eldiario.es
04-05-2015
Como es
Primero de Mayo, un, dos, tres, responda otra vez: tú, trabajador, trabajadora,
¿por qué no luchas por tus derechos? “Soy precario, si protesto me despiden o
no me renuevan”. “Necesito este sueldo de mierda, no puedo arriesgarme a que me
echen”. "Con lo que me ha costado encontrar trabajo, y todo el paro que
hay, calla, calla". “Hay muy poca solidaridad, siempre habrá alguien que
haga tu trabajo si decides plantarte”. “Los sindicatos ya no sirven para nada”.
“Las huelgas son cosa del pasado”. “A mí que me cuentas, yo soy autónomo,
bastante tengo con lo mío”.
Así es.
Muchos hemos asumido que la lucha obrera, el sindicalismo, la solidaridad, la
protesta, la negociación o la huelga son cosas del pasado, un lujo que ya muy
pocos trabajadores pueden permitirse.
Hasta que
aparecen los técnicos de Telefónica-Movistar, y nos rompen
los esquemas. Trabajadores que están mal, muy mal, peor que la mayoría de
nosotros. Trabajadores que tienen todo en contra: sin vínculo con la empresa, trabajando
no ya para contratas, sino para subcontratas de las propias contratas, forzados
además a ser autónomos. Ve y háblales
de precariedad a ellos, contratados por horas, trabajando muchas más de las
que cobran, sin descanso. Ve y háblales de salarios de miseria a ellos, que
encima de cobrar poco están sometidos a penalizaciones, y obligados a pagarse
vehículo, gasolina, uniforme y hasta herramientas. Ve y háblales de solidaridad
y sindicalismo a un colectivo de miles pero atomizados en innumerables
subcontratas. Por si fuera poco, tienen enfrente a una de las multinacionales
más poderosas de España.
Y sin
embargo, se han plantado. Están luchando
por sus derechos. Se han organizado en sindicatos. Sí, sindicatos. Han
recurrido a la huelga, esa que creíamos que ya no valía. Nada menos que una
huelga indefinida. Han creado cajas de resistencia. Y han encontrado
solidaridad, en otros trabajadores de Movistar, pero también en el resto de la
sociedad.
¿Por qué los
trabajadores de Movistar pueden y nosotros no? ¿No quedamos en que la lucha, la
huelga, el sindicalismo, la solidaridad, eran un lujo al alcance de una
menguante aristocracia trabajadora? ¿Por qué las luchas más radicales de los
últimos años las están protagonizando precisamente aquellos trabajadores que en
peores condiciones están para defender sus derechos? ¿Es porque ya no tienen
nada que perder, porque han caído tanto que solo les quedaba alzarse? ¿O quizás
deberíamos revisar nuestras convicciones?
Hoy son los
de Movistar, ayer los de Coca-Cola (que mantienen el pulso mientras la empresa
no cumpla la sentencia), dentro de unas semanas los trabajadores de recogida
de basura en Madrid. Son ráfagas, esporádicas, pero suficientes para
iluminar y hacernos ver que sigue siendo cierto el viejo lema: la única lucha
que se pierde es la que se abandona. Y tal vez hemos abandonado antes de
tiempo.
Mucha
fuerza, ánimo y suerte a los trabajadores de Movistar en huelga. Y nosotros, a
presionar como clientes a Movistar, difundir su lucha y llenarles la caja de resistencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario