lunes, 15 de abril de 2019

LA IGLESIA CATÓLICA PROTEGE A SUS PEDERASTRAS (Compilación)


Antonio Rengifo Balarezo
Lima, Unidad Vecinal No 3
Enro, 2017

CONTENIDO





1.  La iglesia católica protege a sus pederastas

2. El Sodalicio, confesión de parte

3. El Sodalicio ofrece reparación pecuniaria

4. Los abusos del Sodalicio

5. Cine
5.1       El Bosque de Karadima
5.2     En Primera plana (Spotligth)
5.3     Abusos sexuales en el seno de la iglesia
5.4     Los legionarios de Cristo y el pedófilo
5.4.1         Marcial Maciel
5.5     Líbranos del mal

6. Galería fotográfica
6.1   Portada de “Mitad mojes, mitad soldados”
6.2 Oración por la beatificación de Fndo. Doig
6.3 Bendición papal de Luis Figari






1. La iglesia católica,
como política, protege a sus pederastas
Pedro Salinas
Periodista y escritor. Entre sus libros destacan Historias que revientan en la cara (1999), Mateo Diez (2002), Humaladas (2006), Rajes del oficio (2007) y Mitad monjes, mitad soldados (2015). Es columnista de este diario.

 
TESTIMONIO.  El autor de Mitad monjes y mitad soldados cuenta que llevó terapia para superar su experiencia en el Sodalicio.

Escribe:

Mientras el fundamentalismo religioso, encarnado en la campaña#ConMisHijosNoTeMetas, intentaba abatir el currículo educativo que busca propiciar la tolerancia a la diversidad en las escuelas del país, las víctimas de pederastia de la agrupación católica Sodalicio de Vida Cristiana se encontraron esta semana con que la fiscalía archivó su caso. Pedro Salinas, el periodista que inició la investigación del tema y lo plasmó en su libro Mitad monjes, mitad soldados, habla, en esta entrevista, de su frustración y su impotencia ante esa decisión que subestima el dolor de quienes aún cargan los traumas generados por una organización religiosa estructurada para el abuso. Y de su rabia.

¿Por qué en nuestro país escandaliza más dos hombres amándose que un sacerdote violando niños?

No sé. Que casos como el de (Luis Fernando) Figari queden impunes te hablan de la ética y la moral de una sociedad y de mucha tolerancia ante el abuso… Y como ciudadano peruano me inquieta, me incomoda, me fastidia, toparme cara a cara con la impunidad. Es una sensación fea, porque, en paralelo, tú dices: este tipo aparece con su cara de buda feliz negando a las víctimas y tienes a una fiscal (María del Pilar Peralta Ramírez) que repite como un loro los argumentos de la defensa y, en su resolución de 54 páginas, simplemente asume que, como estamos hablando de un fundador de una institución religiosa que tiene obras sociales, casi no lo deberías tocar o, en todo caso, perdonarlo rapidito...

Perdonar al “árbol caído”, como diría (Juan Luis) Cipriani…

Exacto. Y esa es la actitud general...

Tú has dicho que no esperabas gran cosa del proceso, pero imagino que sentiste algo con el archivamiento del caso…

Frustración. Impotencia. Indignación. Y rabia. Porque una cosa es que te digan: Mira, en el caso de los abusos sexuales, estos prescribieron... En mi opinión, ese tipo de crímenes, abusos sexuales a menores no deberían prescribir, porque ya hemos visto que el abusado sexual reacciona después de 20, 30, 40 años del evento...

Claro, eso se ha dado en todos los casos a nivel internacional…

Sí, los casos de Karadima, en Chile, son tal cual. Los casos en México, con Maciel, igualito. Y los casos en Boston... Pero, bueno, yo ya sabía que, en el caso de los abusos sexuales, eso iba a prescribir. Pero, en la nota de prensa de la Fiscalía, dicen varias mentiras. Una, que no se presentaron abusados sexuales al proceso y yo sé que fueron dos…

Uno de ellos José Enrique Escardó, ¿no?

No. José Enrique tiene un incidente de connotaciones sexuales, pero no ha sido víctima sexual. Con víctima sexual estamos hablando de penetración, masturbación… Lo que tiene él es un incidente de connotaciones sexuales con Germán Doig (ya fallecido fundador del Sodalicio), como, en mi caso, hay otro con mi director espiritual cuando entré al Sodalicio. 

¿Cómo fue tu caso?

En mi caso, mi director espiritual me dijo: Pedro, tú eres muy tenso y eso se arregla con yoga, asanas y ejercicios de relajación. Y un día, en una sesión espiritual, a puerta cerrada, me dice: Quítate la ropa, quédate en calzoncillos, échate, cierra los ojos. Luego, saca uno de estos punteros desplegables y comienza a palparme y dice: Efectivamente, aquí hay nudos de tensión, tus chakras están desalineados y no sé qué tanta vaina…

¿Te estaba preparando para un asalto sexual?

Exactamente, era una especie de prueba. En eso me empieza a tocar más abajo, las piernas y me toca la ingle y ahí yo me siento incómodo y abro los ojos como diciendo “¡qué pasa!”. Y el pata, para que veas el profesionalismo de estos jerarcas del Sodalicio, me dice: Ya, Pedro, puedes cambiarte. Y alucina que yo pensé: ¡Mierda, he pensado mal de este pata! Evidentemente, a la luz de todo lo que ahora se conoce, ese fue un testeo y hasta el día de hoy siento que la bala me paso silbando...

Volviendo al tema del archivamiento: ¿Qué viene? ¿Se acabó la denuncia contra el Sodalicio? ¿Tiras la toalla?

Nuestros abogados en estos momentos están evaluando presentar un recurso de queja, que es una suerte de apelación, para ver si es que la fiscalía, el fiscal (de la Nación) Pablo Sánchez, reconoce su error y deriva el caso a otro fiscal más competente, porque yo no quiero pensar mal de la fiscal, pero incompetente sí ha sido. Ese es un dato objetivo.

Tú has dicho que te jugaste todo en este tema. ¿Qué fue todo?

Todo. O sea, cosas importantes de mi vida personal, he reabierto heridas, el desgaste emocional ha sido inmenso, ha habido mucho tiempo y mucha plata de mi bolsillo metida en esta historia. Pero no me arrepiento, porque creo que esto ha hecho más bien que mal. Sí me apena que haya gente que ha tenido que reabrir heridas, volver a fijarse en cosas que han generado traumas que los persiguen hasta el día de hoy. Lidiar con eso no es fácil. Tienes que tener un empaque particular que yo, honestamente, no lo tengo. Te quiebras. Hay momentos en los cuales dices: ¿Con qué derecho le pido a estas personas que compartan cosas tan delicadas conmigo y que, además, van a ser públicas?

¿Hay gente que se ha arrepentido de haber dado su testimonio?

No, por suerte no. Si hubiese uno que se arrepintiese, ahí sí yo estaría mal. O sea, hay gente que sí la está luchando. Hay gente que me mandó a la mierda, varios, y que hoy por hoy se sienten agradecidos. Eso sí es algo que me parece mostro.

Por el otro lado, cabe preguntar: ¿Qué ganaste?

Hay una satisfacción. En lo personal, creo que esto es de lejos lo más importante que puedo haber hecho en toda mi trayectoria periodística y que creo que, además, trasciende la cosa periodística, porque quiero creer que le he hecho un bien a la sociedad. Con Pao (Ugaz, coautora del libro) y con todos los que han participado en esta aventura, creo que hemos ayudado un poco a abrir los ojos…

Hablando de reabrir heridas, has dicho que has pasado terapia mucho tiempo. ¿Qué traumas curaste? Si los curaste… 

Sí, eso, si los curé, porque las heridas están allí y siempre se reabren si estás escarbando… Además, he tenido que pasar terapia no solamente por temas míos, sino para ver cómo manejo esta situación, donde hay mucho dolor, mucho trauma, para que no me golpee, porque de piedra no soy, pues.

Eso ya a partir del libro, ¿pero antes?

Antes también. He tenido terapias en diferentes momentos. Siempre salió el tema del Sodalicio, pero fíjate que el tema de mi papá sí estaba, digamos, como clausurado…

Tú has contado que odiaste a tu padre mucho tiempo… ¿Cómo fue?

Parte de la política del sistema de formación en el Sodalicio es aislarte de tus entornos afectivos más fuertes: tus padres, tus amigos, tu enamorada. Y la figura más atacada es la figura paterna. Y de una manera brutal. Escucharás muchos Sodalites que habrán tenido momentos con su consejero espiritual, con su superior o con Figari mismo, y el discurso es: Tu viejo es una mierda, un fracasado, no es ningún modelo ni referente ni nada. Todos tus defectos, todos tus complejos son culpa de tu viejo. Entonces, nosotros somos tus figuras paternas.

Ese tiene hasta un toque sicoanalítico: culpa a tu padre de tus traumas…

De hecho hay todo un sistema de captación que lleva al secuestro mental que la fiscal nunca entendió, que es lavado de cerebro, el formateo cerebral que te convierte en un autómata, en un talibán. Créeme, que si ellos te dicen mata, ¡matas, Maritza! O si te dicen tírate, te tiras.

¿Qué es lo que más te avergüenza haber hecho durante ese período de lavado cerebral?

Obedecer. Obedecer ciegamente. O sea, yo he agarrado a golpes a Sandro Moroni, como Sandro Moroni me ha agarrado a golpes a mí. Y además, por nada. ¡Es una locura! Lo que pasa es que es difícil trasmitir esa locura que se vive en el Sodalicio a gente normal… Como tú (risas).

Hay quienes dirán que hay gente que tiene mayor tendencia al fanatismo. ¿Tú la tenías?

No sé, pero sicológicamente yo era una pera en dulce, porque me captan en el momento en que mis padres se habían separado, con problemas de conducta en el colegio, mi madre haciendo de papá y mamá, mi viejo en Venezuela, yo metido en drogas y qué se yo. Entonces, el Sodalicio aparece de pronto y se convierte en la alternativa de tu vida. Además, te venden toda una historia épica: que vas a formar parte de una elite para transformar el mundo y el resto son unos huevones. Y el lenguaje que usan es así: Totalmente coprolálico…

Hace un par de años, la ONU hizo un informe diciendo que la iglesia  propicia la pederastia…

Por el tema del celibato. Para mí, ese es el eje principal: El celibato es un absurdo. Y esa represión es la que lleva a muchos religiosos a, en momentos determinados, irse contra un chiquillo, contra una niña, contra un sordomudo o un discapacitado, que son los que tienen más a la mano…

El argumento del arzobispo (Silvano) Tomasi (observador del Vaticano ante la ONU) era que en todas las profesiones hay pederastia. ¿Qué responderías a eso?

Así es. Y dice que, si tú ves, el porcentaje es mínimo respecto de los boy scouts, que esto y lo otro. Pero eso a mí no me sirve de explicación, porque, a medida que instituyan cosas que propician la pederastia, como el celibato precisamente, la iglesia va a mantener el mismo problema.

Y, más allá del caso Sodalicio, ¿puede hablarse de casos de pederastia en otras agrupaciones católicas?

Mira, cuando tú chequeas el caso Karadima, en Chile; el caso Figari, en el Perú; o el Caso Maciel, en México, tú llegas a la conclusión de que la iglesia católica, como política, protege a sus pederastas. Hasta el día de hoy…

¿Pero tienes denuncias sobre niños que, en este momento, estén siendo abusados, sea en el Sodalicio o en otras agrupaciones?

Sí, nos han llegado, tanto a Pao como a mí, una serie de requerimientos de personas que acusan a sacerdotes de otros movimientos religiosos, de otras órdenes religiosas católicas, pero hemos tenido que decir “sorry, pero nuestro tema es el Sodalicio”. Lamentablemente, no nos da el tiempo ni el cuerpo. 

(Gastón) Garatea ha dicho que Cipriani no es la iglesia, refiriéndose a su posición en el tema de la unión civil. ¿Dirías lo mismo en el caso de la pederastia o toda la iglesia está implicada?

No coincido con Garatea. La posición de Cipriani es la de la iglesia, es la de (el papa) Francisco.  Cipriani, nos guste o no, sigue formando parte de los círculos concéntricos importantes del Vaticano.

Pero en algún momento tú te mostraste esperanzado en las posturas del papa Francisco…

Pues claro, como todos. Como todos, pequé de ingenuo (risas).

Si te encontraras con Figari, ¿qué le dirías?

Buena pregunta. Tú sabes que yo estaba yendo a Roma con Pao y con Héctor Gadea cuando la fiscal viajó para interrogarlo. Lamentablemente, el problema de mi columna, por el que me tuvieron que operar, hizo que me quedara en Lima. Pero si yo hubiese estado frente a Figari, no sé si le hubiese hecho alguna pregunta o le hubiese lanzado un epíteto…

¿Cuál hubiera sido?

No lo sé. Pero supongo que hubiera sido una reacción agresiva u hostil. Por suerte no fui, porque también si Figari me hubiera visto, habría salido a la defensiva, y cuando tú lo ves en el video, él sale con una cancha, con unas ganas de hablar, de sentirse el dueño del mundo y, de pronto, se entrega a los brazos de Paola y habla, habla, y dice todo lo que dice. Y ahí es cuando la gente dice: ¡Este es Figari! Y sí, ese es Figari: un tipo enajenado, que niega a las víctimas con un cinismo descarado. Por eso, cuando hay gente, que la hay, que niega todavía a las víctimas, uno dice: Oye, ¿qué más quieres? ¿La foto del instante en que Figari está aprovechándose sexualmente de ese chiquillo? No existe, pues. No hay. Pero están los testimonios.

Diario La República. Lima. Edición Impresa del 22 de Enero de 2017.

2.                       Reconocimiento del Sodalicio
debe servir para hallar a los culpables

Abuso. Paola Ugaz considera que deben revelar quiénes son los que cometieron abusos en esa polémica comunidad.

 
 
El reconocimiento del superior general del Sodalicio, Alessandro Moroni, de la existencia de víctimas de esa comunidad debe servir para identificar a los culpables de los abusos, sostuvo la periodista Paola Ugaz.

Consideró que, si bien con el pronunciamiento de Moroni el Sodalicio pretende eximirse de responsabilidades sobre los delitos que habrían cometido jerarcas de esa comunidad, sí acepta que hay personas que han sufrido abuso o maltrato de diversa índole.
"Esto es clave. Si ha habido víctimas es porque hay victimarios que deberían ser expulsados del Sodalicio", dijo.
Ugaz, quien junto a Pedro Salinas publicó el libro Mitad monjes, mitad soldados, indicó que también se necesita saber qué sanciones ha tomado el Sodalicio contra los responsables de estos abusos.
"Es tiempo de que se olviden del secretismo de toda la vida. Hay más victimarios que están siendo protegidos", apuntó.
Además criticó que la fiscal María Peralta, quien archivó el caso, no recogió el testimonio de algunas víctimas simbólicas y padres de estas. Agregó que en los próximos días los abogados encargados del proceso apelarán la decisión del Ministerio Público.
Por su parte, el periodista Pedro Salinas consideró que el reconocimiento de víctimas por el Sodalicio deja en ridículo a la fiscal María Peralta. Recordó que ante el Ministerio Público, Alessandro Moroni y otros jerarcas del Sodalicio negaron los abusos cometidos.
"Este doble juego hipócrita y cínico demuestra una doble cara de esa comunidad", expresó, y sostuvo además que el Sodalicio pudo expulsar al fundador Luis Fernando Figari, pero le pasó esa responsabilidad al Vaticano.
"Se sabe que este protege a los pederastas", apuntó.

Sodalicio admite que 66 personas  sufrieron abusos

En un video difundido en redes sociales, Alessandro Moroni señaló que se encontraron elementos suficientes para considerar a 66 personas como víctimas de abuso o maltrato de distinta índole de parte de miembros de esa comunidad. 

Indicó que se destinarán 2 millones 842 dólares para atender reparaciones económicas, asistencia médica o psicológica, ayuda para reinserción laboral y apoyo.

Pedro Salinas recordó que el Sodalicio se zurró en las recomendaciones de la Comisión de Ética y que si las hubiese cumplido, Alessandro Moroni no sería el superior general. "Habla como si recién se enterara de los abusos. Él también es abusador", apuntó.

Rosario Fernández, de la Comisión de Ética, dijo que las reparaciones debieron darse hace meses.




3. Superior del Sodalicio anuncia reparación de 2 millones 800 mil dólares a las víctimas de abusos

Alessandro Moroni, Superior General del SCV, manifestó que se han encontrado "elementos suficientes" para considerar que 66 personas fueron víctimas de abusos y maltratos. "Mantenemos el compromiso de reparar a quienes sufrieron por causa de ello", indicó.

 
A través de un video de Alessandro Moroni, Sodalicio asumió responsabilidad

Alessandro Moroni, superior general del Sodalicio de Vida Cristiana (SCV), anunció que se entregarán dos millones 800 mil dólares a presuntas víctimas de abuso y maltratos de distintas índoles.

El jefe del Sodalicio manifestó que se repartirá dicho monto entre todas las víctimas que se encontraron durante la investigación.  "Mantenemos el compromiso de reparar a quienes sufrieron por causa de ello", indicó.

“Se atendió a 103 casos [de personas presuntamente abusadas] y se han encontrado elementos suficientes para considerar que 66 de ellas fueron víctimas de abuso o maltrato de distinta índole”, expresó Moroni. 

Según precisó, se ha llegado a un acuerdo de reparación económica en 47 casos, de los cuales ya se ha entregado el dinero a 35. “Falta completar el proceso con 12 y hay 5 personas en espera porque son parte del proceso judicial. Hay 3 personas que han rechazado nuestra propuesta y una que no quiso continuar en el proceso”, detalló.

Moroni Llabrés también se pronunció sobre Luis FIgari y señaló que han pedido su separación ante la santa sede y que dicho proceso "sigue adelante" en Roma.

"Sobre Figari, nosotros ya hemos pronunciado en varias oportunidades reconociendo todo el daño ocasionado por él, condenando sus acciones y declarándolo persona non grata. También hemos pedido su separación de la comunidad y hemos enviado toda la información sobre su caso a la santa sede. El proceso contra Figari sigue adelante en Roma. [...] Hemos tomado medidas muy concretas para llegar al esclarecimiento de la verdad sobre todos estos casos", añadió.

Este anuncio de reparación se da días después de que se archivara la denuncia contra el fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Luis Fernando Figari y otros exlíderes de esa organización por presuntos delitos de violación sexual, secuestro, lesiones graves y asociación ilícita para delinquir.

Como se recuerda, la titular de la 26.º Fiscalía Provincial Penal de Lima, María del Pilar Peralta Ramírez, argumentó que “durante las investigaciones, no hubo ningún afectado que se acercara a denunciar que haya sido víctima de dichos abusos”.

Diario La República. Lima. P21 de Enero de 2017
4. Los abusos del Sodalicio:
La historia de Martín

Testimonio. La Comisión de Ética, convocada por el propio Sodalicio, emitió el 16 de abril un demoledor informe, que la describe como una organización concebida para perpetrar abusos físicos, psicológicos y sexuales, como denunció “Mitad monjes, mitad soldados”. Hay muchos ex sodálites que no conversaron con la Comisión y no se sabe qué pasará con ellos. Uno de estos casos es el que relatamos a continuación.

Su nombre es Martín Pérez del Solar. Ingresó formalmente al Sodalitium Christianae Vitae (SCV) en agosto de 1999 y salió de la institución en diciembre del 2013. Vivió 14 años al servicio de dicha sociedad de derecho pontificio. Martín, desde pequeño, siempre tuvo vocación por el arte. Y juzgaba que ahí, en el SCV, podía plasmar su sensibilidad, desarrollando su disposición y habilidades.


Una vez adentro, y luego de ser adoctrinado en la cultura interna que ha caracterizado al Sodalitium durante más de 40 años, Martín se convirtió en un militante servil y obediente. Y así se comportó durante todos sus primeros años viviendo en las comunidades de esta asociación que forma parte de la iglesia católica.

Ahí conoció a Erwin Scheuch, a quien recuerda como el primer sodálite que habló mal de sus padres. “Después de conocer a mi madre, me dijo: ‘Tu madre te quiere dominar, y está claro que te tiene cogido de los h...’”. Según Pérez del Solar, Scheuch lo maltrató durante un largo tiempo.“Cuando lo tuve de superior me ordenó quitarle el colchón a mi cama y dormir sobre los tablones de madera y solo con una frazada. Así viví durante 6 meses”.

Como consecuencia de los dolores que perduraron con el tiempo, lo enviaron al médico, quien le diagnosticó fibromialgia (trastorno que causa dolores musculares y fatiga), probablemente un pronóstico errado pues le ordenaron que, en ningún caso, dijera cuántas horas nadaba al día.

En San Bartolo

Sobre su paso por los denominados “centros de formación” ubicados en la playa San Bartolo, al sur de Lima, no tiene buenos recuerdos. En San Bartolo nadábamos tanto que llegué a odiar el mar. Y lo peor era cuando te hacían nadar de noche, porque a veces transitaban botes de pescadores que no te veían y te podían atropellar; te morías de miedo cuando te daban esa orden. Aunque luego se prohibió nadar por las noches porque el papá de Franz Guillén había amenazado filmarnos. Yo amaba el mar porque era corredor de tabla, pero la experiencia sambartolina me hizo detestar el mar”.

 Martín narra también que, luego de que le diagnosticaron que tenía escoliosis tuvo que abandonar los ejercicios físicos que ponían el acento en los abdominales y en las planchas, así es que le ordenaron hacer yoga bajo la tutela de Daniel Murguía, el sodálite que en el 2007 fue encarcelado por pederasta. “Murguía, debo decirlo, me toqueteó, pero también creo que fue una víctima del sistema”, enfatiza.

También evoca los momentos en que, por razones absurdas, lo dejaban sin comer hasta dos días. “Una vez fue porque me olvidé de poner la red en el arco de fulbito. Otra vez porque me olvidé de inflar la pelota y me hicieron hacer mil planchas”.

Describe asimismo historias que vio, como cuando un sodálite chileno se quedó dormido mientras que Luis Figari hablaba. Ello le significó al sureño nadar cuatro veces a la isla, ida y vuelta, a la hora de la siesta, durante los dos años que residió en San Bartolo. Y al resto de la comunidad, como escarmiento porque uno cogió el sueño, los conminó a no probar bocado hasta el día siguiente.

En otra ocasión, llegó a vivir una temporada en San Bartolo el sodálite Alfredo Garland Barrón, uno de los de la “generación fundacional”. Se instaló en la habitación en la que vivió Jeffrey Daniels, el sodálite pederasta serial. Ahí le hicieron una oficina y biblioteca. E instalaron muebles de cuero y cómodas en las que ponía sus objetos y adornos antiguos y lujosos, nada congruente con la austeridad de los cubículos en donde dormía el resto de sodálites.

“Si a Garland le caías mal, te trataba con la punta del pie. Era racista como nadie. Se rodeaba de gente rubia y blanca y de ojos claros. Defendía ardorosamente a Franco”, dice.

El tormento Tokumura


Otro sodálite que se convirtió en su tormento fue Óscar Tokumura Tokumura, respecto de quien, pese a todas las denuncias que se le conocen de maltrato físico y psicológico, el Sodalicio todavía no ha adoptado ninguna medida en su contra.

“Tokumura me llamaba eventualmente a su cuarto durante el primer año que entré a San Bartolo. Pero fue en el segundo año cuando todo se puso muy incómodo e ‘íntimo’. Había semanas en las que ponían películas en las noches, y cuando todos se iban a verlas, Óscar me llamaba a su cuarto para conversar. Siempre era a golpe de las 8 o 9 de la noche. Lo peor es que, cuando la película terminaba y todos se iban a dormir, él pretendía que me quedara a acompañarlo un rato más. Esto ocurría por lo menos tres veces a la semana. Hasta que, en algún momento, comenzó a cambiarse la ropa delante de mí, sin ningún pudor. Se calateaba delante de mí, se ponía su pijama y se metía a su cama, mientras me hablaba. En un par de oportunidades, cuando yo estaba acostado en mi cuarto, él pasaba a buscarme con alguna excusa, y de pronto “se tropezaba con algo” y “se caía” encima mío. ¡Y se quedaba ahí, en mi cama, echado a mi costado! Pasó más de una vez, y era muy incómodo. Esto duró un año entero”.

“Otra cosa extraña en Tokumura eran sus despertadas. Había tres personas encargadas de despertarlo: SC, SB o AH, curiosamente todos eran chicos blancos y de ojos claros. Primero, tenían que tocarle la puerta. Si no contestaba, entonces había que abrir la puerta y entrar y pasarle la voz desde el pasillo de entrada de la habitación. Y si así no se despertaba, el tercer paso era rodearlo y empezar a tocarlo para que se levante. Hasta que decía: ‘Ya, suficiente’”.

El colegio San Pedro

El padre Jaime Baertles quien lo introduce al colegio San Pedro para enseñar. En esos tiempos, anota Pérez del Solar, Jeffrey Daniels, el depredador sexual de menores, trabajaba en el San Pedro. “Conozco el caso de un chico que cuando estaba en segundo grado de primaria, Jeffrey lo llamaba a su oficina y se le insinuaba... La historia me la contó el mismo muchacho, llorando, justo cuando yo estaba saliendo de la comunidad”.

Pérez del Solar siempre quiso estudiar música, pero el Sodalicio no lo dejó.  Le ordenaron estudiar unos años en la Facultad de Filosofía y luego Pedagogía. Cuando entra como profesor al colegio San Pedro, el director era el sodálite Alfredo Draxl (denunciado por José Enrique Escardó en el 2000 por colocarle una navaja suiza en el cuello).

A Draxl lo describe como una persona extraña, a quien una vez le escuchó decir que no le gustaban las mujeres ni sentía nada por ellas.

Cuando a Martín le sobreviene una crisis vocacional debido a que no puede con la exigencia del celibato, le dice a su superior que si se va del Sodalitium le gustaría seguir enseñando en el colegio (tenía contrato por 10 años y estaba en planilla), porque no tenía una carrera y debía ayudar a mantener a su madre.

Uno de los miembros del Consejo Superior, Fernando Vidal, le dijo: “No hay ningún problema”. Pero cuando habló con Draxl, éste le respondió: “Podrías confundir a los chicos porque ellos te veían como a un consagrado y ya no lo eres”.

Pérez del Solar habló con Fernando Vidal y Rafael Ísmodes, del Consejo Superior. Le dicen que no debe preocuparse, iba a regresar al colegio de todas maneras.

Martín confió en la palabra del Sodalitium. Y fue a buscar un departamento a donde iba a llevar también a su madre. La sorpresa vino al poco tiempo, Ísmodes lo llama para informarle que, conversando su caso, no iba a poder trabajar en San Pedro.

Martín se quedó gélido, balbuceaba preguntas: “¿Ahora qué voy a hacer?”.Entonces se acordó del sodálite Miguel Salazar, cuando lo obligaron a estudiar Pedagogía, quien una vez le comentó: “Ningún artista podía ser santo”.


La historia de Martín es larga y dramática. Y atraviesa negociaciones angustiantes con el Sodalicio. Es un relato preñado de incidentes en los que no halla ocupaciones y solo le queda acudir al Sodalicio, al cual le había dedicado 14 años y donde al final le aseguraron que, al salir, iba a triunfar. Entre el 2015 e inicios de este año siguieron  las promesas que jamás se concretaban. Hoy le quedan 2.800 dólares para vivir.

Psiquiatra y fármacos

Otro de los “aportes” del Sodalicio, cuando Pérez del Solar decide irse, fue el contacto con el psiquiatra Carlos Mendoza, el mismo que trató a Jeffrey Daniels. A él le revela que al salirse del Sodalicio se había vuelto obsesivo y le rondaban ideas pesimistas y negativas, todo esto como ansiedades irracionales.
Mendoza le responde que era algo biológico, seguramente lo tenía en sus genes y le recetó Seroquel, fármaco utilizado para tratar la esquizofrenia y de los episodios maníacos y depresivos severos del trastorno bipolar.

Martín sigue sin encontrar una ocupación y se siente incapaz de reinsertarse en el mundo. Y su novia está embarazada, viviendo en una situación precaria.

Su caso no llegó a documentarse ni en la investigación periodística que presentamos en octubre del 2015 ni en la Comisión de Ética. Y no es el único que ha quedado fuera. De pronto, Martín advierte: “Fue leyendo Mitad monjes, mitad soldados cuando constaté que yo también soy una víctima”.

Sobre el caso Ferroggiaro

El pasado jueves, en la web del Sodalicio, se publicó un comunicado supuestamente aclaratorio a una información anterior (La República 20/4/2016), sobre la separación del clérigo sodálite Luis Ferroggiaro, y 'aclarando' un post publicado por uno de los autores de esta nota en La Mula. En ambas informaciones se expresa lo mismo, aunque de diversa manera: que el sacerdote Luis Ferroggiaro Dentone no vive actualmente en ninguna comunidad sodálite, porque está en los Estados Unidos mientras dure la investigación que le están haciendo debido a que el 8 de abril el arzobispo de Arequipa, Javier del Río, hizo público que le pidió al Sodalicio el retiro de este sacerdote de su jurisdicción y, en consecuencia, sea devuelto a Lima. Del Río le reclamó esto al Sodalicio porque recibió una denuncia muy similar a la que hizo Jason Day en su columna de este diario (22/2/2014), y muy parecida a la que se envió al Tribunal Eclesiástico de Lima, y muy semejante a la que narra Martín Pérez del Solar en el informe de hoy. En todos los casos se acusa un comportamiento exageradamente “afectuoso y cariñoso”, además de sospechoso, que incomoda seriamente a quienes son receptores de su “afabilidad”.


5.Cine
 

5.1 El Bosque de Karadima

Co-producción:  Chile, Argentina
Director:  Matías Lira

Fernando Karadima, párroco y líder de la Iglesia más poderosa de la clase alta chilena, entre los años 80 y los 2000, es considerado un “Santo” en vida. Thomas, un adolescente en busca de su vocación, encontrará en el sacerdote a su Director Espiritual. Durante 20 años, Thomy vivirá paulatinamenteen carne propia los abusos físicos y psicológicos por parte del cura, hasta decidir hablar y enfrentar las redes de poder que protegen al cura y desenmascarar definitivamente al verdadero Karadima bajo la embestidura de representante de Dios en la Tierra.


Ver: MONCKEBERG, María: “Karadima el señor de los Infiernos”. 6ta. Edición. Penguin Random House Grupo Editorial, S.A. (Santiago de Chile, abril 2015) pp. 556.-


5.2 En Primera plana
(Spotlight)

En primera plana' narra con detalle la investigación periodística del periódico 'The Boston Globe' que destapó los abusos sexuales a menores en la Iglesia católica de Boston, una situación que se produjo con la connivencia de la jerarquía eclesiástica y de toda la comunidad.

En su discurso de agradecimiento, McCarthy aseguró que la película "dio voz" a los supervivientes de aquellos abusos y señaló que el Óscar servirá para "amplificar" ese mensaje. Por su parte, las productoras Nicole Rocklin y Blye Pagon Faust afirmaron que 'En primera plana' no estaría en los Óscar si no hubiera sido "por los heroicos esfuerzos" de los periodistas de investigación en los que está basada la película.


5.3 Abusos sexuales en el seno de la iglesia

El documental de Alex Gibney (ganador del Oscar por "Taxi to the Dark Side"), también será presentado en el Festival de Cine de Toronto, y es un repaso exhaustivo de las evidencias acumuladas durante una amplia investigación que se expone a lo largo de casi dos horas.

Documentos, declaraciones, recortes de prensa, películas de época y una larga serie de evidencias incontrovertibles del acoso y los abusos sexuales que se han cometida por parte de religiosos católicos.

Se trata también el silencio de la jerarquía vaticana que durante décadas ha enterrado -de una u otra forma- muchas historias conocidas por ellos de acoso sexual por parte de altos prelados de América del Norte y Europa en detrimento de los niños que tenían que catequizar y que estaban siendo acosados.

1:42:19

5.4 Los Legionarios de Cristoy El Pedófilo de Marcial Maciel

1:05:54

5.5  Líbranos del mal (Deliver us from Evil)

Dirección y guión:Amy Berg.País: USA. Año: 2006.  Duración: 101 min.
Género: Documental. 
http://www.labutaca.net/films/50/deliverusfromevil1.htm

6.  GALERÍA FOTOGRÁFICA

6.1 Portada del libro “Mitad monjes, mitad soldados”.



6.2 Oración por la beatificación de Germán Doig


 (Esta es la estampa que el Sodalicio mandó a hacer a Germán Doig, para orar por su beatificación. El proceso se interrumpió cuando se supo de su responsabilidad en abusos sexuales)

6.3 Bendición papal de Luis Figari


Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio,  junto a Juan Pablo II.



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Nota.- El libro Mitad monjes, mitad soldados lo venden a diez soles frente a la puerta N°2 de la Ciudad Universitaria de San Marcos. Av. Germán Amézaga.  En el mismo lugar, las películas cuestan tres soles cada una.

         El presente texto es cortesía de Antonio Rengifo Balarezo. Se reimprime en la fecha de la llegada del Papa Francisco a Lima:  18 de enero del 2018

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