17-04-2015
I
“Nosotros
como hegelianos armamos con la ideología y la ciencia del espíritu. Nuestra
obligación es llevar la conciencia al espíritu para que ejecute su misión
histórica. Nuestro éxito es la garantía de la subjetividad.”
Por supuesto
ésta no es una cita. El que sabe lo que significa el espíritu no defiende esta
opinión. Un marxista promedio sabe que las palabras como éstas son absurdas.
Bueno, si escribimos “marxista” por “hegeliano” y “proletariado” por “espíritu”
¿qué cambia? Si el proletariado se ve como el sujeto histórico, teóricamente no
cambia nada. Esta situación muestra que los argumentos teóricos de muchos
marxistas son débiles.
Marxistas
generalmente definen dos sujetos: el proletariado como sujeto histórico y la
organización o el partido como sujeto político. En general esta separación se
saca de la total aritmética de la obra de Marx y Lenin: de la de Marx y Engels
se saca el sujeto histórico y de la de Lenin la opinión de llevar conciencia
desde fuera. Por este concepto, aceptar el proletariado como sujeto histórico
es una de las cláusulas principales de ser marxista, pero “como enseñó Lenin”,
el proletariado necesita un admonitorio para tener esta cualidad. ¡El
proletariado es el sujeto histórico, pero si el partido marxista le lleva la
conciencia política!
Grupos
políticos marxistas que reconocen al sujeto histórico, por sus propósitos
políticos, obligatoriamente aceptan la doble ontología. No le dejan el espacio
ontológico completamente al sujeto histórico y también se abren un espacio para
ellos mismos (el sujeto político).
En cambio,
por requisito de la coherencia teórica se debe defender uno de dos tipos de
sujeto: el sujeto histórico o el sujeto político.
El sujeto
histórico es una categoría filosófica. El que argumenta que el marxismo
reconoce un sujeto histórico, reduce el marxismo a una filosofía, es decir, al
idealismo histórico. Una estructura que tiene idealismo histórico,
categóricamente no puede incluir ni la ciencia ni la política. Si existe un
sujeto en la historia no se puede mentar al materialismo histórico.
El sujeto
histórico es “Dios”. El mismo determina el flujo de la historia. No depende de
ninguna causalidad. No reconoce ninguna ley. Por el idealismo histórico, la
historia es biografía del sujeto histórico.
Hegel, quien
defendía que el dualismo entre la naturaleza y el espíritu (o dualismos del
objeto y el sujeto, la materia y la razón, la necesidad y la libertad,
etcétera) resolverá en favor del espíritu, mencionaba sobre eso. Según él, el
ser humano va a alcanzar por la filosofía el “Estado de la realidad” que
constituye por ella y con este instrumento pondrá uno de rodillas a la
naturaleza. “En la naturaleza, la obra de la razón está encadenada a la
necesidad, pero el reino del espíritu es el reino de la libertad.”1
El ser humano va a reglamentar el mundo con su pensamiento. Sólo hace falta
saber utilizar la razón.
En las eras
que el ser humano no utiliza su razón el espíritu se duerme. El espíritu se
despierta por la Ilustración, amplia el espacio de la libertad y al fin
proclama su victoria contra la naturaleza.
En este
punto una pregunta principal viene a colación a la fuerza: estos pensamientos
que son idealistas evidentemente, ¿cómo se los apropian en nombre del marxismo?
En la
historia del marxismo aparecieron dos canales teóricos principales. Uno de
éstos es la línea de Hegel-Marx joven-Lukács. Y el otro es la línea de Spinoza-Marx
(maduro)-Althusser. En el centro de la separación se queda la relación
entre el hegelianismo y el marxismo. En la opinión de Georg Lukács hay que
dejar los pensamientos filosóficos de Engels y Lenin para volver a Hegel.
Lukács defiende el argumento principal del idealismo que creció por la línea de
Platón-Aristóteles-Kant-Hegel. Ésta es la identidad del pensar y el ser.2
Él hubo escrito así: “(...) la unificación hegeliana –dialéctica– del pensar y
el ser, la concepción de su unidad como unidad y totalidad de un proceso,
forman también la esencia de la filosofía de la historia del materialismo
histórico.”3
El alegato
de que el proletariado es el sujeto histórico, primera vez en la historia del
marxismo tenía sentido categórico con esta corriente. Los conceptos humanistas
que eran tendencias flojas en el marxismo, con el “marxismo” lukacsiano
encontraban un canal para prevalecer.4
Esa teoría
tiene su fuente en las obras filosóficas que Marx escribió en su período
juvenil. Marx joven también veía el camino de la “salvación” en la realización
de la filosofía. Escribía así: “El cerebro de esta emancipación es la filosofía
y su corazón es el proletariado: el proletariado no puede ser eliminado sin la
realización de la filosofía.”5 Marx joven que también mencionaba
sobre la naturaleza humana, la realización del humanismo, poner fin a la
alienación, estaba en el cosmos de la filosofía (la ideología) alemana.
Lukács que
veía el proletariado como el sujeto-objeto idéntico y Marx joven, como
hegelianos, tenían coherencia teórica, pero sus conceptos eran cerrados categóricamente
a la política.
II
Louis
Althusser defendía el otro canal teórico del marxismo. Él, que reconocía la
separación entre el pensar y el ser, luchaba para formar un materialismo
epistemológico. Según su lectura del marxismo, en el libro La ideología
alemana (1845) se realizó la ruptura epistemológica de las ideologías
teóricas –y por lo tanto del hegelianismo también– que significaba pasar de la
filosofía de la historia a la ciencia de la historia.
Es correcto
que el marxismo no incluye la categoría del sujeto histórico. Sin duda el que
representa al marxismo es Marx maduro, no Marx joven. El marxismo no ve la
historia como un espacio de soberanía para el sujeto. En el marxismo, la
historia es una “lucha” entre las fuerzas productivas con las relaciones de
producción y los determinativos son las fuerzas productivas.6
Marx cuando
salía del “cielo brumoso de la fantasía filosófica”7 rechazaba la
categoría humana. De la misma manera la categoría del proletariado también.
Marx y Engels cuando decían proletariado se referían a los seres vivos (los
obreros) y no les atribuían la “deidad”.
Por el
concepto de Marx y Engels el proletariado es el “sujeto social”. Porque la
revolución social es el resultado obligatorio de la contradicción entre las fuerzas
productivas con las relaciones de producción y la ciencia de la historia
“demuestra” que el “sujeto” de la revolución es el proletariado.
Pero si el
proletariado es el “sujeto social” no queda ninguna misión para el partido
marxista, excepto adaptarse al flujo de la historia. En tal caso debe
establecer en lo posible una relación intachable entre el proletariado y el
partido. Este concepto ve la política (vanguardia revolucionaria) como el
alquimismo de la revolución y la rechaza.
Esta
situación muestra que se defiende el pensamiento de la representación. Este
concepto alega que entre el proletariado y el partido se puede establecer una
relación orgánica. En cambio, éstos tienen existencias separadas y el partido
tiene que establecer una relación externa con las masas de todas formas.
La
importancia teórica de la obra de Lenin comparece esencialmente en este punto.
Por el concepto de política de vanguardia dirigida a rechazar el pensamiento de
la representación. Ya el espacio político no debía definirse por el componente
ciencia del marxismo. Lenin no defendía el voluntarismo contra el determinismo.
De hecho, la obra de Lenin fue una intervención al componente político del
marxismo y a la relación entre la ciencia y la política.
III
Este
artículo defiende que ni Lukács ni Althusser tenían razón. El marxismo no se
puede identificar con el hegelianismo, pero el alegato de la ruptura del
hegelianismo también es un comentario imprudente.
Por supuesto
el marxismo tenía la pretensión de formar una ciencia. Éste era el elemento que
lo separaba de otras doctrinas de los oprimidos. Hasta este momento el
conocimiento era monopolizado por los dominantes, y los movimientos de los
oprimidos generalmente lo veían como un arma del enemigo. Para las masas oprimidas
rechazar el conocimiento era una tendencia natural. El marxismo cambió esta
situación y esto le dio la oportunidad de tener éxito histórico ante otras
doctrinas de los oprimidos.
El marxismo
unió la política y el alegato de la ciencia bajo su techo. El primero de estos
componentes significaba la tendencia del destructivismo revolucionario
(especialmente el blanquismo). Y el otro exigía el constructivismo, un camino
reformista, porque se fundaba en el desarrollo de las fuerzas productivas. Si
no existiera la dialéctica hegeliana este alegato de la totalidad no tendría
razón de ser. La dialéctica tenía función de “argamasa” para reunir los
elementos tensos. Por lo tanto, la dialéctica hegeliana era un componente
obligatorio de la estructura del marxismo.
Marx y
Engels definían la esclavitud salarial como la característica del capitalismo y
uno de las tres grandes formas de esclavitud.8 Según el marxismo en
la sociedad había un antagonismo entre las clases bajas y las dominantes.9
Este antagonismo causaría el momento de su caída inevitablemente y de esta
manera la última forma de esclavitud (salarial) terminaría conjuntamente con la
civilización que desde el principio se fundaba en la esclavitud. Esto
significaría pasar a una sociedad sin clases, es decir el comunismo. Por la
apuesta histórica que hizo el marxismo, transformar al ciudadano no era posible
para el proletario. Objetivamente éste era un desafío para los ideales del
1789.
Esta lectura
de la historia había influido en la tradición de la política revolucionaria.
Pero la situación que no pudo ser posible para los esclavos o los siervos, ¿por
qué era definitivo para los proletarios?
Como expuso
Gerald Cohen también, Marx había materializado el esquema de la historia de
Hegel.10 Marx también creía la idea del progreso y fundó sus
pensamientos en el dualismo de la civilización y la naturaleza. Junto con la
primera civilización el período de la vida al natural (el comunismo
“primitivo”) había terminado para el ser humano y así empezó la lucha para subyugar
a la naturaleza. El ser humano tendría éxito absoluto en esta lucha contra la
naturaleza para terminar la prehistoria de la sociedad humana y pasar al
comunismo. Es decir, Marx había cogido la dialéctica histórica sobre el
progreso del espíritu universal de Hegel y lo adaptó al comunismo.
Por este
motivo, el desarrollo gigantesco del capitalismo en todo el mundo creaba las
condiciones del comunismo. El capitalismo debía liquidar otros modos de
producción para quitar los obstáculos por delante del desarrollo de las fuerzas
productivas. Este proceso era una apariencia de la lucha contra la naturaleza
que ya estaba en su última etapa.11
Materializar
el sistema de Hegel o poner de pie la dialéctica hegeliana12 no lo
había transformado a un instrumento inocuo. La misión histórica que Marx
encargó al proletariado, también fue un resultado de la dialéctica hegeliana.
Según la cual solamente el opuesto sistémico (el proletariado) podría sustituir
a la burguesía. Alegaba que el antagonismo era entre la burguesía y el
proletariado, pero a propósito de las colonias estas clases tenían intereses
comunes. Marx defendió que “Los obreros no tienen patria”13 y
explicó por una separación horizontal a los países civilizados. En cambio,
entre las naciones y entre los países colonialistas y los pueblos colonizados
había separaciones verticales también.
Tener
colonias le dio una oportunidad a la burguesía europea a compartir una parte de
sus ganancias con las clases bajas. Así el proletario empezó a transformar al
ciudadano y eso agitaría toda la estructura marxista. Ya existía el problema de
la aristocracia obrera en la orden del día del marxismo. Por este motivo, es
decir, con el fin de reparar esta grieta en su sistema con una intervención
política, Marx defendió la independencia de Irlanda ante Inglaterra aunque esto
era contrario a su concepto. Pero el proceso no paró. Hacia fines del siglo
XIX, la imagen de los proletarios que no tenían nada que perder excepto sus
cadenas, había perdido su realidad completamente en Europa.
De esta
manera la totalidad del marxismo asegurada por la dialéctica, se desintegró.
Los sucesores de Marx y Engels en Europa aceptaron que el proletario transformó
al ciudadano y conjuntamente a la clase obrera se integraron con el sistema.
Los elementos del componente ciencia se derritieron en el sistema. Y el
componente político se abrió camino por la Revolución de Octubre en los pueblos
oprimidos y se juntó con sus tradiciones locales.
IV
Cuando el
marxismo entra al “oriente” normalmente debería cuestionarse la posición
privilegiada de los obreros. No solamente por la cantidad de obreros en estos
países, sino también a causa –por regla general– del carácter reformista de la
política obrera. Esto fue realizado en dos pasos principales por Lenin y Mao.
Aunque otras
tendencias marxistas acusaban a los bolcheviques de blanquistas o anarquistas y
les veían como una “secta herética”, los bolcheviques aceptaban la autoridad de
la socialdemocracia. Lenin empezó a tomar la iniciativa después de la
“traición” de la socialdemocracia en la fecha del 4 de agosto de 191414
y la Revolución de Octubre que fue un resultado de la Primera Guerra Mundial,
le dio una oportunidad de ser la primera autoridad en la tradición marxista.
La
transformación que el leninismo creó en el marxismo, esencialmente se fundaba
en la teoría del partido. Si volvemos al debate en la segunda parte del
artículo, Lenin cambiaba el pensamiento de la representación por el concepto de
política de vanguardia, pero esto era una situación contradictoria todavía.
Lenin atribuía ideologías a las clases sociales. Por eso siguió viendo al
partido como representante del proletariado. Los bolcheviques no trabajaron
entre los campesinos, hicieron alianza con sus “representantes”. Para los bolcheviques
–por supuesto– el alegato de continuar la conexión con la tradición marxista
era mucho más importante que la coherencia teórica. Además cuidaban el
equilibrio entre el constructivismo (socialista) y el destructivismo
revolucionario.
Rusia era un
país colonialista y tenía relaciones históricas y culturales con Europa. Cuando
el leninismo se abrió a los pueblos colonizados fue evidente que no podrían
continuar la posición adoptada por los bolcheviques. Los comunistas chinos que
luchaban por órdenes de la III Internacional, se enfrentaron con una derrota
trágica. Ya era el tiempo de la transformación del leninismo. Esta vez la
iniciativa fue tomada por Mao Tse Tung que con su exitosa marcha
revolucionaria, desarrollada en las zonas rurales, rechazó absolutamente el
obrerismo.
Definir al
maoísmo como un revolucionismo rústico, históricamente es una perspectiva
insuficiente. Mao no atribuyó ideologías a las clases sociales y mostró que
estaba contra la naturaleza de la política darle privilegios a priori a
algunos grupos sociales. La novedad que hizo Mao era derribar la obligación de
reconocer a los obreros como la fuerza principal de la revolución. Ya los
grupos sociales prioritarios deberían definirse por las condiciones sociales y
coyunturales de cada país.
Mao había
seguido los resultados lógicos de la obra de Lenin. De esta manera el alegato
de la conexión con la tradición marxista se debilitó demasiado. De ahí en
adelante este alegato podría defenderse por el partido, no por una clase
social. El criterio de la revolución proletaria era solamente dirigir la
revolución por el partido que tiene ideología proletaria. No era obligatoria la
participación de los obreros en el proceso de la revolución. Es decir, el
liderazgo del proletariado en la revolución era el liderazgo ideológico y se
realizaba por el partido.15
En los
países colonizados no se podía conseguir un equilibrio entre el constructivismo
socialista y el destructivismo revolucionario. La necesidad del proceso
revolucionario de estos países era quitar los obstáculos por delante del
destructivismo. Mao, quien purificó el componente político y eliminó así el
efecto del componente ciencia, respondió a esta necesidad.
Notas
1 G. W. F. Hegel: Lecciones sobre filosofía de la religión, Alianza
Editorial, Madrid, 1984, p. 15.
2 Ver W. T. Stace: The Philosophy Of Hegel: A Systematic Exposition
(La filosofía de Hegel: una exposición sistemática), Dover Publications,
Nueva York, 1955.
3 Georg Lukács: Historia y consciencia de clase, Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana, 1970, p. 65.
4 Karl Korsch expresaba que los pensamientos filosóficos de Lukács y los
suyos mismos eran totalmente contrarios con los pensamientos de Lenin. Ver Karl
Korsch: Marxismo y filosofía, Ediciones Era, México, 1971.
5 Carlos Marx: “Introducción para la Crítica de la filosofía del derecho
de Hegel”, en G. W. F. Hegel: Filosofía del derecho, Editorial Claridad,
Buenos Aires, 1968, p. 22.
6 Ver Gerald A. Cohen: La teoría de la historia de Karl Marx: una
defensa, Editorial Pablo Iglesias, Madrid, 1986.
7 Carlos Marx y Federico Engels: Manifiesto del Partido Comunista,
Editorial Progreso, Moscú, p. 60.
8 Ver Federico Engels: El origen de la familia, la propiedad privada y
el Estado, Fundación Federico Engels, Madrid, 2006, p. 190.
9 En las condiciones de los años 1840 esta opinión era suficientemente
persuasiva.
10 Ver Gerald A. Cohen: ob. cit., pp. 1-29.
11 Por estas razones Marx soportaba a los colonialistas contra los pueblos
colonizados.
12 Ver Federico Engels y Carlos Marx: Ludwig Feuerbach y el fin de la
filosofía clásica alemana (y otros escritos sobre Feuerbach), Fundación
Federico Engels, Madrid, 2006, p. 39.
13 Carlos Marx y Federico Engels: Manifiesto del Partido Comunista,
ob. cit., p. 50.
14 Aprobar los créditos de guerra por la socialdemocracia alemana.
15 Mahir Chayan, un líder guerrillero turco que fue asesinado en el año
1972, defendía el concepto del liderazgo ideológico del proletariado. Su
principal esfuerzo intelectual fue teorizar la Revolución cubana
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