El Nuevo Hacedor de Lluvia
Una
lluvia de buenas noticias para tus campañas políticas…
¿Estás
listo para emprender un camino de cambios en tu comunicación política y en tu
forma de ver, vivir y hacer campañas políticas?
- Si ya no quieres seguir con las viejas recetas del siglo 20
- Si estás dispuesto a dejar de lado el marketing político tradicional
- Si no quieres jugarte el futuro político al cara o cruz de la publicidad electoral
- Si éste es tu momento para ser ambicioso y cambiar…
Entonces mi curso El Nuevo Hacedor de Lluvia
es exactamente lo que necesitas.
Son 4 clases de Comunicación Política que cambiarán tu forma de hacer campañas políticas. Aquí mismo, online. A partir de este preciso momento.
Son 4 clases de Comunicación Política que cambiarán tu forma de hacer campañas políticas. Aquí mismo, online. A partir de este preciso momento.
No lo dejes para mañana.
Comienza ahora mismo: la primera clase está disponible desde ya.
Nota: Este Curso es gratuito y sirve como
Introducción a los Seminarios Online con Daniel Eskibel
Transcripción de la Clase 1
Nuevo Marco Mental para la
Comunicación Política
¿Quién es ese que mantiene la calma, la estrategia
y el rumbo de una campaña política? Ese que hace que las cosas pasen, el que
ayuda a superar los obstáculos, el que siempre encuentra soluciones, el que
marca el camino.
No importa si la campaña es grande o pequeña, si
estás en el gobierno o en la oposición. Sea cual sea la situación política:
¿quién es ese protagonista decisivo de las campañas?
¿Y cómo puedes tú transformarte en esa persona?
Soy Daniel Eskibel y ésto es El Nuevo Hacedor de
Lluvia, curso de Introducción a mis Seminarios Online. Son 4 clases de
Comunicación Política que cambiarán tu visión sobre las campañas políticas.
La Comunicación Política Alejada
de la Gente
Las personas de este tiempo que vivimos se sienten
lejos de la política. Y nada que intente acercarlas parece tener buenos
resultados. Nada. Ni el marketing político ni los mejores spots de televisión
ni las declaraciones sorpresivas y altisonantes ni las denuncias ni las
agresiones ni las propuestas de gobierno.
¿Sabes por qué ocurre ésto?
Porque la comunicación política se ha secado. Para la gente se ha vuelto seca, inerte, vacía.
¿Por qué ocurrió eso?
Porque la comunicación política perdió su conexión con la gente. Perdió su armonía con la vida de la gente. Perdió su relación equilibrada con la realidad que vive la gente.
Y así se fue secando al sol, perdiendo vida, perdiendo movimiento hasta quedar como una osamenta reseca perdida en medio del desierto.
De esta manera es que la mayoría de las campañas
políticas comienzan con ilusión y entusiasmo pero terminan, justamente,
predicando en el desierto.
Yo también prediqué en el desierto.
Caminando por el Desierto
Primero recorrí los caminos de la política. Todos
los caminos. Fui militante clandestino en medio de una dictadura. Me reuní con
anónimos con alias en casas de seguridad. Corrí por las calles escapando de una
carga de caballería. Aprendí a eludir seguimientos. Escapé por pocos segundos
de patrullas de vigilancia. Sobreviví ileso y libre hasta la democracia.
Luego pinté carteles y repartí volantes. Hablé
puerta por puerta con la gente. Fui dirigente político y legislador. Hablé en
asambleas y mitines. Fui protagonista de spots de televisión y de radio.
Escribí columnas de prensa y dirigí audiciones radiales. Fui opositor y también
ocupé cargos de gobierno. Ataqué, fui atacado, participé en debates y realicé
propuestas. Por eso te digo que recorrí todos los caminos de la política.
Aprendí, por cierto. Pero prediqué mucho en el
desierto y estuve mucho tiempo atrapado en esa comunicación seca y alejada de
la gente.
También recorrí los caminos de la consultoría
política, caminos que sigo recorriendo hoy día. Trabajé en campañas
municipales, provinciales, legislativas y presidenciales. Conocí Jefes de
Estado, ex Presidentes, legisladores, gobernadores, alcaldes, candidatos y
figuras políticas de más de 10 países.
Estuve detrás de escena asesorando candidatos
durante debates televisivos. Trabajé con empresas encuestadoras y con
publicistas. Escribí guiones para radio y televisión. Escribí discursos. Diseñé
estrategias. Acompañé candidatos en recorridos por sus regiones. Dirigí equipos
de información. Formé cuadros políticos. Aconsejé caminos para el trabajo en
redes sociales. Elaboré eslóganes. Trabajé con profesionales para lograr las
mejores fotografías de campaña. Escribí textos para impresos, para carteles y
para todo tipo de publicaciones.
Y en estos caminos de la consultoría también
aprendí. Pero en los primeros tiempos también prediqué mucho en el desierto y
me costó abandonar la reseca senda de la vieja comunicación.
El Hacedor de Lluvia
Nací en 1959. Me titulé en Psicología en 1982. Hice
política durante más de 10 años. Y ya cuento más de 20 años como consultor. Ya
estuve en ese lugar desierto de la comunicación en el que no crece nada. Y ya
pude salir de ese desierto.
Salí transformado porque aprendí algunas cosas
esenciales. No se trataba de que no supiera o no tuviera experiencia. De hecho
sabía muchas cosas importantes y también tenía una trayectoria. Pero me faltaba
algo importante. Y sentía que tenía que aprender más. Y me dediqué a hacerlo.
Aprendí con maestros. Aprendí con libros. Aprendí
cursando casi 5 años de seminarios de psicología social, psicología de la
comunicación, publicidad y semiótica. Y aprendí de la práctica. En especial
aprendí de los errores y de las derrotas.
Aprendí a ser un hacedor de lluvia.
No un mago ni un brujo. De eso nada. Tampoco alguien que hace cualquier cosa.
Le llamo hacedor de lluvia a una persona, ya sea un político o un profesional, que logra que las campañas políticas fluyan con naturalidad, comuniquen con impacto y logren sus objetivos más deseados.
El hacedor de lluvia tiene algo que lo diferencia
de otros protagonistas de las campañas. Tiene un nuevo marco mental.
Del Pensamiento Milenario Chino
al Psicoanálisis
Para comprender ese nuevo marco mental voy a
compartir contigo una historia real que cuenta en uno de sus libros el
psicoanalista Carl Gustav Jung.
El protagonista del relato de Jung es Richard
Wilhelm, uno de los más importantes estudiosos del pensamiento chino. Para
darte una idea de la relevancia de este hombre te diré que fue el responsable
de la primera traducción del I Ching, el Libro de los Cambios o
Transformaciones. O sea que introdujo esta obra en el mundo occidental.
El I Ching puede ser usado como oráculo o también
como libro de sabiduría.
Y si lo usas como oráculo sus respuestas no son las respuestas al uso en el mundo occidental, esas que te dicen o pretenden decir lo que va a ocurrir. Por el contrario, la respuesta del I Ching suele indicarte los posibles y diversos caminos de acción que tienes por delante. Y te los explica, justamente, con sabiduría. Una sabiduría que visualiza un universo en constante cambio, pero que cambia siguiendo ciertas leyes y principios.
Pues bien, cuenta Jung que Richard Wilhelm fue un
día a visitar un pueblo chino que sufría una sequía muy prolongada. Todo el
mundo estaba muy preocupado ya que se había hecho de todo para acabar con ella.
Rezos, hechizos, magia…Todo lo habían intentado pero nada había funcionado. Lo
único que quedaba por hacer era llamar al hacedor de lluvia. Y así lo hicieron.
Cuando el hacedor de lluvia llegó al lugar se bajó
del coche, observó a su alrededor, olfateó el aire y respiró profundo. Pidió
entonces una casa en las afueras del pueblo donde pudiera vivir él solo.
Insistió en que nadie debía molestarle. Y así fue. Nadie le oyó ni le vio por
tres días. Al cuarto día todo el mundo se despertó a causa de un fuerte
chaparrón. Llovía copiosamente. Incluso, y para deleite de los campesinos,
nevaba de a ratos.
Richard, el estudioso del pensamiento chino, se
quedó impresionado y rápidamente fue a visitarle. Al llegar le dijo:
– ¿De manera que puede hacer que llueva?
El hacedor de lluvia se burló ante esa idea y
contestó:
– ¡Por supuesto que no puedo! Solo llueve cuando todo está en armonía y es necesario que caiga el agua.
Richard le preguntó entonces qué era lo que había
hecho. Y el hacedor de lluvia le dijo que eso sí se lo podía explicar.
– Cuando llegué al pueblo, -dijo- vi rápidamente que todos estaban nerviosos y descentrados. Yo mismo enfermé nada más bajarme del coche. Perdí de inmediato mi equilibrio y mi armonía. Y tuve que estar totalmente solo y apartado para volver a equilibrarme. Fue entonces, restablecida la armonía, que llovió de manera natural.
El Nuevo Marco Mental
La historia nos revela una clave del nuevo marco
mental que debemos construir para ser hacedores de lluvia en las campañas
políticas.
Esa clave está en la armonía, en el equilibrio.
¿A qué armonía me refiero?
A la armonía del candidato o del gobernante consigo mismo.
A la armonía de su equipo de trabajo.
Y muy especialmente a la armonía de la comunicación política de la campaña con los modos de pensar, sentir y actuar de la gente.
Pero de eso vamos a hablar en la próxima clase.
Por ahora te invito a escribir los comentarios, reacciones o reflexiones que te haya inspirado la clase de hoy…
Si desea escuchar la primera clase de Daniel Eskibel puede usted ir a la dirección de abajo:
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