TacnaComunitaria
CONCURRENCIA MUNDIAL
La
fase imperialista de la acumulación del capital, o la fase de la concurrencia mundial del capitalismo,
señala Rosa Luxemburgo abarca la industrialización y emancipación capitalista
de los antiguos hinterland (traspaís,
retaguardia) del capital, en los que realizó su plusvalía. Y para ello presenta
tres métodos: empréstitos internacionales, aranceles protectores, militarismo.
Empréstitos
Internacionales y Acumulación
Para
el capitalismo, es necesaria la emancipación de las colonias de otros países
rivales, la revolución en países con formaciones no capitalistas. Por eso
financió la independencia de las colonias hispanas en América; y los
empréstitos a los ejércitos libertadores aún se están pagando en más de uno de
nuestros países. Y también promovió la revolución en Rusia, Turquía, Persia,
India, Japón, China, norte de África. Promovió primero la implantación de la
economía de mercancías en sustitución de la economía natural, y la producción
capitalista en sustitución de la economía mercantil simple. Así hacía saltar la
forma de Estados despóticos y absolutistas en pro de la
“libertad-igualdad-fraternidad”, de la “democracia representativa” Bien señala
Rosa Luxemburgo que “La guerra es, ordinariamente, el método de un Estado joven
capitalista para sacudir la tutela del antiguo, el bautismo de fuego y la
prueba de la independencia capitalista de un Estado moderno, por lo cual la reforma
militar y, con ella, la reforma tributaria, constituyen en todas partes la
introducción de la independencia económica” Éste es el trasfondo de la
modernidad. Y conseguida la independencia, vienen los empréstitos y con ello la
subordinación de los nuevos Estados al capital extranjero, germen de la
división en capital transnacional y capital marginal.
Líneas
de ferrocarriles, líneas de vapores, evidentemente son muestras de “progreso”
del país. Pero, en verdad, son progreso para el país que los fabrica y exporta.
Por eso, el resultado final fue la CEPAL con su perversa política de “ventajas
comparativas”: si el país tiene minas, pues que venda minerales, pero jamás
convertir esos minerales en metales para construir maquinarias en el país. Aún
más, es la transnacional la que extrae el mineral dejando al país “regalías”
para programas asistenciales del gobierno de turno.
Por
eso, los empréstitos exteriores “son indispensables para la emancipación de los
Estados que aspiran a ser capitalistas y son, al propio tiempo, el medio más
seguro para que los Estados capitalistas antiguos ejerzan su tutela sobre los
modernos, controlen su Hacienda y hagan presión sobre su política exterior y
sobre su política aduanera y comercial” Para muestra, ahora, el FMI, el BID, el
TLC “son el medio principal para abrir al capital acumulado de los países
antiguos nuevas esferas de inversión”
Aranceles
Protectores y Acumulación
Es
muy cierto que “el imperialismo es la expresión política del proceso de la
acumulación del capital en su lucha para conquistar los medios no capitalistas
que no se hallen todavía agotados” El capitalismo, subjetivamente tiene que
obtener la mayor plusvalía posible; pero objetivamente debe satisfacer las
necesidades sociales. Por eso la feroz concurrencia por presentar las mejores
mercancías y a un precio menor que otros competidores. Éste es el trasfondo del
“dinamismo” de los capitanes de empresa yanqui, con que se expandieron a través
del mundo ocasionando confrontaciones y guerras por doquier. Y por eso mismo
“El imperialismo es tanto un método histórico para prolongar la existencia del
capital como un medio seguro para poner objetivamente un término a su
existencia”; pero esto, claro está, no puede ser fácilmente alcanzado.
El
capitalismo comenzó con su etapa de proteccionismo. Ante el desarrollo de
Inglaterra, List en Alemania y Hamilton en Estados Unidos propugnaron el
proteccionismo, y así pudieron desarrollarse esos países. El sistema
librecambista se impuso como medida para favorecer la constitución política de
los Estados centro-europeos. A fines del 800, la política de expansión europea
se extiende con gran energía paralelamente al proteccionismo. Así el capital
europeo penetró en China, Indochina, Egipto, Túnez, Abisinia, Sudáfrica. Y Rosa
Luxemburgo señala que “El monopolio de los territorios de explotación en el
interior de los antiguos Estados capitalistas como en los países ultramarinos
se convirtió en solución para el capital, mientras el libre cambio, la política
de ‘puertas abiertas’, se trocó en forma específica de la indecisión de los
países no capitalistas frente al capital internacional, como preludio de su
ocupación parcial o total en su calidad de colonias.” Y por lo mismo surge el
impulso general de los países capitalistas a aislarse unos a otros por aduanas,
no obstante que son mutuamente dependientes entre sí, tanto en la adquisición
de mercancías como en la renovación de sus condiciones materiales de
reproducción. “La contradicción interior de la política aduanera internacional,
lo mismo que el carácter contradictorio del sistema de préstamos
internacionales, no son más que un reflejo de la contradicción histórica en que
se encuentran los intereses de la acumulación; esto es, de la realización y
capitalización de la plusvalía, de la expansión específica del cambio de
mercancías.” Es el trasfondo del señuelo de la “competencia pacífica” Con el
TLC hay “competencia pacífica”; pero ¿pueden competir los productos peruanos
con los productos yanquis, si previamente se ha desagrarizado y desindustrializado
al país?
Militarismo
y Acumulación
“El
militarismo ejerce en la historia del capital una función perfectamente
determinada. Acompaña los pasos de la acumulación en todas sus fases
históricas.”
Pero
hay dos aspectos del militarismo. Uno es que con el militarismo el capitalismo
logró la conquista del Nuevo Mundo, de la India. Luego logró la destrucción de
las corporaciones sociales primitivas, la apropiación de sus medios de
producción, la imposición forzosa del comercio de mercancías, la proletarización
violenta de las poblaciones indígenas en todo el mundo. Y fue un medio de lucha
de los países capitalistas entre sí por la conquista de territorios no
capitalistas.
Pero
el aspecto más importante es que, en lo puramente económico, el militarismo es
un medio de primer orden para la realización de la plusvalía; es un campo de
acumulación. En el esquema marxista, el Estado no posee más fuentes de ingresos
que el impuesto directo a la plusvalía y el impuesto indirecto al salario. Y
como cada vez hay menos plusvalía relativa, se impone la generalización del
IVA, que se cobra así haya desempleo creciente.
En
la reproducción ampliada, en la relación Sección I y sección II hay sobrante de
capital constante c (medios de
producción por sobreproducción) y sobrante de capital variable v (por aumento del desempleo) Y como
hay que capitalizar la plusvalía en la acumulación, la válvula de escape es la
producción militar, con un doble objetivo: usar el armamento para agredir,
destruir, dominar países y regiones enteras, y agotar el inventario militar
para obtener nuevos pedidos. Por eso, lo que domina en Estados Unidos es el
complejo industrial militar, y sobre él el dominio del capital financiero, la bancocracia que con su burbuja
financiera está en su etapa terminal.
En
Iraq, Estado Unidos arrojó más bombas que en toda la II-GM. ¿Por qué?
Simplemente para agotar el inventario de material bélico del complejo militar y
así lograr nuevos pedidos.
Y
este gasto lo sufragan los trabajadores obreros, campesinos, pequeños
empresarios. Crece el desempleo, hay rebaja de salarios, se esfuman las
prestaciones sociales, se privatizan los fondos de jubilación, la salud, la
educación. Surge el “no futuro” en que estamos ahora.
Bien señala Rosa
Luxemburgo que “El capitalismo es la primera forma económica con capacidad de
desarrollo mundial. Una forma que tiende a extenderse por todo el ámbito de la
Tierra y a eliminar todas las demás formas antiguas económicas; (…) Pero es
también la primera que no puede existir sola, sin otras formas económicas de
qué alimentarse, y que al mismo tiempo que tiene la tendencia a convertirse en
forma única, fracasa por la capacidad interna de su desarrollo. Es una
contradicción histórica viva en sí misma. (…) A una cierta altura de la
evolución, esta contradicción sólo se podrá resolver por la aplicación de los
principios del socialismo; de aquella forma económica que es, al propio tiempo,
por naturaleza, una forma mundial y un sistema armónico, porque no se
encaminará a la acumulación, sino a la satisfacción de las necesidades vitales
de la humanidad trabajadora y a la expansión de todas las fuerzas productivas
del planea” (La Acumulación del Capital)
Ragarro
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