Pablo Iglesias se adentra en el bosque de la ideología
burguesa
Francisco Umpiérrez Sánchez
miércoles, 23 de julio de 2014
El trabajo que presento hoy al
lector es una respuesta crítica el debate mantenido en la Sexta Noche, el
pasado 19 de julio de 2014, entre Pablo Iglesias y Esperanza Aguirre. A mi
juicio sobró coqueteo y faltó profundidad y seriedad. Creo que Esperanza
Aguirre fue más verdadera que Pablo Iglesias. Cuando afirmo que Esperanza
Aguirre es verdadera afirmo que es transparentemente de derechas. Mientras que
en el caso de Pablo Iglesias su identidad ideológica no es del todo
transparente. Los temas sobre los que debatieron fueron los siguientes: la
violencia, los derechos humanos, China y Cuba. El líder de Podemos esquivó
algunos temas y en otros compartió la concepción dominante en los países
capitalistas de la UE y de EEUU.
La
violencia
Aunque el fondo oculto era ETA, Esperanza
Aguirre declaró que ella estaba contra toda clase de violencia y Pablo Iglesias
afirmó lo mismo. Esto se llama ideología en el sentido más antiguo del
término, esto es, ideas que ocultan la verdad. Pablo Iglesias y Esperanza
Aguirre viven en España y son políticos españoles. Y en España hay ejército,
policía, jueces y cárceles. Luego en España hay violencia, aunque sea una
violencia organizada. Lo mismo ocurre si nos trasladamos a la UE donde Pablo
Iglesias es eurodiputado. No nos podemos engañar. La Unión Europea es una
región económica violenta, no digamos nada de EEUU, que no cesa de ejercer la
violencia en el exterior. Y no digamos nada en el mundo, donde las guerras no
cesan. Vivimos en un mundo violento y en unas sociedades con una alta y
compleja organización de la violencia. Que a nivel individual Pablo Iglesias y
Esperanza Aguirre no sean violentos carece de significación política. De lo que
se trata es si pertenecen a un país y a una región económica violenta. Y sí
pertenecen. Y en calidad de políticos con cargos públicos son en parte
representante de un sector de los ciudadanos y en parte representantes del
Estado. Resulta de una hipocresía y mentira absolutas, de una ideología
extremadamente encubridora, que políticos tan mediáticos como Pablo Iglesias y
Esperanza Aguirre hablen de que son personas que condenan la
violencia cuando viven en un mundo donde no cesan las guerras, esto es, el
grado más extremo del ejercicio de la violencia. Y de esa violencia somos
responsables todos. Vivimos en un mundo globalizado, absolutamente
interdependiente, y nadie debería hablar como si estuviera fuera del mundo y no
fuera responsable de lo que en él pasa.
Los
derechos humanos
Los derechos humanos son la
expresión idealizada del hombre de la sociedad burguesa. Pablo Iglesias se
presenta como un serio defensor de los derechos humanos y afirmó que condena
toda acción que atente contra los derechos humanos. Esperanza Aguirre lo
secundo y lo reafirmó. Esto es también ideología encubridora de la verdad. Una
cosa que hay que advertir es que los derechos humanos han sido durante los
últimos 50 años un arma diplomática en manos de los países
occidentales para desprestigiar y atacar a las naciones que seguían un camino
distinto al capitalista. Resulta irónico que sean EEUU y la UE las regiones
económicas que se presenten como las grandes defensoras y garantes de los
derechos humanos. El marxismo ha hecho muchas aportaciones al pensamiento
científico en el ámbito de las ciencias sociales e históricas, pero
uno de las más destacadas es que el mundo no viene dado, sino que es el
resultado de un largo proceso de desarrollo histórico. La UE fue la creadora
del sistema colonial y de las dos guerras mundiales. Luego la UE lleva en su
seno una larga historia de profunda violación de los derechos humanos. Y si
hablamos de EEUU el resultado no puede ser peor: no hay conflagración del siglo
XX y del siglo XXI donde no haya participado de forma activa. Luego es esencial
a la historia pasada y reciente de la UE y de EEUU la violación de los derechos
humanos. Hay otra cuestión a destacar: El derecho humano primero y fundamental
es el derecho a la vida; y el hambre que no cesa de recorrer el
mundo acaba con la vida de millones de personas al año. Y de esas muertes en el
mundo globalizado son responsables todas las potencias del orbe. Luego es pura
hipocresía hablar de la defensa de los derechos humanos. Es una gran
mentira. No digo con eso que no se deban defender los derechos humanos, pero se
debería hablar, sobre todo desde los países occidentales, con mucha
autocrítica. Y no debería usarse, y así se hace en una mayoría de casos, como
medio para ingerirse en los asuntos internos de otros países. Si en verdad la
UE y EEUU quieren hacer realidad los derechos humanos, en especial el derecho a
la vida, que acaben con el hambre en el mundo
China,
los derechos humanos y los intereses empresariales españoles
Pablo Iglesias en un intento
por desacreditar a Esperanza Aguirre le comentó que uno de los
primeros países que visitó después de ser nombrada Presidenta de la Comunidad
de Madrid fue China, uno de los países más denunciados por Human Rights por la
violación de los derechos humanos. Esto es un comportamiento clásico de la
mentalidad imperialista: Pablo Iglesias, como muchos occidentales, se creen en
el derecho de determinar el destino histórico de otros países. Se creen en el
derecho de indicarles cuándo y qué valores deben presidir sus acciones. No
recuerdan su pasado. Si la UE pagara por su pasado colonial y por haber creado
dos guerras mundiales, entonces tal vez tendría derecho a decirle a China qué
camino seguir. Pero ese pago no se ha realizado. No se debe perder de vista la
perspectiva histórica y menos colocarse a una altura histórica que no se tiene.
Solo un dato: durante los últimos treinta años China ha sacado de la pobreza
nada menos que a 300 millones de personas. Creo que Pablo Iglesias y
Esperanza Aguirre no están a la altura de la historia, hablan como
colonialistas, y desconocen por completo lo que son los grandes esfuerzos de
los pueblos y sus grandes conquistas.
Cuando Esperanza Aguirre le
señaló a Pablo Iglesias que había ido a China con empresarios con intereses
inversores, éste le hizo un gesto con los dedos que indicaba: fueron por
intereses económicos. Creo que Pablo Iglesias pecó aquí de inmadurez. Nadie
puede ir de visita a otros pueblos y hablarles desde lo alto de un
pedestal. Nadie que esté en el gobierno puede desaprovechar el crecimiento
económico de China y lo que representa su gigantesco mercado. Hay que luchar
para que las empresas españolas ocupen posiciones importantes en el mercado
chino. El fortalecimiento de las exportaciones contribuye al crecimiento
económico y, por consiguiente, a la creación de empleo. Es necesario ahora que
esas empresas son capitalistas, y sería igualmente necesario si esas empresas
fueran de propiedad pública. Creo que China le queda demasiado grande a Pablo
Iglesias. Debería ser más precavido y más humilde. Se está inflando de vanidad.
Cuba,
los derechos humanos y la economía socialista
Muchos líderes de la izquierda
radical, entre ellos Pablo Iglesias, evitan hablar con franqueza de Cuba. Falta
un discurso claro. En primer lugar se trata de que cada pueblo decida su
destino histórico. Pero si lo pides para Cuba, debes aceptarlo para Guinea y
para cualquier otra nación. El principio de soberanía debe ser respetado en
todas las ocasiones. España, un país perteneciente a la UE, vivió bajo la
dictadura hasta 1975. En segundo lugar, hay que indicar que el pueblo cubano
podría vivir económicamente mejor si EEUU y la UE no lo tuvieron cercado
comercialmente. No lo dejan ser un país libre. En tercer lugar, hay que
afirmar, al menos así lo pienso yo, que Cuba practica un socialismo pobre. En
un socialismo pobre la gente disfruta muy poco de la riqueza. En este sentido
los pueblos de la UE están más cerca del socialismo que Cuba. Y en cuarto
lugar, hay que reconocer que el Estado de derecho en Cuba le falta fortalecerse
puesto que el Partido Comunista y el Estado no están separados. Y de esa manera
los ciudadanos no pueden defenderse frente a los abusos que cometen los miembros
del Partido Comunista. Yo creo que Cuba haría bien en permitir ciertas
libertades mercantiles y capitalistas y, por consiguiente, la formación de un
partido de la burguesía. No digo que Pablo Iglesias secunde estas ideas, pero
si debe al menos dejar clara su posición.
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