(28 de marzo de 2012)
Por Miguel Aragón
En los últimos meses [este artículo fue escrito en el verano del año
2012], la cuestión y preocupación central de la mayoría de la población
peruana ha sido La Cuestión de Cajamarca, acontecimiento que
junto a las pasadas Luchas de los Pueblos Amazónicos realizadas en Abril, Mayo,
Junio del año 2009 y las Elecciones Municipales de Octubre de 2010,
se han convertido en tres puntos obligados de referencia,
y a la vez puntos de obligado viraje, en el análisis de las formas
de organización y de acción del pueblo peruano, pueblo que lucha por alcanzar
el necesario y esperado cambio social.
Superadas las calenturas emocionales de los meses de noviembre y
diciembre de 2011, propias de los momentos de mayor tensión en la
última lucha social, ahora se requiere priorizar las actitudes racionales para
afrontar lo esencial del problema con una visión a largo plazo, con
propuestas programáticas, para no dejarse atrapar en las redes del
“espontaneismo”, ni de la simple oposición protestataria.
1.- Desde el punto de vista histórico, el predominio de la producción
agrícola y pecuaria como actividades prioritarias en el conjunto de
la Producción Social Global del país, representa una situación del
pasado de Cajamarca y del Perú. Mientras que la ubicación de
la producción industrial como actividad prioritaria debería
representar el futuro de Cajamarca y del Perú.
En este necesario salto cualitativo, del pasado hacia el futuro, la
actividad productiva minera está obligada a desempeñar una función
muy importante. La actividad minera debería servir como una especie de
“bisagra” y de “trampolín” para saltar hacia adelante. En una propuesta programática
seria, acorde a las necesidades de nuestra propia
realidad, la producción minera no puede ni debe ser dejada de lado,
todo lo contrario.
La consigna general “Agro SI, Minas NO”, y
la consigna específica “Agua SI, Oro NO”,
que han agitado algunos desorientados y recalcitrantes
confusionistas saturados de pasadismo --comenzando por “el
candidato” Ollanta Humala y su reaccionario plan de
gobierno de “La Gran Transformación” agitado en la última campaña
electoral hasta abril de 2011--, me parecen dos consignas
irracionales, en el fondo reaccionarias. Esas son dos consignas que no obedecen
a las necesidades presentes de nuestro país, ni contribuyen en lo más mínimo al
cambio social. Son dos consignas que se aferran “románticamente” a un pasado “agrarista”,
al estancamiento del país, y que pretenden vanamente la restauración del
pasado.
2.- En el Perú Nuevo al que ambicionamos la
mayoría de trabajadores peruanos, la agricultura conjuntamente con
la minería deberán ser la base del crecimiento económico, mientras
que la industria deberá ser el factor dirigente, y
a la vez, Eje del Plan Nacional de Desarrollo Social del país a Largo Plazo.
Si esa es, o debería ser, la perspectiva del
crecimiento económico y del desarrollo social del país, muy mal haríamos
en oponernos y rechazar “a fardo cerrado” la actividad
minera en los actuales momentos. El presente es la antesala del futuro, y por
lo tanto, en el presente debemos trabajar por crear
las condiciones favorables para el futuro desarrollo social del país. En el
presente no se pueden sembrar “vallas” (obstáculos) que estorben y
dificulten el desarrollo del futuro.
En las últimas décadas la producción minera, como principal
fuente de ingreso de divisas, ha sido y es una necesidad para
sostener la continuidad del actual crecimiento económico en el país, del crecimiento
económico capitalista claro está. Y en el futuro próximo, la actividad
minera también seguirá siendo una necesidad del Perú Nuevo. Por lo tanto,
debemos defender y apoyar la renovación, el
crecimiento y el desarrollo racional de la industria minera.
3.- La minería en el futuro, en una etapa avanzada del Perú
Nuevo, necesaria e inevitablemente será una industria
nacionalizada, mayoritariamente de propiedad social. Esa es la perspectiva
futura, pero todavía no es la realidad presente.
Mientras que en la actualidad, y por unos años más, mientras sigan
predominando las relaciones capitalistas de producción, la minería
continuará siendo una industria mayoritariamente de propiedad
privada, que seguirá en manos tanto de la gran propiedad, como de la mediana
propiedad; tanto de empresas peruanas como de
empresas extranjeras; tanto de empresas públicas como de empresas particulares.
Esa es la realidad presente, no olvidemos que todavía vivimos en un país
capitalista atrasado, y de esta realidad objetiva debemos de partir
para hacer cualquier análisis serio.
Se entiende que la pequeña propiedad minera, en la actualidad, y con
mayor razón en el futuro, está demás, no tiene perspectivas de
desarrollo en la actividad minera.
Ya es conocido que tanto en la agricultura como en la minería, la
pequeña propiedad “está condenada por la ciencia”, y la gran propiedad privada
“está condenada por la historia”. En un futuro no lejano, tanto la gran
propiedad agrícola, como la gran propiedad minera, para que puedan
continuar funcionando de manera efectiva, necesariamente tendrán que ser nacionalizadas por
el nuevo poder, y la mediana minería tendrá que asociarse en
grandes empresas colectivas, para así estar en condiciones de
sostenerse, tanto técnica como económicamente, y servir como fuentes
efectivas de abastecimiento de materias primas de la nueva economía, nueva
economía que será predominantemente industrial.
4.- En el pasado, en los últimos cien años para ser más precisos, la
actividad minera desarrollada por grandes, medianas y pequeñas empresas, ha
perjudicado gravemente extensas zonas del territorio peruano, siendo Cerro de
Paso y La Oroya los casos más representativos del grave deterioro del medio
ambiente.
En el presente, para que la actividad minera no siga
perjudicando gravemente el desarrollo de las actividades
agropecuarias, el pueblo organizado debe exigir e imponer la
aplicación de técnicas racionales y modernas de explotación minera,
técnicas que protejan lo máximo posible al medio ambiente circundante,
reduciendo al mínimo los efectos negativos en la superficie de los terrenos, en
las corrientes y depósitos de agua, y en el aire de las
zonas de operación.
Actualmente las ciencias de la Hidrología y la Hidrogeología,
a nivel mundial, están muy desarrolladas. Similarmente las técnicas del Manejo
Racional de Cuencas y las técnicas modernas de Exploración y
Producción Minera también están muy desarrolladas. En los últimos cien
años los avances técnicos y científicos de la humanidad en su conjunto han sido
enormes, y están al alcance de todos los pueblos.
La continuidad de la actividad minera en todo el país, debería
estar condicionada a la utilización intensiva de los nuevos avances
científicos e inventos técnicos, para poder desarrollar una actividad
minera más racional y moderna, dentro de los límites propios del actual orden
social. En los países mineros industrialmente más desarrollados como Canadá,
Australia, Suecia, Noruega o Finlandia, entre otros, la legislación sobre
protección del medio ambiente está más desarrollada, y ya no se cometen los
graves perjuicios que todavía se vienen dando en nuestro país.
Dentro del actual orden social, no
se puede esperar, ni pedir, utopías
inalcanzables, así como tampoco se puede renunciar a la demanda de mejoras
dentro del propio sistema actual.
5.- Hay que sustentar y refutar, con argumentos científicos, las
especulaciones y creencias reaccionarias con las cuales algunos demagogos
confusionistas agitan y engañan al pueblo, como es el supuesto
“agotamiento de los recursos naturales”, vieja teoría esbozada hace más de 200
años por el reaccionario escritor Malthus, teoría refutada
por el avance real de la sociedad en los dos últimos siglos.
La tierra, el agua, y el aire, son
diversas formas de existencia de la materia en movimiento, que forma nuestro
planeta como capas de la Litósfera, la Hidrósfera y la Atmósfera. El
agua, así como la tierra y el aire, son recursos relativamente
inagotables, que pueden continuar siendo utilizados con
creces por la humanidad, durante muchos siglos más. La acción destructiva de la
envoltura superficial del planeta, desarrollada por la humanidad sobre todo en
la época capitalista, no tiene la capacidad para destruir, y mucho
menos de “agotar” esos tres recursos. La materia no se
crea ni se destruye, la materia se encuentra en permanente
transformación.
Toda la masa sólida del planeta Tierra (la Litósfera), tiene inmensos
yacimientos relativamente inagotables de todo tipo de minerales, en especial de
los metálicos. La moderna explotación intensiva de minerales en la superficie
terrestre “a tajo abierto”, para lo cual se necesita utilizar
grandes y poderosas maquinarias, recién tiene un poco más
de 100 años de historia. Este moderno método de
explotación minera se comenzó a
utilizar varias décadas después de iniciada la revolución
industrial.
Antes de la mencionada revolución industrial, ocurrida recién a mediados
del siglo XVIII (y antes del invento de las máquinas a vapor, y posteriormente
de las máquinas a motor de combustión, y de las máquinas
impulsadas por energía eléctrica), predominaba la modesta actividad
artesanal en la producción minera, así como en las demás ramas
de la producción.
Sin pretender asumir poses, ni aparentar
ser entendidos en la materia, por simple sentido común podemos
considerar que hasta el presente solamente se ha “raspado” y
excavado ligeramente la parte más superficial de la corteza terrestre. En
términos relativos, podemos asumir que los minerales son
inagotables, todavía están por explorarse y explotarse las capas
intermedias y las capas más profundas de la corteza terrestre, tanto en terreno
firme, como en los grandes yacimientos que existen en los inmensos
fondos marinos, los cuales todavía siguen sin ser explotados.
Los pueblos del mundo no deben de preocuparse por un supuesto
“agotamiento de las minerales”, por el contrario deben de mirar el futuro con
optimismo, como tiempos en los cuales abundarán todo tipo de
recursos.
6.- Algo similar ocurre con el agua, que también es otro recurso
inagotable. El agua para riego y para consumo humano no surge de manera natural
“ni del fondo, ni de la superficie de la tierra”, como han venido agitando
los opositores a ultranza de la actividad minera.
El agua acumulada en nevados, lagunas, bofedales,
humedales, lagos, lagunas, ríos y riachuelos, es
suministrada por las precipitaciones de las lluvias, y éstas forman
parte del permanente e interminable ciclo hidrológico.
Ciclo en el que, de manera ininterrumpida se suceden las etapas de
evaporación de las aguas de mar y de los lagos, condensación y formación de las
nubes, precipitación a través de las lluvias, y escorrentía superficial y subterránea,
para regresar nuevamente la mayor parte del volumen de agua a los
mares y lagos, a través del largo y complejo curso de los ríos. Una parte menor
del volumen de agua en circulación se reintegra al ciclo hidrológico a través
de la evapotranspiración directamente desde la superficie de la tierra hacia
las nubes.
La cantidad de agua, que cubre más del 70% de la superficie de la esfera
terrestre, está acumulada en océanos, mares, lagos, y ríos, y
sirve de base y punto de partida del ciclo hidrológico, es
inmensamente superior al modesto consumo humano actual. En el mundo
actual No
falta agua. Por el contrario, el agua es un recurso natural “que sobra”, y que
sobra con abundantes creces con respecto a las necesidades humanas
actuales. Tenemos el deber de desterrar todas las teorías fatalistas sobre el
futuro agotamiento del agua.
Las teorías sobre el supuesto “agotamiento del agua” son científicamente
insostenibles, y políticamente reaccionarias. Lo cual no significa que ésta
deba derrocharse sin medida ni control, sino que el país debe
planificar la utilización racional de los caudales anuales
disponibles del agua dulce que se precipitan con las lluvias
y que discurren en la superficie y en el subsuelo de cada una de las cuencas
hidrográficas.
Un país moderno, en pleno comienzos del siglo XXI, debe organizarse para
planificar el Uso Racional del Agua, regulando los volúmenes
variables disponibles cada año, para contrarrestar los efectos de las
periódicas inundaciones y sequías, y así promover su utilización y
aprovechamiento racional y armónico para satisfacer las necesidades humanas. La
actual clase dominante no está en capacidad técnicamente, ni tampoco le
interesa social y políticamente, llevar a la práctica este manejo racional.
El problema de fondo no es “La Defensa del Agua” como se viene
difundiendo sin ningún fundamento en muchos comunicados y eventos. El problema
de fondo es prepararse para “El Aprovechamiento Racional del Agua” disponible,
para satisfacer en primer lugar las necesidades del consumo humano, y en
segundo lugar las necesidades del riego agrario, del uso industrial,
y también las necesidades de la actividad minera. Ese es el verdadero reto
que los trabajadores peruanos tenemos en el presente. Esta es una tarea
del pueblo.
La clase dominante está incapacitada histórica y políticamente para
afrontar esta tarea. En doscientos años de vida republicana la clase dominante
peruana, rentista y parasitaria, solamente se ha dedicado a explotar
irracionalmente los recursos naturales y explotar y vivir del trabajo ajeno.
7.- El Año Agrícola julio 2010- junio 2011 en el Perú fue un año
relativamente seco, la temporada de lluvias demoró en iniciarse, y por varios
meses se presentó el peligro de posibles sequias en la costa sur y
la costa norte, temiéndose que se malograran miles de hectáreas de
tierras ya cultivadas. Los casos más críticos que se declararon en
emergencia fueron los valles de Moquegua y Lambayeque. (Revisar
Revista Agraria de julio de 2011)
Por el contrario, el Año Agrícola julio 2011-junio 2012 será,
y ya es, un año de abundantes lluvias, cuyo
ciclo se ha iniciado con anticipación, y en estos momentos [verano
de 2012] están ocurriendo inundaciones en Tacna, Arequipa, Puno, Junín,
Ancash, y otros departamentos del sur, centro y norte del país. De
manera similar, los caudales de los ríos Marañón, Huallaga y Ucayali,
que recogen y concentran los caudales de la mayoría de los ríos de
la sierra, y que alimentan a la inmensa cuenca amazónica, se han incrementado
por encima de los caudales promedios anuales, y ya están inundando las zonas
bajas de las poblaciones ubicadas en las riberas de los
ríos amazónicos, causando alarma y destrucción en numerosas
poblaciones ribereñas. La falta de previsión ante los desastres naturales es
otra de las características propias de la actual clase dominante y
del estado parásito que controla el país.
Para decirlo en pocas palabras, el problema del presente año 2012, no es
“la Falta de Agua”, sino “la Abundancia de Agua”.
Por falta
de previsión, por falta de grandes obras para embalsar, depositar, y regular
las aguas excedentes, este año 2012 es un Año de Inundaciones, inundaciones
que están afectando a cientos de miles de pobladores instalados en las riberas
de los ríos de la Sierra y de la Selva. Los ocasionales y
circunstanciales “defensores del agua” no dicen nada sobre
este gran problema que está afectando a cientos de miles de pobladores en todo
el país.
8.- Las grandes utilidades que se obtienen y se pueden obtener en la
actividad minera, que de lejos son muy superiores a las que
se obtienen en la actividad agropecuaria, en las actuales
condiciones sociales deben de beneficiar no solamente a los
propietarios y a los trabajadores mineros, sino también a los pobladores de las
comunidades circundantes de cada proyecto minero, y a la población del país en
su conjunto.
9.- Después de las luchas de los pueblos de la Amazonía del
año 2009, de las Elecciones Municipales de Octubre de 2010, y de las luchas de
masas en Cajamarca a fines del 2011, las condiciones de la
lucha social en el país han cambiado radicalmente. Quienes no logran
percibir la importancia de esos tres acontecimientos, y no se percatan de las
nuevas condiciones de la lucha social, están condenados a seguir viviendo de
espaldas a la realidad.
La victoria de la Oposición Democrática Poblana en
las elecciones municipales y provinciales de octubre de 2010 ha fortalecido las
luchas reivindicativas del pueblo peruano a lo largo y ancho del país. Las
grandes movilizaciones de masas de los pueblos amazónicos en los meses de
abril, mayo y junio de 2009 colocaron en el primer plano a las
organizaciones frente unitarias. El conjunto de las luchas de masas
desde el año 2003 hasta el presente ha colocado en primer plano las organizaciones
propias de las masas, es decir a “las comunidades nativas
amazónicas, las comunidades campesinas alto andinas, y los municipios
urbanos”, que en su conjunto conforman los pilares del frente
unido del pueblo peruano.
Sin embargo, todavía subsisten en nuestro medio unas pocas mentalidades
individualistas y caudillistas, que siguen dudando de la existencia real del
frente unido del pueblo peruano. Es que acaso, resulta muy difícil
entender que las luchas de los pueblos amazónicos del año 2009 fueron luchas
del frente unido del pueblo peruano, y de igual manera, las luchas en Puno y
Cajamarca en el año 2011, así como la lucha electoral municipal de octubre de
2010 también fueron luchas del frente unido peruano.
En los últimos diez años la correlación de fuerzas ha cambiado de manera
favorable para el pueblo, y ahora se presentan mejores condiciones para
desarrollar una intensa lucha reivindicativa de
carácter democrático, para atender en parte, aunque sea
mínimamente, las necesidades y demandas de la población
trabajadora.
El largo periodo de crecimiento económico iniciado
el año 1993, resulta una condición muy favorable para el desarrollo
de la lucha reivindicativa por la distribución de lo producido.
Estas luchas reivindicativas fortalecerán las organizaciones de masas, y
favorecerá la acumulación de fuerzas para luchas futuras por objetivos
superiores.
[Espero que la divulgación de estos primeros criterios, definidamente
polémicos, sirva de estímulo para el desarrollo del debate
programático durante la presente jornada de lucha político
electoral. Nuestra participación en la lucha político electoral tiene como
primer objetivo contribuir a educar, movilizar y organizar a las masas
dispersas].
(*) Comentario escrito en abril de 2012, a las pocas semanas del
desarrollo de las movilizaciones y luchas del pueblo de Cajamarca. De esa fecha
al presente, han transcurrido más de dos años, en los cuales se han sucedido
varias luchas de masas muy importantes, y de los cuales podemos extraer otras
lecciones complementarias. Ahora, en vísperas de la próxima lucha política
electoral, me parece que algunas de estas ideas pueden contribuir al necesario
debate y agitación electoral. Justamente lo que está faltando desarrollar, es
el debate de propuestas concretas, para superar la torpe y mediocre campaña de
simples acusaciones y denuncias promovida por los propagandistas al servicio de
la clase dominante.
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