Entrevista
a David García Aristegui, autor de “¿Por qué Marx no habló de Copyright?”
(Enclave de libros, 2014)
El Salmón
Contracorriente
07-12-2015
David
García Aristegui es bioquímico, fue músico y fundador de las asociaciones
Cultura Libre y Ciencia para el Pueblo. Escribió hace poco más de un año “¿Por
qué Marx no habló de Copyright?” (Enclave de libros, 2014), donde pasea por los
debates que se han sucedido en torno a la propiedad intelectual desde su
origen. Hablamos en la entrevista sobre los argumentos que le llevan a afirmar
que la cultura libre es una postura liberal casi a la par que esboza el
panorama que Internet plantea a consumidores e industria cultural. Durante la
conversación nos acompaña su gato Furia.
"La cultura libre ha muerto", proclamaste. ¿Es esto
tan rotundo?
Si me dices tres colectivos de cultura libre en
España, tres películas que hayan salido últimamente con licencias libres, tres
discos o tres libros, encantado de comerme mis palabras.
Un movimiento social tiene que tener una serie de
características, autores y autoras de referencia, espacios de socialización en
forma de congresos, de eventos, de espacios físicos...y unos productos
culturales asociados -textos, libros, documentales, programas de radio...- En
el caso de la cultura libre no hay nada.
¿Puede ser un proceso que aún tiene que madurar?
El problema de la cultura libre es que se basa en
dos malos entendidos: el primero es que el Copyright anglosajón y los derechos
de autor europeos son lo mismo. Aquí no tenemos Copyright, aquí tenemos
Derechos de Autor. Por lo tanto, intentar meter con calzador algo que ni
siquiera es aplicable a la realidad legal española y europea es bastante
demencial. Ese es el primer malentendido.
El
segundo es pensar que hay algún tipo de relación entre la cultura libre y la
izquierda, cuando es todo lo contrario. Todos y cada uno de los postulados
neoliberales subyacen a la cultura libre. Es decir, la fe en que los mercados
se autorregulan, huir de cualquier tipo de regulación...Cuando se ha planteado
cualquier tipo de modificación de las leyes de Propiedad Intelectual, o han
aparecido regulaciones como la Tasa Google parecía que se iba a romper
Internet. Con la última reforma de la Ley de Propiedad Intelectual decían que
se iba a penalizar el enlace y tonterías como esa.
Es la historia de una gran alucinación colectiva que a alguna gente le apetece mantener, pero insisto: si es un movimiento que existe me encantaría ir a sus actos, leer sus libros, conocer a las personas de referencia... pero es que no hay nada.
Pero si alguien escribe y sólo pide un reconocimiento a su autoría, sin intención de lucrarse con su obra pero sí evitando que terceras personas la mercantilicen, ¿no es adecuado licenciarla como Creative Commons?
Es la historia de una gran alucinación colectiva que a alguna gente le apetece mantener, pero insisto: si es un movimiento que existe me encantaría ir a sus actos, leer sus libros, conocer a las personas de referencia... pero es que no hay nada.
Pero si alguien escribe y sólo pide un reconocimiento a su autoría, sin intención de lucrarse con su obra pero sí evitando que terceras personas la mercantilicen, ¿no es adecuado licenciarla como Creative Commons?
La persona puede hacer lo que quiera con su obra.
Hay libertad total. Otra cosa es lo que hacen las entidades de gestión, que
recaudan primero y preguntan después. Muchas entidades de gestión recaudan por
gente que utiliza licencias libres o que directamente no son socios. Ese es
otro debate, pero si tú quieres colgar tu texto nadie va a recaudar por él.
Otra cosa es con el tema de la música y los audiovisuales, que es más complejo
porque hay mucha gente que usa licencias libres y la SGAE recauda por ellos.
Ahí sí se producen ciertas paradojas.
¿Por qué la SGAE puede recaudar de esta forma?
Porque la SGAE es una asociación sin ánimo de lucro
que tiene unos enormes superpoderes. En la época del franquismo estaba más
fiscalizada por el Estado. De hecho, había representantes del Gobierno en lo
que era el sindicato vertical dentro de la propia SGAE. Cuando llega la
Transición eso se pierde.
Así, la SGAE sigue con esos enormes superpoderes de
estar en una situación de monopolio y poder recaudar. Cuando la SGAE va a TVE,
a una radio, a un bar, etcétera, dice ’me tienes que pagar porque yo represento
a todos los autores’, y eso falso. Hay autores que no están representados
por la SGAE. Hasta que la SGAE no empiece a cobrar identificando todas las
obras, que tecnológicamente ya sí se puede hacer, seguiremos con unas prácticas
profundamente injustas. De hecho se puede hacer, no es un delirio de un
gafapasta como yo, crítico con los modelos actuales de Propiedad Intelectual.
Hay una entidad de gestión que se llama DAMA, una escisión de la SGAE, y
únicamente recauda por su repertorio en televisión. Eso se podría hacer en
radio y en más sitios, lo que pasa es que a la SGAE no le interesa identificar
porque se le cae el chiringuito.
¿Cómo ha sido la trayectoria histórica de la
propiedad intelectual en este país?
Tenemos una propiedad intelectual de influencia
francesa. Es una propiedad limitada en el tiempo y los plazos de protección de
las obras han diferido, pero ahora los plazos están en 70 años después de la
muerte del autor. Insisto, en la república, en el franquismo y en la transición
y la democracia que tenemos ahora siempre ha habido entidades de gestión,
siempre ha estado la SGAE y siempre ha ha habido unas leyes de propiedad
intelectual parecidísimas. Curiosamente, lo que se ha perdido ha sido la
fiscalización y el control que había por parte del estado de la entidad de
gestión única que era la SGAE.
La cultura y el software libres tienen puntos en
común pero imagino que también muchas diferencias, ¿no?
El software libre son varias cosas. El software
libre es primero una filosofía de cómo deben funcionar las cosas. Un modelo de
desarrollo de software cooperativo está basado en esa idea y es también un
modelo de negocio. Es decir, regala tus programas y vive del soporte. La gente
se ha pensado que eso se puede de alguna manera aplicar o trasponer de forma
mecánica a los productos culturales.
Los resultados son explosivos. Los libros se
escriben y se leen no por las razones que se escribe o compra software, no
tiene nada que ver. Y como con los libros pasa con la música y con los
audiovisuales.
Según tu planteamiento el neoliberalismo estará
encantado...
A los neoliberales les fastidian mucho los Derechos
de Autor porque son un gran impedimento para su modelo de negocio. De todas
formas, capitalistas y neoliberales no tienen una postura estática en el
tiempo, cambian muchísimo. Al principio, quien tuvo muchos problemas con los
Derechos de Autor fue Sony, que inventó el vídeo Beta. Con el aparato podías
grabar las películas y chocaron rápidamente con toda la industria de contenidos
de las películas americanas que decían que si la gente se grababa las películas
y se las pasaba eso les iba a afectar.
Mucho tiempo después Sony, por esas fusiones entre
multinacionales, es una enorme generadora de contenidos y ahora es una de las
que más presión hace para acabar con la piratería en Internet, cuando fue una
de las ’grandes piratas’ al inventar el vídeo beta. Aun así, Sony te vende
todos y cada uno de los dispositivos con los que te conectas a Internet y con
los que copias y pirateas. Es una situación bastante paradójica.
¿Y con la ciencia qué hacemos?
Es razonable que lo que se pague con dinero público
sea de acceso público, pero es que eso no pasa. Se pagan con dinero publico una
serie de investigaciones que luego se patentan por parte de empresas. Esto es
por la propiedad industrial, que se encarga de las patentes. Pero también aquí
aparece la propiedad intelectual, y es que las revistas científicas han hecho
un negocio redondo: los científicos no viven de publicar, viven de su sueldo de
investigador, los autores sí viven de sus obras y crean.
Sus
científicos ceden sus derechos de autor a las editoriales donde publican. El
negocio es perfecto: las grandes editoriales no pagan a los investigadores por
sus investigaciones, no pagan a quienes juzgan estas investigaciones, pero sí
cobran por las suscripciones y además muchos centros de investigación meten
publicidad. Es el timo perfecto.
Cuando se habló del OpenAccess para que la investigación fuese accesible desde todo el mundo se pidió que se pagase por publicar para que esa investigación fuera libre. Entonces todas las grandes grupos académicos han sacado sus equivalentes de OpenAccess. El debate de la ciencia es distinto del de la cultura libre, pero con algunos puntos en común, aunque sus intereses no tienen nada que ver.
Cuando se habló del OpenAccess para que la investigación fuese accesible desde todo el mundo se pidió que se pagase por publicar para que esa investigación fuera libre. Entonces todas las grandes grupos académicos han sacado sus equivalentes de OpenAccess. El debate de la ciencia es distinto del de la cultura libre, pero con algunos puntos en común, aunque sus intereses no tienen nada que ver.
¿Cuál es la relación de la cultura libre con el
capital?
Con el capitalismo de Silicon Valley total. Cuando
se habla de capitalismo hay muchos tipos y hay que tener en cuenta la época y
el lugar. Muchas veces es un término útil para hablar de las relaciones de
producción en las que estamos inmersos en la actualidad. Hay un tipo de
capitalismo clásico: una industria de contenidos protagonizado por las grandes
productoras de televisión, de cine, discográficas, ahora las productoras de
series de televisión...estos son un tipo de capitalistas. Luego han aparecido
otros, con unos intereses distintos.
Hay gente a la que interesaba mucho que hubiera un All
you can eat, un todo gratis, en Internet, porque así se venderían más
líneas ADSL. Entonces hay gente a la que no le interesa que se respeten
determinados Derechos de Autor y quieren que todo esté disponible mientras
enarbolan la bandera de la cultura y el conocimiento libre con Internet como un
gran ágora, pero en realidad lo que querían era vender más ADSL, vender más
ordenadores y vender más dispositivos y más teléfonos con conexión a Internet.
Hay gente que es consciente y otros que se convierte en una especie de ’tontos
útiles’ instrumentalizados por fortísimos intereses corporativos.
¿Pasa el futuro del negocio por plataformas de pago
del tipo Spotify o Netflix?
Internet es un modelo de negocio y quien no quiere
pagar Derechos de Autor no los está pagando. La gente se piensa que todo lo que
sucede en su época es algo muy especial, es una especie de enorme trastorno
narcisista colectivo. Este tipo de debates que tenemos con Internet lo tuvieron
de forma análoga cuando surgió la radio, con el fonógrafo, la
televisión...muchos de los discursos apocalípticos ya los hemos vivido y, al
final, la cosa se nivela. Pasa igual que con la muerte del libro, ¿cuánto
tiempo se lleva anunciando?
Al final, de aquí a un tiempo, Internet se acabará
mercantilizando y sí que se acabará pagando por los contenidos, directa o
indirectamente. Quien más dinero se lleva de Internet son las compañías de
telecomunicaciones, por lo tanto, alguna vez algo habrá que pagar.
Internet ha generado los intermediarios más grandes
de la historia. En el mundo analógico no hay equivalentes a cosas como Google,
Amazon, eBay, PayPal...son empresas sin parangón. Son insorteables y cuando
ellos decidan que hay que pagar, pues habrá que pagar. Facebook, por ejemplo,
filtra y no permite enlaces de descarga directa. Pues eso es poner puertas al
campo. Cuando Internet solamente sea un salto entre Facebook, Google, Twitter y
otra cosa más -que a lo que vamos- y se decida que hay que pagar pues entonces
sí se empezará a remunerar a los autores.
¿Qué pasa si esa cultura está subvencionada con
dinero público? Te pongo el ejemplo del cine español
Es todo un debate. Ahí sí estoy de acuerdo. En lo
que no estoy de acuerdo es en que se digitalice la película, se cuelgue, eso
beneficie a quien tenga una web con publicidad y a eso se le llame Cultura
Libre. Hay que ver el recorrido completo de las obras, desde que se crean hasta
que se consumen, y quién se beneficia de todo ello.
Has dicho que los debates en torno al Copyright han
sido un monólogo del liberalismo consigo mismo, ¿por qué?
El origen del Copyright es liberal y la única
corriente de pensamiento ideológica, política o económica que más ha
reflexionado sobre la propiedad intelectual ha sido el liberalismo. La
izquierda ha hecho una dejación de funciones tremenda y siempre ha ido a remolque
de los debates que el liberalismo ha establecido con este tema.
Se llegó a un consenso que pensaba que la propiedad
intelectual es una anomalía dentro del liberalismo y la limita en el tiempo en
aras a la mayor difusión de la cultura. La izquierda asume eso y tanto es así
que se establecen una serie de regímenes de propiedad intelectual tanto en el
marco anglosajón como en el europeo que persisten hasta ahora.
La izquierda no tiene un discurso sobre la
propiedad intelectual. Por esa falta de discurso, ha sido el liberalismo quien
ha ido tensionando. Hablamos de dos posiciones liberales que chocan y la
izquierda mira un poco perpleja. Hay algunos textos desde la izquierda, pero
muy pocos. Porque claro, es una propiedad privada pero limitada en el tiempo es
muy paradójico y difícilmente procesable, porque abolirla es liberalismo puro y
duro.
¿Por eso Marx no habló de Copyright?
Por eso Marx no habló de Copyright. Era
perfectamente consciente de las complejidades que había inherentes a la cultura
y lo que hablaba del desarrollo de las fuerzas productivas no tenía un
correlato cultural. Dijo algunas cosas, pero no muy coherentes, que también
refleja esas posturas también no muy coherentes que en general ha tenido la
izquierda sobre la cultura y la propiedad intelectual.
Tenemos elecciones el 20 de diciembre, ¿crees que
algún partido lleva un discurso sensato en torno a este debate?
No. Hay gente muy buena, pero habrá otras
urgencias.
Me han gustado muchísimo las propuestas de Podemos
en materia de Propiedad Intelectual. Se notan dos cosas: que hicieran una
encuesta a las personas interesadas (cosa que les dio información muy valiosa)
y la mano del abogado David Bravo.
¿Crees que son útiles las Creative Commons como
herramienta de transformación social? Favoreciendo la libre difusión de
contenidos de carácter social, por ejemplo.
Ninguna. Las Creative Commons son como un guiño
para decir ’hola, somos Internet friendly’. Te puedo hablar de medios
absolutamente distintos tanto en su funcionamiento como en su línea editorial y
todos usan Creative Commons. Esto nos da que pensar.
Todos
tuiteamos, cogemos fragmentos y editamos contenidos y no pasa nada. Fluyen
igual de bien o de mal los contenidos de El País, que los de Eldiario.es. Los
cambios sociales se producen en la producción, no en la distribución. Si las CC
asegurasen que a los periodistas se les pagase más, pues bien. El problema es
que hoy a los periodistas se les paga menos.
Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?La-izquierda-no-tiene-un-discurso
Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?La-izquierda-no-tiene-un-discurso
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