sábado, 19 de diciembre de 2015

PERCEPCIÓN PRÁCTICA, PERCEPCIÓN CONTEMPLATIVA E IMAGEN TELEVISIVA




viernes, 18 de diciembre de 2015

La semiótica, como la lingüística, necesita de otras ciencias para fundamentarse. Hay problemas como el del significado que originariamente parecían que solo podían resolverse desde la lingüística, pero más tarde se mostró que otras ciencias y ramas del saber debían también ocuparse de ella: la psicolingüística, la filosofía del leguaje y la misma semiótica. En este mismo sentido el estudio de la semiosis, el origen y constitución de los significados sociales, no solo compete a la Semiótica, en buena medida también compete a la psicología del conocimiento y a la filosofía en su más amplio sentido. En todo fenómeno lingüístico y en todo fenómeno semiótico participan las funciones psicológicas superiores: la atención, la memoria, la sensación, la percepción, el pensamiento y el lenguaje. De ahí que un buen conocimiento de esas funciones psicológicas facilita la comprensión de los fenómenos semióticos. Pero voy más lejos: como los procesos semiológicos se dan en las más diversas formas de la práctica social, los conocimientos históricos, sociales y económicos también se vuelven decisivos para la comprensión e intelección de dichos procesos semiológicos.

Hoy expondré la naturaleza de la percepción práctica, de la percepción contemplativa y de la imagen televisiva en un fenómeno social de carácter universal: el fútbol. Los jugadores de fútbol, los que están en el campo de juego, son los que participan de una percepción práctica. Son ellos quienes chutan, dan pases, tiran las faltas, sufren las  lesiones y marcan los goles. De entre ellos son los centrocampistas quienes tienen la mejor visión del juego y, en consecuencia y dando por sentado el nivel técnico adecuado,  dan pasos largos y al hueco muy precisos. Aquí, en el campo de juego, la percepción, sobre todo la visual, acompaña y guía la acción balompédica. Por el contrario, los espectadores, las personas que están en las gradas, participan de la percepción contemplativa. Ellos no juegan, no tocan el balón ni se enfrentan al rival, solo se limitan a ver. Sienten impotencia cuando un jugador del equipo rival marca un gol y sienten igualmente impotencia cuando un jugador del equipo del que son sus seguidores no lo marca. Protestan por las faltas no pitadas por el árbitro contra el equipo rival o porque los jugadores de su equipo  no ponen toda la intensidad y ganas que debieran. Así que llamaremos percepción práctica a aquella percepción que acompaña y guía a los que realizan la acción, y llamaremos percepción contemplativa a aquella percepción de las personas que solo contemplan la acción. Se suele decir, reflejando la contradicción entre práctica y contemplación, que desde las gradas se ve todo muy fácil, pero que en el campo de juego todo es más complejo y difícil. 

Hablemos ahora de las imágenes televisivas. Contemplar un partido de fútbol en la televisión tiene una serie de ventajas sobre contemplarlo desde las gradas: uno, nos proporciona un mayor número de puntos de vista, dos, nos proporciona imágenes más cercanas al juego, y tres, podemos ver la misma jugada repetida varias veces. Mientras que la única ventaja que tiene ver un partido de fútbol desde las gradas respecto de verlo en la televisión es que siempre tenemos la visión del conjunto del campo de juego. Como la visión de conjunto es un rasgo del concepto, podremos afirmar que en este sentido la visión del partido desde la grada es más conceptual que la que tenemos en la pantalla de la televisión. Hay otras ventajas que tiene ver un partido de fútbol desde las gradas respecto de verlas en una pantalla de televisión,  pero tienen que ver más con la vivencia que con la percepción en sentido estricto. En las gradas se vive el fenómeno de masas; y la energía, la alegría y la pasión que genera en las personas la vida de masas respecto a la vivencia de ver un partido de fútbol en la pantalla de televisión solo o con un par de amigos no tiene comparación. Y la percepción no solo debe estudiarse como una función del conocimiento sino también como una vivencia. De sobra está decir que las personas que ven un partido de fútbol en la pantalla del televisor participan, al igual que los aficionados que lo ven desde las gradas, de la percepción contemplativa.


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