lunes, 21 de octubre de 2013

EL PILOTO AUTOMÁTICO Y LA SUBLEVACIÓN


Franco Berardi Bifo

El 19 de Octubre se reencuentra en Roma el movimiento que quiere liberar a la sociedad del lazo mortal del finanzismo, el capitalismo financiero que está llevando a Europa hacia el nazismo.

Dos lógicas incompatibles se enfrentan actualmente en Europa (y el mundo): la lógica de una sociedad rica de conocimientos, de competencias, de solidaridad y la lógica financiera que necesita destruir recursos, saberes y servicios sociales para poder acumular el valor bajo la forma de abstracción monetaria.

He aquí la potencia de la tecnología, que permite liberar tiempo de trabajo para destinarlo a la atención y la educación, transformada en la maldición de la desocupación y de la miseria.

He aquí que para aumentar el valor de las acciones bancarias se debe aumentar la explotación, el tiempo de trabajo, y reducir el gasto en la educación y la sanidad.

El sistema político no puede hacer nada frente a la devastación finanzista. La democracia ha sido cancelada porque, como dice Mario Draghi, Sumo Sacerdote de la Teología finanzista, el pacto de estabilidad va con el piloto automático.

Solamente una sublevación general, que no se limite a llenar las plazas por un día, sino que ocupe permanentemente la vida cotidiana, puede liberar a la sociedad del finanzismo.

La sublevación no es una acción militar, ni siquiera una rebelión momentánea, sino el despliegue de la corporeidad social, el rechazo permanente de pagar una deuda que no hemos contraído, la autonomía de las formas de vida del conocimiento y la producción.

Una evolución violenta del movimiento anticapitalista sería poco inteligente, puesto que nadie cree en la posibilidad de derrotar a las fuerzas armadas de los estados, último residuo de su poder nacional. En algunos casos hemos asistido, y asistiremos a masivas explosiones de violencia precaria, como en las cuatro noches de rabia de agosto de 2011 en Inglaterra. No lo debemos criminalizar ni debemos sorprendernos. La violencia sistemática del finanzismo comprime el cuerpo social, generaciones enteras se ven abocadas a un futuro de miseria y esclavitud, el cinismo de la clase dominante es repugnante: fenómenos de explosión psicótica son totalmente comprensibles. La sublevación no los juzga, pero los cura, reconstruyendo las condiciones para la solidaridad del cuerpo social para la insolvencia en masa y para la autonomía de la sociedad del dominio del capital financiero.

En 2011 el trabajo precario y cognitivo se rebeló: de la revuelta estudiantil de Londres a la acampada española pasando por la ocupación de Wall Street y la revolución tunecina y egipcia parecía que la sublevación podría detener la ofensiva del sistema bancario.

Fue el comienzo de una sublevación que pretendía restituir solidaridad a la vida cotidiana y corporeidad al intelecto general. La revuelta no supo entonces transformarse en un proceso continuo, el intelecto general precario no logró recomponer su corporeidad, y la sociedad entró en una fase de depresión de la que no ha salido todavía.

Desde Roma el 19-O es un llamamiento a las fuerzas del trabajo precario cognitivo para que juntos podemos salir de la depresión y podemos iniciar un movimiento persistente de insolvencia y de autorganización.

Debilitada por el ataque finanzista la Unión Europea es zombie.

Un sentimiento de rencor impotente se expresa en formas de nacionalismo y de racismo. El Mediterráneo se ha convertido en una fosa común, y campos de concentración raciales se levantan en todo el territorio de la Unión. Amanecer Dorado en Grecia, el reemergente conflicto entre el nacionalismo y el independentismo en España, la dictadura y el racismo en Hungría, el ascenso del Frente Nacional que se presenta como fuerza mayoritaria en Francia.

El Banco Central Europeo está entregando a los nacionalistas el gobierno de Francia, país sin el cual Europa no significa nada. El pacto de paz entre franceses y alemanes se está resquebrajando y se romperá cuando el Frente Nacional sea el partido mayoritario. En ese momento, la agonía de la Unión dará paso a la guerra civil.

Italia ha permanecido al margen del movimiento de 2011, debido a que muchos ingenuos creyeron que el problema se reducía al poder de un viejo caimán mafioso. Pero ahora que el viejo mafioso agoniza, nada ha cambiado sino a peor, y la sociedad se encuentra en una angustia cada vez día más sofocante.
La sublevación Europea puede reiniciarse desde Roma, si sabemos evitar que la cita del sábado 19 de octubre se convierta en un incendio furioso y sin continuidad, si sabemos evitar una trampa que podría provocar depresión y desintegración, si sabemos transferir la energía de un día en un proceso generalizado y permanente de autonomía solidaria.



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