sábado, 11 de octubre de 2014

ACERCA DE FRACASOS EN LA ADMINISTRACIÓN Y GERENCIA


11 (06) de octubre de 2014

Estimado Manuel A.:

El artículo de Raúl Wiener que yo  divulgué el 30 de setiembre (Mi voto por Susana), ha motivado dos comentarios  entre los miembros de la lista de correos PIC69,  el tuyo y el de Mary A.

Aunque las normas de urbanidad, que me enseñaron mis abuelos y me las reiteraron mis padres, dicen que “primero se atiende o se responde a las damas”, en este caso  haré una excepción a esa acertada norma.

Tu comentario  lo escribiste más temprano  (a las 3:43 pm) y luego lo hizo  Mary A. (a las 9:46 pm). Para ser equitativo, y en aras de la “igualdad de los derechos (y también  de los deberes) de las mujeres”  supongo que nuestra querida Mary  sabrá esperar, y no se ofenderá si primero te contesto a ti. (Agregaré que cinco días después Luís M. con fecha 5 de octubre, también ha escrito y enviado un mensaje polémico sobre otro momento del debate electoral. Le responderé un poco después),

Como te escribí  en un anterior mensaje, yo tengo un aprecio especial  por  las personas que tienen ideas claras y definidas,  sean o no ideas concordantes  con las mías.  En este caso, es evidente que tú y yo nos encontramos  en discrepancia, lo cual por lo general  resulta  muy bueno y saludable.

Tu comentario trae varios temas polémicos, que es posible me demande  tratarlos en varias partes.

1.- Acerca de “fracasos” en todas partes.-
Comencemos por el final. Tu has anotado: “Ser un buen administrador o gerente no es un tema de izquierda o derecha. La eficiencia y efectividad son medidas para todos.    Cuando a los negativos permanentes, que nunca hicieron otra cosa que criticar, les dan alguna función de dirección, son un fracaso. Así sucede en el Perú y en todas partes”.

Comentando la “eficiencia y efectividad” en las funciones de “administración o gerencia”  tú anotas la expresión “fracaso”,  y das a entender que esa es una constante en la práctica de los dirigentes de “izquierda” (incluida la administración municipal de Susana Villarán).

Al leer esa afirmación tuya, relativa al “fracaso en todas partes”,  de inmediato se me  vinieron  a la mente las siguientes preguntas. En el desarrollo de la historia ¿Quiénes han acumulado más “fracasos”? ¿Los  numerosos gobiernos de posición capitalista, o los pocos gobiernos de posición  socialista? ¿Los políticos de “derecha”, o los políticos de “izquierda”? Sin hacer esa reflexión, ni modo, no tengo como contestarme a mí mismo, ni tampoco como contestarte a ti.

Si de “fracasos” en la función de “administración  o gerencia” se  trata, me parece que el Más Grande Fracaso de todo el Siglo XX fue la Gran Crisis Económica Capitalista de 1929.

Esa gran crisis  fue de total y absoluta responsabilidad de los dirigentes de los países capitalistas en los cuales imperaba la  economía de  mercado, comenzando por la Inglaterra que en esos tiempos ya estaba en declive, y por los  EEUU de Norteamérica que todavía estaba en ascenso  (Esa gran crisis también afectó directamente al desarrollo   del Perú, interrumpiendo bruscamente el largo periodo de crecimiento capitalista que había comenzado en el lejano año de 1895).

Y si revisamos los pocos años del comienzo del presente Siglo XXI, el más grande fracaso en la dirección de la economía globalizada sigue siendo la Gran Crisis Económica Capitalista del año 2007, crisis que justamente comenzó en los EEUU de Norteamérica, cuando este país ya mostraba los signos de  su inevitable declive a nivel mundial.  

No obstante, que ya han transcurrido más de siete años, los países capitalistas más desarrollados en los cuales impera hegemónicamente la economía de mercado (en su nueva versión de “neoliberalismo” impuesta a partir de comienzos de los años ’80) todavía no pueden salir de esta larga y profunda crisis.

No voy a abundar en señalar y repetir todas las graves consecuencias sociales que ambas crisis trajeron a la humanidad, algo que todos ya lo conocemos, aunque no siempre lo recordamos.  A nuestra memoria vienen  la quiebra de miles de empresas pequeñas y medianas,  incluso de muchas  empresas grandes, y el despido masivo de varias decenas de millones de trabajadores en todos los países capitalistas más desarrollados de ese y de este tiempo, situación de deterioro social agravada por  la disminución  a la mínima expresión  de los servicios de atención de la salud, la educación, y la seguridad social.

Me parece que crisis económicas más largas y más profundas, que la crisis del año 1929, y la crisis actual iniciada el año 2007, no han ocurrido  en toda la historia del capitalismo (la época moderna comenzó en 1492), ni en ninguna otra época anterior de la humanidad.

Los más grandes fracasos en la “administración y gerencia” gubernamental, que justamente a ti te preocupan, y acertadamente tú las criticas, han ocurrido en los países capitalistas gobernados y dirigidos por administradores de “derecha”, aplicadores de las leyes del “mercado” y defensores incondicionales del régimen capitalista.  Las Dos Grandes Crisis del régimen capitalista, son dos pruebas irrefutables de esta conclusión.  

Pero da la casualidad, que justamente en la década de 1930, mientras  la parte capitalista del mundo se hundía en la gran crisis que desembocó en la Segunda Guerra Mundial,  la URSS de esos años creció vertiginosamente a pasos agigantados. En unas conocidas declaraciones de uno de los dirigentes de la URSS, en el año 1929 afirmó “los países capitalistas nos llevan una ventaja de 100 años de adelanto en lo económico,  si en 10 años no los alcanzamos, NOS APLASTARÁN”.  (Dispongo de información comparativa de la evolución económica mundial de esos años, información que en estos momentos podría resultar  algo pesado y aburrido trascribirla y leerla, pero siempre estará disponible para entregarla a cualquier interesado que la solicite.)

Esas fueron palabras proféticas. Al comenzar  la década de 1930 la URSS continuaba siendo uno de los países técnica y económicamente más atrasados de Europa, y recién comenzaban   a ensayar la aplicación de sus primeros “planes quinquenales” (planificación en la dirección del crecimiento económico) con lo cual ellos dieron  un salto extraordinario en su desarrollo.  Al comenzar la década de 1940, en escasamente diez años,  la URSS ya había alcanzado y superado el nivel de crecimiento económico de Italia, Francia e Inglaterra,  se había colocado al mismo nivel que Alemania, y había acortado la gran distancia que lo separaba de los EEUU de Norteamérica.

Ese gran salto adelante fue consecuencia de la aplicación de formas de administración planificada, que fueron implementadas por técnicos que no eran de “derecha”, sino gerentes de orientación socialista (para los que están saturados de  prejuicios y todavía dudan, hay que decirles que  también han existido y hay  grandes gerentes definidamente socialistas, no todos los gerentes son burgueses).

Con ese nuevo potencial económico, la URSS logró contener y rechazar el brutal ataque y la invasión de la Alemania nazi, y a  continuación la derrotaron militar y políticamente.

De la URSS podemos hablar  y criticar mucho, “todo lo que se nos venga a la mente”, como hacen los ideólogos antisocialistas más recalcitrantes del tipo  Aldo Mariátegui (por si acaso, mi propia relación de críticas a la experiencia de la URSS ocupa varias páginas, y gustosamente las compartiré con todos los seriamente interesados). Pero creo que nunca podremos  olvidar, y nunca  dejaremos de estar agradecidos con el pueblo soviético, por haber sido ellos  los principales actores en la lucha por contener y derrotar la expansión del nazi fascismo en Europa y en el mundo entero (en la Segunda Guerra Mundial murieron más de 20 millones de pobladores soviéticos).

Suponiendo que  el pueblo soviético “no hubiera cumplido ninguna otra misión importante en la historia”, el solo hecho de derrotar al nazi fascismo alemán justificaría la existencia histórica de la URSS.

Si la Alemania gobernada políticamente por  Hitler, para defender y expandir los intereses económicos de la gran burguesía alemana,  hubiera derrotado a la URSS de esos años, los nazis hubieran tenido garantizado su triunfo arrollador en todo el mundo, y es muy posible que en estos momentos todos los pueblos del mundo, incluidos nosotros los peruanos, todavía seguiríamos dominados y aplastados por las   botas nazis (En abril del próximo año, se conmemorará el aniversario 60° del ingreso del ejército soviético a Berlín y la consecuente  derrota del nazi fascismo alemán).

Algo similar a lo ocurrido en la década de 1930, está  ocurriendo en la actualidad. Desde comienzos de la década pasada, los países donde se aplican ortodoxamente las leyes del  mercado, como EEUU de Norteamérica, la Unión Europea y Japón,  se encuentran actualmente en el sétimo año de una crisis económica que ya está resultando más larga y más profunda que la crisis de 1929. Esos países capitalistas desarrollados, actualmente agrupados en el exclusivo y excluyente G-7, desde el año 2007 en adelante solamente han logrado alcanzar   modestos índices de crecimiento anual, que fluctúan entre 0% y 1.5% como máximo, cuando no son negativos, y  hasta ahora no hay visos seguros de una próxima recuperación (tal vez la economía de los países capitalistas comience a recuperarse dentro de cinco o quizás diez años, pero dejando una grave secuela de consecuencias sociales, que incluye el sacrificio de toda una generación de pobladores condenados a vivir en la penuria en esos países “desarrollados”).

Yo me pregunto, para que  les sirve a los funcionarios, asesore y expertos,  que gobiernan esos países, el tener tantos “títulos de magister y doctorados en economía, administración y otras especialidades”, otorgados a altos precios por las más renombradas universidades inglesas y norteamericanas, si cada nueva medida económica que dan sus gobiernos, solo sirve para agravar la continuidad de la grave crisis de esos  países capitalistas más desarrollados.  Por más que me esfuerzo, no logro entenderlo.  

Mientras que por otro lado, la República Popular China, donde se aplica una economía planificada, que para ser más precisos llamaremos  economía mercantil planificada, o “economía mercantil socialista” como  la denominan los actuales dirigentes del PCCH,  está ocurriendo algo diferente.  Después de haber estado creciendo durante varios años a tasas próximas al 10%  anual, actualmente la economía china  continúa avanzado a tasas “más modestas”, tasas  superiores al 7% anual, que continúa siendo una cifra impresionante y envidiable. (Sobre este análisis comparativo de la evolución entre China y el mundo capitalista actual, también dispongo de información más amplia, que gustosamente divulgaré más adelante).

Tú, que has tenido la oportunidad  de visitar China al igual que otros amigos de nuestra lista de correos,  podrás objetar que “¡China ya no es socialista!”. Sobre ese punto de vista, que según  mi parecer es equivocado,   podríamos comentar más adelante en forma más amplia.

Sin necesidad de conocer China,  lo que si podemos  observar a simple vista, y no se puede negar, es que en China las “leyes de mercado” capitalistas no predominan anárquica e impositivamente como ocurre en los países capitalistas, sino que en ese inmenso y superpoblado país se continúa aplicando una economía predominantemente planificada, y China es un país en el cual la banca, el comercio mayorista, el comercio exterior, y las industrias y servicios estratégicos  están centralizadas por el estado, mientras que el resto de actividades económicas,   industriales y comerciales, se  comparten y complementan en porcentajes menores  con otras formas de propiedad (tanto chinas como  extranjeras).

Volviendo nuevamente a tu observación, y comparando la evolución económica en estos dos periodos históricos, la década de 1930 en el siglo XX, y el decenio 2005-2015 en el siglo XXI, podríamos arribar a conclusiones valederas acerca de quienes han demostrado ser mejores “administradores o gerentes” en la dirección de la economía a nivel mundial, ¿los de orientación capitalista defensores incondicionales de la subordinación a las leyes de mercado, o los de orientación socialista que promueven  el predominio de las leyes de la planificación en la dirección de la economía?.

            Espero que otros colegas y amigos también  opinen al respecto, para lo cual, sin hacer mayores sacrificios, simplemente tienen que apagar el televisor una hora antes de lo acostumbrado.

2.- Acerca de “fracasos” en el Perú.-
Todos sabemos que desde 1821 hasta el presente, durante toda la época republicana, en el Perú nunca ha existido un “gobierno socialista”, o por lo menos un “gobierno de izquierda”. 

En los primeros cien años, desde 1821 hasta 1919, la clase terrateniente feudal, formada por los hijos, nietos y bisnietos de los encomenderos españoles, fue la clase social que estuvo férreamente en el poder político, y desde 1845 un sector de esos terratenientes   intentó aplicar una política liberal, copiada de la democracia burguesa inglesa.

Mientras que, un centenar de años  después,  desde el año 1919 hasta el presente, esa clase obsoleta y parasitaria fue desplazada del poder, y desde el gobierno de Augusto Leguía  el poder ha estado y sigue estando controlado por la burguesía peruana, principalmente por la facción comercial, bancaria, agro exportadora  y minera, que es una facción  improductiva  y parásita, una clase rentista que vive de la explotación y apropiación  del trabajo ajeno. (La burguesía industrial, desde su aparición a fines del siglo XIX hasta el presente, nunca ha estado en el poder, siempre han sido los “primos pobres de la familia”).

Con esa composición social del poder en  el Perú, fácil es deducir que “la izquierda” y mucho menos “los socialistas” peruanos, nunca han estado en el poder, y por lo tanto, nunca han ejercido la “administración y gerencia” del país.

La responsabilidad de la precaria situación actual del país es total y absolutamente  de la clase dominante en el poder (terratenientes feudales en el pasado, y burgueses parasitarios y rentistas en el presente).

La más grande expresión de “fracaso” de la política burguesa en nuestro país ocurrió entre 1975 y 1990, periodo en la cual el país fue sumido en  una larga etapa de hundimiento y bancarrota. Ni la “izquierda”, ni los socialistas,  tuvieron ninguna responsabilidad directa en esos fracasos en la administración y gerencia gubernamental.

Los únicos casos en los cuales la “izquierda” ha ejercido responsabilidades de administración,  han sido a nivel de gobiernos locales, en el periodo 1983-1986 con Alfonso Barrantes en la alcaldía de Lima, y entre 2010-2014 con la actual administración de Villarán.

Pero los inevitables e inocultables errores y limitaciones que se presentaron durante esas dos gestiones municipales no tienen la más mínima comparación con el fracaso rotundo de la burguesía y sus  administradores y gerentes en el gobierno del país.

La persistencia del desempleo y del subempleo en el país ha sido y es  de absoluta responsabilidad de los  gobiernos centrales  y no de la administración municipal en Lima; igualmente ocurre con la subsistencia de los bajos niveles de ingresos, la pobreza, la ignorancia,  y otros males sociales imperantes en el país, males que no deberían existir en un país como el nuestro, que es uno de los países más extensos del mundo y  que tiene una reducida  población por alimentar (a nosotros nos sobra espacio), y que es uno de los países más ricos en recursos naturales, tanto minerales, flora y fauna.

Supongo que alguno de nuestros colegas y compañeros de nuestra lista de correos, podrá traer a colación la responsabilidad de los grupos subversivos que activaron en la década de 1980, y equívocamente pretendan achacarle a la “izquierda” y a los socialistas peruanos la responsabilidad de todas las graves consecuencias de los luctuosos sucesos ocurridos durante esos años de violencia irracional.
  
Pero ocurre que las acciones del MRTA y del Partido Comunista del Perú (equívoca y groseramente  denominado “Sendero Luminoso”), por un lado fueron una burda copia de mala calidad y mediocre repetición  de las acciones subversivas de la APRA y del Partido Comunista del Perú desplegadas en la década de 1930;  y por otro lado, fue un plan manipulado por el llamado “servicio de inteligencia” como parte de la política de Conflictos de Baja Intensidad, para provocar intencional y artificialmente  conflictos armados, que le sirvan a los grupos en el poder para contener y reprimir las luchas del propio pueblo.

O dicho de otra manera,  la acción del MRTA, como del PC del P  en los años 80, fue de total y absoluta responsabilidad de la derecha en representación de  la burguesía peruana (aunque este no es tema de nuestro intercambio sobre la cuestión electoral del 5 de octubre, en otra oportunidad lo podríamos desarrollar más ampliamente). 

            En una próxima comentaré tus opiniones sobre “despilfarro del presupuesto” y “negativos permanentes”, que son temas que también deberían preocuparnos.

Disculpa en primer lugar la demora en contestar, y en segundo lugar la exagerada extensión, pero me parece que los temas que tú mismo comentaste, requieren nuestra debida atención, para que en el futuro nuestra ciudad y nuestro país no sigan siendo gobernados por los que “hacen obras para robar”.

Saludos

Miguel Ángel Aragón
Pd.- Reenvío a continuación los comentarios de Manuel A, Mary A y Luis M.

COMENTARIO DE MANUEL A. (30 de setiembre)
Susana Villarán no es una inepta reciente. Cuando estuvo en el Ministerio dela Mujer,  llevó a su gente, quienes  se levantaron en peso el presupuesto. Soy testigo indirecto de esta situación,  porque mi esposa trabajó en ese tiempo en el Ministerio como especialista en lo que fue los Wawa Wasi. De aquel buen intento educacional, su gente de Villarán se encargó de despilfarrar un presupuesto de asistencia internacional, del que ya no queda nada.

Yo voté por Susana para que no la saquen en el intermedio de su gestión, pero este domingo no votaré por ella de ninguna manera. Ser un buen administrador o gerente no es un tema de izquierda o derecha. La eficiencia y efectividad son medidas para todos.  Cuando a los negativos permanentes que nunca hicieron otra cosa que criticar les dan alguna función de dirección, son un fracaso. Así sucede en el Perú y en todas partes.  

M.A.   

COMENTARIO DE MARY A. (30 de setiembre)

sep 30 a las 9:46 PM

Querido Miguel Ángel interesante el artículo que has enviado (artículo de Raúl Wiener),  con  el que estoy mayoritariamente de acuerdo. Una falla de la administración de Susana ha sido la falta de comunicación de todas las grandes obras que se están haciendo. Porque se ha pensado en la ciudad a largo plazo aunque no sean populares, y por consiguiente, no hay un resultado a corto plazo.

Por otro lado la administración de izquierda (la caviar como se llama)  es la que ha captado la mayor inversión privada en todas estas obras y  además es la única que se ha preocupado en darle a la ciudad un sentido cultural (aunque  esto no de votos). Esto no es de conocimiento general.

Mi voto también es por Susana , pero además por  otra razón que no está dicha en el artículo, pero que creo que es válida, y es que si bien aparentemente Susana no va a ganar, según las encuestas,  voto para que por lo menos  hayan  regidores que puedan fiscalizar la administración de Castañeda,  siendo esta fiscalización muy necesaria, dados los antecedentes que lo acompañan.
Con relación a" roba pero hace obra", la gente cree que se roba al gobierno, a la municipalidad, pero en realidad se nos roba a todos. Yo corregiría el "hace obras para robar" por "hace obras para robarnos". Creo que pensando así , sería menos aceptado de lo que es ahora. Ojala!!!!

Saludos
Mary

COMENTARIO DE LUIS M. (05 de octubre)
Estimado Miguel
En buena hora que hayas optado con alegría esta vez por un candidato,
y no adoptado la posición de franco tirador, por encima del bien y del
mal. Así, imagino que asumes lo actuado en la Caja Metropolitana, con
respecto a la sobrevaluación de activos para tomarlos en garantía y
beneficiar al ex jefe del gerente de Susana, la actitud estalinista de
los gerentes del municipio frente al pequeño capital privado, así como
la ineficacia de su confrontación con el gran capital, a costo de
todos los ciudadanos.
Yo he votado por Enrique Cornejo, quien ha demostrado antes como
Ministro y ahora con sus propuestas, que está mejor preparado para
avanzar en hacer de Lima la ciudad que requerimos. Vote por Susana en
la elección pasada, y porque no la revoquen, pero demostró falta de
capacidad de gestión (Raúl Wiener pretende justificarla en un artículo
argumentando que no encontró gerentes calificados), demoro en
continuar con los proyectos que le dejo Castañeda (Las nuevas Vías de
Lima, el proyecto Parque Rímac, y el túnel Santa Rosa), y no le
conozco nuevos proyectos,

Interesante tu apología a Alfonso Rey, ante el que señalas “joven
dirigente sobre el cual tenemos mucho más que hablar”,
http://gw.geneanet.org/fracarbo?lang=es&p=augusto&n=rey+hernandez+de+aguero

Y fuera de lugar tú critica a Aldo Mariátegui, con quien podremos
discrepar, pero el calificativo de mediocre no le calza para nada.

Cuando comprobemos que Susana no llego al 10%, cuál será la
interpretación de la Carta de Respaldo de los Intelectuales cuando
dicen: que no han perdido la esperanza de que la lucha contra la
corrupción en las elecciones del 5 de octubre se dará a través del
voto, sancionando (negándoles nuestro voto) a quienes defraudaron
nuestras expectativas y demostraron ser corruptos.
Un cordial saludo
Lucho



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