Lágrimas por Grecia hoy, mañana por la UE
Furia y ruido de enorme significado
20-07-2015
Traducido del francés para Rebelión por Susana
Merino
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Toda Europa, así como los impasibles
estadounidenses y canadienses, han sido puestos en guardia por quienes
representan al 1%. El mensaje que implica el fracaso de Syriza es que el
sistema de protección social será desmantelado en todo Occidente.
El primer ministro griego Alexis Tsipras ha cedido
al 1% el saqueo de los avances logrados por los griegos en materia de
protección social después de la Segunda Guerra Mundial del siglo XX. Las
jubilaciones y los cuidados de la salud para las personas mayores están en vías
de desaparición. El 1% necesita dinero.
Las protegidas islas griegas, los puertos los
servicios de agua corriente, los aeropuertos, todo el conjunto del patrimonio
nacional debe ser vendido al 1%. Evidentemente a precio vil, pero las tarifas
del agua que llegarán inmediatamente después no podrán discutirse
Se trata de la tercera etapa de la austeridad
impuesta a Grecia, austeridad que necesita la complicidad del propio Gobierno
griegos. Los acuerdos de austeridad sirven de pantalla para ocultar el saqueo
del pueblo griego, que será literalmente desposeído de todo. El FMI es uno de
los miembros de la troika que impone esa austeridad, aunque los mismos
economistas del FMI hayan dicho que las medidas de austeridad han demostrado
hallarse equivocadas. Fue la austeridad la que provocó la ruina griega. Y sin
embargo el endeudamiento de Grecia aumentó como un pesado fardo. Cada nueva
medida de austeridad vuelve a la deuda cada vez menos reembolsable.
Pero cuando el 1% saquea, los hechos no interesan.
La austeridad que es la base del saqueo ha continuado, aunque los economistas
del FMI no puedan justificarla.
La democracia griega se ha mostrado impotente. El
saqueo continúa pese a que el pueblo griego lo rechazó mediante su voto de hace
una semana. Por lo tanto queda en evidencia que Alexis Tsipras es un primer
ministro elegido que no representa al pueblo griego sino al 1%.
El suspiro de alivio del 1% se oyó en todo el
planeta. El último partido europeo de izquierda, o que se cree de izquierda, ha
sido llamado al orden. Igual que el Partido Laborista británico, el Partido
Socialista francés y todos los demás.
Sin ideología que la sostenga, la izquierda europea
ha muerto igual que el partido demócrata de Estados Unidos. Con la muerte de
esos partidos políticos el pueblo ya no tiene voz. Un gobierno en el que el
pueblo no puede hacer escuchar su voz ya no es una democracia. Esto se ve
claramente en Grecia. Una semana después de que el pueblo se expresara en un
referendo de manera contundente, su Gobierno lo ignora y pacta con el 1%.
El Partido Demócrata estadounidense murió a causa
de la deslocalización de los empleos, que destruyó la base financiera del
partido, que se apoyaba en los sindicatos y las fábricas. La izquierda europea
murió junto a la Unión Soviética.
La Unión soviética era el símbolo de la existencia
de una alternativa socialista al capitalismo. El hundimiento soviético y el
“Fin de la Historia” privaron a la izquierda de un programa económico y le
dejaron, al menos en Estados Unidos, ocuparse de los temas sociales como el aborto,
el matrimonio homosexual, la igualdad de género y el racismo, quitándole el
tradicional apoyo de la izquierda, la clase obrera. Desapareció la lucha de
clases convirtiéndose en una guerra entre heterosexuales y homosexuales,
blancos y negros, hombres y mujeres.
Hoy que los pueblos occidentales se enfrentan a una
nueva servidumbre y que el mundo corre el riesgo de una guerra nuclear debido a
la pretensión de los neoconservadores de creerse el pueblo elegido por la
historia para ejercer la hegemonía mundial, la izquierda estadounidense se
ocupa en odiar la bandera de la Confederación.
La caída del último partido europeo de izquierda,
Syriza, significa que a menos que otros partidos más decididos emerjan en
Portugal, España e Italia, la posta será tomada por los partidos de extrema
derecha, como el Partido de la Independencia del Reino Unido de Nigel Farage,
el Frente Nacional de Marina Le Pen y otros partidos que defienden el
nacionalismo contra la extinción nacional en la Unión europea.
Syriza no podía triunfar una vez que fracasó en la
nacionalización de los bancos griegos en respuesta a la decisión de la UE de
declarar su quiebra. El % griego tiene los bancos y los medios y el ejército
griego no da ninguna muestra de pensar en aliarse al pueblo. Lo que estamos
viendo es la imposibilidad de lograr un cambio pacífico como lo explicaron Karl
Marx y Lenin.
Las revoluciones o las reformas fundamentales son
contrariadas o revocadas por el 1% sobreviviente. Marx contrariado por el
fracaso de las revoluciones de 1848 e imbuido por su concepción materialista de
la historia, llegó a la conclusión de que, igual que Lenin, Mao y Pol Pot,
dejar vivos a los miembros del antiguo orden significaba la contrarrevolución y
el regreso de los pueblos a la servidumbre. En América Latina todo gobierno
reformista corre el riesgo de ser depuesto por los intereses económicos
estadounidenses de común acuerdo con las élites españolas. Estamos viendo que
este proceso se pone de manifiesto en Venezuela y en Ecuador. Debidamente imbuidos,
Lenin y Mao eliminaron el antiguo orden. El holocausto de clase fue a menudo
mayor que todo lo que padecieron los judíos con el holocausto racista nazi.
Pero para eso no se ha erigido un memorial.
Los occidentales no han llegado a comprender hasta
hoy por qué Pol Pot vació las zonas urbanas. Occidente rechaza a Pol Pot
considerándolo un psicópata y un asesino masivo, un caso psiquiátrico, pero Pol
Pot actuó partiendo de la suposición de que si permitía quedarse a los
representantes del antiguo orden, su revolución sería echada abajo.
El conservador inglés Edmund Borke decía que la vía
del progreso pasaba por la reforma, no por la revolución. La élite inglesa,
aunque arrastrando los pies, aceptó las reformas para evitar la revolución,
justificando a Burke. Pero hoy, con la izquierda totalmente vencida, no es de
esperar que el 1% acepte las reformas. La única opción es someterse a su poder.
Grecia no es más que el comienzo. Los griegos
arrojados de su país por el derrumbe de su economía, la desaparición de su
sistema de seguridad social y con una tasa de desempleo extraordinariamente
elevada van a contagiar su pobreza a otros países de la UE. Los miembros de la
UE no están vinculados a fronteras nacionales y pueden migrar libremente. El
cierre del sistema de ayudas de Grecia llevará a sus habitantes a buscar los
sistemas de ayuda de otros países de la UE, que serán eliminados a su vez por
la privatizaciones del 1%.
El aniquilamiento (de los bienes comunes) del siglo
XXI ha comenzado
Paul Craig Roberts es el redactor jefe del Wall
Street Journal y secretario adjunto del secretario del Tesoro de EE.UU. Es
autor de How the Economy Was Lost: The Lost Economy/ War of the Worlds,
publicado por CounterPunch / AK Press. ISBN 978-1-84935-007-5. Su último libro
es Economies in Collapse: The Failure of Globalism, publicado en Europa,
junio 2012. Su sitio en Internet: http://www.paulcraigroberts.org
Artículo original en inglés: http://www.counterpunch.org/2015/07/15/greece-sound-and-fury-signifying-much/
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