viernes, 31 de octubre de 2014

¿QUIÉN DERRIBÓ EL VUELO DE MALAYSIA AIRLINES EN UCRANIA?



Público.es
31-10-2014

Edward S. Herman es uno de los analistas que, como Noam Chomsky, más ha contribuido a desmontar el aparato mediático e ideológico que ha sostenido las bases para que se reprodujera la Guerra Fría en EEUU, la cual benefició, y continúa beneficiando, al complejo industrial-militar estadounidense, que tenía y continúa teniendo un gran poder e influencia sobre el Estado federal estadounidense. Fue nada menos que un General, el General Eisenhower, el que había alertado a la población de EEUU del excesivo poder de tal complejo en la vida política de aquel país. Tras salir elegido como Presidente de EEUU, el General Eisenhower en su discurso de despedida de la Casa Blanca subrayó que tal poder era incompatible con el mantenimiento de la democracia estadounidense. Noam Chomsky y Edward Herman han documentado extensamente la veracidad de tal supuesto. El último, Herman, siguiendo esta línea de exposición, acaba de escribir un artículo, “Plane Shootdowns in the Propaganda System”, que cuestiona la versión promovida por los que están reavivando ahora la Guerra Fría a raíz del derribo de un avión comercial en Ucrania. Una vez más, los mayores medios de información (que son principalmente medios de persuasión) han estado manipulando la información sobre este trágico suceso. Como en muchas ocasiones anteriores, tales como el derribo de un avión de Korean Airilines el 31 de agosto de 1983 por parte de un misil soviético, se demostró más tarde que la versión oficial promovida por el gobierno federal de EEUU y los mayores medios de información, incluyendo The New York Times, era errónea -y ello a pesar de que sabían que tal versión no era cierta- en su intento de implicar a la Unión Soviética en un acto de enorme crueldad, matando a los viajeros de un avión comercial. Tuvieron que pasar cinco años para que The New York Times admitiera que no había informado correctamente, sin haberse tomado la molestia de investigar varios casos de aviones comerciales derribados anteriormente, que mostraban la falta de credibilidad en las noticias propagadas en los conflictos y tensiones en los que participa el gobierno federal de EEUU. Herman analiza caso por caso: vuelo 007 de Korean Airlines, 31 de agosto de 1983; vuelo 103 de Pan Am, diciembre de 1988, en Escocia; vuelo 655 de Iran Air, destruido, por cierto, por un misil estadounidense, julio de 1988; vuelo 114 de Libyan Airlines, febrero de 1971; y ahora, Malaysia Airlines, vuelo 17, julio de 2014.

La versión oficial de lo ocurrido

La versión oficial de este último caso, proveída por el gobierno federal de EEUU y por la mayoría de los medios, es que los rebeldes, llamados pro rusos, supuestamente títeres del Presidente Putin, fueron los que, con toda maldad y crueldad, derribaron el avión con un misil ruso, proveído por Putin, al cual se le presenta como el nuevo Hitler. (Para ver la demonización de Putin por los medios, ver mi artículo “Los mitos sobre Ucrania”, Público, 18.09.14). A la luz de los hechos, Edward S. Herman cuestiona que ello fuera tan claro. Hasta ahora, señala él, no se ha presentado ninguna evidencia de que fueran los llamados pro rusos los que dispararan el misil. Y lo que sí se conoce es que de títeres tienen poco. Son fuerzas autónomas, con una gran capacidad de movilización, pues la mayoría de la población los apoya, y, como es fácil de ver, tampoco son apéndices de Putin, pues en las imágenes televisivas se ve que muchas de sus banderas tienen la hoz y el martillo, símbolos del comunismo, que el Sr. Putin y su gobierno no han hecho suyos desde hace tiempo. En realidad, el gobierno Putin tiene unas relaciones tensas y difíciles con el Partido Comunista Ruso, que es el mayor partido de la oposición hoy en Rusia. Ahora bien, estas fuerzas son populares, no solo en el Este de Ucrania, sino también en Rusia.
Pero el punto de discusión no es si Putin es un santo o un diablo, o si las tropas rebeldes que se oponen al gobierno de Kiev son o no títeres de Putin. Los datos muestran que Putin, siendo un oligarca con escasas sensibilidades democráticas, no es, sin embargo, el demonio irracional como se le presenta. Y los mismos datos muestran que los rebeldes tienen su propia autonomía y no van al mismo paso que Putin. Y, como bien señala Herman, hoy, el único gobierno que ha proveído toda la información al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ha sido, precisamente, el gobierno ruso. La evidencia es que dicho vuelo se desvió de su recorrido normal, y que iba seguido peligrosamente de cerca (a unos 3 ó 5 kilómetros) por un avión militar del ejército ucraniano. Es clave que se explique qué hacía ese avión allí, de dónde vino el misil, y quién lo disparó. Estas son preguntas que no se han contestado. El gobierno ruso ha pedido una investigación internacional que ni el gobierno de Kiev ni el de EEUU han aceptado. ¿Por qué no?

Los silenciados datos y el sesgo de los medios

En una entrevista de Edward Herman por parte de Dan Falcone, publicada en Truthout, 10.10.14, (“Mainstream News Coverage of Ukraine Malaysia Airlines Flight 17 Shows Western Propaganda Machine at Work”, Herman expande en la manipulación que existe en los reportajes de los mayores medios de información occidental en su cobertura de la situación en Ucrania. Señala la ocultación de la gran influencia que personalidades neonazis tienen en el gobierno ucraniano y en las tropas que combaten en las regiones pro rusas del mismo país. Muestra como, por el contrario, a los rebeldes se les llama separatistas y pro-Putin, sin aclarar que son predominantemente federalistas y no actúan como meros instrumentos del gobierno ruso. Tales medios también ignoran o tocan de pasada y de puntillas el rol del gobierno estadounidense en el golpe de febrero de 2014, y el papel de apoyo a tal golpe por parte del Fondo Monetario Internacional FMI y la Comisión Europea. También denuncia Herman el silencio del bombardeo discriminado del ejército ucraniano a las poblaciones civiles en las regiones controladas por los federalistas de cultura rusa. Es una entrevista –la que se le hace a Herman- que debería leerse en su totalidad. Se la aconsejo.

Vicenç Navarro. Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University


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