Traducción de la entrevista hecha por el periódico
Il Manifesto a Harvey.
Traducido por Alejandra Romero y Equipo CILEP.
Recientemente, el geógrafo marxista
David Harvey habló con il manifesto acerca de las contradicciones inherentes al
capitalismo, las posibilidades de su ruina y cómo Siriza y Podemos encajan en
la oposición a este.
A los 79 años de edad y recién
publicado un nuevo libro (17 contradicciones y el fin del capitalismo, Oxford
University Press), David Harvey sigue leyendo el cambio social con un ojo en
Marx y otro en los movimientos sociales.
Profesor Harvey, en su último libro
dice que Marx eligió el humanismo revolucionario por encima del dogmatismo
teológico. ¿En dónde podríamos buscar y encontrar el espacio político para
realizarlo?
No es algo que nosotros tengamos que
crear. Hay bastante gente ahí afuera en desacuerdo con el mundo en el que
viven, buscando una existencia no-alienada y con la esperanza de darle algún
significado a sus vidas de nuevo. Yo pienso que el problema radica en la
incapacidad histórica de la Izquierda para conseguir lidiar con este movimiento
que, en realidad, podría cambiar el mundo. Por el momento, esta búsqueda de
sentido ha sido apropiada sobre todo por los movimientos religiosos (como los
evangelistas) y, políticamente, eso puede implicar su transformación en algo
totalmente diferente. Estoy pensando en la indignación en contra de la
corrupción, el fascismo emergente en Europa y el radicalismo del Tea Party
estadounidense.
El libro termina con una discusión
de tres contradicciones peligrosas (crecimiento ilimitado, el problema
ambiental y la alienación total) y una serie de vectores de cambio. ¿Es este un
tipo de programa o la revuelta tendrá que basarse en una especie de coalición
fluida de diferentes formas de descontento?
La convergencia de las diferentes
formas de oposición siempre será de fundamental importancia, lo vimos con Gezi
Park en Estambul o el movimiento que se tomó las calles de Brasil durante la
Copa Mundial de fútbol. El activismo es fundamentalmente importante y, de
nuevo, pienso que el problema aquí es la incapacidad de la Izquierda para
canalizarlo. Hay un número de razones para eso, pero pienso que la más
importante de estas es el fracaso de la Izquierda para abandonar su enfoque
tradicional en la producción a favor de una política de la vida cotidiana.
Desde mi punto de vista, la política del día a día es el crisol donde las
energías revolucionarias pueden desarrollarse y donde ya podemos ver
actividades que están buscando definir lo que una vida no-alineada podría ser.
Estas actividades tienen que ver más con el espacio en el que vivimos que con
el espacio en el que trabajamos. Syriza y Podemos nos dan un primer vistazo de
este proyecto político que, si bien no son revolucionarios puros, han
despertado un gran interés.
Syriza está jugando un papel trágico
en el sentido clásico de la palabra. Efectivamente, está salvando el euro (que
ha jugado el papel de un instrumento de violencia de clase), también para
defender la causa de la idea de Europa, que ha sido una de las banderas de la
Izquierda en las últimas décadas. ¿Usted cree que encontrará suficiente
espacio político o será un fracaso finalmente?
En este caso, no pienso que sea
fácil decir lo que sería un éxito o un fracaso. En muchos aspectos Syriza
fallará a corto plazo. Pero creo que a largo plazo habrá logrado una victoria,
porque ha puesto sobre la mesa preguntas que simplemente no podemos ignorar. En
este momento, el signo de interrogación se pone sobre la democracia e, incluso
sobre lo que la democracia significa, cuando Angela Merkel se ha convertido
en la autócrata que gobierna las vidas de todos los europeos. Llegará el
momento en que la opinión pública clame por que los gobiernos autocráticos
tengan que irse. Por último, si Merkel y los líderes europeos se aferran
a sus armas y presionan a Grecia a salir de Europa (como probablemente lo
harán), entonces las consecuencias serán mucho más graves de lo que actualmente
se imaginan. Los políticos suelen cometer graves errores de juicio y pienso que
este es un claro ejemplo de ello.
En el libro usted predice un nuevo
ciclo de revueltas. Pero, una evaluación de los últimos años tendría que decir
que la Primavera Árabe ha demostrado ser un desastre, mientras que Occupy
no ha sido capaz de transformarse es una fuerza política efectiva. ¿Cree que la
respuesta es algo como Podemos, que ha sido capaz de dar una expresión política
al movimiento 15-M?
Syriza y Podemos han abierto un
espacio político porque algo nuevo está pasando. ¿Qué es? No lo puedo decir.
Por supuesto, en la izquierda anticapitalista habrá quiénes los acusen de
"reformismo". Eso puede ser cierto, pero ellos también han sido las
primeras fuerzas en poner en marcha algunas políticas y, una vez que hemos
empezado por ese camino, luego se abrirán nuevas posibilidades. Finalmente,
romper con el mantra de la austeridad y aplastar el poder de la Troika podría,
yo creo, crear un espacio para nuevas perspectivas que podrían
desarrollarse después. Creo que en este punto, este tipo de
partidos que estamos viendo en Europa son lo mejor que podemos esperar,
comenzando por que definen las alternativas de la Izquierda, que son las que
actualmente no están ahí. Puede que sean populistas —con todos los límites y
peligros que el populismo implica—, pero, como ya he dicho, eso es un
movimiento: abre espacios y para lo que podamos usar esos espacios depende de
nuestra capacidad de preguntar, “OK, ahora que hemos llegado hasta aquí, ¿qué
debemos hacer ahora?”.
¿Cree que el neoliberalismo fue solo
un momento de cambio y que el capital post-crisis va a reorganizarse
superándolo, o cree usted que el neoliberalismo volverá a imponerse con mayor
fuerza?
Yo diría que nunca ha sido tan
fuerte como ahora: en efecto, ¿qué es la austeridad si no la transferencia de
riqueza de las clases bajas y medias a las clases por encima de ellos? Si
miramos los datos de quiénes se han beneficiado de la intervención estatal
desde la caída del 2008, encontramos que fue el 1% o, más bien, el 0.1%. Por
supuesto, la respuesta a su pregunta depende de cómo definamos el
neoliberalismo y, mi definición, de que se trata de un proyecto de la clase
capitalista, es tal vez un poco diferente de lo que sería la de otros
estudiosos.
¿Cuáles fueron las nuevas
"reglas del juego" establecidas después de la década de 1970 ?
Por ejemplo, en el caso de un
conflicto entre el bienestar colectivo y salvar a los bancos, se salva a los
bancos. En 2008 se aplicaron estas reglas de una manera muy directa:
salvamos los bancos. Pero, podríamos haber resuelto fácilmente los problemas de
quienes habían sido desalojados —abordando la necesidad de la gente de tener un
hogar— y solamente después pasar a hacer frente a la crisis financiera. Lo
mismo ocurrió con Grecia, a quien se prestó un saco de dinero que fue
directamente a los bancos alemanes y franceses .
Sin embargo, ¿por qué fueron los
griegos un intermediario indispensable en la transferencia entre los gobiernos
y los bancos?
La estructura que ha sido puesta en
marcha impide que Alemania salvara directamente los bancos alemanes y Francia
los bancos franceses: sin Grecia en el medio habría sido demasiado obvio
lo que estaban haciendo. Mientras que, de esta manera, parece que Grecia ha
sido tratada generosamente al verterse esta enorme cantidad de dinero en ella
—cuando, en realidad, estos fondos fueron directamente a los bancos.
Usted mencionó el 1 por ciento. Como
marxista, ¿cree que esto es solo un slogan útil: tiene algún valor analítico, o
solo distrae la mirada del concepto de lucha de clases?
Si apostamos por un materialismo
realmente histórico-geográfico, entonces tenemos que reconocer que las
contradicciones siempre están evolucionando y, así mismo, deben hacerlo
nuestras categorías. Así que al hablar del "1 por ciento", Occuppy ha
logrado introducir este concepto en el lenguaje común. Y está claro que el 1
por ciento incrementó masivamente su riqueza, como Piketty y todos los datos lo
demuestran. Para poner esto en términos diferentes, hablar de un 1 por ciento
es reconocer que hemos creado una oligarquía mundial, que no es lo mismo que la
clase capitalista, pero que está en el centro de ella. Es una especie de
palabra clave que sirve para describir lo que la oligarquía mundial está
haciendo, diciendo y pensando.
Traducción del original en el
periódico Il Manifesto, efectuada para ser difundida a través del Perspectiva
Libertaria Express. Artículo original disponible en:
http://ilmanifesto.info/syriza-e-podemos-aprono-uno-spazio-la-sinistra-deve-sfruttarlo/
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