Por: Ana Vásquez
Twitter está de moda. En
México todos los Secretarios (Ministros) están ya obligados a tener su cuenta.
Y los políticos en campaña, acaban abriendo una cuenta. Es fácil abrirla, y
mucho más fácil creer que con solo hacer esto y buscar desesperadamente
seguidores, el trabajo se hará mágicamente. Las redes sociales son herramientas
para crear comunidades, no fórmulas mágicas que con solo incluirías
en el plan de campaña sumarán más votantes. A continuación una lista de los
errores más comunes de los políticos usando Twitter.
1. No atender
personalmente tu cuenta. La gente busca en las redes sociales otro tipo de
acercamiento; quieren conocer a la persona que está detrás del anuncio
espectacular: qué sueña, qué piensa, en qué se parece a él. Delegar
la cuenta a un encargado porque “no tienes tiempo” es uno de los errores
más comunes y graves. Y los twitteros se darán cuenta, créemelo.
2. No involucrarte en
conversaciones. La eficacia de una cuenta de Twitter no se mide por la
cantidad de actualizaciones, ni siquiera por sus número de seguidores, sino por
la cantidad de respuestas y conversaciones que entables con tu comunidad, así
como por las veces que dan RT (retweet) a tus contenidos. Ver un timeline
sin ningún reply es un signo de que el político no se involucra con
su comunidad, que solo “transmite”, y no crea comunicación real. Esa es
comunicación monológica, mientras que la comunicación de los llamados Social
Media es, por definición, dialógica.
3. Engancharte en
peleas agresivas. Podría parecer obvio que insultar a un seguidor o
descalificarlo sin importar los agresivos que sean sus tweets, es una pésima
estrategia para quien desea allegarse votos, sin embargo, es muy común ver a
políticos engancharse en peleas y discusiones que rebajan el nivel de la
discusión democrática. Hay que discutir, sí, pero con argumentos. Los trolls
(entes virtuales que solo existen para provocar en las redes sociales), pueden
sacara de quicio a cualquiera, pero si los ignoras no solo terminan
por cansarse, sino que evitas darles más foro.
4. Sólo transmitir
información oficial de tu campaña. Si la gente quisiera leer el comunicado
de prensa, un boletín de campaña o la bitácora de tu gira o mítin, puede
hacerlo en la página web del partido o en los distintos canales oficiales; si
se ha decidido a seguirte no es para ver la misma información oficial que
podría encontrar en otro lado. Vale más hacerse la pregunta: ¿Qué puedo decir
en 140 caracteres que refleje, twita twit, quién soy,
qué pienso, qué valores honro, qué ideas me animan, cuáles son los principios
de mis acciones…?
5. No seguir a tus seguidores. Probablemente hayas visto esas cuentas que son seguidas por miles de
personas y que solo tienen a algunos cuantos siguiendo de vuelta. Eso es un
lujo para las celebridades. Si eres un político es mejor que apoyes la
idea de crear comunidad, de establecer relaciones más igualitarias con tus
lectores. Es un principio democrático: el diálogo horizontal. Además de un
gesto de cortesía, dar follow back es una forma de decir: también me
interesa lo que tú dices. Si te sigue muchísima gente, quizá no
puedas responder a todos, pero cuando menos sí puedes mandar tweets
que abordan las inquietudes que tus followers te van planteando.
También puedes crear una lista donde incluyas a la gente que más menciones te
da y, dos o tres veces al día, dedicar unos minutos a revisar tus mentions
y hacer comentarios o agradecerles. Además, postea algunas breves reflexiones
sobre lo que ves y vives. Estas acciones, más que cualquier otra estrategia,
generan interés, promueven la confianza y estrechan tu relación con el mundo
twittero.
6. Buscar seguidores
desesperadamente. Una comunidad de seguidores para el común de
los mortales, se construye pacientemente. Los candidatos que gozan generalmente
de una mayor cobertura mediática, tendrán, por lo general, un crecimiento más
rápido los días o semanas de mayor exposición. Aprovecha este boom.
Postea información relevante. Como dicen los geeks “en los social
media el contenido es el rey”.
7. No twittear. Si abriste tu cuenta porque un asesor te lo recomendó pero sólo tienes
tres tweets (los primeros que pusiste), no esperes que Twitter te beneficie en
nada. Si no twitteas no tendrás tantos seguidores (y los que te siguen se
formarán una mala opinión de ti en razón de tu ausencia). Si tu cuenta está
descuidada, tu branding personal no sólo no te beneficiará; sino que se puede
ver perjudicado.
8. Saturar el timeline. Por el contrario, si Twitter ya te atrapó y te has vuelto prácticamente
“twitteradicto” y compartes cada pensamiento o cosa que haces, el efecto es
igualmente contraproducente. Nadie en el mundo quiere conocer minuto a minuto
los detalles de tu campaña, ni lo que piensas. Sé selectivo y aporta
información relevante tanto sobre tus ideas políticas como sobre tus aficiones
y sueños.
9. Tratar a Twitter
como Facebook. Twitter es una red de
información. Involucra entablar conversaciones, no sólo “actualizar tu estado”.
A nadie le emociona mucho saber si ahora te estás tomando un café o la felicitación
de cumpleaños de personas que sólo tú conoces. Escribe tweets que
generen respuestas; involucra a tu comunidad con preguntas, o debate con ellos
información relevante. Y por favor no ligues todos tus tweets a
Facebook. Cada medio merece su espacio y tiene su propia lógica.
10. Un mal diseño. ¿En el wallpaper de tu cuenta de twitter tienes todavía las
nubecitas? ¿Tu bio sólo dice “candidato a tal”? ¿Tu foto parece de
pasaporte? No desperdicies estas herramientas de presentación acerca de ti.
Pueden ser un medio para poner información más personal y relevante acerca de
ti y tu campaña. Pon en el papel tapiz alguna foto interesante más la dirección
de tu sitio web y blog persona. Saca el mayor provecho al espacio y haz de
Twitter un gran puente de comunicación con electores potenciales.
Fuente: Blog de Ana
Vásquez
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