miércoles, 9 de marzo de 2011

LA LECCIÓN LIBIA


LA LECCIÓN LIBIA

Hermanos que se pelean en casa
ante el enemigo de afuera se unen

Aforismo Chino

Los sucesos de Egipto han quedado atrás. Se ha cumplido el dicho “que todo cambie para que nada cambie” Lo principal para EUA, el Canal de Suez y la neutralidad ante Israel, sigue en seguras manos. En escasas semanas, lo ocurrido en Egipto ya no es noticia.

En cambio en Libia lo principal, el petróleo, sigue en disputa, y ahora no sólo interviene Europa y EUA (la OTAN) sino también hay intereses chinos.

La campaña virtual funcionó a la perfección para Egipto. Y en protagonismo, Hilary Clinton como canciller hasta opacó al propio Barack Obama como presidente. Es que ha reiniciado su campaña a la presidencia, y desde ahora debe pisar fuerte y alzar la voz.

Pero ¿por qué en Libia la envolvente campaña virtual no funciona tan bien?

Por un lado, el interés petrolero de EUA enfrenta intereses ya establecidos, por ejemplo de Francia e Inglaterra. Además, hay que agregar el interés de China, ávida de combustible para su ascenso industrial. Con su tradicional diplomacia, ante el conflicto ha retirado temporalmente de Libia a sus cerca de 40 mil ciudadanos y para ello, aunque con bajo perfil, hasta muestra su presencia militar. Tal número de ciudadanos, en diversas funciones, dice no poco de la presencia de China en toda África, que es lo que en perspectiva “preocupa” a Occidente. Pero históricamente, una de las rutas de la seda llegaba hasta las costas africanas mucho antes que Europa iniciara su expansión.

Por otro lado, en Libia aflora un conflicto tipo guerra interna. Y la ONU no está facultada para intervenir militarmente. Al iniciar la campaña mediática Hillary Clinton “alertó” de un ataque aéreo contra civiles, lo que resultó “falso de toda falsedad”, mientras no tiene cómo negar el perverso ataque de su aviación militar contra indefensos niños que recogían leña. Por eso se queja de que la campaña mediática “ha fracasado” y no da cobertura para una acción militar así sea sin permiso de la ONU y sin colaboración de la OTAN, aunque insiste en una “zona de exclusión aérea”, inicio de la partición del país

Pero todo esto es secundario. Lo principal es que la población libia está formada por grupos étnicos de larga historia, entre ellos los famosos beduinos, bereberes, tuaregs. Gente ruda acostumbrada al desierto, al máximo de actividad diaria y al mínimo para la supervivencia. Esto ha querido aprovechar EUA, incluso para partir el país en dos según su costumbre y el ejemplo romano de “divide e impera”. Pero ha recibido un duro revés en la respuesta de los insurgentes: “este conflicto es un problema interno y aquí nadie se mete. Rechazamos toda injerencia exterior, y lucharemos contra cualquier fuerzas extranjera que entre en territorio libio”. Así, a Hillary Clinton le puede salir el tiro por la culata.

Nuestro país tiene ejemplos lamentables de lo contrario. Las luchas fratricidas no sólo no se han detenido ante un enemigo exterior, sino uno u otro bando hasta ha preferido colaborar con ese enemigo. De un anterior proceso electoral se tiene el amargo recuerdo de la Marcha de los Cuatro Suyus, que sirvió para el circo electoral de entonces y que convocó a gentes de todo el país a favor de un candidato. Luego se supo que fue promovida y financiada por un archimillonario yanqui. Es decir, “nacionalismo made in USA”

La lección copta nos resbaló ayer. Pero hoy, el ejemplo de un pueblo multiétnico

¡ES LA GRAN LECCIÓN LIBIA QUE DEBEMOS APRENDER!
Ramón García Rodríguez
Ragarro
09.03.11

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