viernes, 19 de junio de 2015

NUESTROS GOBERNANTES IGNORAN NUESTRAS POTENCIALIDADES Y BUSCAN LO MÁS FÁCIL: VIVIR DE LA CARROÑA




OPCIONES DE GOBIERNO
Publicado en junio 12, 2015
Escribe: Milciades Ruiz

Cuando un grupo político se hace cargo de la conducción del país, lo hace con la visión ideológica que tenga sobre el desarrollo mundial y del país. En nuestro país, los grupos gobernantes por lo general tienen solo una visión parcial y fragmentaria de la realidad nacional lo cual limita la gestión estatal. Mucho más cuando se carece de un plan nacional con objetivos y metas precisas. Si el país no cuenta con estrategia de desarrollo su desenvolvimiento es caótico.

Esta situación, favorece a nuestros depredadores que por esta conveniencia son opuestos a toda planificación propugnando que sea el mercado el que decida nuestro destino. Bajo esta influencia, los gobernantes no se rigen por ningún rumbo y nadie sabe hacia dónde vamos ni lo que será de nuestra patria en el mediano y largo plazos. En estas condiciones, tampoco hay mística patriótica y si le preguntamos a cualquier empleado público la razón de ser de su trabajo encontraremos que sus aspiraciones son solo personales.

Pero todo país necesita saber hacia dónde nos proyectamos y sobre qué bases vamos a construir nuestro futuro, teniendo en cuenta nuestras fortalezas, debilidades y oportunidades. Hay países que no tienen recursos naturales como el nuestro y sus territorios son pequeños pero sin embargo, siguiendo una estrategia adecuada se han especializado en rubros de negocios que les permite tener un nivel de vida superior al nuestro.

Los bolcheviques recibieron un país feudal muy atrasado, con hambruna y en guerra, pero en menos de veinte años y a pesar de la gran depresión mundial de 1929 y años siguientes, alcanzaron un gran desarrollo industrial que les permitió enfrentar todo el poderío alemán en la segunda guerra mundial, derrotando al nazismo y convirtiendo a la URSS en una potencia mundial. Todo esto siguiendo planes quinquenales.

Países asiáticos han priorizado  aquellos rubros que generaban empleo masivo porque si todos tienen empleo hay liquidez, la capacidad de gasto se multiplica geométricamente, la economía se recapitaliza automáticamente y muchos problemas sociales desaparecen. La creatividad en economías de escala y el cálculo estratégico los llevaron a especializarse tecnología electrónica de bajo costo. Los resultados son conocidos.

La República Socialista de Vietnam, terminó de independizarse en 1975 derrotando a EE UU, la gran potencia militar mundial pero, la guerra dejó un país bombardeado con una economía destrozada. Tiene una extensión territorial menor que Loreto. Un 40% de su territorio es montañoso y los bosques ocupan un 75%. Su población supera los 90 millones de habitantes. No tiene minas como lo tiene el Perú pero es la segunda economía de mayor crecimiento en el mundo. En el 2014 sus exportaciones superaron los 150 mil millones de dólares.
Es el segundo mayor exportador mundial de café y a pesar de ser el arroz alimento principal de su inmensa población, es el primer exportador mundial de este cereal. Tiene unos 20 rubros exportables con los que llega a más de 200 países, entre alimentos, electrónica, confección y calzado. Para estos rubros no se requiere de gigantescos capitales. En nuestro país vende hasta suministros de telefonía celular, un rubro que no tenían en el gobierno inicial pero que por absorber gran cantidad de mano de obra se especializaron en esta tecnología. Todo esto, sin necesidad de represión policial ni asesinar campesinos.

¿Por qué no podemos hacer algo similar si tenemos mayores ventajas?

Podríamos decir entonces que “No solo de minas vive el hombre” y que hay alternativas para sustituir las economía dañinas y esclavizantes. La riqueza del Perú no es solamente minera pues tiene innumerables rubros con ventajas comparativas para competir por su biodiversidad, su ecología en cada piso altitudinal. Su variedad de norte a sur y de costa, sierra y selva, su riqueza biológica, arqueológica, antropológica, forestal, cultural y más, sin contar con la creatividad para especializarnos en rubros extraños que el mercado demande.

Con solo procesar la materia prima que exportamos tendríamos de sobra para salir de la grave situación en que nos encontramos y alcanzar altos niveles de desarrollo. Sin embargo, los gobernantes ignoran nuestras potencialidades y buscan lo más fácil: Vivir de la carroña que nos deja la inversión extranjera dejando de lado nuestra capacidad para un desarrollo sostenible. Es que los gobernantes que tenemos provienen de un régimen eleccionario fraudulento que favorece la desigualdad, la corrupción, el narcotráfico y el predominio de los poderosos del dinero a los cuales no les interesa el futuro nacional.

En nuestro régimen político, prima el caudillismo. Nadie habla de la plataforma política ni del plan de gobierno sino del caudillo. El partido es secundario. Incluso puede ser prestado. No interesa la plataforma política ni el Plan de Gobierno confeccionado por encargo. La población vota por la persona mejor promocionada por los medios de prensa cuyo eco son las encuestas. El caudillo maneja un libreto electoral de campaña como cualquier oferta de mercadotecnia, como mercancía que se vende.

Los legisladores acceden al poder según el caudal electoral del caudillo y están obligados a seguirle porque a él, se deben. Por consiguiente, lo que se puede esperar del próximo gobierno depende de la personalidad ideológica del caudillo triunfante. Ello determina un estilo de gobierno personalista y no institucional. Si el presidente no tiene una personalidad política por convicción de ideales será presa fácil de los influyentes que lo tengan bajo dominio.

En esta perspectiva, ¿qué podemos esperar de los candidatos con más probabilidades? Hagamos el ejercicio con cada uno de ellos y encontraremos que representan el continuismo del neoliberalismo, más minería, mayor sumisión al imperialismo estadounidense, más delitos de lesa humanidad, más corrupción. Los nuevos rostros tampoco generan confianza y entonces para mucha gente, ir a las urnas será como jugar a la ruleta rusa.

En las últimas elecciones la población optó por los candidatos regionales y locales que más confianza le daban respecto a la defensa ecológica frente a la contaminación minera. Esta tendencia ha cobrado mayor fuerza en el 2015 pero tratándose de elecciones nacionales no aparece en las encuestas una opción de confianza. Tampoco la hay  entre los “progresistas” de la llamada “coalición” que se han mostrado poco solidarios con las luchas campesinas contra la contaminación ambiental.

Surge entonces la oportunidad para un movimiento popular que tenga una oferta electoral con la cual se identifiquen las mayorías nacionales. Aunque las posibilidades de triunfo están lejanas lo importante es recuperar la credibilidad y la fe de nuestro pueblo para luego crecer. La izquierda debe mantener su identidad ideológica que la distinga claramente de las demás opciones. Es necesario romper el temor a la satanización de la presión mediática que mediatiza. No podremos recuperar la confianza popular si no somos auténticos.

No estando claramente definida y concentrada una opción socialista unitaria propongo que mientras el proceso se desarrolla podríamos avanzar en la creación de un organismo plural técnico conformado por especialistas en cada área temática. La finalidad sería analizar, formular propuestas técnicas y proporcionar a las fuerzas populares el conocimiento de los instrumentos de gobierno con el enfoque socialista que nos corresponde.

Si tenemos la convicción de la validez de nuestras concepciones ideológicas y de nuestra superioridad moral en la lucha por una nueva sociedad con justicia social aportemos nuestras mejores ideas como una contribución personal e institucional por encima de cualquier mezquindad. Por lo menos, dejaremos constancia de nuestra voluntad política.

Junio 2015



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