políticos que batallaron por la institucionalidad democrática del país y de una concepción histórica y que, durante las administraciones autocráticas las han llamado despectivamente tradicionales.
La ignorancia del término tradicional es supina propia de quienes no creen, ni entienden, ni entenderán al régimen de vivir en democracia. Asimismo, hablando de las irregularidades, los candidatos a la alcaldía de Lima metropolitana lamentablemente fueron 20; sin embargo, un significativo número de ellos no estaban calificados para ser autoridad en Lima. Como siempre los que tenían financiamiento -no perdían el tiempo- y otros que desde años atrás se publicitaron como para aparecer primeros en las encuestas, entre ellos hubo los que apuntaban como prioridad la seguridad y más parecían candidatos dirigidos a ejercer la jefatura de la región policial de Lima o ministros del interior los más avezados, y hubo quienes parecían postular al ministerio de transportes en razón a su ilusión por las obras públicas y por la implantación de los teleféricos.
Hablando de ilusiones, hubo candidatos que se sentían dueños de la alcaldía (Renzo Reggiardo y el venerable Ricardo Belmont), según ellos no había rivales que los alcanzarán, y se dieron el lujo de no participar en los debates, esto para la ciudadanía se consideraba soberbia, hubo candidato que confundió autoridad legal al reemplazarla con agresivo autoritarismo.
Esto último resultó peligroso, y no conjuga con la democracia política que nace en el Perú, es el caso del general retirado Daniel Urresti. Él pensó que libre de sentencia por la muerte del periodista Bustios significaba reforzar su candidatura, pero no fue suficiente en razonar que después de 12 años y en un segundo juicio no fue valiente en declarar en firme quienes fueron los autores de ese asesinato, pertenece al tipo de profesionales que por el espíritu de cuerpo no revelan ¿cómo y por qué? sus compañeros de armas actuaron en el asesinato de Bustios; aun cuando Urresti era hombre de inteligencia y vivía en el misma base militar, esto representó para el ciudadano una fuerte decepción y se prestó a un sinnúmero de dudas que llegaban a retratar la personalidad disminuida en los valores de la verdad y de ser democrático por parte de dicho general. Auguramos que este candidato será el último que postule en favor de los gobiernos fuertes, se perdona a quienes no creen, ni son devotos de la democracia.
Por último estimados amigos, a pesar del opaco ambiente de estas últimas elecciones municipales, se observa que se han dado pasos en que los ciudadanos, en este caso de los que residen en Lima metropolitana, están en un proceso de recuperación de no dar su voto por un candidato el cual no mantiene el equilibrio emocional y que hay necesidad de conocer la trayectoria del candidato.
Aparte de los candidatos mencionados, hubo pocos de los que estaban preparados y tenían experiencia, como Manuel Velarde y los que fueron de Somos Perú, pero que no se acercaban al candidato como Jorge Muñoz que ganó formando parte de una renovada militancia del partido Acción Popular, el pertenece a esa promoción de alcaldes de Miraflores que como hemos señalado tenía calificaciones y experiencia lograda como para ser alcalde metropolitano de Lima.
Jorge Muñoz supo mantener la paciencia y el tiempo necesario para ir progresando en las encuestas, caminó por toda la Lima y después de algún evento medía su grado de aceptación de los residentes de Lima ciudad. Muñoz saca a la luz lo que hemos puesto como título de este escrito: realista, idealista (honesto), conocedor y con experiencia. Ello le ha permitido ganar con casi el 40% del electorado, porque reunió esas cualidades que lo distinguirían y a eso se sumó su personalidad de estabilidad emocional y la de ser militante de una agrupación tradicional que luce los pergaminos de haber tenido tres períodos de gobiernos democráticos, que luchó desde su nacimiento en favor de las reformas estructurales (década del 60) teniendo la fuerte oposición congresal conservadora que impidió cumplir con sus ofertas de reforma; en la década del 80 enfrentó a lo dejado por el gobierno militar en la organización ampulosa del Estado, alta deuda externa impagable; y en el año 2000 Paniagua de presidente hizo posible la recuperación de la democracia después de la dura autocracia del 90.
Jorge Muñoz no fue el candidato improvisado que busca el alquiler ofrecido por movimientos políticos carentes de institucionalidad y sin experiencia en la gestión gubernamental. La ciudadanía tomó muy en cuenta el respaldo del partido de la institucionalidad como es  Acción Popular. Jorge Muñoz supo y consiguió tener los elementos internos y externos todos positivos de ganador y del éxito.
Fernando Arce Meza                    Surco,12 de Octubre del 2018

La del estribo: Se espera la buena administración de Muñoz, pero no se espera que después de algunos años se vaya descubriendo que rendía cuentas en falso, como le ha ocurrido a la señora Keiko cuando rindió cuentas a la ONPE. 


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