miércoles, 28 de marzo de 2012

EL CEREBRO Y EL MITO DEL YO (1)



CONTENIDO
Prefacio del autor
Prólogo Literario de Gabriel García Márquez
La Primacía motora y la organización de las redes neuronales:
El pensamiento como movimiento interiorizado
1.- Utilizar la mente para entenderla
2.- La predicción es la función primordial del cerebro
3.- La interiorización de los universales mediante
la interiorización de la motricidad
4.- Las células nerviosas y sus personalidades
5.- Lo que nos enseña la evolución del ojo
6.- El mito del yo
7.- Patrones de acción fijos PAF. Módulos automáticos
cerebrales que generan movimientos complejos
8.- Las emociones como PAF
9.- Del aprendizaje y la memoria
10.Las cualias desde el punto de vista neuronal
11.El lenguaje como hijo del pensamiento abstracto
12.¿ La mente colectiva?
Bibliografía
Indice



La primacía motora y la organización de las redes neuronales: el pensamiento como movimiento interiorizado

El primer paso fundamental para explorar, desde un punto de vista científico y la naturaleza de la mente, es rechazar la premisa de que ésta apareció súbitamente como resultado de una "intervención espectacular". La naturaleza de la mente debe entenderse con base en su origen, en el proceso de su desarrollo, que emana del perenne mecanismo biológico de ensayo y error. La mente, o lo que llamaré "el estado mental", es el producto de los procesos evolutivos que han tenido lugar en el cerebro de los organismos dorados de movimiento. Esta evolución cerebral se presentó de manera paulatina, desde las formas más primitivas hasta las más altamente evolucionadas por tanto, el examen de las bases cientificas de la mente requiere una perspectiva evolutiva rigurosa, ya que es a través de este proceso como se generó la mente. Cómo llegó la mente a nosotros (o nosotros a ella, como veremos más adelante) es una bella historia de más de 700 millones de años que, como todo lo biológico, aún no termina su arduo caminar.

Para comprender la naturaleza de la mente, el requisito primordial es disponer de una perspectiva apropiada. Así como la sociedad occidental, sumida en el pensamiento dualista, debe cambiar de orientación para captar las premisas elementales de la filosofía no dualista, también es necesario un cambio fundamental de perspectiva para abordar la naturaleza neurobiológica de la mente. Mi ciclo de charlas en las Conferencias de ex alumnos estadounidenses de St. Andrews constituyeron un intento de tal reorientación; el presente libro procederá en esta línea de pensamiento.

En su ciclo de conferencias Gifford en Edimburgo, en 1937, tituladas "Reflexiones del hombre sobre su naturaleza", Charles Sherrington (1941, capitulo 12) insinuó la posibilidad de que si algún día los seres humanos llegaran a enfrentarse cara a cara con su verdadera naturaleza, este conocimiento podría desencadenar la caída de la civilización. Evidentemente, para Sherrington, el hombre prefiere considerarse como el más bajo de los ángeles y no el más alto de los animales. Mí opinión es que si algún día llegáramos a comprender en su totalidad la portentosa naturaleza de la mente, de hecho, el respeto y la admiración por nuestros congeneres se verían notablemente enriquecidos.

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