El Huffington Post
21-06-2013
Prisma ha servido para mostrar que el
espionaje en la red no es cosa de conspiranoicos. Estados Unidos vigila a miles
de ciudadanos no estadounidenses con la colaboración aún forzada de las grandes
empresas de internet, todas con sede en ese país. Si la privacidad es, además
de un derecho fundamental, un valor en sí misma que hay que proteger sólo hay
dos opciones: la primera es desconectarse de la red; la segunda, para los que
no puedan vivir sin ella, aprender a navegar lejos del alcance de Prisma.
La mayor parte de la vida online pasa por
los servicios de las empresas tecnológicas que se han visto salpicadas por el
escándalo. Con la excepción de Twitter, las principales herramientas para la
comunicación en la red usadas por millones de internautas del mundo pertenecen
a las nueve compañías que han aparecido en el PowerPoint de Edward Snowden. Por
eso es complicado escapar de Prisma, pero no imposible.
Lo más evidente es no usar esos servicios.
Adiós a Google, a Facebook, a Skype, a YouTube, a Flickr, al iPhone... No
parece la opción más realista, aunque sí se puede prescindir de algunos.
1. Cambiar de navegador
Los usuarios de Safari, Chrome y Explorer pueden pasarse a
Firefox y aclimatarse en unas horas. Los creadores de este
último, la Fundación Mozilla, no sólo forma parte de la campaña internacional iniciada
para exigir que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos deje
de espiar, sino que también ha desarrollado extensiones para Firefox
que protegen la privacidad de sus usuarios. Entre ellas están Do Not Track,
para evitar el rastreo en la web, Persona,
para gestionar la identidad online y Collusion,
para saber quién rastrea.
2. Usar Tor
La solución casi perfecta para navegar sin
ser localizado y sin que sepan qué sitios se visitan es Tor Browser
Bundle, el navegador del proyecto Tor, la
"internet oculta" y anónima. Sin instalar nada en el
ordenador, la información viaja cifrada entre dos puntos (el cliente y el
servidor) a través de varios nodos de la red. Esto impide que un tercero pueda
ver el contenido de la comunicación, de dónde viene y a dónde va. Este fue el
sistema usado por Wikileaks en sus intercambios de información con los medios
de comunicación, y se da la paradoja de que Tor nació para uso de la Marina de
Estados Unidos.
3. Pasarse a un buscador alternativo
Los tres principales buscadores, Google,
Bing y Yahoo! Search, habría que ponerlos en cuarentena. Nuestras búsquedas
reflejan nuestros intereses, pasiones y pensamientos, así que son de gran
interés para los fisgones oficiales. Tras destaparse Prisma, buscadores
alternativos como DuckDuckGo, Ixquick o StartPage, que no
registran la dirección IP de los ordenadores ni rastrean el historial, hayan
duplicado su tráfico. Aunque sus cifras son aún la centésima parte de las de
Google, a ellos Prisma les ha sentado muy bien.
4. Cifrar las comunicaciones
Las comunicaciones por correo, chats o
mensajería toca cifrarlas para que sólo los participantes en la conversación
puedan leerla, dejando los espías con una ristra de caracteres sin sentido.
Para el correo hay varias herramientas de cifrado cuya única complicación está en
su instalación y configuración. Para el chat y la mensajería, la mejor opción
es combinar el cliente universal de chat Pidgin con el plugin OTR. El primero importa
los contactos de Gtalk, el viejo Messenger, AIM... y el segundo cifra las
conversaciones.
5. ¿Cambiar de redes sociales?
El asunto de las redes sociales es de los
más difíciles. Por un lado, no hay muchas alternativas a Facebook, Google+ o
Twitter (aunque ojo, esta última no está en nuestra la lista negra). Por otro
lado, las pocas que existen no tienen la masa crítica que hace a las otras
interesantes, así que ¿por qué estar en una red social dónde no están tus
amigos?
Aún así, hay redes sociales alternativas y
algunas son españolas. La gran promesa de una red social respetuosa con los
datos de sus miembros fue Diaspora. Pero esta creación de cuatro estudiantes
neoyorquinos fracasó en su intento de retar a Facebook desde la privacidad.
Hoy, entregado su código a una comunidad de desarrolladores voluntarios, sigue
activa pero con un perfil muy bajo. La opción española es Lorea que, desarrollada por
hacktivistas, permite crear redes para pequeñas comunidades.
6. Explora nuevos mundos
Las herramientas para proteger la
privacidad recogidas en este artículo no son las únicas. Hay otras alternativas
y existen más programas para protegerse en entornos diversos. Aquí van algunos
de ellos:
- Si usas un gestor de correo tipo Outlook, puedes
pasarte a Thunderbird, creado por la Fundación
Mozilla, y cifrar los correos con Enigmail.
- En Vuze se
han mostrado muy críticos con el espionaje de Prisma y explican cómo
compartir archivos en las redes P2P de forma anónima.
- Con la app Wickr se
pueden enviar mensajes, fotos o vídeos de forma cifrada desde un iPhone de
forma segura. Sólo el receptor podrá abrirlos y se pueden configurar para
que se autodestruyan pasado determinado tiempo todas las copias que
existan.
- Aunque Twitter no se ha visto implicado en el
escándalo, puede ser buen momento para instalar AnonTwi.
Creada por el hacktivista hispano Lord Epsylon, permite cifrar los tuits y
mensajes directos de Twitter, falsear la ubicación o conectarse con la red
Tor.
- Para los móviles Android, RedPhone cifra las llamadas. Hace lo
mismo con conversaciones sobre VoIP, como Skype, y mensajes de texto. Eso
sí, el interlocutor también tiene que tenerlo instalado.
Si aún quieres más, la Free Software
Foundation dispone de un directorio de programas para ponérselo difícil a Prisma. Con
la misma idea también ha nacido Prism Break, con decenas de alternativas a los servicios
sospechosos de colaborar con la NSA.