El Correo
11-03-2015
Traducido del francés para Rebelión por Susana
Merino
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Dijo alguna
vez Winston Churchill que sin guerra se sentía perdido. Lo que también extrañaba
enormemente era el imperio perdido. El sucesor de Churchill, el Imperio del
Caos, se encuentra hoy con el mismo dilema. Sucede que estas guerras por el
poder, como la de Ucrania, no suelen ser afortunadas. Sobre todo cuando la
caída del imperio se manifiesta, cada vez más, a través de algunas medidas
tomadas por ciertos jugadores que se orientan hacia un mundo multipolar.
Todo eso
activa evidentemente a todos los grupos de reflexión que conforman el reino de
la charlatanería en los EE.UU. y que oscilan entre previsiones que llevan el
sello de la CIA acerca de la próxima desintegración de Rusia y el ascenso de la
dictadura comunista en China. En síntesis se siguen meciendo en ilusiones
(imperialistas) en el poco tiempo que les queda como prolongación de su
hegemonía.
El acrónimo
que todas esas previsiones no osan revelar es el BRICS (Brasil, Rusia, India,
China y Sudáfrica). Para los Amos del Universo que realmente controlan el
sistema mundial (o el de los conductos de la energía) existentes, los BRICS son
peores que la peste. Es cierto que los BRICS se hallan enfrentados a muchos
problemas. Brasil por el momento se encuentra totalmente paralizado por un
proceso contraproductivo largo y complejo al que actualmente se agregan las
intimidaciones de los lacayos locales del Imperio del Caos por un cambio de
régimen. Será largo pero Brasil terminará por recuperarse.
En realidad
son los RIC (Rusia, India y China) los verdaderos motores del cambio. A pesar
de todas sus enredadas diferencias todos están de acuerdo que no deben
enfrentar directamente a la potencia dominante con vistas a establecer un nuevo
orden multipolar.
El Nuevo
Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS, una decisiva alternativa al Fondo
Monetario Internacional (FMI) que permitirá a los países en desarrollo
desvincularse del dólar estadounidense como moneda de reserva, comenzará a
operar antes de fin de año. El NBD financiará proyectos de infraestructuras y
desarrollo no solamente en los países del BRICS, sino también en otros países
en desarrollo. Se acaba el Banco Mundial bajo control de los occidentales cuyo
capital y capacidad de préstamos jamás fueron aumentados por las potencias de
Occidente. Los países del BRICS detentarán el 55% del poder de voto y ninguno
de los países tendrá más del 7% de los votos. El punto crucial es que los
países en desarrollo también podrían convertirse en socios y obtener préstamos.
¡Estos
condenados comunistas!
Un encuentro
cordial tripartito está también en preparación. El primer ministro indio
Narendra Modi visitará China en mayo próximo e igualmente China encarará un
avance sobre los diferendos territoriales. Delhi lleva las de ganar,
inversiones masivas de capital y exportaciones a China mientras Pekín quiere
aprovechar el inmenso mercado indio y sus conocimientos tecnológicos. Al mismo
tiempo China ha ofrecido ayuda económica a Rusia, si Moscú se lo pide,
agregándose así a su asociación estratégica en plena evolución.
El pivote
hacia Asia lanzado por el Pentágono está por lo tanto listo para ir a ninguna parte.
Es preciso decir que la intimidación ejercida contra los países del sureste
asiático, el sur de Asia y hasta el este asiático para transformarlos en
simples vasallos del Imperio del Caos, oponiéndose a China por sobre el
mercado, está desde el principio condenado al fracaso. A lo que debe agregarse
el cuento de hadas que pretendía remilitarizar al Japón para convertirlo en una
potencia capaz de contener a China.
La voluntad
de aislar a la dictadura comunista no se disipará. Solo hay que pensar, por ejemplo
en el TGV (Tren de alta velocidad, N. de T.) que unirá próximamente
Kunming, en la provincia de Yunnan, con Singapur, pasando por un sector
estratégico del sureste asiático al que Washington solo consideró siempre como
una serie de Estados clientes. En el Asia del siglo XXI que se despliega todo
es cuestión de interconexiones y China se mantiene como el inexorable sol que
irradia esta galaxia.
En momentos
en que China intenta poner a punto un aspecto extremadamente complejo de su
modelo de desarrollo económico, como expliqué anteriormente. El monopolio que
ejercía China en el área de productos de baja gama y que hasta ahora constituía
su base industrial está emigrando hacia los países en desarrollo y sobre todo
alrededor de la cuenca del océano Índico. Se trata de una buena nueva para el
gran Sur, que incluye a países africanos como Kenia y Tanzania, así como
algunas regiones del sureste de Asia y de América Latina.
Es probable
que a título puramente comercial el Imperio del Caos no sea desterrado de Asia.
Pero los días felices de su economía en ese continente, como padrino político
que le ofrecía su protección, están contados.
La versión
china de ir hacia Occidente se remonta a 1999. De los diez puertos de
contenedores del mundo, no menos de siete son chinos (los otros son Singapur,
Roterdam y Pusan, en Corea del Sur) La lectura del duodécimo plan quinquenal de
China, que concluye en 2015, permite comprobar que ha alcanzado, y hasta
superado, la mayor parte de los objetivos establecidos en él, ocupar una
posición dominante en los siete sectores tecnológicos más importantes.
El banco
chino dejará fluctuar cada vez más el yuan con respecto al dólar
estadounidense. De tanto en tanto se irá desprendiendo de cantidades de
dólares. La relación con el dólar estadounidense, que ya lleva veinte años, se
detendrá. La nación comercial más grande del planeta, que es al mismo tiempo la
segunda economía mundial, no puede permitirse seguir atada a una sola divisa.
Pekín sabe demasiado bien que su dependencia del dólar amplía cualquier choque
externo sobre la economía china.
Sykes-Picot
revivido
Un proceso
paralelo al del sureste asiático se producirá también en Medio Oriente, es
decir, el desmantelamiento del Estado-nación, o dicho de otro modo el
desbarajuste de los acuerdos Sykes-Picot que datan de hace cien años. ¡Qué
contraste con la vuelta al Estado-nación en Europa!
Algunos
murmuran que Obama personifica la versión remozada de Sykes y que Putin
representa la de Picot. No es así. En los hechos es el Imperio del Caos que
pone en juego el nuevo Sykes-Picot reconfigurando directa o indirectamente al
Gran Medio Oriente. El exjefe de la OTAN, el general Wesley Clark, ha revelado
recientemente lo que ya todos sabían, es decir, que ese falso califato llamado
EIIS/EIIL/Daesh está financiado por amigos de EE.UU. como Arabia Saudí, Catar,
Turquía e Israel. Ya que el ministro israelí de Defensa Moshe Yaalon ha
reconocido que el EIIS no amenaza los intereses de Israel. El Daesh deshilacha
en realidad los acuerdos Sykes-Picot por cuenta de EE.UU.
El Imperio
del Caos ha tratado activamente de desintegrar Irak, Siria y especialmente
Libia. He aquí que ahora el jefe de la casa saudí, el bastardo que la encabeza,
el rey Salman no es otro que el antiguo reclutador yihadista Abdul Rasul
Sayyaf, el salafista afgano que era el cerebro que estaba detrás de Osama Bin
Laden y de Khalid Cheikh Mohammed, el presunto director de los atentados del
11-S.
No es otra
cosa que un clásico ejemplo del Imperio del Caos en acción (las naciones indispensables
prefieren la dilapidación a la edificación del país). La salvaje dilapidación
de los países, aunque habrá otros, de Asia Central en el Yinhiang de China, sin
olvidar a Ucrania, alias “Nulandistan”.
Partes del
Af-Pak (Afganistán y Pakistán) podrían convertirse en sucursales del
EIIS/EIIL/Daesh en las mismas fronteras de India, China e Irán. Desde el punto
de vista del Imperio del Caos, el potencial baño de sangre en los Balcanes
euroasiáticos, para citar al eminente rusófobo Zbig, tablero, Brzezinski, es
una proverbial oferta imposible de rechazar.
Mientras
tanto Rusia y China continuarán privilegiando la integración euroasiática,
consolidando la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) y la coordinación
interna de los BRICS y poniendo al mismo tiempo sus servicios de inteligencia
al servicio de los califas y sus brutos.
La
administración de Obama hace bien en querer llegar a un acuerdo nuclear con
Irán. Rusia y China ya han estado en Irán. El ministro chino de Relaciones
Exteriores, Wang Yi, estuvo allí hace dos semanas destacando que Irán
constituye una de las prioridades de China en materia de política exterior por
su gran importancia estratégica. Antes o después Irán formará parte de la OCS.
China ya tiene el negocio del oro en Irán igual que Rusia que le vende armas y
le construye centrales nucleares.
¿Berlín-Moscú-Pekín?
Y también
está el tema de Alemania
Alemania
exporta hoy en día el 50% de su producto bruto interno (PBI) mientras que en
1990 era solo el 24%. Durante los últimos 10 años el crecimiento de Alemania se
ha basado en las exportaciones. He aquí, por lo tanto, una economía colosal que
necesita los mercados mundiales para seguir prosperando. La Unión europea (UE),
ya está exangüe, por definición, para responder a esas expectativas.
Los
destinatarios de las exportaciones alemanas están cambiando. Solo el 40% de las
exportaciones se destinan a la UE, con tendencia a reducirse. El verdadero
crecimiento se encuentra en Asia. En consecuencia en la práctica Alemania se
está alejando de la zona euro. Eso no significa, sin embargo, que la esté
abandonando, lo que se interpretaría como una vil traición hacia el tan
cacareado proyecto europeo.
Esta
situación comercial pone en evidencia la verdadera razón por la que Alemania se
muestra tan dura con Grecia: o capituláis totalmente o abandonáis la zona euro.
Lo que quiere Alemania es mantener su asociación con Francia y su dominio sobre
los países europeos del este en tanto que economías satélites, incluyendo a
Polonia. Es de esperar por lo tanto que Grecia, España, Portugal e Italia se
enfrenten a un muro de intransigencia. Una ilustración elocuente de que la
integración europea solo funciona mientras Alemania dicta todas las reglas.
El doble
fiasco comprobado en Grecia y Ucrania ha puesto palos en las ruedas que han
dejado al descubierto todas las fallas de la hegemonía de Berlín en Europa, es
lo menos que puede decirse. Berlín se ha desvelado a menudo a causa de la real
pesadilla de una guerra fomentada por los estadounidenses contra Rusia en las
regiones fronterizas del este de Europa. No es sorpresivo por lo tanto que
Angela Merkel haya emprendido un apresurado viaje a Moscú.
En el plano
diplomático Moscú ha salido ganando. Rusia también ha ganado a causa de que
Turquía, cansada de ver bloqueados sus esfuerzos para unirse a Europa por
(¿quién si no?) Alemania y Francia, ha decidido girar hacia Eurasia, burlándose
de la OTAN e incrementando sus relaciones con Rusia y China.
Todo esto se
ha producido en el marco de un giro mayor sobre el tablero del “ductistán” (la
trama de oleoductos de la región, N. de T.). Luego de haber negociado
hábilmente el reordenamiento del gasoducto South Stream para instalar un Turk
Stream, hasta la frontera griega, Putin y el primer ministro griego Tsipras han
acordado prolongar un gasoducto desde la frontera turca hasta el sur de Europa
pasando por Grecia. De modo que Gazprom no solo se hallará sólidamente
instalado en Turquía, sino también en Grecia y por lo tanto con una enorme
importancia estratégica para el “ductistán” europeo.
Tarde o
temprano Alemania deberá responder a un imperativo categórico: ¿cómo mantener
masivos superávit comerciales si deja desmoronarse a sus socios comerciales
europeos? La única respuesta posible es aumentando los intercambios comerciales
con Rusia, China y el sureste asiático. Tardará tiempo y el camino se hallará
sembrado de obstáculos salvo que se cree un eje económico comercial
Berlín-Moscú-Pekín (los “RC” de los BRICS y Alemania) sea inevitable.
Y no, este
tipo de cosas no se leerán en las delirantes previsiones del reino de la
charlatanería estadounidense.
Traducido
del inglés
al francés por Daniel y revisado por jj y Diane para Le
Saker fr
Pepe Escobar
es un periodista brasileño de Asia Times y Al-Jazeera. Es también
autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War
(Nimble Books, 2007); Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009) y Empire
of Chaos (Nimble Books, 2014).
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