Estimados amigos:
Les manifiesto que desde hace
meses pensaba que el actual Primer Ministro Pedro Cateriano, iba a recibir la
segunda censura que prácticamente condenaba la disolución del Congreso de la
República; y algo más, percibía que el Presidente OHT no iba a convocar a
nuevas elecciones, aduciendo el tiempo que faltaba para el término del mandato
del Congreso por disolverse.
Sin embargo, lo dicho
anteriormente eran simples justificaciones, el presidente actual en ese momento
se sentía fuerte ante lo que hoy pasa de extrema debilidad. Estaba casi seguro
que iba ha dar un autogolpe apoyado por sus amigos los jefes militares de su promoción,
para quedarse dueño del Poder y gobernar
con sus amigos de hoy - que lo rodean;
pero, sin salirse de la línea traicionera que significara reforma o revolución,
y mucho menos de ser un golpe chavista.
Eso ya pasó, porque Cateriano
no fue censurado, cambió de actitud para hacerse amigable a los grupos de la
oposición de la derecha en el Congreso formada principalmente por el aprismo,
el fujimorismo y los amigos del lobbista PPK., y a los que se sumarían los
otros grupos parlamentarios de raíces democráticas
Ahora, estamos en otra
disyuntiva, ha caído de arriba esta vez mal herido el Presidente por los
secretos que le han sacado a la luz, por el comportamiento de su señora, sobre el
uso y abuso de los créditos que sus ex amigos de Venezuela le dieron, para que
fundara el partido en el 2006. El ensañamiento contra la señora Heredia resulta
una campaña terrible y desalmada tanto por parte de la oposición derechista
congresal, como por la Asociación de Prensa dirigida por El Comercio S.A.
Lo tienen arrinconado, de tal
suerte que el Presidente podría ser vacado, a fin de asegurarse la derecha y la
oposición parlamentaria que no corre peligro la sucesión presidencial del 2016.
Este es mi aporte a la situación actual.
Empero, les anexo un artículo
de la señora Rosa María Palacios, de la lectura de éste existan hipótesis y
suposiciones menos duras, y que, al presidente no lo echen de palacio; pueda
producirse una tregua, cuyo objetivo sea que termine su periodo convocando a
elecciones para el 2016 y optimistamente le aprueben su pedido para legislar un
sinnúmero de aspectos relacionados con la gestión del Estado.
También, se adhiere un segundo
artículo de la señora Claudia Cisneros Méndez, excelente periodista y mejor
luchadora por sus ideales renovadores de izquierda. Ella, en este artículo nos
conduce a reflexionar sobre la situación no sólo de lo ocurrido en Bagua, sino
de los hechos posteriores, en el contexto al culto al capitalismo salvaje.
Atentamente,
Fernando Arce Meza
¿Está el presidente del Perú en serios
problemas?
Rosa
María Palacios
Diario
“La República”, 07 de Junio del 2015
Durante
su mandato, el Presidente de la República no puede ser acusado por delito
alguno, salvo por las infracciones constitucionales que tienen que ver,
básicamente con respetar el recambio electoral. Para un presidente peruano, el
puesto es sólido como una roca por 5 años.
Por
supuesto, puede renunciar, morir o ser vacado por incapacidad física permanente
o incapacidad moral. Esa válvula de escape necesaria, pensada en un Presidente
gravemente enfermo o con serias perturbaciones mentales, amenaza hoy al Jefe
del Estado. Bastan los votos para la
censura de un gabinete. De igual modo, bastan las mayorías calificadas para la
vacancia presidencial. ¿Por qué sostengo que tal hipotética amenaza existe?
Si
vemos la pantalla completa del momento político peruano tenemos los siguientes
elementos: a) Un gabinete censurado, por primera vez en casi 50 años, lo que
prueba el momento de confrontación b) Un gabinete nuevo, que si es censurado,
puede permitir al Presidente, disolver el Congreso hasta el 28 de julio de este
año. c) Un pedido de facultades legislativas presentado, del cual, aún no ha
hecho cuestión de confianza el Primer Ministro.
Si
pierde la confianza, se va el gabinete, pero el Congreso podría disolverse.
d) Un escándalo político que el Presidente tiene perdido y que apunta a que su
esposa ha cometido graves delitos (desde lavado de activos hasta defraudación
de tributos aduaneros) estando bajo investigación fiscal por ello. Aún si ella salva lo jurídico –como parece
obvio– el daño ético es grande porque se le imputan inmoralidades como ser
frívola y gastadora de lo ajeno e) Por
ende, una baja aceptación popular, que roza el 20%.
Supongamos
que el Primer Ministro hace cuestión de confianza de las facultades
legislativas. Supongamos que, contando los votos, simplemente no alcanzan. Sin
el fujimorismo, con la bancada nacionalista escindida, con los que juegan como
líberos y con Perú Posible y Solidaridad Nacional tapados de denuncias no hay
mucho espacio para negociar. Puede renunciar y evitar una crisis o puede
esperar que se vote la moción, no se alcance la confianza e irse.
La
gran pregunta es, ¿qué hará el Congreso después? ¿Esperar a que el Presidente
acepte que, a casi un año de su salida, disolverlos es un gasto inútil e
irresponsable –como parecen haberse convencido en el gobierno – o tomar la
iniciativa antes y vacarlo tomando como excusa las inmoralidades de su esposa
de las cuales él tuvo conocimiento y disfrute,
antes de que los cierren? ¿Es posible que las dos acciones se den en
simultáneo? ¿Es posible que una guerra política entre el Parlamento y el
Presidente termine en una crisis tan grave? Si es, teóricamente, posible.
Como
ven, para los que siguen las series de Netflix, House of Cards es un chancay de
a medio al lado del escenario que tiene delante Pedro Cateriano. El Presidente
del Consejo de Ministros tiene una sola carta para salvar la situación: la
renuncia previa. Pero solo puede usarla
con autorización del Presidente. Si este no le acepta la renuncia, no quedará
más que enfrentar la censura y rezar para que todos no se vuelvan locos a la
vez.
La
otra posibilidad, la deseada, es que se cierre el espacio de confrontación
gobierno–oposición, dándose las facultades legislativas y abriéndose en
definitiva el año electoral, donde el gobierno saliente siempre desaparece de
escena cargando el desgaste del régimen.
Alan
García, PPK, y Keiko Fujimori no tienen todos los votos en el Congreso de hoy, pero tienen algo
mucho más valioso. Los puestos ofrecidos para la reelección del 2016 a la que
los líberos aspiran, sobre todo en el fujimorismo. Por eso, ellos tienen toda
la responsabilidad del desenlace.
El capitalismo como objeto de culto
Claudia
Cisneros
Diario
“La República”, 07 de Junio del 2015
Espacio-tiempo.
Nadie elige su lugar de nacimiento, nadie sabe cómo, cuándo ni dónde morirá
(con excepciones). Los pueblos indígenas no eligieron nacer ni morir aquí. Y
sin embargo siguen viviendo, siguen siendo, y lo hermoso de su existencia es
que son el vivo ejemplo de que el neoliberalismo, el capitalismo y el lucro
individual no son la única forma de vida para todos y todas. Y quizá por eso
los neoliberales prefieren su muerte bajo la forma de colonialismo,
extractivismo y dominación cultural, pues la presencia indígena les recuerda
que otro mundo es posible, que se puede convivir en comunidad con una economía
por y para la comunidad.
Espacio-tiempo.
Durante muchos siglos la propiedad privada fue un pretexto para excluir otras
formas de vida, para excluir a mucha gente de la vida política y para excluir a
muchos pueblos del ejercicio de derechos civiles y culturales. Y así, cuando el
espíritu capitalista empezó a impregnarse en la mentalidad del mundo occidental
europeo –activando el surgimiento del liberalismo económico– lo hizo en razón
de la propiedad privada y del comercio a gran escala, y por el primado de la
racionalidad instrumental concentrada en el comercio de las cosas y
desvinculada del entorno y la vida de las personas.
A
la larga estos procesos se deformaron en un modelo que hoy en parte es causa de
muchos males y de muchas formas de exclusión e imposición, como sucede, por
ejemplo, con nuestros hermanos indígenas dispuesto a reivindicar su derecho a
existir por encima del lucro, de las tasas de interés y del capitalismo
saqueador.
Espacio-tiempo.
Somos mayoría los nacidos – sin elegirlo tampoco – insertos en una cultura
impregnada por el sistema del capital y las inversiones que lo determinan y
mueven todo o casi todo. No es que el lucro, la ganancia o el deseo de acumular
no hayan existido antes; ni que se les condene o demonice per se. Lo que genera
malestar es que ese sistema se oponga a cualquier forma de vida modelada por lo
no cuantificable: principios, ética, empatía, reconocimiento y respeto del
otro. Lo que es reprobable es que no nos cuestionemos nuestro irreflexivo afán
por imponerlo asumiendo que es universal y deseable porque no existe otra forma
de imaginarnos.
Porque
no tienen objetos sofisticados, acumulación, lujos o accesorios que nos hemos
habituado a considerar indispensables o básicos, no significa que la vida
indígena sea menos plena o menos satisfactoria (¡todo lo contrario!). Tampoco
significa que no haya algunas cosas de nuestro modelo de desarrollo y cultura
que no vean como bienvenidas, pero tienen igual derecho que nosotros a escoger
qué quieren mantener de su modelo y qué quieren incorporar de nuestro mundo.
Pero esto debe pasar por propio reconocimiento y aceptación, y no por
imposición o mero interés de hacer dinero con ellos y los recursos que
sustentan sus modos de vida de no lucro.
No
es fácil hacer el ejercicio de mirar a otros con respeto por su modo de vida
tan distinto. Es difícil salirse del propio mundo y mirar desde afuera otros
mundos posibles. ¿Cuál es la ventaja que creemos tener sobre ellos? ¿Que somos
más? ¿Que tenemos más cosas? ¿Qué hemos “resuelto” asuntos de necesidad de las
grandes urbes? Eso que nos tocó a nosotros, no significa que sea lo que ellos
necesitan o quieren. Caemos en la común falacia de proyectar nuestras
necesidades en ellos. Es difícil para muchos pensar en ellos como iguales en
derechos, en respeto. Cuánta gente existe – hasta mandatarios – que los
menosprecian por no ser parte de los patrones y modelos que manejamos, sin
respetar sus propios conocimientos y prácticas.
Es
difícil a veces no pecar de idealistas, de etno-occiden-centristas, incluso de
paternalistas. Pero si algo deberíamos hacer valer de la “civilización” de la
que nos jactamos, es precisamente respetar la dignidad y autonomía de otras
culturas que han nacido y crecido de forma distinta. Ponernos por encima de
nuestras soberbias, ambiciones u ombligos y mirar cómo otros han elegido
quedarse con la forma de vida en la que nacieron insertos, y cómo con ello son
plenos en lo humano. No podemos seguir violentando su modo de vida, su derecho
a la diferencia y a la vez a la equidad. No podemos seguir teniendo Baguas
porque una élite política y económica, con agenda común de lucro inmediato por
sobre cualquier otro derecho o valor, violentan las vidas de los demás abusando
de un poder prestado. Eso es aceptar el capitalismo, no como una posibilidad de
desarrollo, sino como un objeto de culto que se pretende imponer. Es la
violencia bajo el disfraz de la inversión.
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