martes, 8 de septiembre de 2015

EN LA RELACION ENTRE EL AGRO Y LA MINERIA: ¿FALTA AGUA? NO, FALTA PREVISIÓN, CONTROL, PLANIFICACIÓN Y DIRECCIÓN (*)




(28 de marzo de 2012)
Por Miguel Aragón

En los últimos meses [este artículo fue escrito en el verano del año 2012],  la cuestión y preocupación central de la mayoría de la población peruana ha sido La Cuestión de Cajamarca, acontecimiento que junto a las pasadas Luchas de los Pueblos Amazónicos realizadas en Abril, Mayo, Junio del año 2009  y las Elecciones Municipales de Octubre de 2010, se han convertido en tres  puntos obligados de referencia, y a la vez puntos de obligado viraje, en el análisis de las formas de organización y de acción del pueblo peruano, pueblo que lucha por alcanzar el necesario y esperado cambio social.

Superadas las calenturas emocionales de los meses de noviembre y diciembre de 2011, propias de los momentos de mayor tensión  en la última lucha social, ahora se requiere priorizar las actitudes racionales para afrontar lo esencial del problema  con una visión a largo plazo, con propuestas programáticas, para no dejarse atrapar en las redes del “espontaneismo”, ni de la simple oposición protestataria.

1.- Desde el punto de vista histórico, el predominio de la producción agrícola y pecuaria  como actividades prioritarias en el conjunto de la Producción Social Global del país, representa una situación  del pasado de Cajamarca y del Perú. Mientras que la ubicación de la  producción industrial como actividad prioritaria debería representar el futuro de Cajamarca y del Perú.

En este necesario salto cualitativo, del pasado hacia el futuro, la actividad productiva minera está obligada a desempeñar una  función muy importante. La actividad minera debería servir como una especie de “bisagra” y de “trampolín” para saltar hacia adelante. En una propuesta programática seria,  acorde a las necesidades de nuestra propia realidad,  la producción minera no puede ni debe ser dejada de lado, todo lo contrario.  

La consigna general “Agro SI, Minas NO”,  y la  consigna específica “Agua SI, Oro NO”, que  han agitado algunos desorientados y recalcitrantes confusionistas  saturados de pasadismo --comenzando por “el candidato” Ollanta Humala  y su reaccionario plan de gobierno  de “La Gran Transformación” agitado en la última campaña electoral hasta abril de 2011--, me parecen dos  consignas irracionales, en el fondo reaccionarias. Esas son dos consignas que no obedecen a las necesidades presentes de nuestro país, ni contribuyen en lo más mínimo al cambio social. Son dos consignas que se aferran “románticamente” a un pasado “agrarista”, al estancamiento del país, y que pretenden vanamente la restauración del pasado.

2.- En el Perú Nuevo al que ambicionamos la mayoría de trabajadores peruanos,  la agricultura conjuntamente con la minería deberán ser la base del crecimiento económico, mientras que la industria deberá ser el factor dirigente,  y a la vez, Eje del Plan Nacional de Desarrollo Social del país a Largo Plazo.

Si esa  es, o  debería ser,  la perspectiva del crecimiento económico y del desarrollo social del país, muy mal haríamos en  oponernos y rechazar “a fardo cerrado”  la actividad minera en los actuales momentos. El presente es la antesala del futuro, y por lo tanto, en el presente debemos trabajar  por   crear las condiciones favorables para el futuro desarrollo social del país. En el presente no se pueden sembrar “vallas” (obstáculos)  que estorben y dificulten el desarrollo del futuro.  

En las últimas décadas  la producción minera, como principal fuente de ingreso de divisas, ha sido y es  una necesidad para sostener la continuidad del actual crecimiento económico en el país, del  crecimiento económico capitalista claro está. Y en el futuro próximo, la actividad minera también seguirá siendo una necesidad del Perú Nuevo. Por lo tanto, debemos defender   y apoyar la renovación,  el crecimiento y el desarrollo racional de la industria minera.

3.- La minería en el futuro, en una etapa  avanzada del Perú Nuevo, necesaria e inevitablemente  será una industria nacionalizada, mayoritariamente de propiedad social. Esa es la perspectiva futura, pero todavía no es la realidad presente.

Mientras que en la actualidad, y por unos años más, mientras sigan predominando las relaciones capitalistas de producción, la  minería continuará siendo   una industria mayoritariamente de propiedad privada, que seguirá en manos tanto de la gran propiedad, como de la mediana propiedad;  tanto de empresas peruanas  como  de empresas extranjeras; tanto de empresas públicas como de empresas particulares. Esa es la realidad presente, no olvidemos que todavía vivimos en un país capitalista atrasado, y de esta realidad objetiva  debemos de partir para hacer cualquier análisis serio.

Se entiende que la pequeña propiedad minera, en la actualidad, y con mayor razón en el futuro, está demás,  no tiene perspectivas de desarrollo en la actividad minera.

Ya es conocido que tanto en la agricultura como en la minería, la pequeña propiedad “está condenada por la ciencia”, y la gran propiedad privada “está condenada por la historia”. En un futuro no lejano, tanto la gran propiedad agrícola, como la gran propiedad minera, para que puedan continuar funcionando de manera efectiva, necesariamente tendrán que ser nacionalizadas por el nuevo poder, y la mediana minería tendrá que asociarse en grandes empresas colectivas,  para así estar en condiciones de sostenerse, tanto técnica como económicamente, y  servir como fuentes efectivas de abastecimiento de materias primas de la nueva economía, nueva economía que será predominantemente industrial.

4.- En el pasado, en los últimos cien años para ser más precisos, la actividad minera desarrollada por grandes, medianas y pequeñas empresas, ha perjudicado gravemente extensas zonas del territorio peruano, siendo Cerro de Paso y La Oroya los casos más representativos del grave deterioro del medio ambiente.

En el presente, para que la actividad minera no siga perjudicando gravemente el desarrollo de las actividades agropecuarias,  el pueblo organizado debe exigir e imponer la aplicación de técnicas racionales y modernas  de explotación minera, técnicas que protejan lo máximo posible al medio ambiente circundante, reduciendo al mínimo los efectos negativos en la superficie de los terrenos, en las  corrientes y depósitos de agua,  y en el aire de las zonas de operación.

Actualmente las ciencias de la Hidrología y la Hidrogeología, a nivel mundial, están muy desarrolladas. Similarmente las técnicas del Manejo Racional de Cuencas y las técnicas modernas de Exploración y Producción Minera también están muy desarrolladas. En los últimos cien años los avances técnicos y científicos de la humanidad en su conjunto han sido enormes, y están al alcance de todos los pueblos.

La continuidad de la actividad minera en todo el país, debería   estar condicionada a la utilización intensiva de los nuevos avances científicos e inventos  técnicos, para poder desarrollar una actividad minera más racional y moderna, dentro de los límites propios del actual orden social. En los países mineros industrialmente más desarrollados como Canadá, Australia, Suecia, Noruega o Finlandia, entre otros, la legislación sobre protección del medio ambiente está más desarrollada, y ya no se cometen los graves perjuicios que todavía se vienen dando en nuestro país.

Dentro del actual orden social, no se  puede  esperar, ni pedir,  utopías inalcanzables, así como tampoco se puede renunciar a la demanda de mejoras dentro del propio sistema actual.

5.- Hay que sustentar y refutar, con argumentos científicos, las especulaciones y creencias reaccionarias con las cuales algunos demagogos confusionistas agitan y engañan al pueblo, como es el supuesto “agotamiento de los recursos naturales”, vieja teoría esbozada hace más de 200 años por el reaccionario escritor Malthus, teoría refutada por el avance real de la sociedad en los dos últimos siglos.  

La tierra, el agua,  y el aire,  son diversas formas de existencia de la materia en movimiento, que forma nuestro planeta  como capas de la Litósfera, la Hidrósfera y la Atmósfera. El agua, así como la tierra y el aire, son  recursos relativamente inagotables, que pueden continuar siendo utilizados con creces por la humanidad, durante muchos siglos más. La acción destructiva de la envoltura superficial del planeta, desarrollada por la humanidad sobre todo en la época capitalista, no tiene la  capacidad para destruir, y mucho menos  de “agotar”  esos tres recursos. La materia no se crea ni se destruye, la materia se encuentra en permanente transformación.  

Toda la masa sólida del planeta Tierra (la Litósfera), tiene inmensos yacimientos relativamente inagotables de todo tipo de minerales, en especial de los metálicos. La moderna explotación intensiva de minerales en la superficie terrestre “a tajo abierto”, para lo cual se necesita  utilizar grandes y poderosas maquinarias,  recién tiene un poco  más de 100 años de historia. Este moderno método de explotación  minera  se comenzó a utilizar  varias  décadas después de iniciada la revolución industrial.

Antes de la mencionada revolución industrial, ocurrida recién a mediados del siglo XVIII (y antes del invento de las máquinas a vapor, y posteriormente   de las máquinas a motor de combustión, y  de las máquinas impulsadas por energía eléctrica), predominaba la modesta actividad artesanal  en  la producción minera, así como en las demás ramas de la producción.

Sin pretender  asumir poses,  ni aparentar ser  entendidos en la materia, por simple sentido común podemos considerar que hasta el presente  solamente se ha “raspado” y excavado ligeramente la parte más superficial de la corteza terrestre. En términos relativos, podemos asumir  que los minerales son inagotables, todavía están por explorarse y explotarse las capas intermedias y las capas más profundas de la corteza terrestre, tanto en terreno firme, como en los  grandes yacimientos que existen en los inmensos fondos marinos, los cuales  todavía siguen sin ser explotados.

Los pueblos del mundo no deben de preocuparse por un supuesto “agotamiento de las minerales”, por el contrario deben de mirar el futuro con optimismo, como tiempos en los cuales abundarán todo tipo de recursos.    

6.- Algo similar ocurre con el agua, que también es otro  recurso inagotable. El agua para riego y para consumo humano no surge de manera natural “ni del fondo, ni de la superficie  de la tierra”, como han venido agitando los opositores a ultranza de la actividad minera.

El agua acumulada en  nevados, lagunas,  bofedales, humedales, lagos, lagunas,  ríos y riachuelos,  es suministrada por las precipitaciones  de las lluvias, y éstas forman parte  del permanente e interminable ciclo hidrológico. Ciclo en el que, de manera ininterrumpida  se suceden las etapas de evaporación de las aguas de mar y de los lagos, condensación y formación de las nubes, precipitación a través de las lluvias, y escorrentía superficial y subterránea, para regresar nuevamente la mayor parte del volumen de agua  a los mares y lagos, a través del largo y complejo curso de los ríos. Una parte menor del volumen de agua en circulación se reintegra al ciclo hidrológico a través de la evapotranspiración directamente desde la superficie de la tierra hacia las nubes.   

La cantidad de agua, que cubre más del 70% de la superficie de la esfera terrestre, está acumulada en océanos, mares, lagos, y ríos,   y  sirve de base y punto de partida  del ciclo hidrológico, es inmensamente superior al modesto consumo humano actual. En el mundo actual No falta agua. Por el contrario, el agua es un recurso natural “que sobra”, y que sobra  con abundantes creces con respecto a las necesidades humanas actuales. Tenemos el deber de desterrar todas las teorías fatalistas sobre el futuro agotamiento del agua.

Las teorías sobre el supuesto “agotamiento del agua” son científicamente insostenibles, y políticamente reaccionarias. Lo cual no significa que ésta deba derrocharse sin medida ni control, sino que el país debe planificar la utilización racional de los caudales anuales disponibles  del agua dulce que se precipitan con las lluvias y que discurren en la superficie y en el subsuelo de cada una de las cuencas hidrográficas.

Un país moderno, en pleno comienzos del siglo XXI, debe organizarse para planificar el Uso Racional del Agua, regulando los volúmenes variables disponibles cada año, para contrarrestar los efectos de las periódicas inundaciones y sequías, y así promover su utilización y aprovechamiento racional y armónico para satisfacer las necesidades humanas. La actual clase dominante no está en capacidad técnicamente, ni tampoco le interesa social y políticamente, llevar a la práctica este manejo racional.

El problema de fondo no es “La Defensa del Agua” como se viene difundiendo sin ningún fundamento en muchos comunicados y eventos. El problema de fondo es prepararse para “El Aprovechamiento Racional del Agua” disponible, para satisfacer en primer lugar las necesidades del consumo humano, y en segundo lugar las necesidades del riego agrario,  del uso industrial, y también las necesidades de la actividad minera. Ese es el verdadero reto que  los trabajadores peruanos tenemos en el presente. Esta es una tarea del pueblo.

La clase dominante está incapacitada histórica y políticamente para afrontar esta tarea. En doscientos años de vida republicana la clase dominante peruana, rentista y parasitaria, solamente se ha dedicado a explotar irracionalmente los recursos naturales y explotar y vivir del trabajo ajeno.

7.- El Año Agrícola julio 2010- junio 2011 en el Perú fue un año relativamente seco, la temporada de lluvias demoró en iniciarse, y por varios meses se presentó el peligro  de posibles sequias en la costa sur y la costa norte, temiéndose que se malograran  miles de hectáreas de tierras ya cultivadas. Los casos más críticos que se declararon en emergencia  fueron los valles de Moquegua y Lambayeque. (Revisar Revista Agraria de julio de 2011)

Por el contrario, el Año Agrícola julio 2011-junio 2012 será, y ya es,  un año de abundantes lluvias, cuyo ciclo  se ha iniciado con anticipación, y en estos momentos [verano de 2012] están ocurriendo  inundaciones en Tacna, Arequipa, Puno, Junín, Ancash,  y otros departamentos del sur, centro y norte del país. De manera similar, los caudales de los ríos Marañón, Huallaga y Ucayali, que  recogen y concentran los caudales de la mayoría de los ríos de la sierra, y que alimentan a la inmensa cuenca amazónica, se han incrementado por encima de los caudales promedios anuales, y ya están inundando las zonas bajas de las poblaciones ubicadas en las riberas de los ríos  amazónicos, causando alarma y destrucción en numerosas poblaciones ribereñas. La falta de previsión ante los desastres naturales es otra de las características propias de la actual clase dominante y del  estado parásito que controla el país.

Para decirlo en pocas palabras, el problema del presente año 2012, no es “la Falta de Agua”, sino “la Abundancia de Agua”.

Por falta de previsión, por falta de grandes obras para embalsar, depositar, y regular las aguas excedentes, este año 2012 es un Año de Inundaciones, inundaciones que están afectando a cientos de miles de pobladores instalados en las riberas de los ríos de la Sierra y de la Selva. Los ocasionales y circunstanciales   “defensores del agua” no dicen nada sobre este gran problema que está afectando a cientos de miles de pobladores en todo el país.   

8.- Las grandes utilidades que se obtienen y se pueden obtener en la actividad minera, que de lejos son muy superiores a las que se  obtienen en la actividad agropecuaria, en las actuales condiciones sociales  deben de beneficiar no solamente a los propietarios y a los trabajadores mineros, sino también a los pobladores de las comunidades circundantes de cada proyecto minero, y a la población del país en su conjunto.     

9.- Después de las luchas de los pueblos  de la Amazonía del año 2009, de las Elecciones Municipales de Octubre de 2010, y de las luchas de masas en Cajamarca a fines del 2011,  las condiciones de la lucha social en el país han cambiado radicalmente. Quienes no logran percibir la importancia de esos tres acontecimientos, y no se percatan de las nuevas condiciones de la lucha social, están condenados a seguir viviendo de espaldas a la realidad.

La victoria de la Oposición Democrática Poblana en las elecciones municipales y provinciales de octubre de 2010 ha fortalecido las luchas reivindicativas del pueblo peruano a lo largo y ancho del país. Las grandes movilizaciones de masas de los pueblos amazónicos en los meses de abril, mayo y junio de 2009 colocaron en el primer plano a las organizaciones frente unitarias. El conjunto de las luchas de masas desde el año 2003 hasta el presente ha colocado en primer plano las organizaciones propias de las masas, es decir a “las comunidades nativas amazónicas,  las comunidades campesinas alto andinas, y los municipios urbanos”, que en su conjunto conforman los pilares del frente unido del pueblo peruano.

Sin embargo, todavía subsisten en nuestro medio unas pocas mentalidades individualistas y caudillistas, que siguen dudando de la existencia real del frente unido del pueblo peruano.  Es que acaso, resulta muy difícil entender que las luchas de los pueblos amazónicos del año 2009 fueron luchas del frente unido del pueblo peruano, y de igual manera, las luchas en Puno y Cajamarca en el año 2011, así como la lucha electoral municipal de octubre de 2010 también fueron luchas del frente unido peruano.  

En los últimos diez años la correlación de fuerzas ha cambiado de manera favorable para el pueblo, y ahora se presentan  mejores condiciones para desarrollar una intensa lucha reivindicativa de carácter democrático, para atender en parte, aunque sea mínimamente,   las necesidades y demandas de la población trabajadora.

El largo periodo de crecimiento económico iniciado el año 1993, resulta una condición muy  favorable para el desarrollo de la lucha reivindicativa por la distribución de lo producido. Estas luchas reivindicativas fortalecerán las organizaciones de masas, y favorecerá la acumulación de fuerzas para luchas futuras por objetivos superiores. 

[Espero que la divulgación de estos primeros criterios, definidamente  polémicos, sirva de estímulo para el desarrollo del debate programático durante la presente jornada de lucha político electoral. Nuestra participación en la lucha político electoral tiene como primer objetivo contribuir a educar, movilizar y organizar a las masas dispersas]. 

(*) Comentario escrito en abril de 2012, a las pocas semanas del desarrollo de las movilizaciones y luchas del pueblo de Cajamarca. De esa fecha al presente, han transcurrido más de dos años, en los cuales se han sucedido varias luchas de masas muy importantes, y de los cuales podemos extraer otras lecciones complementarias. Ahora, en vísperas de la próxima lucha política electoral, me parece que algunas de estas ideas pueden contribuir al necesario debate y agitación electoral. Justamente lo que está faltando desarrollar, es el debate de propuestas concretas, para superar la torpe y mediocre campaña de simples acusaciones y denuncias promovida por los propagandistas al servicio de la clase dominante.   

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