Publicado: 27 jul 2015
En el mundo
se han acumulados unos 1,5 cuatrillones de dólares en instrumentos derivados
volátiles que pueden explotar como si de una "bomba financiera" se
tratara, advierte el analista estadounidense Stephen Lendman, que agrega que
este escenario haría que la recesión de 2008-2009 pareciera débil en
comparación.
Mientras
tanto, los datos del Banco de Pagos Internacionales, la entidad financiera que
coordina la actividad de los bancos centrales, evidencian que hay unos 700
billones de dólares en derivados globales. Junto con las permutas de
incumplimiento crediticio (también conocidas como CDS, de 'credit default
swap') y "otros instrumentos financieros exóticos", el valor total de
los derivados asciende a 1,5 cuatrillones de dólares. Esto es un 20% más que en
2008, un flujo enorme que, si tiene lugar un caos financiero, será
imposible controlar, escribe Stephen Lendman, del portal Global
Research.
Durante años, Warren Buffett describió los derivados como "bombas financieras de relojería" para las economías y los ciudadanos de a pie, recuerda el experto.
El Sistema de Reserva Federal, el banco central de EE.UU., controlado y operado por Wall Street, es la raíz del problema, no su solución, destaca el analista. En Wall Street "los intereses monetarios compran políticos como si fueran pasta de dientes", añade.
"La desregulación financiera ha convertido Wall Street en un casino sin reglas" que imprime dinero de forma desenfrenada. "Nos aguarda una quiebra catastrófica. Es solo cuestión de tiempo", advierte Lendman.
"La economía y el sistema financiero de EE.UU. son como un castillo de naipes a punto de derrumbarse", concluye.
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