sábado, 19 de septiembre de 2015
Cesar Flores ha dejado el
siguiente comentario en mi blog a propósito de mi trabajo “Precios
irracionales”: “Usted confunde irracional con subjetivo. Los precios en una
economía de libre mercado son determinados por el tira y afloja entre lo que
los consumidores desean pagar y lo que los productores desean recibir. Puede
hacer una campaña concientizando a la gente a que no vale la pena pagar 50
euros por ver a un artista, y si tiene efecto la prédica los precios bajarían.
El problema de meter al Estado a determinar qué precio es justo en este caso es
que solo podría poner un precio a su capricho, o bien usando calculadora
calcular que si un concierto cuesta tanto y el artista en cuestión debe ganar tanto…
dividido por la cantidad de gente que asistiría… acá esta, x euros. No sería
eficiente, porque el principal factor de la ecuación, la asistencia, no es
constante: usted habla de 4 mil asistentes. Y si los interesados no son 4 mil
sino 500, ¿costarían más las entradas? Y si son 20 mil, ¿costarían menos? O
sea, que algo más deseado sería más caro que algo que no lo es”.
- Afirma Cesar que yo confundo irracional con subjetivo. Al inicio de mi trabajo definí el precio irracional como aquel precio que no se adecua a su valor. Luego si doy una definición de precio irracional, sobra la crítica. Otra cosa es que haya una definición de precio irracional distinta a la mía. Y si ese es el caso, que la ofrezca. La definición que aporta Cesar es la de precio según la economía convencional y no la de precio irracional.
- Afirma Cesar que “los precios en una economía de libre mercado son determinados por el tira y afloja entre lo que los consumidores desean pagar y lo que los productores desean recibir”. Hablo primero de los consumidores. Cuando cualquier persona quiere comprar alimentos, vestimentas y calzados, los productos tienen de antemano los precios establecidos. En los mercados actuales no existe ningún tira y afloja. Y en lo que afecta a los mercados de equipos y maquinarias, sucede lo mismo. Los precios vienen establecido de antemano. Cosa distinta son los descuentos que realiza el vendedor por causas varias. Si el comprador necesita una máquina de forma urgente, lo único que puede hacer es buscar entre la competencia el precio mejor. Con respecto a los deseos, afirmo lo siguiente. El precio que alguien desea pagar está determinado por su poder adquisitivo, esto es, por el dinero del que dispone. Y los precios que “los productores” quieren recibir están determinados por el precio de costo. De manera que si bien los deseos es un factor subjetivo, están enteramente determinados por factores objetivos: del lado del consumidor por el poder adquisitivo y del lado de los vendedores por el precio de costo.
- Respecto a la última cuestión que plantea Cesar, afirmo lo siguiente. En primer lugar se trata de establecer si hay precios irracionales, esto es, si hay precios que no corresponden al valor de los esfuerzos de sus creadores. Yo afirmo que sí. Y su base está en que las empresas privadas utilizan las fuerzas productivas acumuladas a lo largo de la historia por un sinfín de generaciones para provecho privado. En segundo lugar se trata de saber cómo debe actuar el Estado para corregir esas deficiencias. Hay una manera general de hacerlo: poner un tope superior a los ingresos personales. No habría que intervenir en los precios sino en los ingresos. El mercado seguiría funcionando “libremente”, pero toda aquella parte del precio que no se debe al esfuerzo personal de los vendedores sino que es obra de las conquistas sociales, sería requisado por el Estado y entregado de nuevo al conjunto de la sociedad en concepto de servicios y prestacionales sociales.
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