¿Para qué sirven las cualias?
Dado el conocimiento actual, parece que de momento no nos es posible llegar a comprender mejor las cualias. Quienes niegan que las cualias se reducen a la actividad eléctrica y a la geometría de los circuitos neuronales, tal vez lo hagan por no haber comprendido las geometrías funcionales; las cualias no son eventos misteriosos suspendidos en "estados intermedios" que operan el milagro de transformar la actividad eléctrica en "sentimientos". Después de todo, recordemos que las cualias son solubles en anestésico local. En este caso, el fantasma de la máquina respondería a la cirugía, o incluso a un golpe en la cabeza. ¿Desde cuándo, entonces, son las propiedades trascendentales tan frágiles y cercanas a los procesos biológicos? La parsimonia y la seriedad científica indican claramente que el "puente", la "transformación misteriosa" de eventos electroquímicos en sensaciones, es un conjunto vacío. No existe. La actividad neuronal y la sensación son el mismo y único evento.
De hecho, si la célula aislada carece de los mínimos requisitos para generar las cualias, ¿cómo podrían grupos celulares generar algo que no pertenece a ninguno de sus componentes? En realidad, preguntar si las cualias son propiedades de células aisladas es análogo a preguntar si el movimiento es una propiedad de la célula aislada. Ya se dijo que el movimiento de los miembros, por ejemplo, se produce por la sumatoria de las propiedades contráctiles de muchas células musculares, ya que una sola célula muscular no puede hacer que todo el miembro se mueva. Para continuar con el mismo argumento, se deduce que las células nerviosas necesariamente estarán en capacidad de producir "protocualias". La sensación organizada requiere que muchas neuronas se activen en un patrón determinado, es decir implica la generación de una arquitectura neuronal, que permita cualias macroscópicas, así como el aparato músculoesquelético requiere una arquitectura capaz de producir el movimiento.
Volviendo a los PAF sensoriales, a través de toda la historia de la neurociencia aflora el concepto de "líneas marcadas", que teóricamente ayuda a eliminar definitivamente el "fantasma en la máquina". Este concepto supone que las vías de transmisión, en cada uno de los sentidos, codifican las propiedades del mundo acerca del cual informan en patrones de disparo muy específicos, y que cada línea o vía sólo lleva información de una modalidad dada. Estos patrones específicos son literalmente los mensajes del mundo externo en cada modalidad sensorial.
Es fácil entender que para percibir sonidos se requieren receptores que conviertan las ondas sonoras en energía neural. En efecto, éstos son las "células ciliadas" del aparato auditivo, que responden a sonidos de alta frecuencia, con una frecuencia aira de disparos, y con una menor ante sonidos de baja frecuencia. Ante la presión leve en la piel, los corpúsculos de Pacini, receptores cutáneos sensibles a la compresión mecánica, transmiten por su "línea marcada" mensajes en pulsos de baja frecuencia, y ante la presión más intensa, disparan a frecuencias respectivamente más altas. Es así cómo el mensaje inicial transportado por determinada vía sensorial "marca" fielmente su contraparte externa. La propiedad de codificar frecuencias y el hecho de que cada vía sensorial sólo transmita información de su modalidad sensorial específica originaron el concepto de "líneas marcadas".
Pero sigamos más de cerca a una de estas líneas marcadas, hasta el sistema nervioso central. El patrón de disparos de alta frecuencia que el aparato auditivo emite en respuesta a sonidos de alta frecuencia varía, pues al llegar a su destino final (a las neuronas corticales auditivas) la actividad de esta línea que disparaba a altas frecuencias ahora se traduce en actividad de baja frecuencia. Esto nos indica algo muy importante: lo que se transmite no es el código o el mensaje que llega del mundo externo, sino que es el elemento neuronal que responde a los mensajes del exterior lo que constituye, en sí mismo, el mensaje. Es la sensación que emana de un PAF activado internamente, por lo que puede decirse que la línea marcada transporta la frecuencia, que de hecho es la misma que activó el disparo.
¿Es posible llegar a definir una arquitectura funcional de las cualias? Prosigamos con el concepto de efectores de la sensación, como lo son los PAF sensoriales. Por los capítulos 2 y 7 sabemos que los PAF motores representan la tendencia que tiene la organización funcional natural del sistema nervioso central a ser máximamente eficiente en sus cómputos. Al activarse o liberarse estos módulos de "prenda y active", se convocan automáticamente diversos grupos musculares y las sinergias requeridas para efectuar movimientos estereotipados, bien sean sencillos o complejos. Se recordará que la eficiencia computacional se debe a la automaticidad prefijada de estos módulos funcionales, ya que no es necesario que el cerebro, en cuanto a los circuitos neuronales se refiere, "invente la rueda" cada vez que las circunstancias requieran cierta rutina de movimiento, lo cual permite al sistema nervioso central ocuparse de otras cosas. Los efectores de los PAF motores son las neuronas motoras y los músculos, cuyas contracciones son manejadas por esas neuronas. Es decir, la geometría funcional interna de los ganglios basales se traduce en expresión gracias a la geometría funcional, que determina según el contexto momentáneo, interno o externo, cómo puede y necesita moverse el cuerpo.
¿Pueden considerarse del mismo modo las cualias o las sensaciones o experiencia sensoriales? Claro que sí, y la clave se debe al impulso innato del cerebro de reducir la sobrecarga. Ya mencioné que las señales auditivas de alta frecuencia se traducen en actividad de baja frecuencia en cuanto más internamente penetran las vías sensoriales en el sistema nervioso central. Esto concuerda con lo dicho sobre la economía en la transmisión. En lugar de generar elementos complejos a partir de otros más simples, cada elemento conlleva su propio significado y el todo es ensamblado por la presencia pre-existente, o la ausencia, de una actividad significativa.
Este punto concuerda con lo que ya sabemos acerca de la organización funcional de los sistemas sensoriales, descrita en el capítulo 5. Las propiedades geométricas del mundo externo se traducen a una geometría del espacio funcional interno, y la naturaleza misma de esta transformación hace que la realidad continuamente se simplifique. Así debe ser, pues es la única manera como el cerebro puede mantenerse al tanto de la realidad. Debe siempre simplificar.
La necesidad de cualias
¿Por qué es tan importante plantear el problema de las cualias en los animales? La mayoría de la gente no parece convencida de la necesidad de las cualias en ningún animal. Uno podría, suponemos, ejecutar exactamente las mismas acciones sin cualias o sin sentimientos. ¡La vida sería exactamente igual sin ellas! Sin cualias, los gatos podrían hacer todo lo que hacen, como autómatas: no hay ninguna ventaja adicional, no hay razón para las cualias. ¿Deberíamos entonces negar su existencia? Por el contrario, desde el punto de vista del funcionamiento del cerebro, para mí, las cualias deben ser la suma final, el aspecto de nuestro yo que se refiere a nuestra "propia existencia". ¡Es un truco fantástico! Las cualias son propiedades de la mente de monumental importancia, por lo que sin ellas seria imposible operar. Las cualias facilitan la operación del sistema nervioso, suministrando marcos de referencia bien definidos y patrones de simplificación que implementan e incrementan la velocidad de las decisiones, y permiten que tales decisiones retornen (al sistema) y se conviertan en parte del panorama de la percepción. No sólo el lector sintió el pinchazo de una espina y se movió, sino que ahora se sensibilizo a todas las espinas — puede que las evite o que las domestique y las convierta en armas. Así, las cualias se tornan en instrumentos de suma importancia para la integración perceptual, que es el depósito del evento unificador.
En el capítulo 5, al examinar la evolución del ojo, vimos que la naturaleza genera muy complejas arquitecturas funcionales. Junto con el ojo, el corazón y otros, los PAF e incluso el lenguaje pueden considerarse como órganos cuyas capacidades y tareas son altamente especializadas. Pienso que podemos y debemos llegar a comprender tas cualias en lo relacionado con los órganos maestros que permiten que los sentidos individuales operen y se entremezclen unificadamente. Las cualias emiten juicios simplificado los momentáneos sobre esta actividad de conjunto, permitiendo que estos mismos juicios retornen al sistema para utilizarse según las necesidades predictivas del organismo (el "sí mismo"). Representan los juicios o evaluaciones efectuados a nivel de los circuitos sensoriales que transportan la información, o sea las sensaciones.
Y estas sensaciones, el producto integral de la activación de los PAF internos sensoriales, representan los vectores predíctivos cíclicos importantes, que retoman al paisaje interno del "si mismo". Son el "fantasma de la máquina" y representan ese importantísimo espacio entre la llegada y la salida, pues no siendo ni una ni otra, sin embargo, son producto de la una y el impulso de la otra. Finalmente, son estructuras funcionales, simplificadas por las propiedades intrínsecas de los circuitos neuronales del cerebro.
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