Es muy
posible que los colombianos desplazados desde Venezuela, sólo les interesen a
algunos colombianos en épocas electorales. Después de ese periodo, serán
dejados, nuevamente a su suerte, hasta el siguiente período de elecciones.
John
Alexander Castro
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La medida tomada por Nicolás
Maduro provocó la expulsión de diferentes colombianos del territorio
venezolano. Esta medida nos puede parecer injusta. Incluso, nos puede parecer
necesaria. Pero nuestra opinión no trasciende sobre una decisión autónoma de
ese gobierno. Aunque también podemos creer que es una cortina de humo para
ocultar la crisis económica y política de Venezuela, generada por la
corrupción de los funcionarios de ese gobierno. Sin embargo, esa medida
nuevamente nos demostró que las fronteras colombianas son territorio
fantasma, posibilitando la inmigración ilegal, el contrabando, las bandas
criminales, el tráfico de cocaína y gasolina. Una problemática de poco
interés para el gobierno central colombiano.
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De otra parte, este evento ha
sido rechazado por los monopolios de la información nacionales, dirigentes
políticos de derecha y extrema derecha, sus respectivos partidos políticos y
sus seguidores porque han considerado que esta decisión es una violación a la
dignidad nacional. No obstante, esos mismos monopolios de la información,
dirigentes de derecha y extrema derecha y sus respectivos partidos políticos
han guardado silencio y no han buscado protagonismo, en medio de los
desalojos de miles de colombianos de sus tierras, sean indígenas o
campesinos; mostrando un silencio cómplice ante el desplazamiento forzado.
Tampoco se han preocupado por los miles de colombianos que han sido
desalojados de sus viviendas, ante el embargo de las entidades bancarias. De
la misma forma, no han manifestado un mínimo interés ante la deportación de
miles de colombianos, desde distintos países del mundo.
¿Quiénes se han beneficiado del
tema fronterizo entre Venezuela y Colombia? A la derecha y la extrema derecha
colombiana y a la izquierda venezolana les sirven los conflictos binacionales
para aumentar su caudal de simpatizantes y lograr el favoritismo en las
elecciones. Además, dirigentes políticos colombianos, como Cesar Gaviria y
Andrés Pastrana, les ha permitido reaparecer en la vida política nacional.
Asimismo, Álvaro Uribe ha tenido la fuerza de decir: “El gobierno de Colombia
tiene que hacer cumplir el deber ético y justo de hacer respetar a los
colombianos”. De ese modo, se sigue robusteciendo en periodos de campaña
política, aunque el ex presidente y actual senador no tuvo la misma fuerza en
su voz, y no exigió lo mismo, cuando algo más de dos millones de colombianos
fueron desplazados por la violencia en su gobierno.
Alejandro Ordoñez señaló: “La
Procuraduría le pide al Presidente de la República que exija al gobierno
venezolano el desmonte inmediato de su política de ataque sistemático contra
los derechos humanos de la población colombiana en la frontera y en cualquier
otro lugar de su territorio. El problema no se resuelve simplemente
reabriendo la frontera, sino desmontando definitivamente esa política
arbitraria contra los colombianos”. A pesar de esa defensa, recuerdo las
palabras que –recientemente salieron a la luz pública la afirmación del
entonces concejal Ordoñez– pronunció en 1987: “No podemos desconocer que las
auto-defensas se ajustan a las normas de la moral social, del derecho natural
y de nuestra legislación positiva. Pensar lo contrario es, por decir poco,
una absurda ingenuidad”. Posteriormente, esas auto-defensas ocasionaron el
desplazamiento forzado de miles de colombianos, en medio de la violencia
generada por el control de amplias extensiones de tierras. Esos colombianos
quizá se fueron a Venezuela, huyendo de la muerte. Ante esos desplazamientos,
Ordoñez ha sido muy discreto.
Incluso, le ha servido al
presidente Juan Manuel Santos, quién ha mostrado su preocupación al afirmar:
“Quiero recordarles a todos los deportados que Colombia los recibe con los
brazos abiertos. Están volviendo a su hogar y no son extraños en su tierra.
Están en su casa”. No obstante, Santos no había mostrado tanto apoyo y
acompañamiento a los desplazados, por ejemplo cuando fue ministro de Comercio
Exterior, ministro de Hacienda o ministro de Defensa,
Finalmente, es muy posible que
los colombianos desplazados desde Venezuela, sólo les interesen a algunos
colombianos en épocas electorales. Después de ese periodo, serán dejados,
nuevamente a su suerte, hasta el siguiente período de elecciones. Mientras
tanto, continuarán o se repetirán, en territorio colombiano y no venezolano,
los desalojos de indígenas, sea en el Cauca o en la Guajira; de familias en
Villa Café (Medellín), Hidroituango (Antioquía), en El Quimbo (Huila) y en la
Localidad de Suba (Bogotá); o en otra lugar cualquiera de Colombia. Aunque
esos desalojos y desplazamientos no serán presentados con tanta intensidad
por los monopolios de la información y los políticos de turno no se rasgarán
las vestiduras. Pues esos desalojos o desplazamientos forzados no serán considerados
un ataque a la Dignidad Nacional.
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Fuente: http://palabrasalmargen.com/index.php/articulos/nacional/item/la-frontera-en-epoca-electoral
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