Por: Daniel Ramírez
64 a.C. Marco Tulio Cicerón prepara su campaña
electoral para hacerse con un puesto en el consulado romano. Su hermano
pequeño, Quinto, lejos de Roma, le escribe por carta una serie de consejos para
ganar las elecciones. Con la llegada de julio y las urnas –por aquel entonces
el voto ya era secreto- Cicerón logra la unanimidad de las centurias y supera a
sus rivales: Gayo Antonio Híbrida y Lucio Sergio Catilina. Marco Tulio Cicerón
comenzó a gobernar en el 63 a.C, quién sabe si gracias a las indicaciones de su
hermano.
Más de dos mil años después, las recomendaciones de
Quinto siguen dotadas de una rabiosa actualidad. A pesar de no contemplar, como
es lógico, las redes sociales, la importancia de la televisión, o la radio,
Quinto se adentra con sus consejos en lo más profundo del hombre. Con un
pragmatismo a veces cínico explora el arte de convencer y lo reúne de forma
diabólica en un pequeño frasco, como el más caro de los perfumes.
1.- LAS APARIENCIAS,
POR ENCIMA DE LO REAL
Quinto Tulio Cicerón advirtió a su hermano de que
la fugacidad de la campaña obliga al candidato a cuidar al milímetro sus
apariciones en publico y, en especial, a mimar su oratoria: “Por mucha fuerza
que tengan por sí mismas las cualidades naturales del hombre, en un asunto de
tan pocos meses, las apariencias pueden incluso superar esas cualidades. (…)
Tendrás que presentarte siempre tan bien preparado para hablar como si en cada
una de las causas se fuera a someter a juicio todo tu talento”.
2.- CUIDA DEL NÚCLEO
INTERNO Y DE TUS ‘AMIGOS’
El que luego fuera pretor y gobernador de la
provincia de Asia explicó así a su hermano mayor el win-win que supone
la relación entre un candidato y sus colaboradores más cercanos: “Procura que
aquellos que te deben algo se den cuenta de que no van a tener más oportunidad
que ésta para demostrarte su agradecimiento. (…) Cuentas con muchas personas,
haz que sepan la importancia que les das. Cuando eres candidato, la palabra
‘amigo’ tiene un significado mucho más amplio que en tu vida corriente”.
Sin embargo, Quinto contó así en su carta la
dificultad que entraña lograr el apoyo de los más íntimos: “Cuanto más
íntimo es un amigo, cuesta mucho más esfuerzo conseguir que te aprecie y que
desee que alcances el mayor prestigio posible”.
3.- CUIDADO CON LOS APOYOS INESPERADOS
“El agradecimiento puede venir de aquellos que te
deben algo y también de aquellos a los que les pueda interesar debértelo”,
escribió Quinto. Además, concretó, los apoyos siempre se dan por tres razones:
“Beneficios, expectativas o simpatía sincera”, aunque ésta última es la menos
frecuente.
4.- NO HAY NINGÚN
HOMBRE IMPOSIBLE DE CONVENCER
Quinto recomendó a su hermano no dar a ningún
votante por perdido. Para conseguir la aceptación de los más contrarios le
aconsejó colocarse cerca del poder: “No existe nadie de quien no puedas lograr
apoyo. Si te ganas la amistad de los hombres más importantes, podrás contar
fácilmente con la del resto”.
5.- LA ESPECIAL
IMPORTANCIA DE LOS INDECISOS
Una vez que convences a un indeciso, pensaba
Quinto, éste pelearía mucho más por tu causa que cualquier otro: “Si consigues
que deseen apoyarte los que están indecisos, éstos te apoyarán mucho”.
6.- LOS JÓVENES, UNA
IMPORTANCIA EXTRAORDINARIA
Así relataba Quinto a su hermano Marco la especial
importancia que cobra la gente joven en plena campaña electoral: “Alimenta la
esperanza de los más jóvenes. Su edad los empuja fácilmente a la amistad. Es
extraordinariamente grande y digno de admiración el celo que ponen estos
muchachos a la hora de buscar votos, de salir al encuentro de las gentes, de
propagar las noticias y de acompañar al candidato”.
7.- LA NECESIDAD DE LA
MULTITUD Y EL SÉQUITO
“De la afluencia del séquito se podrán deducir los
medios y apoyos con los que vas a contar. Considero muy necesario y conveniente
que vayas siempre rodeado de una gran multitud”.
8.- UN BREVE RETRATO
DE LOS ENEMIGOS
En un mundo lleno de “engaños, traiciones y
perfidia”, decía Quinto, existen tres clases de enemigos: “Los que se han visto
perjudicados por ti, los que sin motivo alguno no te aprecian y los amigos de
tus competidores”.
9.- ¿CÓMO CONVENCER A
UN ENEMIGO?
Dado que Quinto no daba a nadie por perdido para
apoyar una causa, explicó a Marco cómo convencer incluso a aquellos que le
despreciaban o se habían enemistado con él: “Justifícate ante los que has
perjudicado y hazles ver que, si te brindan su amistad, podrás ayudarles en el
futuro. Ante los que, sin motivo alguno, no te aprecian, dedícate a alejar de
ellos ese sentimiento hostil haciéndoles algún favor. Da afecto a los amigos de
tus competidores. Incluso si fuera necesario, para ganártelos, da afecto a los
propios competidores”.
10.- CÓMO LOGRAR EL
FERVOR DEL PUEBLO
“El pueblo desea que el candidato lo conozca por su
nombre, lo halague, mantenga un trato asiduo con él, sea generoso, suscite la
opinión popular y ofrezca una buena imagen en su actividad pública. Haz que
salten a la vista tus esfuerzos por conocer a los ciudadanos. Es necesario
simular aquellas cualidades que no posees. Procura ser accesible día y noche.
Abre las puertas de tu casa y también las de tu alma”, pidió Quinto a su
hermano mayor.
11.- EL ARTE DE LA
ADULACIÓN
Quinto consideraba la adulación algo negativo en la
vida corriente que, sin embargo, cobraba en campaña una gran relevancia. En
plena carrera electoral, apostaba por dominar este arte y transformarlo en
votos: “Aunque en la vida corriente constituya un defecto vergonzoso, se hace
imprescindible en una candidatura. La adulación es reprobable cuando los
halagos corrompen a un hombre, pero cuando lo hacen más amistoso, entonces no
tiene por qué ser tan censurada”.
12.- PROMETE
INCLUSO AUNQUE NO PUEDAS CUMPLIR
Quinto escribió un método que contemplaba la
victoria a pesar de todo. Hablaba de un pueblo vulnerable que el político podía
manejar a su antojo. Al ciudadano le gusta que le prometan, pensaba Quinto, y
por eso hay que hacerlo, incluso a sabiendas de que en un futuro esas promesas
no serán correspondidas: “Los hombres no solo quieren recibir promesas. Quieren
que se las hagan con liberalidad y deferencia. Aquello de lo que no seas capaz,
niégate a hacerlo amablemente o no te niegues; lo primero es propio de un
hombre bueno, pero lo segundo es propio de un buen candidato. A menudo surgirán
imprevistos que impedirán aprovechar la promesa a quienes la han recibido. Las
promesas quedan en el aire, no tienen un plazo determinado de tiempo y afectan
a un número limitado de gente; por el contrario, las negativas te granjean
indudable e inmediatamente muchas enemistades”.
Con cinismo, malicia jocosa y un pragmatismo
desbordante, Quinto Tulio Cicerón mandó una carta a su hermano llena de
argucias y triquiñuelas con las que ganar unas elecciones. Dos mil años
después, las promesas sin cumplir, la importancia de las multitudes, la
adulación y la esperanza de los jóvenes siguen marcando las campañas
electorales. Con este breviario electoral, Marco Cicerón ganó por unanimidad y
se convirtió en uno de los hombres más poderosos de Roma.
Fuente: El Español
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