viernes, 29 de marzo de 2019

EDITORIALES Y ENTREVISTAS QUE ESCLARECEN LAS INNECESARIAS INTERPELACIONES DEL FUJIMORISMO Y EL APRISMO



Estimados amigos:

La semana pasada escribimos sobre el papel torpe que cometieron los congresistas, en especial de la ex mayoría en el congreso -fujiaprismo- y de los compañeros de viaje en la última interpelación al ministro Vicente Zeballos.
Reforzando las expresiones tanto del artículo mencionado, insistimos en que el fujiaprismo va de tumbo en tumbo, con lo que agrava el prestigio y la confianza ante la opinión pública de los malos andares de los miembros de FP y el aprismo en el congreso, en especial en las sesiones públicas; asimismo es triste observar las intervenciones de congresistas que juegan con una libertad inexplicable contra la honorabilidad de personas del Ejecutivo, caso del presidente Vizcarra, al cual lo califican de incapaz y populachero, y de otros funcionarios ya mencionados: los procuradores.
Estos refuerzos se lo debemos al editorial del diario “El Comercio” del día 26 de Marzo y la entrevista que del diario “La República” hizo ese mismo día. En ambos se observa la forma de encarar la interpelación y de cómo se lanza expresiones acompañadas de epítetos que desprestigian sin mayores limitaciones a los trabajos de los procuradores encargados del caso Lava Jato y los comportamientos de estos funcionarios en su carrera pública.  
La señora Bartra, por ejemplo, es incisiva y pedante, tanto es así que sus compañeras de bancada le piden tino para no hablar con tanto desprecio del presidente de la república; igualmente, un congresista de la experiencia como Jorge del Castillo, se cree muy sabio, criticando el trabajo del acuerdo con Odebrecht, y sus críticas han caído en el vacío, porque todo lo dicho por este señor no tiene consistencia y veracidad cientista y delata su ignorancia para tratar un importante tema.
Sin ser fujiaprista, el buen señor Víctor Andrés García Belaúnde, se convirtió en compañero de viaje de la bancada opositora, con sus intervenciones mostraron igualmente que, no estaba informado debidamente sobre la vida profesional de los procuradores ya mencionados.
El 22 de marzo se llevó una innecesaria interpelación al ministro de Justicia Vicente Zeballos, lo que viene representando uno de los tantos desatinos que comete el legislativo de parte de los congresistas de la mayoría fujiaprista.
Ello exhibe que el legislativo no solo debe contar con personas preparadas y con madurez para desempeñar el cargo de congresista de la república; sino también está mostrando la forma de elegir, usando una sola cámara, en ella se observa una constante de que bajo éste método de elegir, lleva al congreso a que no asuma sus altas responsabilidades y principalmente demuestre  seriedad, dado que es uno de los poderes del Estado.
Para vuestro conocimiento se adjunta tanto el editorial de “El Comercio”, como  la entrevista a la señora Pérez Tello por el diario “La República”.
Atentamente,
Fernando Arce Meza                              Surco, 28 de Marzo del 2019

Editorial: La interpelación diluida
Diario “El Comercio”, 26/03/19
Los ímpetus de un sector del Congreso por cuestionar al ministro de Justicia mostraron rápidamente sus limitaciones. La semana pasada se desarrolló en el Congreso un proceso que en otros tiempos habría tenido probablemente un desenlace distinto. Nos referimos, desde luego, a la interpelación al titular de Justicia, Vicente Zeballos, en torno al acuerdo de colaboración eficaz que el Estado Peruano ha firmado con Odebrecht.
Si pensamos en lo que ocurrió en oportunidades similares en la primera etapa de este gobierno –cuando las interpelaciones solían derivar en mociones de censura que, de una manera u otra, ocasionaban la salida del miembro del gabinete cuestionado– y en el tono enérgico de los voceros de las fuerzas que promovieron la concurrencia de Zeballos al hemiciclo, llama la atención que tanto batir de tambores haya concluido esta vez en un murmullo apagado sobre la necesidad de que, a la hora de revisar el referido acuerdo, el Poder Judicial tenga en cuenta lo discutido en el pleno.
La suerte de ministros como Jaime Saavedra o Marilú Martens en el sector Educación, o del actual presidente de la República cuando era titular de Transportes y Comunicaciones, es elocuente sobre cómo se producían las cosas cuando el escenario político era distinto. Ahora, en cambio, las bancadas interpeladoras no solamente se han abstenido de acometer cualquier intento de censura, sino que aparentemente perdieron muy pronto interés en la iniciativa que antes habían alentado: el viernes 22, como se sabe, la sesión matutina del Parlamento en la que debía retomarse el debate interpelatorio tuvo que ser suspendida por falta de quórum (había sido citada para las 9 a.m., y a las 11 a.m., apenas había 42 congresistas presentes).
Ya en la tarde, el asunto fue retomado por la representación nacional, pero solo para darle una conclusión más bien discreta y alejada de las posiciones encendidas que se habían anunciado solo 24 horas antes.
No queremos decir con esto, por cierto, que somos de la opinión de que toda interpelación debería terminar con una moción de censura. Si las explicaciones que brinda el ministro de turno dejan satisfechos a los legisladores que lo citaron para interrogarlo, permitir que la vida institucional del país continúe sin sobresaltos es lo maduro y deseable… Pero, en esta ocasión, no hemos escuchado intervenciones que sugieran tal cosa.
La bancada de Fuerza Popular (FP), por ejemplo, ha dicho que no promoverá censura alguna porque cree “en la gobernabilidad” y en que “el Perú debe continuar avanzando con una agenda propositiva”. ¿Debemos asumir, entonces, que cuando sí las promovió en los trances antes mencionados no creía en ninguna de esas cosas?
Además, si una de sus representantes más caracterizadas –la señora Rosa Bartra– le pidió durante el debate al ministro Zeballos que evaluase “su permanencia en un cargo para el cual no ha dado la talla”, parece evidente que los argumentos de este no persuadieron al fujimorismo. El repliegue, en consecuencia, ha de haber obedecido a otras razones.
Lo mismo puede decirse de la bancada aprista que, con más oficio político, se ha ‘sombreado’ tras la fallida carga contra el acuerdo con Odebrecht, o de los representantes de Acción Popular, que buscaron convertir la interpelación en un espulgadero del currículum y la trayectoria del procurador Jorge Ramírez y la procuradora adjunta Silvana Carrión.
¿Aquietaron todos ellos sus desvelos a partir de lo expuesto por el ministro de Justicia, o comprendieron que el empeño político en el que se hallaban se había diluido a ojos de la opinión ciudadana y que, por lo tanto, lo que convenía era emprender la retirada?
Los hechos apuntan a lo segundo. Porque si el mencionado sector del Congreso estuviese convencido de lo acertado de su causa, iría seguramente adelante con ella como gesto político y a pesar de no contar con los votos suficientes para aprobarla. No es eso lo que ha sucedido ahora. La interpelación, sencillamente, se desinfló en la confrontación pública. Y quienes la promovían también un poco con ella.


Marisol Pérez Tello: “El Congreso ya no da miedo... ya no tiene dientes”
Diario “La República”, 26-03-19
Entrevista a la ex ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello.
La ex ministra de Justicia Marisol Pérez Tello considera que este Gobierno necesita un norte claro y que Lourdes Flores saldrá airosa de la investigación que se le sigue por el caso Lava Jato.
- ¿Qué esfuerzos hemos visto de este Gobierno y cuáles faltan para hacer un balance de la gestión de Martín Vizcarra en la presidencia?
Creo que ha hecho esfuerzos, eso es evidente, y también me parece importante que se señale que eso no ha sido suficiente. (...) Creo que hay un problema de visión común y de norte que le permita al Perú caminar hacia algún destino.
- ¿La agenda de lucha anticorrupción puede ser el norte de este Gobierno?
Creo que tiene que ser así. Cuando el presidente Vizcarra dio su mensaje de 28 de julio el año pasado, marcó cinco temas de agenda y le puso énfasis a la reforma de justicia y al tema anticorrupción.
- ¿Cree que lo que está haciendo el Gobierno es capitalizar los fracasos del Congreso?
No. Creo que se están haciendo muchas cosas bien. Lo primero ha sido asumir una situación política dramática sin mayor sobresalto que terminara impactando en la economía.
- ¿Cómo ve actualmente al Parlamento?
Ya no tiene la fuerza, o sea, ya no importa lo que haga el Congreso. Puede optar por hacer las cosas bien y en esa medida sí importa, pero en realidad ya no da miedo, ya no tiene dientes, ya se desacreditó, lo que puede hacer ahora es empezar a hacer las cosas bien.
- ¿Es correcta la interpelación que le han hecho al ministro de Justicia, Vicente Zeballos?
Toda interpelación siempre es correcta en la medida en que el objetivo de la interpelación sea entender. Se le dio la oportunidad. Fue bueno que el país entienda que uno es el rol del fiscal, otro es el rol del procurador. La reparación civil no se la inventaron, hay una ley que aprobó el propio Congreso y aprobó el propio Ejecutivo.
- Cambiando de tema, Lourdes Flores tendrá que declarar por el caso Lava Jato...
Con ella tengo una relación personal de la que estoy orgullosa y confío en que su verdad se abrirá camino y si no fuera así, estaría a su lado.
- Entonces, ¿tiene fe en que va a salir bien librada?
Tengo fe en que todos los que dicen que no tienen ninguna responsabilidad, por supuesto incluida Lourdes, van a demostrarlo. Pero también tengo fe en que si están mintiendo, tendríamos la suficiente fortaleza institucional como para hacer que cada quien responda.
- Víctor A. García Belaunde ha planteado investigar a los procuradores del caso Lava Jato en temas ya zanjados. ¿Cree que continúa el obstruccionismo desde el Congreso?
Una de las denuncias del congresista me preocupó porque era un hecho nuevo, la denuncia del IPD. El procurador dijo que había sido declarado nulo y Víctor Andrés dijo que eso era mentira. Finalmente yo ya vi el documento de nulidad, que se ha hecho público....
- ¿Cuál era la intención del congresista entonces?
Quizá tenga mala información. No es la primera vez que el congresista Víctor Andrés usa una información no corroborada y la da por cierta. Creo que es un error porque no hay mala intención en él, nunca la ha habido, lo que hay es demasiado superficial para hacer un denuncia.

miércoles, 27 de marzo de 2019

UNA BALA EN LA FRENTE




25/03/2019 

Un militar retirado, el general de Brigada de Estados Unidos (r), Anthony J. Tata, afirmó recientemente que el gobierno de los Estados Unidos considera las más diversas formas de acción para acabar con la Venezuela Bolivariana. Una de ella, dijo, es una bala en la frente del Presidente Nicolás Maduro Moros.

Es bueno tener presente que los generales norteamericanos de hoy, fueron los vaqueros del oeste en los años pasados, cuando, según la pluma ilustre de Jorge Luis Borges, asomaban las tierras de Nueva Méjico y Arizona como “tierras con un ilustre fundamento de oro y de plata, tierras vertiginosas y áreas, tierras de la meseta monumental y de los delicados colores, tierras con blanco resplandor de esqueleto pelado por los pájaros”. Eran, esos, los tiempos de Billy The Kid, el antepasado glorioso de John Bolton, quien, como se recuerda, “debió a la justicia de los hombres hasta veintiuna muertes, sin contar mejicanos”

Habría razones para creerle a este descendiente de aquellos bandoleros del oeste de duros pistoletazos, por cuanto la administración yanqui en nuestro tiempo, está especializada en la materia. Intentó, en efecto, en más de 600 ocasiones acabar con la vida de Fidel Castro, aunque nunca pudo concretar su objetivo. El mandatario cubano resultó invulnerable a todos los ataques y agresiones y -como dicen algunos- sólo murió “cuando le dio la gana”.

El asesinato político tiene historia, y numerosos antecedentes. Pero en lo que se refiere a la administración yanqui, funciona con distintos propósitos. Recordemos, por ejemplo, el caso de Abraham Lincoln, que fuera asesinado en un teatro por John Wilkes Booth, un simpatizante de la causa del sur. Quizá ese fue el inicio, pero nunca el fin en el camino de sangre, digitado en esos predios- Muchas años más tarde, también John Fizgarrald Kennedy, asesinado en Dallas en noviembre de 1963 como resultado de un crimen que aún no sea esclarecido, y en el que una sola bala tuvo siete destinos diferentes

Pero no en todos los casos, las víctimas fueron Mandatarios de los Estados Unidos. El mundo recuerda otros crímenes también abominables que fueron ejecutados por órdenes “superiores” nunca identificadas, a través del FBI o estructuras similares o anteriores, que operaban a la sombra del Mandón de Turno.

En USA aún se recuerda a Malcolm X, asesinado en febrero de 1965 por su rechazo beligerante al racismo y la discriminación; a Fred Hamptan, uno de los fundadores de las Black Phanter Party, asesinado en Chicago en septiembre de 1969; y, cómo no, al Reverendo Martin Luther King, destacadísima figura en la lucha por los Derechos Civiles y contra la marginación de los negros, victimado el 4 de abril de 1968, en Menphis, Estado de Tennesse.

Pero la mano asesina del Imperio llegó también más lejos. Baste recordar las muertes sucesivas, en extraños accidentes aéreos, del entonces Presidente Ecuatoriano Jaime Roldós; del líder panameño Omar Torrijos el que arrancara el Canal al dominio norteamericano; y del militar peruano, el general Rafael Hoyos Rubio. Los tres, perecieron entre mayo y junio de 1981 en sorprendentes, y similares accidentes en los que cayera una nave aérea en la que sobrevolaban en viajes de rutina.

A Augusto C. Sandino lo mataron por orden de la embajada yanqui, en febrero de 1934. Jacobo Arbenz se salvó huyendo de Guatemala veinte años después. Salvador Allende murió acribillado defendiendo La Moneda durante un ataque artero financiado y dirigido por los Estados Unidos. El general Juan José Torres fue volado en Buenos Aires, a inicio de los años 70, casi de idéntica manera, y ambos casos en Argentina, que el militar chileno Carios Prats, considerado adversario de Pinochet.

Pero estamos hablando solo de nuestro continente, sin recordar a Mohamad Mosaddeq, el primer ministro democráticamente electo en Irán, derrocado por nacionalizar el petróleo, y virtualmente muerto en prisión en 1953; a Patrice Lumumba, el héroe africano, liberador del Congo, derribado del Poder y asesinado en enero de 1961; a Abb–Al Karim Quasem , el coronel baasista asesinado en febrero de 1963 luego de un cruento golpe de Estado consumado contra su régimen en Bagdad; o más recientemente a Sadam Husein, muerto en Irak; o a Muamar Kadafi, el hombre fuerte de Libia, asesinado en el 2011

Todos estos crímenes, y muchos otros más, bien pueden adjudicarse al gobierno de los Estados Unidos, porque la mano asesina provino de ahí, o fue financiada desde ahí. Y porque las acciones finales fueron operadas por la Agencia Central de Inteligencia –la CIA- como quedó en evidencia algunos años después, cuando se debió proceder a la desclasificación de documentos, de acuerdo a las leyes vigentes en el país de Tomás Jefferson

Para los autores de estas muertes, un balazo en la frente –de Maduro, o de Ortega, o de Evo. O de cualquiera que osare levantarse, desde las cumbres del Poder contra el dominio yanqui- sería visto por la “prensa grande” casi como el disparo accionado por Billy The Kid cuando derribó Belisario Villagrán, de Chihuahua es decir, como un “incidente” en el marco de la lucha de hoy “por la restitución de la democracia en el continente”.

La presencia de Bolsonaro en Washington, incluida su visita a la CIA, es un síntoma de que, para el Imperio, la ruta del crimen va en serio. No solo porque el mandatario brasileño está comprometido en el asesinato de una valerosa joven vinculada a la defensa de las poblaciones vulnerables –Marielle Franco-; sino porque éste lució una figura rastrera ante Donald Trump. “Obediente y sumiso” dijo la “Prensa Grande”, Lacayuno y servil, más bien, diríamos nosotros. El balazo en la frente, asoma como hoy como su más categórico argumento político.





COMUNEROS DE LAS BAMBAS: ¡¡SOLOS CONTRA EL MUNDO!!


 


           
Escribe: Milcíades Ruiz
Solemos salir a las calles por asuntos menos graves que lo que sucede en Las Bambas y nos solidarizamos con causas extranjeras firmando comunicados, pero no hay la misma actitud política con los nuestros, con los campesinos ancestrales de Apurímac y Cusco que luchan contra la alianza gobierno- corporaciones extranjeras. ¿Por qué no hacemos lo mismo en apoyo a los peruanos ancestrales que luchan contra la invasión extranjera que les arrebatan sus riquezas dañando su hábitat? ¿Por qué esta incoherencia?
 
Tenían una vida apacible antes de que los inversionistas extranjeros le pusieran el ojo a las enormes riquezas del subsuelo de las comunidades campesinas. Aparecieron como las tropas de Pizarro y la codicia ajena les trajo innumerables problemas. En defensa de su hábitat amenazado por los depredadores de recursos naturales nuestros compatriotas andinos vienen luchando solos, contra un poder abrumador y en esta causa justa ha tenido ya varios muertos.

Solo reclaman justicia. No se oponen a la extracción minera siempre que se opere sin causar daños a sus fuentes de vida: agua, aire, sanidad humana, de sus cultivos y crianzas. Es lo mínimo que se puede pedir ante tanta adversidad. Pero no es solamente eso. Los depredadores de riquezas han dejado en escombros con sus venenosas sustancias y desechos mineros a los asientos mineros de Huancavelica, Cerro de Pasco, Cajamarca y otros lugares que tras siglos de extracción son los lugares más pobres del Perú.

Entonces los campesinos de Apurímac y Cusco no quieren que les pase lo mismo. Reclaman justas compensaciones. Se ha invadido el territorio comunal, que es propiedad privada. Cualquier ciudadano tendría derecho a desalojarlos de su propiedad como sucede en la ciudad, pero a ellos les está negado este derecho. Construyen carreteras para transportar el mineral pero dentro de la propiedad privada comunal y es de justo derecho que se compense apropiadamente a los afectados. ¿Por qué negarles ese derecho?

Los daños no están solamente en los lugares de extracción minera, sino en todo el trayecto del transporte de mineral desde Las Bambas hasta el puerto de Matarani en Arequipa. Pero los tramos iniciales son horrorosos por la polvareda y derrames que no solo afectan los cultivos y pasturas, sino penetran hasta los domicilios campesinos que han perdido su tranquilidad. ¿Qué haríamos nosotros si ese fuera nuestro caso?

Llegó el momento en que los campesinos del ande apurimeño dijeron basta ya y bloquearon el tránsito minero hasta que no se les compense los daños y se tomen las medidas de alivio. Hicieron las gestiones y entablaron el diálogo pero Kuczynski les respondió con un decreto declarando el “Estado de Emergencia” en toda la ruta, suspendiendo los derechos ciudadanos. Esta medida abusiva fue prolongada hasta hoy por Vizcarra a pesar de que cuando era vicepresidente fue a la zona y conversó con los comuneros ofreciéndoles solución.

Esta situación se mantiene desde el año pasado sin solución ni comprensión. Pero el aparato estatal, los medios de prensa y los vende patria están arremetiendo con todo para obligar a los campesinos a ceder posiciones, echándoles la culpa de todos los males económicos. Fomentan el odio a los afectados y se parcializan con el depredador. El gobierno ha metido preso al principal dirigente y defensores legales, valiéndose de artimañas como siempre lo han hecho con los líderes populares.

Ya están lanzando la amenaza de resolver apelando al consabido “principio de autoridad” por encima del principio de la democracia y la justicia. Esta práctica de las dictaduras asoma con fuerza en estos momentos y los movimientos políticos que supuestamente defienden las causas populares ni siquiera se acuerdan de ellos, como sí, lo hacen cuando necesitan de apoyo electoral. 

¿Por qué sectores de izquierda no se movilizan, ni protestan, ni se solidarizan, ni defienden la causa justa de los campesinos apurimeños y cusqueños que se han decidido luchar hasta la muerte? ¿Será por discriminación? Hagamos algo por favor.

Disculpen la molestia.

Marzo 2019