OPCIONES DE GOBIERNO
Publicado en junio 12, 2015
Escribe:
Milciades Ruiz
Cuando un
grupo político se hace cargo de la conducción del país, lo hace con la visión
ideológica que tenga sobre el desarrollo mundial y del país. En nuestro país,
los grupos gobernantes por lo general tienen solo una visión parcial y
fragmentaria de la realidad nacional lo cual limita la gestión estatal. Mucho
más cuando se carece de un plan nacional con objetivos y metas precisas. Si el
país no cuenta con estrategia de desarrollo su desenvolvimiento es caótico.
Esta
situación, favorece a nuestros depredadores que por esta conveniencia son
opuestos a toda planificación propugnando que sea el mercado el que decida
nuestro destino. Bajo esta influencia, los gobernantes no se rigen por ningún
rumbo y nadie sabe hacia dónde vamos ni lo que será de nuestra patria en el
mediano y largo plazos. En estas condiciones, tampoco hay mística patriótica y
si le preguntamos a cualquier empleado público la razón de ser de su trabajo
encontraremos que sus aspiraciones son solo personales.
Pero todo
país necesita saber hacia dónde nos proyectamos y sobre qué bases vamos a
construir nuestro futuro, teniendo en cuenta nuestras fortalezas, debilidades y
oportunidades. Hay países que no tienen recursos naturales como el nuestro y
sus territorios son pequeños pero sin embargo, siguiendo una estrategia
adecuada se han especializado en rubros de negocios que les permite tener un
nivel de vida superior al nuestro.
Los
bolcheviques recibieron un país feudal muy atrasado, con hambruna y en guerra,
pero en menos de veinte años y a pesar de la gran depresión mundial de 1929 y
años siguientes, alcanzaron un gran desarrollo industrial que les permitió
enfrentar todo el poderío alemán en la segunda guerra mundial, derrotando al
nazismo y convirtiendo a la URSS en una potencia mundial. Todo esto siguiendo
planes quinquenales.
Países
asiáticos han priorizado aquellos rubros que generaban empleo masivo
porque si todos tienen empleo hay liquidez, la capacidad de gasto se multiplica
geométricamente, la economía se recapitaliza automáticamente y muchos problemas
sociales desaparecen. La creatividad en economías de escala y el cálculo
estratégico los llevaron a especializarse tecnología electrónica de bajo costo.
Los resultados son conocidos.
La República
Socialista de Vietnam, terminó de independizarse en 1975 derrotando a EE UU, la
gran potencia militar mundial pero, la guerra dejó un país bombardeado con una
economía destrozada. Tiene una extensión territorial menor que Loreto. Un 40%
de su territorio es montañoso y los bosques ocupan un 75%. Su población supera
los 90 millones de habitantes. No tiene minas como lo tiene el Perú pero es la
segunda economía de mayor crecimiento en el mundo. En el 2014 sus exportaciones
superaron los 150 mil millones de dólares.
Es el
segundo mayor exportador mundial de café y a pesar de ser el arroz alimento
principal de su inmensa población, es el primer exportador mundial de este
cereal. Tiene unos 20 rubros exportables con los que llega a más de 200 países,
entre alimentos, electrónica, confección y calzado. Para estos rubros no
se requiere de gigantescos capitales. En nuestro país vende hasta suministros
de telefonía celular, un rubro que no tenían en el gobierno inicial pero que
por absorber gran cantidad de mano de obra se especializaron en esta
tecnología. Todo esto, sin necesidad de represión policial ni asesinar
campesinos.
¿Por qué no
podemos hacer algo similar si tenemos mayores ventajas?
Podríamos
decir entonces que “No solo de minas vive el hombre” y que hay alternativas
para sustituir las economía dañinas y esclavizantes. La riqueza del Perú no es
solamente minera pues tiene innumerables rubros con ventajas comparativas para
competir por su biodiversidad, su ecología en cada piso altitudinal. Su
variedad de norte a sur y de costa, sierra y selva, su riqueza biológica,
arqueológica, antropológica, forestal, cultural y más, sin contar con la
creatividad para especializarnos en rubros extraños que el mercado demande.
Con solo
procesar la materia prima que exportamos tendríamos de sobra para salir de la
grave situación en que nos encontramos y alcanzar altos niveles de desarrollo.
Sin embargo, los gobernantes ignoran
nuestras potencialidades y buscan lo más fácil: Vivir de la carroña que nos
deja la inversión extranjera dejando de lado nuestra capacidad para un
desarrollo sostenible. Es que los gobernantes que tenemos provienen de un
régimen eleccionario fraudulento que favorece la desigualdad, la corrupción, el
narcotráfico y el predominio de los poderosos del dinero a los cuales no les
interesa el futuro nacional.
En nuestro
régimen político, prima el caudillismo. Nadie habla de la plataforma política
ni del plan de gobierno sino del caudillo. El partido es secundario. Incluso
puede ser prestado. No interesa la plataforma política ni el Plan de Gobierno
confeccionado por encargo. La población vota por la persona mejor promocionada
por los medios de prensa cuyo eco son las encuestas. El caudillo maneja un
libreto electoral de campaña como cualquier oferta de mercadotecnia, como
mercancía que se vende.
Los
legisladores acceden al poder según el caudal electoral del caudillo y están
obligados a seguirle porque a él, se deben. Por consiguiente, lo que se puede
esperar del próximo gobierno depende de la personalidad ideológica del caudillo
triunfante. Ello determina un estilo de gobierno personalista y no
institucional. Si el presidente no tiene una personalidad política por
convicción de ideales será presa fácil de los influyentes que lo tengan bajo dominio.
En esta
perspectiva, ¿qué podemos esperar de los candidatos con más probabilidades?
Hagamos el ejercicio con cada uno de ellos y encontraremos que representan el
continuismo del neoliberalismo, más minería, mayor sumisión al imperialismo
estadounidense, más delitos de lesa humanidad, más corrupción. Los nuevos
rostros tampoco generan confianza y entonces para mucha gente, ir a las urnas
será como jugar a la ruleta rusa.
En las
últimas elecciones la población optó por los candidatos regionales y locales
que más confianza le daban respecto a la defensa ecológica frente a la
contaminación minera. Esta tendencia ha cobrado mayor fuerza en el 2015 pero
tratándose de elecciones nacionales no aparece en las encuestas una opción de
confianza. Tampoco la hay entre los “progresistas” de la llamada
“coalición” que se han mostrado poco solidarios con las luchas campesinas
contra la contaminación ambiental.
Surge
entonces la oportunidad para un movimiento popular que tenga una oferta
electoral con la cual se identifiquen las mayorías nacionales. Aunque las
posibilidades de triunfo están lejanas lo importante es recuperar la
credibilidad y la fe de nuestro pueblo para luego crecer. La izquierda debe
mantener su identidad ideológica que la distinga claramente de las demás
opciones. Es necesario romper el temor a la satanización de la presión
mediática que mediatiza. No podremos recuperar la confianza popular si no somos
auténticos.
No estando
claramente definida y concentrada una opción socialista unitaria propongo que
mientras el proceso se desarrolla podríamos avanzar en la creación de un
organismo plural técnico conformado por especialistas en cada área temática. La
finalidad sería analizar, formular propuestas técnicas y proporcionar a las
fuerzas populares el conocimiento de los instrumentos de gobierno con el
enfoque socialista que nos corresponde.
Si tenemos
la convicción de la validez de nuestras concepciones ideológicas y de nuestra
superioridad moral en la lucha por una nueva sociedad con justicia social aportemos
nuestras mejores ideas como una contribución personal e institucional por
encima de cualquier mezquindad. Por lo menos, dejaremos constancia de nuestra
voluntad política.
Junio 2015
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