Dr. Hugo SALINAS
Las instituciones tutelares en el Perú están
formadas para delinquir. Los “servidores públicos” comienzan pidiendo una
propina para, una vez posicionados en el mando de las instituciones de la
República, pillan a raudales el erario nacional y los bienes del país. Uno más
que el otro, todos se dan la mano para pasar como los protectores del país. La
podredumbre comienza en los niveles inferiores para, una vez llegado al máximo
peldaño, imponen sus prácticas malsanas, con toda impunidad, en todos los
niveles de la institución.
La Patria es mi divisa, suena en los cuarteles del
Ejército, de la Marina, de la Aviación y de la Policía Nacional. Pero, en
verdad, no es la Patria que les interesa. Es el dinero, y el Poder para
delinquir. Ahí tenemos una generación de militares que olvidaron defender la
Constitución, símbolo máximo de una Democracia, a cambio de millones de dólares
extorsionados al país.
Y esto no es ocasional ni reciente. Es una
costumbre bien instituida desde el inicio de la República. Las Fuerzas Armadas
han tenido y tienen el mando del país, pero solamente ha servido para doblar el
espinazo ante el capital extranjero, ante coimas y propiedades a montón. ¿Y la
Patria? Es solo una divisa, sin contenido, sin moral, sin respeto. Actúan en
contra de quienes deberían defenderlo: un pueblo que paga su formación para, al
final, esquilmarlo.
¿Y el VRAEM, la coca, las secuelas de sendero? Un
circo armado para delinquir. Y como el botín es gordo, ninguna de las
instituciones de las fuerzas armadas y policiales está ausente en el reparto. La
droga y la subversión es el negocio más rentable de estas instituciones. Si sus
representantes, que están “formados” para defender la Patria, la Constitución y
los límites territoriales, actúan de esa manera, ¿qué esperar del resto?
La población lo sabe, pero está maniatada, acostumbrada y pervertida,
por “políticos” que les prometen acabar con la delincuencia y la corrupción.
Una población a la cual la Constitución le obliga depositar su voto en favor de
uno dentro todos los corruptos. Los medios de comunicación se encargan de
preparar el circo, y el Jurado Nacional de Elecciones promete “elecciones
limpias”. ¿Será verdad?
Todos sabemos que las decisiones y normas del
Jurado Nacional de Elecciones se venden al mejor postor. Aparecen “partidos
políticos” inscritos en el JNE sin siquiera haber buscado una sola firma; políticos
corruptos que el pueblo los revoca, y el JNE los repone en el cargo.
Ya no hablemos del Poder Judicial, en donde
terminan todas las esperanzas de las comunidades campesinas, de los ciudadanos
de a pie, de la primacía de la Ley sobre el crimen y la corrupción. Son los primeros
en confabularse con el Dinero para saquear las cooperativas azucareras, vender
por pedazos el país, al mejor postor. Y este “poder judicial” en contubernio
con las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Relaciones Exteriores, a cambio de
prebendas, sigue “perdiendo” litigios y fallos de la Haya, para reducir la
superficie de la Patria que, dicen, amar.
Ante tanta podredumbre y deslealtad, los ciudadanos
optan por elegir a un Presidente de la República que les promete devolver el
honor, su Patria y su Constitución. Lastimosamente, hasta ahora, sigue siendo
un señuelo para engatusar a los incautos, y seguir robando, asesinando y
vendiendo el país. Para colmo, se imponen una Constitución que les impide tomar
las riendas del país, y generar una dinámica de desarrollo que favorezca a las
mayorías nacionales.
Nuestras instituciones “democráticas” que deberían
servir y proteger al ciudadano, son utilizadas únicamente para servir y
proteger a criminales, delincuentes, corruptos, que se encuentran en las
riendas de estas instituciones.
No obstante, es bien sabido que no hay mal que dure
cien años ni cuerpo que lo aguante. Esto terminará pronto. Y todas estas
instituciones, corruptas hasta la médula, deben ser eliminadas. No tienen
salvación. No se trata de “mejorarlas”. Es urgente crear nuevas instituciones
que se encuentren en una plena relación con los ciudadanos de a pié.
Por lo tanto, no más centralismo, que corrompe y
corroe todo. No más Poder a las alturas. Todas
las instituciones deben ser horizontales, elegidas directamente por el
pueblo, sin pasar por partidos políticos igualmente corruptos, sean de
izquierda como de derecha. La poda debe estar a la altura del problema.
Ataquemos a la raíz del mal.
Incuestionablemente, la raíz del mal se encuentra
en la Repartición Individualista del
resultado de la actividad económica, que forma a los ciudadanos a buscar el
dinero como el Dios supremo. Y este comportamiento perdura en el tiempo a
través de la propiedad privada individual que se ha convertido en la mejor
norma de valor y filosofía de vida.
La solución se encuentra en instituciones que
generen otros comportamientos, tales como el Tribunal por Jurados en lugar del Poder Judicial, la Seguridad de Proximidad en lugar de las
Fuerzas Armadas y Policiales, la Asamblea
Vecinal en lugar del Poder Legislativo y, un Jefe de Estado que no haga
obras ni dicte leyes. Se debe separar la
economía de la política.
Todas estas nuevas instituciones se sustentarán en
un modelo socio-económico alternativo al capitalismo, cuyo eje principal es la Repartición Igualitaria de la totalidad
de las utilidades de las empresas-país. Será la hora de la propiedad privada colectiva.
Ferreñafe, 18 de agosto del 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario