28-01-2016
Muchos
estudiosos se equivocan cuando afirman que la actual crisis económica que
sacude a los centros capitalistas mundiales occidentales (entiéndase Estados
Unidos, Unión Europea) afecta a todos los sectores sociales por igual, ricos y
pobres, y al sistema en su totalidad, lo que generará las condiciones para una
revolución social en aquellos países. Sin embargo, la realidad es otra. Si bien
existe una crisis estructural del capitalismo global, todos los datos recogidos
por reconocidas agencias de estudios económicos indican que la burguesía
consolida su dominio haciendo pagar a los trabajadores de sus países y a la
periferia capitalista el desastre provocado por el sistema.
En investigaciones publicadas por los diarios La
Jornada, la Agencia AP, también recogida por el Correo del Orinoco, se destaca
datos alarmantes que están haciendo temblar a las economías centrales.
El artículo menciona que los mercados bursátiles
del mundo han tenido en el mes de enero "el peor inicio de año desde la
gran depresión de finales de los años 20 del siglo pasado". En sólo tres
semanas las pérdidas en las diferentes plazas rozan 8 billones (millones de
millones) de dólares, destrucción de riqueza que, comparativamente, equivale a
la mitad del valor de la economía de Estados Unidos. Datos para llorar.
Continúa el artículo manifestando que:
"La tendencia de los mercados financieros en
días recientes, marcada por un desplome de los precios del petróleo y otras
materias primas; la devaluación de las monedas de países emergentes frente al
dólar y la desaceleración de la economía china, cuyo crecimiento de 6.9 por
ciento en 2015 fue el más bajo en 25 años, avivó temores de que la economía
global se encamine a una recesión, cuando todavía no ha superado en su
totalidad los efectos de la iniciada en 2009, expusieron analistas.
En medio del creciente clima pesimista que inunda
los mercados financieros, se perdieron cerca de 7.8 billones de dólares del
valor de las acciones en las tres semanas anteriores al 21 de enero, señaló
Bank of América Merrill Lynch (BAML).
"No descartamos una recesión el próximo año.
Habrá problemas y nos preocupa la falta de municiones políticas para lidiar con
un impacto de envergadura", dijeron Ethan Harris y Emanuella Enenajor en
una nota del Ba nco de In versión, uno de los más importantes de Wall Street.
David Buik, analista del B anco de I nversión Panmure
Gordon, apuntó que la "carnicería financiera" en los mercados de
valores en las primeras semanas del año marcó el peor inicio desde 1928.
La Bolsa Mexicana de Valores registra una pérdida
de 3.16 por ciento, mientras el índice Bovespa de la bolsa de Sao Paulo, la
mayor de América Latina, agrupa una baja de más , de 8 por ciento y se
encuentra en s u nivel más bajo desde marzo de 2009.
En Londres el índice Ftse 100 perdió 9.11 por
ciento hasta el pasado miércoles, cuando se desplomaron los mercados globales,
con lo que las bolsas europeas se ubicaron en niveles mínimos en 15
meses". [1]
Según ha revelado una investigación de la agencia
“Economía para el 1 % de Oxfam” solo 62 personas más ricas del mundo poseen la
misma cantidad de dinero que la mitad de la población mundial [2] Otros
informes indican que la desigualdades continuarán en ascenso, devorando
especialmente a la clase media de los países desarrollados. La cruel realidad
es el mantenimiento de esta lógica de acumulación desmedida, de éxito de las
élites.
El economista y Premio Nobel en el 2008, Paul
Krugman, escribía en el Periódico “The New York Times” que la desigualdad
afecta los niveles de “productividad” [3], y más allá de proponer soluciones
radicales a la pobreza creciente en EE.UU., lo que realmente importa para el
economista es la posibilidad que ofrece el sistema para “redistribuir” una
pequeña parte de las riquezas capturadas por las élites por medio de impuestos,
lo que podría elevar la productividad, haciendo más rico a los ricos, pero sin
afectar tanto a los pobres. Un total absurdo.
El economista Krugman es consciente de lo
inevitable de la desigualdad, porque la naturaleza del sistema la reproduce.
Sin embargo, en su artículo se limita a criticar “los excesos” del capitalismo
y a proponer sólo mayores impuestos a los ricos, por lo que recuerda el período
de mayor crecimiento y avance tecnológico más rápido en los Estados Unidos se
dio durante los cincuenta y los sesenta, cuando "los impuestos eran mucho
más elevados para quienes disponían de mayores ingresos y la desigualdad era
mucho menor en comparación con la época actual" escribe en el mismo
artículo.
La desigualdad es precisamente la afirmación del
dominio de la burguesía: su poder y victoria sobre el resto de las clases. La
crisis, como ha sido una constante en la historia, la pagaron, la pagan y la
seguirán pagando los trabajadores de los centros capitalistas con políticas
destinadas a reducir sus salarios, la flexibilización laboral y el fin de los
programas asistencialistas. Pero también la pagarán los trabajadores de la
periferia capitalista con la desestabilización y el derrocamiento de gobiernos
progresistas y revolucionarios y las guerras imperialistas, a fin de colocar
esos territorios y recursos a sus insaciables disposiciones. De ésta manera, la
burguesía pretende lograr su objetivo de someter y controlar a toda la
humanidad por medio de la enajenación del trabajador, competencia por escasos
empleos, la represión y las guerras.
Frente a ello existe una maquinaria mundial encargada
de invisibilizar esta realidad que afecta cada vez a más personas en el mundo,
achacando la responsabilidad a “malas decisiones económicas” y desviando su vez
la atención en asuntos de seguridad “lucha contra el terrorismo”, que al final
responden a fortalecer la hegemonía burguesa y el sistema económico imperante.
Solo un pueblo consciente y
organizado será capaz de revertir las medidas que vayan su detrimento, para
ello se hace necesario la toma del poder por el proletariado, única garantía de
seguridad social. La crisis sistémica solo confirma lo que la humanidad nos
pide a gritos, la necesidad de cambiar el modelo económico y productivo de
desarrollo desigual, expoliador e inequitativo, y sustituirlo por otro, justo,
de control de los medios de producción y distribución social equitativa.
Fuentes:
[1] Nueva crisis global. http://www.correodelorinoco.gob.ve/politica/bolsas-globales-tienen-peor-inicio-ano-pierden-8-billones-dolares/
[2] Investigación de “Economía para el 1 % de
Oxfam”. http://www.oxfam.org/es/sala-de-prensa/notas-de-prensa/2016-01-18/62-personas-poseen-la-misma-riqueza-que-la-mitad-de-la
[3] Artículo de Paul Krugman.
http://mobile.nytimes.com/2016/01/15/universal/es/opinion-paul-krugman-es-necesaria-tanta-desigualdad.html?referer=
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