lunes, 23 de marzo de 2020

CORONAVIRUS ¿PRODUCTO CAPITALISTA?


Escribe: Milcíades Ruiz

En la dialéctica de la naturaleza, nada ocurre al azahar. Todo acontecimiento tiene casusas y consecuencias. Nuestro planeta está pasando una situación que aterra a la humanidad con la aparición de un virus altamente fatal que se expande con rapidez y que, hasta la fecha no ha podido ser detenido, pese a los adelantos científicos y tecnológicos. El pánico está creciendo y resulta terrorífico imaginar lo que podría suceder, si las medidas de aislamiento no son suficientes.
En la naturaleza, todo tiene un límite y cuando se rompe el equilibrio sobreviene el desastre. Ojalá haya pronta solución, pero resuelto el problema perentorio, podríamos cometer el error de siempre: asunto arreglado y sigamos como si nada hubiese pasado. Sin embargo, invoco a reflexionar y razonar, haciéndonos las siguientes preguntas:
¿Por qué, el coronavirus que asola el planeta apareció ahora y no antes? ¿Por qué apareció en un punto geográfico y no en otro? Los que tenemos experiencia agrícola sabemos obviamente sobre el comportamiento de la naturaleza y nos damos cuenta de las variaciones históricas. Lo que está sucediendo ahora, y que no había pasado anteriormente, como es el caso de la aparición de nuevas plagas y enfermedades en los cultivos.
En este caso, nuestra conducta telúrica nos conduce a examinar el clima, porque hemos heredado la visión cósmica de nuestros ancestros. Sabemos el momento preciso en que aparecerán las polillas, gorgojo de la papa, el tizón, roya y los virus estacionales, pero si algo sale fuera de lo normal, es porque hay anomalías en las condiciones meteorológicas, sobre las que no podemos hacer mucho.
Analógicamente, podríamos decir que el extraño coronavirus anómalo, no apareció antes porque no se habían dado las condiciones planetarias para su proliferación. Bajo otras condiciones históricas, diversas especies de seres vivos desparecieron, porque en las condiciones planetarias de la época así lo determinaron. Pero esas condiciones no se han repetido porque el planeta ya no es el mismo.
Al hablar de las condiciones planetarias, no me refiero solo al clima estacional sino a todos los factores que influyen para la existencia de vida. En otros planetas no existen estas condiciones, pero sabemos que sus condiciones han cambiado en el tiempo infinito y que ahora solo tienen vestigios de vida. En estas condiciones planetarias incluyo a la especie humana, que también ha evolucionado hacia un modo de vida contra natura. Hoy, los humanos son más frágiles y, están más indefensos frente a los fenómenos siderales.
Los humanos están destruyendo sus defensas planetarias y el afán de lucro no repara en preservar las condiciones ecológicas de vida. El proceso de desarrollo industrial ha alcanzado niveles destructivos incompatibles con las condiciones necesarias para nuestra propia existencia. Todos hacen oídos sordos a las advertencias científicas del cambio climático. La economía se ha deshumanizado y está por encima de lo racional. Nuestros gobernantes prefieren la gran minería que destruye el hábitat natural campesino.
Las cordilleras y los polos están perdiendo sus cascos de hielo, liberando una serie se microrganismos y patógenos que se adaptan a las nuevas condiciones planetarias. Esta advertencia no es de ahora. Hace mucho tiempo que se viene reclamando freno a la producción de gases de efecto invernadero, pero los grandes intereses económicos no ceden. Están dispuestos a pagar, para minimizar el problema, pero sin abandonar sus excesos.
La Organización Meteorológica Mundial, en su informe 2019, da cuenta que se han batido todos los récords de concentración de CO2 en la atmósfera durante la historia de la humanidad, equivalente a un 47% más que el nivel pre industrial, anterior a 1750. Este gas de efecto invernadero emana en gran parte del consumo industrial de petróleo, siendo China y EE UU los mayores consumidores
La mayor emisión de dicho gas, es de China (30% de todas las emisiones mundiales, más de 10.065 millones de toneladas de CO2 emitido) y de EE UU (14%, y 5.416 millones de toneladas de CO2). La dialéctica universal nos dice que los hechos no suceden por coincidencia, pero sería bueno examinar este caso con un enfoque despolitizado.
Desde esta perspectiva, es probable que el nuevo coronavirus, proceda de las nuevas condiciones planetarias y que, el cambio climático de nuestro planeta, podría desencadenar otros fenómenos de alto riesgo para nuestra existencia como especie. Quizá solo sea una especulación mía, pero los especialistas en la temática de cambio climático tienen conocimientos de mayor alcance sobre esta posibilidad, que nos podrían ayudar a salir de dudas.
Sea como fuere, es preciso que la humanidad entera tome conciencia de esta situación y se decida a luchar por la preservación de la vida planetaria y no abandonar la brega hasta conseguir este objetivo. Salvo mejor parecer.
Marzo, 2020




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Atte. Milciades Ruiz

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