Investig'Action
03-12-2015
Traducido
del francés por Beatriz Morales Bastos
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La
mayoría de la gente asocia Cuba a los auténticos coches antiguos, la
encantadora salsa, las playas de ensueño, los cigarros, los mojitos… Son pocas
las personas que saben que este país vive desde 1959 bajo un nivel 4 de
amenaza. ¿Cómo vive la población cubana y qué podemos sacar de su experiencia
de especialistas?
En el nivel 4 desde hace 55 años
Hace 57 años, cuando Fidel y los suyos ganaron al
ejército y expulsaron al dictador Batista, el 1 % de los cubanos más ricos
también hizo las maletas. Se replegaron a sus segundas residencias en Miami, a
unos 200 kilómetros de la isla. Estaban convencidos de que los rebeldes
barbudos ni iban a aguantar más que unos meses y que rápidamente podrían
recuperar sus privilegios. También el gobierno de Estados Unidos pensó que en
seguida podría controlar a los «barbudos». Pero en seguida se vio que el nuevo
gobierno rebelde no se iba a dejar aplastar tan pronto. A finales de 1959 el
presidente Eisenhower lanzó un programa para acabar con la revolución cubana.
Es el principio de una serie de atentados
terroristas contra la isla: guarderías, grandes almacenes, hoteles y otros
edificios públicos son objetivo de los ataques con bomba. El 4 de marzo de 1960
un barco cargado de armas belgas vuela en pedazos en el puerto de La Habana.
Contrarrevolucionarios armados siembran el terror en el campo apoyados por una
cobertura aérea de Estados Unidos. A continuación se producen las acciones de
sabotaje, las explosiones por decenas, los intentos de asesinar a Castro por
centenas. Comandos armados que matan a los habitantes sin discriminación
realizan invasiones a lo largo de la costa. Estados Unidos no duda en utilizar
armas bacteriológicas para destruir las cosechas y difunden varias
enfermedades, como el dengue, lo que provoca cientos de muertos.
En abril de 1961 unos bombarderos estadounidenses
bombardean los aeropuertos cubanos para preparar una invasión militar de 1.200
mercenarios en la Bahía de Cochinos. La operación es un fracaso total. Los
estrategas estadounidenses llegan a la conclusión de que solo se puede vencer a
la revolución por medio del envío masivo de tropas de tierra (1). Los proyectos
se dejan temporalmente de lado porque en aquel momento Washington se prepara
para la guerra de Vietnam. En 1976 el terror llega a su punto culminante cuando
es derribado un avión de las líneas aéreas cubanas. Fallecen los 73 pasajeros
que transportaba. La década de 1990 conoce un nuevo pico de agresiones. En
aquel momento Cuba desarrolla su sector turístico como repuesta a un
empeoramiento del bloqueo económico. Esta vez los hoteles, centros turísticos,
autobuses, aeropuertos y otras instalaciones de vacaciones se convierten en el
blanco de una serie de atentados con bomba (2).
La invasión de Iraq va unida a una auténtica
histeria guerrera en Estados Unidos. La política respecto a Cuba sufre las
consecuencias de ello. En efecto, en Estados Unidos se alzan voces para invadir
Cuba después de Iraq (3). En Florida unos grupos paramilitares se entrenan
abiertamente con armas pesadas con vistas a una futura invasión (véase la foto)
(4).
Los grupos terroristas operan a partir de Miami. A
menudo están formados y adiestrados por la CIA. Fue el 1% de los cubanos que se
habían ido a Miami quien los creó con la colaboración de los servicios de
seguridad estadounidenses y la financiación de los poderes públicos. Todavía
hoy se les tolera.
Por lo demás, no se utilizan únicamente contra
Cuba. El súper terrorista Orlando Bosch, que comete junto con Luis Posada
Carriles el atentado antes mencionado contra el avión de línea, también sirve
en la Operación Cóndor (5). Se trata de la operación de la CIA que en las
décadas de 1970 y 1980 apoyó a toda una serie de dictaduras en América del Sur
en la represión y las prácticas de tortura contra todo aquello que fuera
progresista. Luis Posada Carriles estuvo activo sobre todo en la guerra de los
Contras en Nicaragua que provocó decenas de miles de víctimas inocentes. Tanto
Bosch como Posada Carriles están protegido por las autoridades estadounidenses.
Posada Carriles sigue viviendo tranquilamente en Miami.
25 veces las víctimas de París
Así pues, en Cuba el terrorismo nunca está
demasiado lejos. El conjunto de los atentados terroristas ha matado a 3.478
personas, es decir, 25 veces la cantidad de las víctimas de los atentados de
París. 2.099 personas han resultado heridas, mutiladas o inválidas. (6)
En estas circunstancias cabría esperar una sociedad
militarizada con una fuerte presencia de azul y de caqui por las calles.
También cabría esperar que las autoridades proclamaran regularmente el Estado
de urgencia durante semanas o meses o que paralizaran temporalmente los
transportes públicos, prohibieran las competiciones deportivas, cerraran temporalmente
las escuelas, suspendieran de forma permanente las libertades, etc.
Pero no es en absoluto el caso. No hay tanques ni
vehículos militares por las calles ni tiradores de elite ni paramilitares cerca
de los edificios públicos, ni siquiera durante las manifestaciones masivas,
como la que se celebra anualmente el 1 de mayo o durante las visitas papales.
En esas ocasiones cientos de miles de personas se reúnen en un mismo lugar.
No es que Cuba se tome a la ligera la amenaza
terrorista o que dé rienda suelta a los terroristas potenciales, todo lo
contrario. Desde 1959 la lucha antiterrorista es la prioridad absoluta del
gobierno cubano, a la que dedica las mejores fuerzas de todo el país. Pero el
enfoque es totalmente diferente del de la «guerra contra el terrorismo» tal
como lo hemos visto bajo Bush o como se lleva a cabo actualmente en Francia y
Bélgica.
El enfoque cubano
Los revolucionarios cubanos comprendieron
perfectamente desde su lucha de liberación que Estados Unidos nunca toleraría
un gobierno progresista y menos aún una revolución socialista en su patio
trasero. Sabían que después de tomar el poder se enfrentarían durante mucho
tiempo a unas agresiones y una subversión procedentes de Washington. Unos seis
meses antes de la victoria, con ocasión de un bombardeo sobre un pueblo de
montaña, Fidel dijo a este respecto: «Cuando esta guerra se acabe, empezará
para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra
ellos [los estadounidenses]» (7).
La lucha contra el terrorismo y la
subversión se lleva a cabo de dos maneras en Cuba: apoyándose en la población e
infiltrándose en las redes terroristas.
El apoyo en la población
En 1960 operaban en las montañas del centro de la
isla contrarrevolucionarios apoyados por la CIA. El gobierno no envió al
ejército para erradicarlos, sino que movilizó con éxito a cien mil voluntarios.
Ese mismo año Cuba conoció unos atentados con bomba
en La Habana y otras ciudades. De nuevo se movilizó a la población para
librarse del terrorismo. En cada barrio se creó un Comité de Defensa de la
Revolución (CDR) (8), un comité que velaba por la seguridad del barrio. Nació
así un gran sistema colectivo de vigilancia. Con el paso del tiempo estos
comités de barrio también se ocuparon de los problemas sociales o económicos de
los habitantes del barrio, de la salud pública (erradicación de mosquitos
peligrosos, donación de sangre …), de la organización de las elecciones, del
reciclaje …
Cuba también se basa en su población para defender
el país de una posible invasión militar. Actualmente, junto al ejército regular
el sistema defensivo puede contar con dos millones de cubanos que están en pie
de guerra en 48 horas. Estos voluntarios reciben un entrenamiento anual y
llegado el caso saben a dónde acudir a armase.
La infiltración
Hasta ahora no era factible una colaboración con
Washington de modo que a los cubanos solo les quedaba una opción: la
infiltración. Eso es precisamente lo que los «Cuban Five», los Cinco de Cuba,
llevaron a cabo en la década de 1990. Se infiltraron en los grupos terroristas
más violentos de Florida para recoger el máximo de informaciones y poder
desbaratar los atentados. Así pudieron impedir un buen centenar de atentados
(9).
Este tipo de infiltraciones es todo menos evidente.
Los terroristas no son pusilánimes y no dudan en asesinar a renegados o
infiltrados. Si los infiltrados son descubiertos también se arriesgan a ser
condenados a largas penas de cárcel en Estados Unidos. Así fue como en 2001
estos cinco agentes cubanos fueron condenados colectivamente a cuatro cadenas
perpetuas además de a 77 años. Lo irónico del caso es que aquello ocurrió unos
meses después de los atentados contra el World Trade Center en Nueva York.
Cuando en julio de 2004 durante una visita a la
cárcel preguntamos a Gerardo Hernández, jefe de los Cinco, por qué había
aceptado una misión tan arriesgada, sonrió: «¿Sabe? No soy en absoluto una
excepción», respondió. «Si se dirigiera a diez cubanos para hacer este tipo de
trabajo en interés de nuestro pueblo, estoy seguro de que siete aceptaría sin
dudar. Todos sabemos qué es perder amigos o familiares en un atentado».
Desde el 17 de diciembre de 2014 Estados Unidos ha
empezado a hacer gestiones con vistas a retomar las relaciones con Cuba. En
este contexto se liberó a los Cinco, después de 16 años de campañas
internacionales (10). Pero por el momento la política de desestabilización y el
bloqueo económico de Estados Unidos continúan intactos.
Una mirada diferente
En los medios de masas la imagen de Cuba siempre es
negativa. Es de buen tono atacar a Cuba. Algunos hechos se exageran, otros se
oculta o criminalizan sistemáticamente. Si en Cuba se producen algunas
detenciones administrativas, rápidamente se convierte en una información
internacional, mientras que en nuestro propio país [Bélgica] hay decenas de
detenciones de ese tipo cada año. Inversamente, las informaciones generalmente
tratan el bloqueo económico (el más largo de la historia) como un detalle, si
es que lo mencionan. Para dar una idea, en 55 años el coste del bloqueo ha
alcanzado 11 veces el PNB (11). En el caso de Bélgica este cálculo equivaldría
a 4.000 millones de euros y en el del Estado español* a 11.000.000 millones de
euros. Resulta difícil llamarlo detalle.
Lo peor es que nunca se habla de la permanente
amenaza terrorista. Se considera a Cuba un país normal, a pesar de que desde
hace 55 años vive bajo una permanente amenaza terrorista. Desde los
acontecimientos del 13 de noviembre ahora sabemos por primera vez qué significa
eso. Una situación de este tipo conmociona a un país. Por primera vez quizá
podemos representarlos lo que implica vivir bajo semejantes condiciones, lo que
puede que nos permita comprender mejor Cuba.
Puede que eso nos lleve a exigir a Washington que
acabe de una vez con todas con los grupos terroristas en su propio suelo, más
concretamente en Miami. Nunca está mal empezar a poner los propios asuntos en
orden.
Notas:
(1) Los planes emanaban sobre todo de McNamara,
entonces ministro de Asuntos Exteriores. T. Diez Acosta: October 1962, The
‘Missile’ crisis as seen from Cuba, Nueva York 2002, p. 86.
(2) Demuynck K. (ed.), The incredible case of
the Cuban Five. Evidence from the International Commission of Inquiry into the
Case of the Cuban Five , Londres, 2014, p. 39-51.
(3) Hans Hertell, embajador estadounidense en la
República Dominicana y persona cercana a Bush, declaró justo después de la
caída de Bagdad: “Los acontecimientos en Iraq son una señal positiva y un buen
ejemplo para Cuba, donde la semana pasada el régimen de Fidel Castro ordenó la
detención de más de 80 ciudadanos únicamente por sus ideas”. Jeb Bush, actual
candidato republicano a la presidencia y hermano de George W. Bush, declaró más
o menos en la misma época: “Después de nuestro éxito en Iraq debemos mirar a
nuestro vecino. Debemos explicar a nuestros hermanos de América Latina y de
otras partes que no se puede mantener un régimen que no respeta los derechos
humanos”. Cf. El Expresso, 13 de abril de 2003 y www.americas.org/news/nir/20030420_is_iraq_an_exemple_.asp.
(4) Sun Sentinel, 6 de abril de 2003.
(5) Stella Calloni, Operación Condór. Pacto
Criminal, La Habana, 2005.
(6) cfr http://www.theguardian.com/us-news/2015/apr/14/obama-remove-cuba-list-state-sponsors-terrorism
.
(7) En una carta a Celia Sánchez, en Suárez Pérez
E. & Caner Román A. (éd.), De cinco palmas a La Habana, La Habana
1998, p. 143.
(8) CDR: Comité de Defensa de la Revolución.
(9) Sobre los Cinco de Cuba, véase: http://www.cubanismo.net/cms/nl/node/779
.
(10) Cf. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=193378
; http://www.rebelion.org/noticia.php?id=193728
.
(11) Cf. http://www.elnuevodia.com/noticias/internacionales/nota/milesdemillonesdedolareselcostodelbloqueoeconomicoencuba-2100076/.
El PNB es lo que un país produce de riqueza en un año (bienes y servicios).
* Los autores han introducido este cambio respecto
a la versión en francés donde se indica que en el caso de Francia asciende a
23.000 millones de euros. (N. de la t.)
Fuente original: De
Wereld Morgen
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