30-08-2013
Hay cada vez más dudas sobre si aún
existe la democracia en este país, con voces destacadas declarando que tal cosa
es nula y vacía. Noam Chomsky lo viene diciendo desde hace tiempo. Gore Vidal
había concluido que el estadunidense era un sistema de un solo partido, con dos
alas derechas. Algunos han afirmado que la creciente desigualdad económica, la
concentración de riqueza, efectivamente, anulan la democracia. Otros advierten
que esto ya es una plutocracia, y que tiene elementos de un Estado dictatorial
o totalitario.
Chris Hedges, corresponsal de guerra y Premio Pulitzer, del New York
Times, y más recientemente, ya como comentarista/analista independiente,
concluye que, con el juicio y condena de Bradley Manning, el juego democrático
ya se acabó en este país.
El veredicto rápido y brutal impuesto a Manning implica que nos hemos vuelto un
país gobernado por gangsters, afirma Hedges en su columna en Truthdig la semana
pasada. “Señala la inversión de nuestro orden moral y legal, la muerte de los
medios independientes, y el mal uso abierto y flagrante de la ley para prevenir
cualquier supervisión o investigación de los abusos oficiales del poder,
incluidos crímenes de guerra. La pasividad de la mayoría de los ciudadanos de
la nación –la población más espiada, monitoreada y controlada en la historia
humana– ante el linchamiento judicial de Manning implica que ellos son los
siguientes. Ya no quedan mecanismos institucionales para detener la trituración
de nuestras libertades civiles más fundamentales… o para prevenir la guerra
preventiva, el asesinato de ciudadanos estadunidenses por el gobierno y la
anulación de la privacidad”, escribió.
Subrayó que la sentencia de Manning es uno de los días más importantes de la
historia estadunidense: “marca el día en que el Estado formalmente declaró que
todos aquellos que nombran y revelan sus crímenes se volverán prisioneros
políticos o serán forzados, como Edward Snowden, y tal vez Glenn Greenwald, de
quedarse en el exilio el resto de sus vidas. Marca el día cuando el país dejó
toda pretensión de democracia… marca el día de remover la máscara de la
democracia, ya de por sí una ficción, y sus sustitución por la cara fea y
desnuda del totalitarismo corporativo…. Aquellos que no aceptan el poder
estatal ilimitado, siempre el camino a la tiranía, serán perseguidos sin tregua.
El miércoles nos volvimos vasallos”.
Chomsky desde hace tiempo advirtió que, en la práctica, esto hace tiempo no
puede considerarse una democracia. Indica que sólo se tiene que observar que la
cúpula política casi siempre obra en contra de los intereses de las grandes
mayorías, y que logra esto manteniendo el disfraz de una democracia a través de
una prensa subordinada y la industria de relaciones públicas. En un discurso la
semana pasada, Chomsky relata que algunas de las encuestadoras de mayor prestigio
han llegado a la conclusión de que “aproximadamente 70 por ciento de la
población –70 por ciento inferior en la escala de riqueza/ingreso– no tiene
ninguna influencia sobre las políticas (del país). Están efectivamente privados
(de la participación democrática). Al subir la escala de riqueza/ingreso uno
tiene cada vez más influencia sobre las políticas. Cuando uno está en la cima,
lo que es tal vez una décima parte del uno por ciento, la gente esencialmente
obtiene lo que desea, eso es, determinan las políticas. Entonces el término
apropiado para eso no es democracia; es plutocracia”.
Más aún, y en esto tiene que ver con los denunciantes que revelan secretos
oficiales, Chomsky recuerda que el poder tiene que mantenerse fuera de la vista
pública y cita a uno de los politólogos más importantes del país, Samuel
Huntington, de la Universidad de Harvard, quien indicaba que un principio
científico es que el poder se mantiene fuerte cuando permanece en lo oscuro.
Expuesto a la luz del sol, empieza a evaporarse. Manning y Snowden, subraya
Chomsky, están encarcelados o perseguidos por su decisión de no entender este
principio científico.
Pero no son sólo algunos periodistas furiosos e intelectuales públicos de la
talla de Chomsky están advirtiendo que la democracia estadunidense esta
anulada. El ex presidente Jimmy Carter, al hablar en un foro a puerta cerrada
el mes pasado, abordó el tema del espionaje y las violaciones de derechos
humanos que implica, y concluyó, según Der Spiegel, que Estados Unidos no tiene
una democracia funcional en este momento en el tiempo. En entrevista semanas
antes de esto, Carter ya había afirmado públicamente que aunque Snowden violó
la ley al filtrar información secreta, “yo pienso que la invasión de derechos
humanos y la privacidad estadunidense ha llegado a un punto extremo… creo que
esta invasión de privacidad ha sido excesiva”.
Para el comentarista afroestadunidense influyente Tavis Smiley, escribiendo en
el Washington Post, “la pobreza está amenazando a nuestra
democracia; es ahora asunto de seguridad nacional. Como dijo (Martin Luther)
King, la guerra es el enemigo de los pobres… E igual como King vivió bajo
vigilancia constante, nuestro gobierno ahora parece estar espiando a todos
nosotros”.
Juan Cole, el destacado intelectual público, y profesor de historia en la
Universidad de Michigan, ofreció un comentario sencillo sobre cómo crear una
dictadura en su influyente blog, Informed Comment, haciendo una
lista de lo que se requiere, incluyendo clasificar como secreto todo crimen
gubernamental y violaciones de la Constitución; espiar al público en violación
de la Constitución; “criminalizar aún más a denuncias (de abusos del gobierno)
como ‘terrorismo’” y criminalizar como espionaje la revelación de crímenes de
espionaje del gobierno.
La cúpula política no se cansa de repetir que todo lo que hace tanto en el
terreno de seguridad nacional como en sus políticas económicas y sociales es en
nombre de la defensa de la democracia y la libertad y del sueño americano aquí
y en el mundo. ¿Pero se puede defender la democracia en secreto y actuando como
si el pueblo y los defensores de las libertades civiles y los disidentes fueran
el enemigo?
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