Dr. Hugo SALINAS
Niños masivamente protestan contra la
ley que prohíbe el trabajo infantil. Un caso de Ripley si no fuera por lo grave
del problema. Y como ya es costumbre, policías embrutecidos por la función,
lanzan gases tóxicos contra niños indefensos.
“Estamos totalmente indignados porque
han atentado contra la salud de varios compañeros, nos han golpeado, nos han
echado con gas lacrimógeno, era lamentable ver que a niños de 8, 9, 10 años les
echen gas,”[i] dijo Alfredo
Tarqui, uno de los dirigentes de la Unión de Niños y Niñas Trabajadores de
Bolivia.
Pero no son solamente los policías
que están lejos de comprender el problema. "Unicef [el Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia] considera absolutamente inaceptable […] la
exposición de niños, niñas y adolescentes a situaciones de riesgo, violencia,
vulnerabilidad y desprotección, como consecuencia de un conflicto entre
adultos."[ii] ¿Es solamente un
“conflicto entre adultos”?
Fue necesario que un niño aclare la
situación. “No pueden dejar sin trabajo a quienes por las circunstancias de la
vida tenemos que trabajar. Le hemos dicho [al Presidente de la República] que
hay chicos y chicas de cinco años que venden chicle y dulce al lado de sus
madres o de sus hermanos,”[iii] expresó Henry Apaza
de 13 años, delegado nacional del movimiento independiente Unión de Niños y
Niñas Trabajadores de Bolivia, y que vende cigarrillos desde los siete.
¿Y todo esto por qué? Simplemente
porque políticos sin mayor ambición que el dinero, se ponen a legislar sin
tener una gramo de conocimiento de la realidad socio-económica de su país. Es
algo así como querer eliminar a los “terroristas” sin cambiar en nada su fondo
de cultivo: la pobreza extrema y el desempleo masivo en el que vive la mayoría
de la población. La policía, los militares y los congresistas no hacen otra
cosa que defender el statu quo que les permite enriquecerse a
costa de una población indefensa.
La historia se vuelve a repetir con
los niños. Se quiere eliminar el trabajo infantil sin tomar en consideración
que el nivel de pobreza en Bolivia es del orden del 59 %, y que en su
departamento de Potosí alcanza la cifra del 80%.[iv] Y cuando sabemos a
quiénes se llama pobres, el panorama es horripilante. Así por ejemplo, en el
Perú las personas dejan de ser pobres cuando ganan 265 soles por mes. Les
preguntaríamos al presidente de la República, los congresistas, los ministros y
todos los políticos arrimados a la administración, si podrían vivir durante un
mes con este monto. Así, jugando con las estadísticas, es fácil eliminar la
pobreza.
Y el descaro de los servidores del
Imperio llega a sus límites en los países del Sur. “Bolivia es uno de los
países que tiene el menor desempleo con respecto de otros países de América
Latina (…). No estamos mal,”[v] nos dice Luis Arce,
su Ministro de Economía.
Es necesario recurrir a un organismo
independiente para saber que el desempleo en Bolivia es masivo. Bruno Rojas,
especialista del CEDLA (Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y
Agrario) nos dice que "Los datos para el 2011 nos muestran que alrededor
del 70 por ciento de la gente ocupada contaba con empleos inestables,
remuneraciones bajas, empleos desprotegidos. […] A consecuencia de la falta de
oportunidades laborales en el país, el 50 % de la población joven
del país está desempleada.”[vi]
Ha sido necesario que el mismo
presidente de la República interceda para que los “legisladores” hagan marcha
atrás. “Mi padre ha ido de zafrero (peón) a la Argentina, yo tenía como 5 o 6
años, era aymara cerrado. En la zafra era obligatorio ir a la escuela y allí no
entendía qué hablaba la profesora (...), no entendía nada”[vii], contó Evo Morales.
Es evidente que detrás del trabajo
infantil se encuentran dos de los tres grandes males de los países del Tercer
Mundo: la pobreza y el desempleo. Y los políticos no llegan a comprender
todavía que la raíz de estos dos grandes males es la Repartición
Individualista. Un tipo de repartición que favorece únicamente a un puñado de
accionistas quienes se apropian del 100% de las utilidades de la empresa,
resultado del esfuerzo de todo un pueblo, presente y pasado.
No es nada extraño que con este tipo
de repartición exista desempleo masivo, extrema pobreza, trabajo infantil,
prostitución... Para mitigar la situación los explotadores, en confabulación
con gobernantes corruptos y lacayos, implementan programas de “inclusión
social” que agravan aún más el problema al generar clientelismo, corrupción e
indolencia ante los problemas nacionales.
Si realmente deseamos que no exista
trabajo infantil comencemos por eliminar el desempleo y la pobreza. Y para ello
debemos poner en plaza una economía de mercado a dos sectores, en donde el
nuevo sector a crear desde cero, debe desarrollar empresas-país. Y el
financiamiento de dichas empresas existe, y en cantidad ilimitada y gratuita.
No existen excusas, entonces, para continuar con este estado de barbarie que
nuestros antepasados, los inkas y pre-inkas, supieron evitarlo.
Lima, 28 de diciembre del 2013
[i] http://www.fmbolivia.com.bo/noticia133675-policia-asegura-que-protesta-de-ninos-fue-incitada-por-mayores.html
[v] http://www.nodal.am/index.php/2013/08/bolivia-registra-32-por-ciento-de-tasa-de-desempleo-la-mas-baja-de-america-latina/
[vii] http://elcomercio.pe/actualidad/1677218/noticia-evo-morales-trabajo-infantil-bolivia-no-prohibirse
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