Escribe: Ricardo Sánchez Serra
Estábamos terminando otro artículo
cuando anuncian el fallo contra el candidato de Todos por el Perú, Julio
Guzmán. El Jurado Nacional de Elecciones lo dejó prácticamente fuera de la
contienda electoral por tres votos contra dos.
En mi concepto, era tan claro la
vulneración de la legalidad por parte de Todos por el Perú, que debió ser cinco
a cero. En ese partido, no hubo quórum reglamentario para la Asamblea General,
es decir sin representación, cambio de estatutos ilegal y por tanto elección
fraudulenta. Que dos magistrados hayan votado a favor, no hacen un favor a la
democracia; y uno de ellos, de acuerdo a versiones periodísticas muy ligado al
candidato César Acuña ¿tuvo miedo que lo acusen de imparcial? No puedo ingerir
que el magistrado diga que porque nadie protestó en la Asamblea convalide el
ilegal acto.
El grupo de Guzmán lo hizo
lamentablemente mal. La Coordinadora Democrática fundada por Drago Kisic y
Gonzalo Aguirre, que luego cambió de nombre a Todos por el Perú, dos personajes
de gran prestigio, no necesitaban cometer tremendos errores que les está
costando su participación en las elecciones. Es sin duda mal asesoramiento y
apuro y creo sin mala intención, salvo que desconozcamos que existan profundas
discrepancias de los asambleístas formales, que no asistieron porque no les
avisaron a tiempo. Eso queda para su evaluación interna.
Se habla que se está confundiendo a la
población. Lo claro es que Todos por el Perú está fuera por sus propios
errores. Pero no se puede ser ligero en denunciar que ocurra una “mano negra”.
Una alto porcentaje en votación de unas encuestadoras no validan a un candidato
y peor aún que una encuestadora publique fuera de fecha un sondeo de simulacro
de votación, que se hace solo cuando el JNE oficializa la cédula electoral.
Ello, más la “vigilia” de tres días, pretendieron presionar al JNE.
Que Todos por el Perú señale que hay
otros partidos o alianzas con irregularidades, eso es asunto del JNE, no un
motivo para defender sus faltas. Ya el JNE se abocará en investigar esas
presuntas irregularidades. Porque todos matan, yo también mato. Así no es. Cada
caso es un asunto diferente.
Que los perjudicados señalen que van
apelar, que usarán todos los caminos que les da la ley, que acudirán a las
instancias judiciales o internacionales pertinentes, está muy bien, es la
democracia, es la legalidad. Pero que digan que dos de los magistrados no son
corruptos, significa ¿que los otros tres sí? Que van hacer marchas pacíficas en
todo el país… Ello más bien ¿no confunde a la población y es otra forma de
presionar al JNE? Lo que el Perú necesita es una transición democrática
pacífica, sin atisbo de fraudes, sin encuestas amañadas que incidan en la
voluntad popular y con unos medios de difusión independientes que les dé
oportunidades a todos los candidatos, sin dejarse influir por las encuestas de
marras; y un JNE que no se deje presionar y sea buen contador.
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