jueves, 30 de enero de 2020

LOS RESULTADOS ELECTORALES




Escribe: Milcíades Ruiz 

Las elecciones congresales complementarias del 26 de enero, pueden ser analizadas desde diversa perspectiva y esta, es una más, pero entre nos. Ellas se han dado en condiciones de degradación moral de líderes y partidos políticos comprometidos con la corrupción. Los resultados electorales reflejan la animosidad con que la población ha tomado la coyuntura. Habría que ver la génesis de esta situación para tener una apreciación consistente.

Hay factores que han influido notablemente en la psicología social. La indignación ciudadana por la conducta de los líderes y sus partidos políticos manchados por la corrupción crearon condiciones electorales adversas para estos. En la lógica social había una predisposición a patear el tablero y por eso, tenemos un alto porcentaje de votos en blanco, viciados y no emitidos, alrededor del 50% de electores.

Otros han preferido probar como se hizo con el “chinito” y han derivado sus votos a los partidos menos manchados que han elevado su votación en razón inversa a los partidos más corruptos. Los que han perdido la fe en la política, se han refugiado en la religión, como lo hacen muchas personas frustradas. En tanto que otras, piensan que el caos se arregla con militarismo radical. Religiosos y radicales militaristas sumaron 16% de la votación.

No es la primera vez que el desengaño político ocurre en la historia de nuestro país clamando cambiar de raíz la podredumbre gubernamental. La bonanza pasajera derivada de las concesiones de nuestros recursos naturales genera condiciones de corrupción. Sucedió con el salitre, guano de islas, caucho, petróleo y otros recursos. Esta vez, ha sido el mal uso de la carroña de la inversión extranjera minera con la bonanza de precios.

Otro factor ha sido la poca importancia que se ha dado al evento. Los partidos han probado con candidatos de baja solvencia política dado el poco tiempo disponible y el escaso periodo de gobierno por complementar. Los principales se han guardado para el 2021 y entonces los partidos han sido poco serios en la conformación de listas, de modo tal que, muchos de los designados no tenían ni idea de las condiciones del trabajo legislativo.

No podemos quitarle mérito al poder de la prensa en la manipulación política de la población. La prensa ha escarbado y exacerbado hasta el sadismo lo que los fiscales anticorrupción iban desbrozando. La explotación mediática de casos guardados estratégicamente, han generado simpatías y antipatías políticas dirigidas. Por ejemplo, sacar a la luz un vídeo vergonzoso en la antesala de las elecciones le ha mermado votos a un partido favorito en las encuestas. 

Pero son muchos los casos de manipulación mediática de este poder fáctico que genera las condiciones subjetivas políticas. El presidente Vizcarra, ha sido y es constantemente azuzado para obrar como lo ha hecho. Lo mismo han hecho con las bancadas de izquierda parlamentaria y los resultados electorales reflejan los efectos. La composición política del Parlamento ha variado como resultado de la coyuntura, pero es solo una pichanga antes de jugar de a verdad.

Por lo que hemos visto de este proceso político, se avizora entonces un Parlamento precario de menor calidad ideológica, puesto que la gran mayoría son aprendices y carecen de formación política. La desadaptación de fanáticos religiosos y militaristas a los procesos políticos será una limitación que restará eficiencia para un breve periodo de gobierno legislativo, en un año de dificultades económicas, agudización de conflictos sociales y con interferencia de intereses de campañas electorales con miras al 2021.

Este panorama de incertidumbre política para el 2020, resulta nociva para los negocios pequeños y grandes, desalienta la inversión y la productividad, reduciendo el PBI. El riesgo político social, es alto. Habrá descontento en la población y nuevas frustraciones. En el 2019 solo hemos crecido 2.4%, por debajo del crecimiento de nuestras necesidades, y del aumento de población, incluyendo venezolanos. Aunque la ministra de economía anuncia que este año creceremos 4%, la verdad es otra. La delincuencia crecerá mucho más.

En cuanto a la participación electoral de la izquierda, también el repudio ha llegado a los partidos más manchados por la corrupción y malos manejos. Un buen sector ha viciado sus votos en protesta, o por desencanto. Con mayor número de partidos participantes en las elecciones, la izquierda ha obtenido menor número de escaños. En el 2016 el FA obtuvo 20 curules, 11 de Tierra y libertad y 9 de los demás partidos del frente. El movimiento “Sembrar” de Verónica Mendoza sacó por lo menos 2 curules, uno en Cusco y otro en Lima (Vilca). 

Esta vez, como Nuevo Perú, perdió todas sus curules a pesar de su alianza con los partidos tradicionales. La soberbia y los ataques a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Bolivia, parece haberle pasado la factura, lo que quizá amerite una revisión de su desempeño como lideresa y candidata. En cambio, el FA sin ella, ha obtenido el 6° puesto a nivel nacional (7,24%) por encima de UPP, APP y Somos Perú. lo que revela las diferencias de manejo político.

Entre los partidos de izquierda solo el FA pasó la valla electoral con 808,559 votantes, (6,21%- 9 escaños). Juntos por el Perú con 7 partidos y otros grupos, 619,901 votos (4,76%) y Patria Libre, 447,334 (3,44%). Toda la izquierda sacó 1´875,794 votos (14,41%). Como se puede apreciar, JPP y PL, que estuvieron aliados, han sumado 8,2% que no solo hubieran superado la valla, sino también al FA.

La izquierda ha sacado importante votación en provincias: FA en 11 regiones, JPP en 10 y PL en 5, siendo Apurímac la de mayor apoyo con el 30,6% de votos, estando Cusco entre los de menor apoyo. El siguiente cuadro nos da una visión más detallada.

RESULTADO ELECTORAL DE LA IZQUIERDA
%
ORDEN
Cajamarca
FA
9,04
3

JPP
6,00
7
Cusco
FA
5,33
8
Arequipa
FA
7,85
4
Apurímac
FA
18,16
1

JPP
7,43
5

Perú Libre
5,01
8
Puno
FA
14,1
2

Perú libre
8,6
4
L Libertad
FA
9,78
3
Huánuco
JPP
4,25
8
Hcavelica
FA
9,53
4

Perú libre
6,40
5
Ancash
FA
5,36
7
Amazonas
FA
20,52
1
Piura
JJP
5,16
7

FA
5,13
8
Lima + exterior
FA
5,69
6

JJP
4,90
8
Callao
Perú libre
8,57
3
Lambayeque
JPP
11,47
2
San Martín
JPP
4,96
5
Junín
Perú Libre
11,32
1

JPP
6,45
6
Loreto
JPP
7,93
4
Pasco
JPP
8,07
3
Lima provincias, Ica, Ucayali, Madre de Dios no reportan votos de izquierda Fuente: ONPE

Estas elecciones sirven también para evaluar la gestión de los líderes de la izquierda, aunque el evento es circunstancial solamente. En términos de derecha e izquierda, la nueva conformación del congreso tendrá siempre una abrumadora mayoría de bancadas de derecha defensoras del neoliberalismo y contrarias a una nueva constitución. Estos son los resultados a nivel nacional.


Espero que lo dicho sirva para la reflexión y no para lamentaciones ni señalamientos irracionales. Lo importante es lo que se haga para la siguiente campaña electoral mejorando nuestro trabajo político. Salvo mejor parecer.

Enero, 2020



EL FRACASO DE LAS ELECCIONES DEL 26 DE ENERO

Foto: OtraMirada

Las elecciones del 26 de enero han sido un fracaso para el Perú y, en especial, para la izquierda. Estas elecciones fueron convocadas por la disolución del parlamento el 30 de setiembre de 2019 y se suponía debían ser el inicio de una salida política a la misma. Sin embargo, por los resultados electorales, tendremos un Congreso conformado mayoritariamente por partidos que no tienen propuesta política y que suelen moverse de acuerdo al dictado de los medios que expresan el ánimo conservador de las élites o peor todavía, de las ambiciones personales de sus integrantes. Si las cosas discurren como señalamos la crisis se profundizará con imprevisibles consecuencias en el corto plazo.

Es bueno recapitular y señalar que estamos en este punto porque la renuncia del hoy ex presidente Kuczynsky dos años atrás, señaló un hito muy importante en el agotamiento del régimen instaurado por Fujimori y Montesinos en abril de 1992. Esta renuncia abrió un período en que la ultraderecha fujiaprista intentó tomar el poder por medio de un golpe parlamentario lo que fue impedido por el Presidente Vizcarra con la disolución del Congreso. Los neoliberales a ultranza fueron derrotados por los neoliberales reformistas con el apoyo poco diferenciado de la izquierda. Estas idas y vueltas en las alturas, en las que la presión de la movilización popular nunca llegó a ser decisiva, buscaban un momento de resolución, aunque fuera provisorio. Este era el sentido de la iniciativa de Vizcarra —disolución más elecciones congresales— pero la resolución no se ha producido. Estamos, nuevamente, con una crisis de régimen abierta pero sin salida a la vista.

Algunos señalan que el gran logro de estas elecciones extraordinarias es la casi desaparición de la extrema derecha, expresada en el fujimorismo, el APRA y Solidaridad Nacional. Es verdad, es un alivio no verlos más como protagonistas. Sin embargo, el más importante de ellos Fuerza Popular, nombre actual del fujimorismo, se reduce al 7% y está golpeado pero allí sigue. Los otros dos sí están en cuidados intensivos y con pronóstico reservado.

La agenda central del Congreso elegido debería ser culminar la reforma política, pero por lo que han dicho en campaña los ganadores esta no parece ser su intención. Menos todavía ligar reforma política con debate constitucional. Peor aún, partidos como Acción Popular y Alianza para el Progreso han opinado en el pasado de todas las formas posibles, muchas veces a favor y en contra de lo mismo. De Podemos, el partido de José Luna, se puede esperar cualquier cosa, ya lo ha demostrado en legislaturas pasadas. El FREPAP, por otra parte, la gran novedad por el número de curules, tampoco tiene un programa claro, más allá de la defensa de los fueros de su culto. ¿Cuál podrá ser entonces la dinámica de un parlamento corto, apenas dieciséis meses, con una agenda apretada?

Creo que la respuesta no puede estar sino en la campaña electoral para las elecciones generales del 2021. Si el parlamento no da la talla, esperamos que la campaña electoral presidencial pueda levantar los problemas de fondo y las propuestas necesarias para encararlos. Esto significa que los liderazgos en competencia presidencial señalen unos y otros y le den así un sentido al parlamento elegido y a la campaña electoral misma. De esta forma, las elecciones generales de 2021 puedan llevarnos a una salida para la crisis de régimen.

Esta vez no habrá disculpas, los liderazgos que no estuvieron en la campaña de 2020 “para no desgastarse” deberán estar el 2021 para legitimarse o desparecer. Las ausencias de Julio Guzmán o Verónika Mendoza como cabezas de lista de sus agrupaciones tienen relación directa con la pobre perfomance de las mismas. Salvador del Solar pasa caleta porque esté “ausente”, qué pena. De igual manera, que no hayan existido banderas centrales sobre las cuales debatir, sino a lo sumo “listas de lavandería” como agenda parlamentaria o simple ausencia de propuestas, dice de la falta de seriedad con que se ha encarado la elección.

Vizcarra, por su parte, si el parlamento cae en la malagüa, podrá seguir gobernando como si no hubiera Congreso, con la agenda neoliberal de la que ha hecho gala en las últimas semanas. Toca al movimiento social organizar una respuesta contundente y señalar que la reforma política no significa liquidar los derechos sociales. La ventaja para los que reclamen será que pronto empieza la campaña presidencial y la posibilidad de enlazar sus reivindicaciones con los programas electorales que se presenten, desnudando a unos y encumbrando a otros, de acuerdo a su sintonía con el pueblo.

Para la izquierda el reto sigue siendo el mismo: levantar la necesidad de un proceso constituyente como salida para la crisis de régimen o ahogarse en la mazamorra. Muchos dicen que su falta de unidad es la responsable de sus pocos congresistas, que sumando los votos de las tres o cuatro organizaciones de izquierda se ganaba la elección. Hay algo de cierto en ello y ojalá que la próxima vez solucionen los problemas internos con primarias bien hechas y un candidato unitario. Frente a la plata de la derecha el recurso de la izquierda es la unidad. Pero me atrevo a decir que esto no es suficiente, una unidad pegada con babas serviría de poco. La unidad debe estar sellada por un liderazgo elegido democráticamente y con un propuesta de futuro para el Perú.

Por favor, no volvamos a llorar sobre leche derramada que sigue estando en juego el país.

 


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