miércoles, 8 de enero de 2014

EFRAÍN MOROTE BEST: FOLKLORE COMO FACTOR DE CAMBIO O ADORMECIMIENTO SOCIAL



CULTURA POPULAR, CULTURA ANDINA Y TRADICIONES POPULARES
El 12 de julio de 1987, el diario "Cambio", en Lima, publicó la entrevista que Alejandro Melgar hiciera al Dr. Efraín Morote Best, y que a continuación extractamos.

Dr. Morote, ¿cuáles son las diferencias que hay entre folklore, cultura popular y cultura andina?

Ud. me habla de tres categorías distintas y vinculadas, ninguna de ellas unívoca. El término folklore expresa dos conceptos básicos diferentes y complementarios. De un lado, designa el conjunto de valores espirituales y materiales fruto de la vicisitud histórica del Pueblo; del Pueblo con mayúscula, es decir, de la clase social productora y despojada; de otro lado nombra a la ciencia histórico-social específica que trata de determinar las leyes de surgimiento, desarrollo y extinción de esos valores espirituales y materiales, real o aparentemente fiadores de la existencia humana, pero, en todo caso integrantes de aquel patrimonio histórico-social conocido también con el nombre de tradiciones populares.

Al decir "dos conceptos básicos", estoy advirtiendo que hay otras significaciones. Cierto sector social, por ejemplo, utiliza el vocablo folklore o su derivado: folklórico para señalar lo ridículo, lo grotesco, lo tosco, y deslucido en la conducta, el lenguaje y hasta la apariencia exterior de individuos de su propia camada. Aquí, en el fondo, se trata de un giro especial en el modo de hablar (y, desde luego, de pensar) de ese vulgo pequeño burgués cuasialfabeto o parailustrado que disfraza su miedo al Pueblo, con la burla y el menosprecio. Es un asunto de mentalidad de clase, de clase social. 

Cultura Popular, locución que no me es de uso, entiendo que significa el conjunto de valores más o menos democráticas y socialistas de las masas explotadas y oprimidas, en contraposición con la cultura burguesa (o en nuestro caso, feudal-burguesa) dominante, que busca la perpetuación de sus ventajas basadas en la injusticia social y que, con tal propósito, utiliza, con idéntico denuedo, el pupitre o la cátedra, la tribuna o el confesionario, el púlpito o el libro, el periódico o la televisión, el soborno o el asesinato. En este sentido, la expresión cultura popular tiene para mí ciertas connotaciones político-sociales, como el término folklore las suyas estrictamente científicas o zafiamente vulgares.

Cultura andina es, según percibo, una categoría en desarrollo; una categoría instrumental tendente a abstraer lo que de nativo común o compartido hay en lo diverso de los valores espirituales y materiales del área geográfica-histórico-social a la que alude.

Resulta obvio que al transmitirle estas ideas asumo una posición, lo que significa que hay otras que advierten la multivocidad.

¿Qué relación halla Ud. entre Folklore y cambio social?

El Folklore es una disciplina histórico-proyectiva. Estudia cosas vivas venidas de tiempos muertos, pero, las estudia no para regodearse con la contemplación de ellas o con un sistemático examen y quedarse allí, sino para junto con otras disciplinas contribuir al aceleramiento del cambio social. 

El Cambio, todos lo sabemos, es el salto de una fase de desarrollo social de la sociedad de clases a otra, cualitativamente superior. Este proceso, sometido a leyes, puede adelantarse o retrasarse, pero es necesario, vale decir ineludible. Se retrasa, por lo común, debido al poco desarrollo de la fuerzas productivas y a la resistencia que opone la clase reaccionaria utilizando mil medios, principalmente los criminales, ya que su aspiración suprema es evitar el paso del poder de sus manos a las del pueblo. Se acelera con el desarrollo de esas fuerzas productivas, con la maduración de la conciencia social, con el agudizamiento de las injustas relaciones de producción, con la adicción de la ferocidad represiva del Estado, en cuyo caso, como a normal que suceda, la lucha de clases deviene en violencia abierta que acaba cabal y definitivamente con la clase explotadora y su enorme maquinaria represiva expresada en las órganos del Estado reaccionario. 

Si el Folklore es una disciplina histórica-proyectiva que, precisamente, estudia el patrimonio del Pueblo, si el Cambio Social es un paso tajante y necesario de una vieja calidad a otra nueva; si ese tránsito puede adelantarse o retrasarse en su advenimiento y si el sector positivo del patrimonio popular es parte de las armas que el Pueblo pone al servicio de su lucha de liberación; si todo esto acontece, como es cierto que es así, el vínculo entre Folklore y Cambio Social se hace muy visible. 

El correcto manejo del patrimonio tradicional del Pueblo puede contribuir, y contribuye, al aceleramiento del proceso; el incorrecto manejo, a su retraso. 

Pero algo más, y muy importante: producido el cambio social, las tradiciones populares purificadas por una concepción científica del Mundo, sirven para descubrir y mostrar la genuina identidad nacional; identidad totalmente alejada del nacionalismo chauvinista, patriotero, y siempre tragicómico que la reacción emplea como otra arma de lucha, esta vez para engañar, para confundir. 

Nosotros, dije alguna vez, sólo podemos ser nosotros mismos; pero, también somos la Humanidad; una Humanidad que se enriquecerá con nuestras peculiaridades fuertes, útiles, honradas, hermosas y se deleitará auténticamente con ellas.

Ud. tiene un trabajo publicado sobre antropología en el que sostiene la existencia de cinco principios...

Entiendo que se refiere al discurso sobre la antropología. La primera edición se la hizo en Huamanga, la segunda en Huancayo, en las facultades de ciencias sociales de las universidades respectivas. 

Sostengo cinco proposiciones que enuncian otros tantos principios de las ciencias histórico-sociales: los de Unidad, Compromiso, Identificación, Definición y Acción, que, al final, se resumen en una fórmula: Las ciencias sociales son ciencias altamente comprometidas y sus labradores sirven, explícita o implícitamente, las causas del inmovilismo, de la reforma o del cambio, debiendo anotarse que el inmovilismo es una forma de necrofilia con cada vez más escasos adictos y que el reformismo es una costurería remendataria de ineficacia probada. Yo, desde luego, me defino por el cambio. No puede ser de otra manera si vivo en el país en el que vivo; un país injustamente desdichado, pero en cuyo brillante futuro confío.

También tiene otras publicaciones...

Sí; cerca de cien trabajos publicados aquí y allá, con buena fortuna o sin ella. Estos trabajos aparecen en libros, folletos, revistas y alguna enciclopedia. Pero, tal vez, lo que más interesa es lo que hoy se hace que lo que ayer se hizo.

¿Qué nos puede decir sobre Ayacucho, nuestra tierra?

-Sigo viéndola como una víctima propiciatoria del cambio social en el Perú, en América y en los pueblos pobres del mundo.

Algunas palabras finales para la juventud?

... Solo puedo, o, más bien, debo, dirigirme a la juventud peruana que, desde el lugar donde se halle, entrega sus energías, y a veces su propia vida, a la lucha por el cambio, que trae la liberación nacional, el progreso social y la paz: que aquilate muy seriamente su enorme tarea, puesto que ésa es la única manera de pagar con buena moneda la gran deuda que contrajo al haber nacido ahora, y aquí. Vivimos en un país inverosímil, que merece ser redimido. Que puede ser redimido. Que debe ser redimido. Que, a pesar de todo, será redimido.



EFRAÍN MOROTE BEST: CIENCIA Y COMPROMISO

Por: Enrique González Carré
Universidad de Huamanga

En el proceso histórico de los pueblos surgen personalidades particularmente sobresalientes que, a través de su vida, sus obras y realizaciones, identifican el pensamiento, los anhelos y el carácter de cada época. Son personas que llegaron a comprender con gran amplitud el momento histórico que les tocó vivir y a quienes el pueblo, la comunidad y las instituciones les confían la tarea y el compromiso de ser sus representantes y sus conductores. 

Efraín Morote Best fue una de aquellas personas. Se dedicó con esfuerzo, talento y sabiduría a la investigación científica del mundo andino y su cultura; a la organización y promoción de instituciones científicas y académicas; y a la docencia universitaria. Hombre apasionado, puso gran energía a cada uno de sus actos y profunda honradez en su vida intelectual y personal.

Efraín Morote Best nació en la ciudad de Huamanga, en el departamento de Ayacucho, hacia los años treinta del presente siglo. Realizó sus estudios escolares en escuelas y colegios nacionales de la misma ciudad de Huamanga, donde vivió ininterrumpidamente, hasta que se hizo joven, nutriéndose de la vida de los campesinos: "Por motivos familiares, viví en estrecho contacto con esos campesinos pauperizados; en tal medida estrecho, que mi primera lengua resulta ser el quechua y no el español en el que habitualmente se comunican mis padres y hermanos". (Morote Best, 1990: 12). 

Viaja a la ciudad del Cusco para estudiar en la Universidad San Antonio Abad las especialidades de Literatura e Historia; asimismo realiza estudios pro-fesionales en la especialidad de Derecho. Entre las años de 1945 y 1955, obtiene los grados académicos de Bachiller en Humanidades y doctor en Historia, en la Universidad del Cusco; Bachiller en Derecho en la Universidad Nacional de Arequipa y el título de abogado en la Universidad Nacional de Trujillo.

Durante sus estudios universitarios amplió sus conocimientos científicos y humanísticos afirmando su vocación andina y peruanista. Asimismo, teóricamente se orientó en el pensamiento de carácter antropológico, teniendo como objetivo la comprensión y explicación de lo indígena y la cultura tradicional. Tuvo gran influencia en su formación el historiador y folklorista ayacuchano doctor Víctor Navarro del Águila, que se desempeñaba como docente en la Uni-versidad del Cusco y también sus relaciones de amistad con obreros y campesinos, con humildes gentes de los barrios y los pequeña pueblos de la ciudad cuzqueña, como el mismo Dr. Morote lo relata: "Poco a poco, las lecciones recibidas de mi maestro el Dr. Víctor Navarro del Águila, los incesantes diálogos con él y con mis compañeros, del Grupo Guamán Poma, primero, y del Grupo Tradición, después, las ansiosas lecturas de fuentes escritas sobre la historia de América, de obras de Filosofía, de Antropología, de Sociología, de Economía y de abundante gama de obras literarias de diversos países y épocas, fue ampliando mi visión del mundo y permitiendo que valore, cada día con mayor exacti-tud, el increíble fondo de sabiduría encerrado en el pueblo humilde, sencillo; en los frutos del sentimiento, del pensamiento y las obras de las manos de ese pueblo... Hubo, pues, razones que me encaminaron hacia el cultivo del Folklore. O, por lo menos, creo que las hubo". (1990: 12). 

Entre 1940 y 1960 la ciudad del Cusco fue escenario y centro de una in-tensa actividad intelectual en los campos de la ciencia, el arte y las humanida-des. Quienes estudiaban y trabajaban en la Universidad de San Antonio Abad, eran los principales animadores de estas tareas relacionadas con el análisis, el estudio, la creación y la explicación de nuestra realidad andina y peruana. Son los años en que surgen grupos culturales e instituciones científicas como Waman Poma, Tradición, la Sociedad Peruana de Folklore, el Instituto Americano de Arte - Cusco, Allqamari, Sol y Piedra, entre otros. Se investigaron y estudiaron gran variedad de temas; se organizaron muchos eventos científicos; se establecieron conversatorios y se editaron y publicaron revistas, boletines, periódi-cos y libros de calidad, que aportaban al enriquecimiento de la cultura del Perú, a su conocimiento y a la vertebración de una teoría científica que explique nuestra realidad social.

Efraín Morote Best vivió todos esos años en el Cusco, participando acti-vamente en todas las tareas científicas y eventos de su especialidad. Presidió y dirigió las principales instituciones dedicadas al cultivo del Folklore y la cultura tradicional y con su orientación se publicaron revistas y boletines de excepcional calidad por el alto nivel material que contenían. En estas tareas; en sus trabajos de investigación, que fueron permanentes; en sus viajes como profesor invitado y conferencista en diversas universidades del Perú, América, Europa y Asia, Morote Best consolida su formación científica; reafirma su vocación y pasión por la cultura tradicional y el Folklore. Encamina su tarea docente a propugnar una ciencia comprometida con el conocimiento del pasado y del presente, sólo para contribuir en la construcción del futuro y se preocupa y reflexiona sobre la función social del conocimiento; sobre la proyección social de las instituciones científicas y culturales; sobre la necesaria armonía y concordancia que debe tener el científico entre su vida y su obra.

Quienes vivieron de cerca estas actividades y esos años intensos en la ciudad del Cusco, y quienes hemos conocido todo ello par la lectura de las publicaciones de la época y el diálogo con varios de sus protagonistas, o con el mismo profesor Morote Best (a quien tuvimos la suerte de contar como maestro y ami-go en nuestros años de estudiantes universitarios) valoramos singularmente lo hecho en el Cusco en las campos de la ciencia y del arte. Morote Best es identi-ficado como líder del grupo cultural Tradición, que nucleaba a un distinguido conjunto de intelectuales como Josafat Roel Pineda; Oscar Núñez del Prado, Emilio Mendizábal, Jorge Lira, Horacio Villanueva, Rubén Sueldo Guevara, Federico Larrea, Mariano Fuentes Lira y Hernán Velarde, entre otros, quienes alientan numerosas actividades de creación e investigación, y promueven el establecimiento de filiales del grupo Tradición en varias ciudades peruanas y la presencia de representantes a muchos países extranjeros, con la colaboración de estudiosos de diferentes nacionalidades en dichos países, estableciendo toda una red de vinculación, diálogo y colaboración científica que enriquece la tarea iniciada en el Cusco y que constituye todo un aporte a la cultura nacional. "En una reseña del aporte científico de San Antonio Abad no puede olvidarse nunca al más vigoroso movimiento intelectual que se tradujo en la revista Tradición, dirigida y animada por Efraín Morote Best; órgano de gran circulación internacional y seguramente la más valiosa publicación de esta etapa y cuya vida duró 6 años, entre 1950 y 1956 y que agrupara a los intelectuales más valiosos de su generación" (Tamayo Herrera, 1978: 2G8). 

El 6 de enero de 1948 murió el Dr. Víctor Navarro del Águila quedando vacante la cátedra de Folklore en la Universidad del Cusco. Luego de unos meses ocupó dicho cargo Efraín Morote Best. Hacia 1949, Morote Best ya había acumulado una valiosa experiencia en la tarea cultural y científica, que Io calificaba positivamente para el desempeño de la tarea docente. 

Cuando Efraín Morote Best asume la cátedra de Folklore, y un año después publica su libro "Elementos de Folklore", consideramos que se da inicio a una nueva etapa y una reorientación en el análisis de la cultura popular y el folklore. El diletantismo combinado con una especie de bohemia científica que se practicaba para el estudio del Folklore, empieza ser desplazado por la actividad de estudiosos e investigadores con preparación antropológica y criterio metodológico que dan como resultado recopilaciones de material cultural con rigor etnográfico y muchos trabajos e investigaciones, especialmente las publicados por Morote Best y otros, trascienden el nivel de la compilación para desarrollar niveles de comparación, interpretación y teorización que constituyen aportes científicos vigentes e insuperados aún hoy en día, y que permiten formarnos una real idea de la profundidad científica y humanística de Efraín Morote Best. Desde su cátedra universitaria, desarrolla e impulsa la ciencia del Folklore y reorienta los estudios en el campo de la antropología y las ciencias sociales en el Perú, iniciando un camino de estudio y análisis que hoy es continuado por nuevas generaciones. 

Sería sumamente difícil valorar la bibliografía que ha dejado publicada Morote Best; Enrique Urbano, en su excelente introducción al libro Aldeas sumergidas, realiza una valoración de la vida y la obra de Morote Best, que constituye una justiciera reivindicación del intelectual, del científico, del humanista, del maestro y del lugar que ocupa por méritos propios en las ciencias sociales del Perú. A ello sólo debemos sumar el reclamo y la urgencia de continuar reeditando el conjunto de sus publicaciones y se prepare la publicación de la gran cantidad de material inédito que produjo y organizó, y que muchos, que fuimos sus alumnos, tuvimos oportunidad de conocer y comentar. La publicación de sus obras completas llenará un vacío en la antropología andina, será fuente de consulta permanente y marcará un derrotero en el camino para comprender científicamente al Perú (Urbano,1988). 

El año de 1959 es de gran significación en la trayectoria de Efraín Morote Best. Se reabre la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga en la ciudad de Ayacucho, su tierra natal. Se solícita su colaboración como miembro de la Comisión de Gobierno y Organización. Acepta realizar este trabajo pensando estar uno o, máximo, dos años. No fue así. Desde el momento que se incorpora a la Universidad de Huamanga, su vida y su existencia quedan ligadas a esta institución para siempre, así creemos que lo pensó, y sintió, hasta los últimos momentos de su vida.

En la Universidad de Huamanga permaneció por más de doce años. Fue catedrático y nunca dejó de dictar clases aun cuando ocupó diversos cargos en la institución como director de Letras, decano, vicerrector, rector y profesor emérito de la institución. En la tarea de organizar la Universidad de Huamanga, compartió preocupaciones con el doctor Fernando Romero, Luis Valcárcel, José María Arguedas y otros que conformaron las comisiones de implementación; asimismo contó con el aliento de Raúl Porras Barrenechea y Jorge Basadre, también comprometidos en la tarea de reabrir la tricentenaria universidad ayacuchana. 

Casi 25 años después, pensamos que Efraín Morote Best puso vida y pasión, energía, voluntad y talento en la tarea de construir y desarrollar la Universidad de Huamanga, alcanzando las metas que se había propuesto y convirtiendo dicha institución en un ejemplo no repetido en el Perú en lo referente a educación superior universitaria. En esta tarea no estuvo solo, fue acompañado por un brillante conjunto de profesionales e intelectuales que destacaran en sus especialidades a nivel nacional y en el extranjero. En la Universidad de Huamanga, durante el rectorado de Morote Best, concurrieron especialistas nacionales y extranjeros de la más alta calificación, que fueron motivados e incorporados a compartir y plasmar un ideal universitario gracias a la orientación, personalidad, entusiasmo, dedicación y ejemplo vivo que fue, como maestro universitario, Efraín Morote Best. 

La Universidad de Huamanga, administrativa y académicamente se organizó y funcionó en relación a la filosofía, la doctrina y el espíritu institucional que le supo dar y cultivó entre sus miembros Morote Best. Aún hoy, en 1991, muchos actos, conductas y gran parte de la vida universitaria de la institución, todavía responden y están teñidos por ese mensaje de sabiduría, equilibrio y honradez que el rector Efraín Morote Best inculcó en los alumnos y graduados, profesores y empleados, quedando sus ideas escritas en documentos y aún impregnadas en los pasillos y en los muros de cal y canto de la vieja universidad cristobalina.

Se puede escribir extensamente acerca de la vida y la obra de Efraín Morote Best. No lo haremos ahora. Pero sí rescatamos la importancia de su labor científica, de su producción intelectual, de su condición de maestro, para quienes se comprometan en estudiar el Perú. 

Paralelamente, para quienes fueron sus alumnos y sus amigos, todo lo anterior estuvo expresado a partir de su personalidad y su carácter singular, teñidos de un estilo inconfundible. Hombre apasionado y vibrante en cada uno de sus actos, hizo de la honradez una práctica cotidiana. Buscador incesante de la verdad. Generoso y fraterno con quienes trataba y conocía. De frases lapidarias y sentenciosas para calificar conductas incorrectas. Entusiasta de fino humor. Músico, poeta, y escritor. Hombre de espíritu indoblegable, pero tierno y sentimental. Conductor y trabajador incansable.

Señor profesor Efraín Morote Best, nuestro recuerdo y homenaje permanente. 

Ayacucho, marzo de 1991.

Referencias bibliográficas
MOROTE BEST, Efraín
1950 Elementos de Folklore, Edit. H. G. Rozas, Cusco. 
1988 Aldeas sumergidas, Centro Bartolomé de las Casas, Cusco. 
1990 Pueblo y Universidad, Editora Integral, Lima.

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