Publicado: 16 feb 2016 09:27 GMT
La única opción
para el país asiático sería aumentar la inflación mediante la monetización de
la deuda, estima un nuevo artículo del portal Vestifinance.
Todos los esfuerzos del Gobierno japonés
por apoyar su economía en los últimos años fueron en vano, ya que, a pesar
de un programa sin precedentes de flexibilización cuantitativa, el país no
puede salir de la recesión, reza un nuevo artículo del portal Vestifinance.
El término 'abenomía' nació en 2012, cuando el
Gobierno de Shinzo Abe comenzó su programa de apoyo a la economía,
destinado a luchar contra la deflación. Aunque en las primeras etapas parecía
un paso necesario, los métodos utilizados por las autoridades eran bastante
controvertidos. Por ejemplo, se recurría a una devaluación artificial del yen
mediante el aumento de la masa monetaria, cuyo efecto secundario fue un fuerte
aumento de la deuda pública, que actualmente alcanza el 240% del PIB.
Los economistas y analistas han advertido que tales
acciones podrían desencadenar guerras de divisas en todo el mundo, además de
situar a Japón peligrosamente cerca del 'default', y ahora, por sexta vez en
los últimos seis años, el PIB del país asiático disminuye, indica el portal,
que subraya que cinco de las seis recesiones tuvieron lugar en la época de la
'abenomía'.
Según el artículo, hoy podemos decir con certeza
que la economía de Japón "ha muerto". En el cuarto trimestre se
redujo un 0,4%, en vez de la caída esperada de un 0,2%. A su vez, el PIB anual
cayó un 1,4%, el mayor descenso desde el segundo trimestre del 2014.
En el contexto de una nueva recesión llegó una
noticia aún más preocupante: el consumo privado anual se derrumbó un 0,8% en lo
que también es la caída máxima desde el segundo trimestre de 2014.
Monetización de la deuda, ¿una
opción o una locura?
Según pronostica el artículo, en el momento actual
"el retorno a una política monetaria normal parece un futuro más lejano
que nunca", mientras que el aumento de la inflación se presenta como
la única forma de salir de esta situación.
"Un objetivo de inflación más ambicioso
(quizás un 4%) ayudaría si el mercado confiara en él, pero la incapacidad del
regulador para lograr el objetivo del 2% establecido en enero de 2014 ha
sacudido fuertemente la credibilidad del Banco de Japón", señala el
portal.
El retorno a una política monetaria normal parece
un futuro más lejano que nunca
Otra opción, indica, sería la monetización de la
deuda nacional, que es una forma velada de incumplimiento. Al ritmo actual de
la compra, para 2020 el banco central tendrá dos tercios de los bonos del
Gobierno. Si la compra se incrementa a 100 millones de yenes al año, el Banco
de Japón poseería casi el total de la deuda pública para el año 2026. "De
esta manera, el Gobierno se debería el dinero a sí mismo", explica
Vestifinance.
La monetización de la deuda, advierte el artículo,
"cumple con todos los estándares de definición de la locura
económica" y provocaría una rápida inflación, pero una inflación más
rápida es justo lo que Japón ha estado tratando de lograr a lo largo de las
últimas dos décadas.
Otros Estados no estarán nada contentos si
Japón elige este camino, ya que la monetización seguramente "abrirá
la caja de Pandora de los riesgos económicos". Sin embargo, teniendo
como alternativa una inminente crisis de la deuda, "la locura monetaria ya
no parece tan mala idea", concluye el artículo.
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