viernes, 15 de mayo de 2020

SÍ SE PAGARA LA DEUDA PRIVADA, OTRO SERIA EL CANTAR PERUANOS



 

Se ha tornado común en los círculos de la economía que los países para crecer tienen que endeudarse, especialmente cuando es productiva genera empleo y capacidad de pago. Los Bancos Centrales de los países cuidan de la salud económica. De la forma como se calculan esas deudas y también de las informaciones están en juego las verdades, las mentiras y las apariencias, de las cuales se esperan dividendos políticos de la calidad de gestor de la economía. De esto tratamos en la presente nota y veremos sorpresas desagradables.
Según publicación de Redacción BBC News Mundo de 08 octubre de 2018, la deuda latinoamericana se estaba tornando insostenible, es decir tóxica. Y, cuando se trata de una deuda fiscal, lo que miran los economistas es la relación entre la deuda pública de un país y el tamaño de su economía, expresada como porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB). Carlos Végh, economista del Banco Mundial dice: "hay una situación de fragilidad" que se explica, entre otras razones, por un alto déficit fiscal. Esta expresión contradice las cifras oficiales, veamos porqué.
Según el Banco Mundial, la deuda en 2018 de Venezuela, Argentina, Brasil y El Salvador se encontraban en torno al 80% de su Producto Bruto Interno - PBI; Uruguay con 61%, Nicaragua, Costa Rica, Bolivia y Colombia en torno al 50%. Ecuador, México y honduras en torno al 45% y Perú y Chile en torno al 25%. Estos últimos el más bajo, lo que da pie a que tienen margen para endeudarse. En el caso peruano está corroborado por especialistas del Banco Central de Reserva - BCR y otros afines. Volveremos sobre el tema.
Los datos de Venezuela son estimados, dado que el gobierno no divulga actualizaciones de su información económica y en el contexto de la crisis que atraviesa, el país entró en "suspensión de pagos" desde noviembre del año 2017, un proceso más conocido como default, y ya no tiene acceso al crédito de los mercados internacionales. Es otra de las manifestaciones del castigo que sufre por oponerse a los designios de los EEUU. En Argentina con una deuda similar la situación es diferente, fue heredada por Macri que era amigo de Trump y del FMI.
Según las estadísticas de la Dirección General de Endeudamiento y Tesoro Público del MEF, a mayo del 2017 la deuda pública de mediano y largo plazo expresada en dólares asciende a US$50.359 millones. El 52,3% (US$26.322 millones) corresponde a la deuda interna y el 47,7% restante representa la deuda externa. El servicio de la deuda pública para los próximos 10 años (2018 - 2027) asciende a un promedio de US$4.700 millones anuales, esto apenas significa alrededor del 1,6% del PBI.
Pero lo anterior, es apenas un espejismo, según WEB asesor del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) e integrante del Consejo Fiscal, el peligro del crecimiento desmedido de la deuda externa en el Perú, con especial énfasis en lo que se llama "deudas de compromiso y de contingencia" que este gobierno ha venido ocultando a la ciudadanía, a través de su presidente Julio Velarde Flores como Presidente y los polémicos José Chlimper y Rafael Rey, actuantes miembros del Directorio del Banco Central de Reserva del Perú; y de los cuales depende la estabilidad monetaria en nuestro país. Están allí para maquillar y favorecer al gran capital. El nuevo parlamento, a propósito, ha pedido la destitución de estos dos porque es conocida sus actuación anti patriota, fueron colocados en el cago por el fujimorismo.
La “Deuda Contingente” son las deudas: i) La deuda previsional que al valor actual se calcula en un 18 % del PBI. ii) Deudas de las Asociaciones Público Privadas (APP) de un 20 % del PBI en los próximos 20 años, parte de los cuales son comprometidas y en contingencia. iii) Avales y deudas del Estado por arbitrajes, juicios y otros que los expertos lo calculan en un 8 % del PBI. La sumatoria da un 46 % de la deuda comprometida previsional y de contingencia en función del PBI, lo que es US$ 92,000 millones.
En resumen al 23 % de la deuda pública, que es la única de la que han venido registrando oficialmente, hay que sumar aquel 46 % antes indicado y lo que es oficialmente registrado, lo que nos da un total de 70 % de deuda pública. Estamos hablando de US$ 140,000 millones con relación al total del PBI. Si a lo anterior agregamos los US$ 34,000 millones de la deuda privada externa de empresas como la pesquera Exalmar, Banco de Crédito, Alicorp, Ferreycorp, Buenaventura, Camposol, Copeinca y Maestro y otros, tenemos la estratosférica US$ 174,000 millones de endeudamiento público y privado o sea el 87% del PBI nacional (US 200.000 millones). Lo que nos pone a la cabeza de los deudores en América Latina
Esta es la gran verdad y la sorpresa desagradable, lo cual, trae abajo todas las especulaciones en el sentido de que nuestra ratio de Deuda/PBI era muy baja, y que podríamos endeudarnos mucho más, como señalan connotados economistas neoliberales, con la solitaria oposición de Dennis Falvy y Richard Webb que señalan que también es correcto considerar y registrar las deudas de contingencia y previsionales.
Se sabe que la deuda privada no tiene una garantía del Estado, pues los más de US$ 34,000 millones de deuda privada, “Ojo Económico llamó a estos como “El Club de los Deudores”, que tienen la capacidad de incumplir las leyes del Estado usando medios ilícitos, por esta razón el Gobierno de Vizcarra ha nombrado una Comisión Especial para la cobranza de la deuda que ya está judicializada y por tanto buena parte no será cobrada. Esto afectará sin duda nuestra percepción de riesgo país y otros indicadores en el exterior y también para enfrentar la pandemia y otras obligaciones vitales del Estado. Las deudas, es bueno subrayarlo, el Perú tiene que honrarlas y pagarlas y para esos efectos seguramente las veremos cada año en el Presupuesto General de la República. No pueden estar ocultas y fuera del análisis, menos cuando se elabora el marco macroeconómico multianual.
Tenemos para agravar la situación, la “fuga de capitales”, la cual si impedida o sancionada adecuadamente reduciría drásticamente los efectos de la deuda y aumentaría las inversiones. Estas cifras secretas e ilegales, difíciles de calcular son siempre poco confiables. El Banco Mundial estimó que los capitales de fuga de Venezuela excedieron su deuda externa. De 1980 a 1982, alcanzó el 70% de la totalidad de los préstamos, según los cálculos de “Business Week” (revista financiera). Es decir los patriotas que condenan a Maduro y defienden la democracia, son los primeros en fugar capitales, eso pasó en Cuba, actualmente en Argentina, en el Perú después de Velazco, pero también en cualquier país con veleidades socialistas o socializantes, Los capitales privados son lo primero que se ponen a buen recaudo con la venia de los bancos, los paraísos fiscales y los EEUU.
Las agencias privadas calificadoras de “Grado de Inversión”, que también son empresas (lo trataremos en otra nota), andan juntas con los intereses del FMI y los EEUU, definen que países pueden recibir préstamos y cuáles no, para ello determinan si estos países tienen capacidades de pago. Se dan situaciones en que un país puede tener poca deuda pública, pero, al mismo tiempo, mala calificación crediticia. Todo lo contrario, Japón, que tiene una deuda pública equivalente al 253% de su Producto Interno Bruto (PIB), está muy lejos de no tener acceso a crédito o el caso similar de EEUU, cuya deuda llega al 105% de su PIB es decir con mucha solvencia pero endeudados hasta el cuello, la FMI nunca los declarará insolventes, sería como tirarse un balazo en el propio pie. Para muchas estas deudas sin respaldo del oro, como era antes, son la causa de las crisis globales como es el del 2008.
Lo más común es que los países financien su déficit de tres maneras: imprimiendo billetes (lo que puede disparar la inflación); vendiéndole deuda a los privados, o pidiéndole un crédito a algún organismo como el Fondo Monetario Internacional (cuando el mercado no te presta o te presta muy caro). Pero cuando nadie te quiere prestar, estás en serios problemas, como es el caso de Venezuela, que se puso a imprimir billetes y tiene una inflación proyectada de 1.000.000% para este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los fondos de inversión estadounidenses dejaron de prestarle recursos a Venezuela desde que declaró el default. Según la información gubernamental, el único país que le está prestando dinero es China, no por razones de mercado, sino por otras, ideológicas o geopolíticas.
El destape de la deuda de contingencia que agravan ola capacidad financiera del país, se da en circunstancias en que el mismo Consejo Fiscal también llega a la conclusión que los ingresos de las arcas fiscales están a la baja, como sucede con la recaudación de la SUNAT, el canon minero, petrolero y gasífero y otros recursos propios. Es más, señaló Mendoza, el PBI crecerá este año y tal vez el próximo por el desarrollo de proyectos mineros como las Bambas, pero en unos años, como no hay más, esto decrecerá a niveles del 2 % como señala el FMI para el Perú, a no ser que se tomen decisiones en otros sectores, pero ello tarda. En todo caso si se opta por gasto, este debiera ser en infraestructura productiva y no en gasto corriente.
En estos tiempos que el COVID-19 viene exigiendo nuevas medidas para aliviar la economía y las penurias de la población, escuchamos llamadas para la cancelación de la deuda, eso es bueno, sin embargo la deuda no se esfumará sencillamente. Alguien debe pagarla y por lo general la historia confirma lo que sugeriría una mirada racional a la estructura del poder, esto es: los riesgos tienden a ser socializados y los beneficios privatizados, tal como sucede a menudo en el sistema mal denominado “capitalismo de libre empresa”. Tradicionalmente las grandes deudas se condonan y las pequeñas y medianas casi nunca. Eso lo sabe bien la SUNAT que tiene dos varas para medir.
El concepto tradicional dice que la responsabilidad recae sobre quienes prestan dinero y quienes lo piden prestado. El dinero no fue pedido en préstamo por los campesinos, por los trabajadores de las plantas automotrices ni tampoco por los informales y los que viven en los pueblos jóvenes. La mayor parte de la población no se ha beneficiado del endeudamiento; de hecho, con frecuencia han sido gravemente perjudicados por sus efectos. Sin embargo son los que asumen el peso del pago de la deuda.
Cuando se dice que el país no tiene recursos para invertir y por tanto la necesidad de acceder a los préstamos externos, estamos escuchando medias verdades. Como dice el presidente AMLO de México, el presidente Vizcarra puede decir: lo que falta en el Perú no es dinero, lo que sobra es corrupción, las grandes empresas se creen con el derecho divino de no pagar impuestos, para ello mienten sobre el monto real de sus ingresos, presentan documentos falsos, eluden, evaden, judicializan, apelan, exigen condonación y todo esto lo hacen porque son los dueños del Perú con el poder de hacerlo. Privatizaron la administración pública colocando sus funcionarios, contratan abogados y especialistas que trabajan a tiempo completo en defensa de sus intereses. Esperar que esos que están allí, puedan hacer algo, es soñar despierto. Aquí un pequeño trecho de “La vida es Sueño”.
Sueña el rey que es rey,
y vive con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibeprestado,
en el viento escribe,
y en cenizas le conviertela muerte,
¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertaren
el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padecesu miseria
y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo,
en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
(Pedro Calderón de la Barca(1600-1681)


No hay comentarios: