José
Steinsleger
Con
reiteradas violaciones a la Constitución, la franquicia imperial Macri
& asociados cumplió sus primeros 30 días de gobierno. Periodo suficiente
para que, con un Poder Judicial reducido a partido derechista, dicha franquicia
convirtiera el Ejecutivo en máquina expendedora de decretos nacionales de
urgencia.
¿Y la mayoritaria oposición legislativa? ¡Todo
bien!: panza arriba y resistiendo patrióticamente en playas, balnearios y casas
de campo las tórridas lenguas del verano austral: 45 por ciento de devaluación;
15 mil trabajadores echados del sector público; quiebra inminente de pequeñas
empresas; clausura de medios con voces críticas, y cultura para los que pensar
mierda es pensar distinto. Y al que no le guste: palos y balas de caucho. Por
ahora.
Hola, hola, Sociedad Interamericana de Prensa.
Hola, hola, OEA… ¡Democracia y libertades en peligro! ¿Hay alguien por ahí?
Parece que se cayó la señal. Pero los que esta vez no pudieron tomar vacaciones
sienten que el cielo azul imaginado por Macri no será cielo ni azul. Y el
explícito odio clasista y racial cultivado por el gobernante empieza a
soliviantar a los argentinos que no lo votaron.
En la oficina legal y técnica de la Casa Rosada, un
titular con ciudadanía estadunidense. En Economía y Hacienda, pichones de los fondos
buitres, que ahora se llaman tenedores de bonos. En la cancillería, una
señora sin ángel y feliz de retomar con Estados Unidos las relaciones carnales
de los 90. Y en Seguridad, una alcohólica amiga del genocida colombiano Álvaro
Uribe, deseosa de cumplir con la agenda yanqui para el mundo global:
terrorismo, inseguridad, narcotráfico.
Lo desquiciante fue la designación de Claudio Avruj
en la Secretaría de Derechos Humanos. Un hombre con demasiados cadáveres en el
ropero, según Horacio Verbitski, el periodista más creíble, galardonado y
atacado del país rioplatense. Opinión que coincide con la de Jorge Elbaum,
quien precedió a Claudio Avruj como director ejecutivo de la Delegación de
Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).
En 2014, Elbaum contó que Avruj concertó con el
asesinado o suicidado fiscal Alberto Nisman la agenda de reuniones que Macri
sostuvo en Tel Aviv con la derecha judía y con el primer ministro Benjamin
Netanyahu. Temas tratados: la infiltración iraní en Venezuela y América del
Sur. Y una de sus consecuencias, sostiene Verbitsky, fue que el 9 de septiembre
último Tel Aviv rechazara en la ONU las regulaciones de los fondos
especulativos por Argentina (136 votos a favor, siete en contra y 41
abstenciones).
Ebaum aseguró que el rabino argentino Gustavo
Perednik fue uno de los principales contactos de Nisman con el partido
gobernante Likud, que a su vez fue vía de acceso a Roger Noriega, ex
funcionario de W. Bush, vinculado a la campaña de los fondos buitres que
giraron millones de dólares para difamar a Cristina Fernández de Kirchner
(CFK), a quien, solícitamente, el Centro Simon Wiesenthal incluyó en su
clasificación mundial de expresiones antisemitas.
La campaña sionista contra el gobierno de CFK
arrancó con el famoso memorando de entendimiento firmado por Irán y Argentina
en Addis Abeba (Etiopía, 2013). Propósito que apuntaba a facilitar las
investigaciones en torno al atentado contra la mutual judía AMIA (Buenos Aires,
junio de 1994, 85 muertos, 300 heridos).
El entendimiento causó la ira de Netanyahu, pues
desarticulaba el intento del Congreso Judío Mundial que en 2008 propuso al
presidente Néstor Kirchner cerrar la investigación celebrando en lo oscurito
un acuerdo similar al del atentado contra el avión de Panam que en diciembre de
1988 estalló en vuelo de Londres a Nueva York (caso Lockerbie: 270 muertos).
Kirchner se negó. Pero el clímax del explosivo
asunto tuvo lugar durante el último informe de CFK al Congreso (1/3/15). Allí,
Cristina manifestó su extrañeza por la negativa de Tel Aviv a investigar el
atentado de 1992 contra su embajada en Buenos Aires (29 personas y 242 heridos
de diversas nacionalidades). O sea, contra su propio territorio.
Mas ¿para qué investigar nada si un día después, en
su desfachatada presentación en el Congreso de Estados Unidos, Netanyahu puso
de ejemplo el caso AMIA, y dijo que Irán fue, es y seguirá siendo el mal?
¿Acaso el propio Héctor Timerman, ex canciller de Cristina, no habría dicho en
una radioemisora del grupo mediático golpista Clarín ellos pusieron la bomba?
Tal fue la persona del plural (ellos) usada
coloquialmente por Timerman con su interlocutor, el ex titular de la AMIA
Guillermo Borger. Pero los chicos de Clarín tradujeron ellos por iraníes,
haciendo que un abogado a modo presentara una denuncia imputando al ex
canciller por traición a la patria y encubrimiento, a raíz del referido
memorando que la prensa canalla llama pacto.
Junto con el Timerman, el gobierno de Macri también
busca que Cristina sea acusada y juzgada por traición a la patria. Mientras, el
rabino Perednik anticipó que irá presa por el asesinato del fiscal Nisman. El show
para silenciar la devolución de Argentina a los fondos buitres acaba de
empezar.
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