viernes, 14 de febrero de 2014

ANTONIO RENGIFO: LA INSTITUCIÓN MILITAR, DEFORMA LA PERSONALIDAD


(El caso del general del ejército argentino Rafael Videla)

El general Rafael Videla murió en Buenos Aires en la cárcel común Marco Paz el 27 de mayo del 2013, a los 87 años.  Cumplía una sentencia de 50 años por crímenes de lesa humanidad.  Hasta el último momento creyó haber obrado bien; indudablemente, el general tiene su justificación

Como militar fue un profesional de la guerra y, como tal, estaba adiestrado para matar dentro del marco de una guerra.  Siendo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, cumplió el papel que el Estado asigna al ejército en una guerra contra la subversión


El 24 de marzo de 1976 asumió el Poder por un golpe de Estado.
Gobernó dictatorialmente Argentina hasta 1981

El Estado monopoliza, legalmente, la tenencia y uso de las armas.  En tal sentido, el ejército garantiza el orden establecido y es la columna vertebral del Estado.  Rebelarse contra el Estado es un delito y de los mayores.  Los subversivos actúan al margen de la ley; son delincuentes políticos, enemigos del Estado imperante, lo desafían por que quieren capturarlo a través de las armas para cambiar la sociedad.  Tanto los subversivos como las FF.AA. gubernamentales, justifican sus respectivas actitudes. 

En lo que no tiene justificación el general Rafael Videla es en la forma de cumplir su cometido.  Pues, tanto en la guerra, como en el ajedrez, las reglas tienen que respetarse.  Pero, se puso al margen de la ley.  El 24 de marzo de 1976 asumió el Poder por un golpe de Estado.  Gobernó dictatoríalmente Argentina hasta 1981.  Reprimió la subversión violando sistemáticamente los derechos humanos y empleando el terrorismo de Estado.


Camino hacia la cárcel
  
El general en jefe de las FF.AA. que ha tenido responsabilidad por los 30,000 desaparecidos durante la dictadura militar, en cuya cifra están representados numerosos bebes, lo creyó necesario hasta el fin de su vida.  Fue un fiel exponente del pragmatismo, es decir, de la filosofía ausente de valores propia del capitalismo.  No tuvo ningún atisbo de arrepentimiento.  Murió con la satisfacción de no haber revelado la información que poseía, especialmente en cuanto a las adopciones de los hijos de los desaparecidos.


El delincuente Rafael Videla en su celda de la cárcel común Marco Paz de Buenos Aires

¿Cómo puede explicarse tal horror?  Simplemente, porque el general Videla se crió separado de la población, vivió acuartelado o en la villa militar.  Proviene de una familia de militares; además, ha estudiado en su adolescencia en un colegio militar.  A los 19 años ya era subteniente.  No sería de extrañar que en su formación castrense haya sido adiestrado por alguna escuela o misión norteamericana para preservar el área de influencia o la política exterior de los Estados Unidos.  Esa trayectoria vital deformó su personalidad; le cambió de identidad, es decir, lo transformó en un criminal.

Antonio Rengifo Balarezo
rengifoantonio@gmail.com

Lima, abril del 2013

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