viernes, 31 de enero de 2020

HAN GANADO TODAS LAS SANGRES



¿Rechazo al conservadorismo y al fascismo?

El Perú cívico se acerca a la realidad, a través de las elecciones extraordinarias para el congreso los ciudadanos que viven en el milenario territorio de costa, sierra y selva, tal vez por primera vez hacen llegar al congreso de la república a agrupaciones que ya son partidos y/o están caminando a convertirse en partidos políticos, siempre y cuando practiquen la democracia interna y tengan adherentes prestos a trabajar para fortificar a sus respectivos partidos.  

La sorpresa de estas elecciones es el movimiento religioso comunitario agrario –frepap- el mismo que vendría a redondear de lo que hemos dicho sobre que ganaron todas las sangres, expresión formulada por el escritor -literato y etnólogo- don José María Arguedas, un ilustrado compatriota que se educó siguiendo las costumbres y vivencias de los valores de la civilización milenaria peruana y en especial de la cultura andina inca/quechua. 

Arguedas no solo empleó la lengua quechua y la hispana para transmitir los aspectos de la civilización andina en cuanto a su manera de vivir y de organizarse hasta siglo XVI, en especial de la cultura inca, y que, a la llegada de los españoles todavía no se consolidaría como nación, esto último perjudicó su unidad imperial nacional en razón a tener menos de cien años de existencia. 

Sin embargo, llegó a ser un imperio poderoso gracias no solo a su rápida expansión y la de sus guerreros, encabezados por el mismo Inca; sino que tuvo un permanente trabajo destinado a una infraestructura material en caminos y en la construcción de acueductos que permitieron un avanzado proceso de  producción agraria, dirigido al autoabastecimiento alimentario para millones de habitantes; asimismo el desarrollo alcanzado estuvo en la forma de organizar a la población tanto en distribuir las tierras de cultivo, como de contar con los niveles de aprovisionamiento a consecuencia de la variedad de productos que rendían gracias al trabajo comunitario, teniendo los sistemas solidarios en el trabajo y en la vida de relación social a través del ayni, la minka y la mita.

Qué hubiera pasado si los españoles en lugar de llegar al comienzo del siglo XVI, hubiesen llegado pasado la mitad de ese siglo, es muy probable que los Incas estuvieran mucho mejor organizados y a la vez estarían en un proceso de perfeccionamiento del sistema de trabajo comunitario, elementos claves para su permanente tasa de crecimiento en la producción, ello estaría estrechamente relacionado en lograr unidad y promoción que conectaría a la autoridad de gobierno (Inca) y los señoríos organizados bajo los términos de una amplia y compartida solidaridad humana, de trabajo y de producción. Igualmente, habrían perfeccionado su utilización de los frutos de la tierra, respetando la naturaleza y la ecología, incluido lo que significaba los tambos o depósitos de bienes como prevención ante las catástrofes naturales.

Este nivel alcanzado lo convertía en un país territorialmente capaz de dar respuesta como nación organizada a elevar su poderío y el liderazgo en la región, asegurando su existencia imperial que lo llevaría a no esperar al conquistador europeo, y más bien, teniendo conocimiento de su llegada al nuevo mundo, irían al encuentro de ellos hasta las tierras del istmo de Panamá.

Otra hubiese sido la suerte de los andinos de costa/sierra/selva que al encontrarse con los conquistadores españoles medirían fuerzas en igualdad de condiciones, esto habría ocurrido gracias al mayor tiempo de la existencia del imperio, pues ello le permitió contar con mayores ventajas para sus ejércitos quechuas; pero esto no ocurrió, porque en realidad los españoles llegaron primero, y ellos intentaron colonizar a un imperio que, en puridad no necesitaba de ser sometido dado que la civilización andina había creado una cultura avanzada y tenía los elementos humanos capaces de producir lo suficiente para la vida individual y colectiva. Como también tenía un ejército organizado y aguerrido que fue materialmente el que ayudó a someter a las otras culturas.

Lo que ocurrió es que la fuerza bélica de los españoles era superior a la incaica y contando con ayuda de los señoríos sometidos por los incas, resultó que los conquistadores reforzaron sus fuerzas, aun cuando se vertiera mucha sangre para apoderarse de un imperio no consolidado y que todavía no había alcanzado a ser nación. La hazaña de los españoles no se debe medir en términos de una colonización, solamente fue una conquista militar y religiosa, por eso el Perú pasó la etapa de la conquista la cual permitiría tres siglos de existencia bajo los designios del virreinato de Lima, el mismo que se conocería  en el mundo entero gracias a su riqueza de oro y plata, connotando porque ese virreinato del reino español tuvo mucha riqueza y poder; sin embargo, los peruanos lograrían a través de la ayuda de los libertadores sudamericanos su independencia.

Empero, los andinos oriundos llamados los indios del Perú durante la república, eran no solo vistos como rezagos de una milenaria civilización; sino por el complejo de superioridad del centrismo occidental, el nuevo peruano criollo y mestizo le dio la espalda a los excluidos compatriotas indios. En estos doscientos años los peruanos originarios del Perú milenario hasta hace poco, inclusive hoy los peruanos, no han tenido la capacidad dispuesta para ser solidarios y reencontrarse con los indios del Perú.

Esto último se debe tomar con las miras de una perspectiva dirigida a afianzar la unidad ciudadana, pues desde ese momento todos los peruanos recuperarían la prestancia y fortaleza que se gozó en el imperio incaico y también durante el virreinato, poderío reconocido tanto en la América conquistada, como en el occidente y el mundo por la presencia del virreinato.  

Han tenido que pasar casi doscientos años para que el Perú independizado despierte del cerco de dominación de los caudillos militares, del autoritarismo y la presencia indomable de los grupos de poder político y económico de criollos y mestizos encumbrados, quienes fueron gobiernos y dirigieron la república -libre en apariencia- porque los poderes extranjeros en los distintos momentos de los años centenarios ejercieron la prelación neo colonial; sin embargo, en el siglo XIX, a través de los dos periodos de gobierno de don Ramón Castilla y la primera vez en que la civilidad gobernó bajo la presidencia de don Manuel Pardo, se presentarían los intentos de alcanzar a ser una república soberana.

En el siglo XX las cosas no cambiaron, siguieron igual, la república aristocrática y el piérolismo no se convirtieron en un ordenado despertar después de la catastrófica guerra del Pacífico; y luego el leguiísmo nunca llegó a convertir a la república en patria nueva, la misma que siguió sometida al autoritarismo entreguista, tanto de los gobiernos de los caudillos militares, como de los caudillos civiles (asolapados autoritarios) que no solamente aparecen en el siglo XX; sino también continuaron en el presente siglo XXI. 

Los caudillos que todavía gobiernan no pudieron formar partidos políticos, ni representaron nada nuevo que fortificara también a la sociedad civil, más bien se comportan tan igual que los autócratas militares como Cáceres, Benavides, Odría, y el de Fujimori con su alianza militar dirigida por el general “victorioso” Nicolás de Bari Hermoza, que resultaron tan corruptos y autócratas como los generales de principios de la república.

En consecuencia, el Perú no se desarrolló de acuerdo a los ideales libertarios, no hubo un liberalismo solidificado, más bien tuvo un desarrollo incompleto, porque su economía siguió dependiendo de los recursos naturales no renovables, esta situación continuó imparable en estos doscientos años de república. Asimismo, no podía ser una república de ciudadanos, ya que la mayoría india (indígena) en general, tuvieron una economía bajo el sistema de hacienda en el trabajo de la tierra, donde la explotación de las mayorías se daba en dichas haciendas, caso de la costa en que hubo el uso de técnicas modernas y la presencia sindical, en la sierra los predios estuvieron atrasados bajo el servilismo (casi semifeudal) donde la ignorancia era compartida entre los latifundistas y campesinos sometidos y explotados lejos de ser asalariados. 

En consecuencia, el Perú no fue una república completa, dado que postergó a las mayorías que eran la fuerza laboral agraria por excelencia, como también el hombre de la costa trabajó la hacienda la que, ya no lo manejaron los criollos herederos hispánicos, sino aparecían como dueños los consorcios extranjeros, esto último se trasladó también al trabajo de las minas, del comercio, los servicios de la banca y de la poca industria que existe, lo que tipificó un predominio de la economía internacional, cuyos propietarios son invisibles, porque representan intereses extra nacionales, como ocurre hasta ahora.

Estos acontecimientos desgarradores que sufrieron los ciudadanos del campo y de la ciudad, tuvo y tiene eco en la vida cultural y económica, pues al pasar y vivir bajo el neo colonialismo sin hacer caso a los valores universales de los pueblos que hicieron suyo los ideales de la democracia política, social y económica, esto no ocurrió en el Perú; sin embargo, hubo intentos de amaneceres de democracia política ya entrado el siglo XX, con gobiernos como el de 1945/48 presidido por el doctor José Bustamante y Rivero, que llegó al poder elegido por las bases apristas y medias, e igualmente otros intentos se grafican en la década del 60 con la presidencia de Fernando Belaúnde y la alianza AP/DC y después con la constitucionalidad vuelta realidad en 1980.

Estos intentos con Bustamante y Fernando Belaúnde estuvieron cerca de que el Perú republicano se encausara por la historia milenaria y por ello se valoró a los ciudadanos del Perú profundo, expresión elaborada por el historiador Jorge Basadre, y de otros intelectuales contemporáneos como los antropólogos Luís E. Valcárcel, Hidelbrando Castro Pozo y Uriel García y los científicos sociales como, José Matos, José María Arguedas, Aníbal Quijano e historiadores como Raúl Porras, Carlos Aranibar, Pablo Macera y los que han seguido a los ciudadanos mencionados, sin olvidar a los egregios Víctor Andrés Belaúnde que elevó la ideología del social cristianismo, y José Carlos Mariátegui de promover el socialismo que no sería ni calco ni copia (creación heroica). 

El trabajo de quienes mencionamos pareciera estar dando frutos, porque todos ellos hablaron de la reivindicación de los derechos humanos y sociales, como propugnaron la reforma agraria que, recién después de ciento cincuenta años, tuvo leyes en la década del 60: una, la que no pudo ser aplicada durante el primer gobierno de Belaúnde, porque la ley aprobada por el congreso de mayoría apro/odriísta entrampó su auténtica aplicación; y dos, son los militares octubristas de 1968 quienes batieron palmas con una ley de reforma agraria de carácter revolucionario. Empero, el tiempo pasado por reformar el campo, así como la precipitación en las decisiones sobre políticas de Estado en el campo agropecuario no se distinguieron por ser  exitosas en cuanto a su realización en términos de las formas de la propiedad y de gestión que dieran dichos frutos en favor del autoabastecimiento alimentario, tan importante para la vida de los peruanos que solamente fue plena durante la época prehispánica. 

Esto último volviendo al principio de lo que estamos escribiendo, ha tenido una importante narrativa en los movimientos políticos y sociales como pareciera con la agrupación del frepap que, por su propia decisión desde 1960 a la actualidad ha volcado su accionar en el campo agrario y la comercialización de alimentos. 

Este despertar, este descubrimiento, y esta sorpresa tienen ahora un actuar probablemente mucho más definido en favor de las reformas que se han intentado promover por parte del poder ejecutivo presidido por el ciudadano presidente Martín Vizcarra. Ello habrá de incluir, aparte del frepap, los comportamientos renovadores de los partidos –acción popular y somos Perú-, y en otros casos de quienes aparecen recientemente como el partido morado; es de suponer que los resultados electorales todavía no son definitivos y oficiales de parte de la ONPE, pues hay movimientos que si bien no tienen las cualidades históricas por la renovación de los cuatro partidos arriba  mencionados, también están sumándose a las reformas políticas, electorales y del sistema judicial: la alianza para el progreso y el movimiento podemos, acaudillado por el discutido general en retiro Daniel Urréstegui Elera. 

Expresamos nuestras disculpas por el olvido de otros movimientos como los de la izquierda, la cual indiscutiblemente se suma a este nuevo escenario de reformas, por supuesto que nunca podemos dejar de pensar que todavía tienen existencia movimientos aunque bastante disminuidos en su representación congresal, caso del fujimorismo filo fascista portador del anticambio neoliberal.    

Este último pertenece a los movimientos conservadores que ahora tienen una pequeña representación en el congreso. Asimismo, el pueblo peruano también ha licenciado a otros movimientos conservadores, como el alanismo/aprista y solidaridad de Castañeda y del fascista López Aliaga; igual licencia ha recibido el partido ppc, este movimiento que no cuajó porque trató de esconder su conservadorismo, sus caudillos como Bedoya Reyes, Antero Flores Araoz y Lourdes Flores, conciente o inconcientemente manipularon la doctrina social cristiana intentando introducirla al credo conservador, la ideología socialcristiana es distante como para ser concordada con la derecha.  

En una palabra, la ciudadanía cancela la presencia en este congreso extraordinario de estos movimientos y de otras “agrupaciones” si es que se pueden llamar así, caso de vamos Perú (ex chimpún Callao de Álex Kouri) de Juan Sotomayor García y el Perú nación de Francisco Diez Canseco Távara. Es de esperar que nunca más vuelvan al campo político, porque nada  aportaron, pero sí restaron la importancia a los cambios sociales y públicos.

Empero, no todo resulta color de rosa, por ejemplo el caso del frepac, después de dos décadas alcanza una sorprendente mayor votación, de un movimiento que ideológicamente responde a una forma religiosa que aparece combinando los contenidos del viejo testamento y alguna simbología andina. Este es un precedente en un movimiento que tiene enraizado lo religioso, que forma parte de una ideología que practican y las mentalidades de sus cercanos adherentes no escapan de su sectarismo que lo haría reaccionario, contrario a la conceptualización renovada dirigida a fortalecer aspectos relacionados con el principio de respetar la dignidad de la persona humana y la equidad ciudadana, en especial en lo referente a vivencias de género en términos de igualdad entre mujeres y hombres así como su paridad y reconocimiento de las minorías. 

El frepac tiene que tener presente que la constitución dispone que el Estado es laico y no puede accionar bajo consignas religiosas, perturbar aspectos tan precisos e imprescindibles de lo que es laicidad se hace importante en la vida pública, no cabe cambiar estas políticas de Estado y de gobiernos, el comportamiento ciudadano se desarrolla en el contexto de la democracia, lo que resulta contrario a las ideas fundamentalistas, porque ellas se acercan a los gobiernos para infiltrar ideas autoritarias, poniendo en riesgo la democracia. 

Finalmente adelantamos juicios sobre los ganadores de las elecciones 

Hay partidos que ganaron por razones circunstanciales. Otros pudieron tener mayores votaciones como AP y el PM que se han renovado, dejando atrás los pasados recientes de quienes dudan de las reformas en  democracia; sin embargo, la lista de acción popular tuvo fallas porque no aparecen liderazgos, a pesar de pertenecer a la tercera generación partidaria, debieron responder haciendo notar que son diferentes a los anteriores y que ellos representan a un porvenir diferente. Los ataques no reflexivos y la carencia de las reacciones inmediatas y sustentadas de sus miembros para clarificar el panorama los ha hecho perder votos cuando en la encuestas  estuvieron cerca del 15% del total, en especial de Lima Metropolitana, “votos que pierdes los ganan los otros movimientos”.

El caso del partido morado, también perdió votos, en especial en grupos medios, les faltó agresividad para debatir sobre sus propuestas, este hecho le restó votos, pero lo más contrario fue que uno de sus candidatos de trayectoria fue expulsado por su conducta en el maltrato dado a su mujer; a este hecho se  sumó que su presidente y jefe tuvo un comportamiento bochornoso y que no se supo defender, estos dos hechos fueron clave para restarle votos.

La lista de izquierda de nuevo Perú sufrió la pérdida de votos, y que lo ha llevado a que no cruce la valla del 5%; los votos potenciales de la izquierda se trasladaron a la upp que encabeza Antauro Humala; sin embargo, es pertinente dudar de que upp sea un movimiento neto de izquierda, pareciera que es un movimiento nacionalista y con evidentes rasgos autoritarios, a ello se agrega que estaría cerca al frepap en cuanto a no considerar las minorías sexuales y se dudaría de sus votos en el plenario de que sus representantes estén necesariamente, a favor de las reformas públicas porque parece que no se ajustan al ideario y accionar de lo democrático representativo, es una fuerza política que estaría viviendo el confuso ideario de un nacionalismo irreflexivo.

El frepap apoyado por votos de la protesta, de la honestidad escondida de los pobres que votaban por el fujimorismo, y como hemos comentado es un movimiento que conlleva en su ideología el fundamentalismo religioso nada favorable a la vida de la democracia laica que señala la constitución, tal vez en conocimiento de las reformas dado lo variopinto de sus representantes, dudamos de su integridad para sacar dispositivos que canalicen las reformas públicas: políticas y judiciales, por decir lo menos. ¿Estarán en condiciones de dictar dispositivos básicos que conduzcan a la reforma del Estado en cuanto a su organización?

Los movimientos últimos como frepap y upp no están lejos de una alianza, como también de formar un frente con el fujimorismo disminuido, no olvidar que Martha Chávez dijo que podía aliarse con el frepap, lo cual sería efectivo porque a nuestro entender el voto escondido de la plantilla fujimorista del sector popular y de los pobres se trasladaron a votar por el frepap.

En el otro frente, vemos que existiría entendimiento entre el partido morado, acción popular, alianza para el progreso, somos Perú e inclusive el frente amplio de izquierda, porque están mejor enterados de una agenda que de prioridad a las reformas quedadas truncadas y que dejaron los congresistas del parlamento disuelto. Asimismo, no necesariamente este grupo de partidos es de extremismos, ni de izquierda ni derecha, son representantes de organizaciones que demuestran en su accionar político su moderación, no se espera de ellos ningún tipo de obstaculización y confrontación con el ejecutivo.

Atentamente,
Fernando Arce Meza                              Surco, 30 de enero del 2020

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