29-03-2016
Las
encuestas publicadas hoy en diversos medios, traen una novedad: Verónica
Mendoza habría desplazado del tercer lugar a Alfredo Barrenechea y se
habría ubicado apenas a dos puntos del segundo en la contienda, el veterano
Pedro Pablo Kucyznski.
La verdad, sin embargo, sería otra: elevadas y
confiables fuentes indican que Verónica Mendoza en realidad subió al segundo
puesto de los estimados ciudadanos con 12% de adhesiones; y que más bien
PPK quedó ubicado en un tercer lugar, con 10.2%; situándose cuarto Barnechea
con 9 y quinto García con 7 puntos.
La reacción de Kuczynski subestimando al candidato
de Acción Popular e injuriando gravemente a la abanderada del Frente Amplio,
permiten suponer que el lobista norteamericano conocía ya este estimado, y lo
consideró confiable. Por eso estalló con ira desenfrenada, y tuvo una reacción
que no pudo controlar.
Más allá de la certeza de la información recogida,
hay que indicar que crecientemente la derecha va perdiendo en el Perú la calma.
Creía que la elección era “pan comido”, y que bastaba únicamente
convocar comicios y forzar campañas para asegurar que Keiko y García, en
mansa paz, disputaran una tertuliana segunda ronda electoral tras la cual –al
margen de sus resultados- ambos proclamarían la voluntad de forjar “un
gobierno de Unidad Nacional” para “afrontar la crisis” En otras
palabras, unir las dos vertientes de la Mafia, para devorarse mejor el banquete
servido.
Cuando asomaron algunas propuestas que pudiesen
hacer “sombra” a tan aviesos propósitos, tomaron la decisión más a la mano:
descalificaron candidaturas competitivas, y despejaron el camino. No tendrían
rival a la vista.
Pero como a veces ocurre en circunstancias como
ésta, la cosa se complicó. La operación destinada a descalificar a César
Acuña y Julio Guzmán fue tan burda, que la ciudadanía no volteó para
posar sus ojos en “los grandes” que quedaban en liza. Fue más bien en busca de
otros “chicos”, miró a AP y al Frente Amplio en busca de alternativas más
solventes. La reciente decisión del Jurado Electoral de “blindar” a Keiko no
hizo sino reforzar esa tendencia.
Así, se estancó la Keiko, comenzó a desmoronarse
PPK y quedó pasmado García, en un inamovible quinto lugar. Barnechea y Mendoza
iniciaron un ascenso en los estimados ciudadanos y cubrieron originalmente los
puestos 3 y 4, casi peleando el segundo lugar. Hoy Verónica se ubicaría allí
para espanto de la derecha más reaccionaria.
Este es tanto, que en la homilía de las Pascuas de
Resurrección, el Obispo de Arequipa tuvo la peregrina idea de llamar a los
fieles para que el 10 de abril no votaran ni por el uno ni por la otra. Será
pecado, les dijo, si lo hacen perturbando la paz de Cristo y poniendo en
grave riesgo la salvación eterna.
“¡Ay de los pueblos que contra Dios y España se
rebelen…!” decía
Gonzalo Rose en una supuesta “Proclama” atribuida literariamente a un supuesto Pastor
realista en los años de la Independencia “Saltarán las lagunas
sepultando poblados y campiñas / Rodarán las montañas de nieve, arrasando
consigo todo signo de vida / Abriranse los cielos y el agua cubrirá las
sementeras / Y vendrá la sequía e hincará los ojos de los hombres / y en los
caminos osamentas de cristianos y animales / serán desprecio aún para los
buitres…”.
Bien pudo haberles recitado el arzobispo mistiano
para asegurar que se acate la prédica evangélica inspirada sin duda en el prístino
pensamiento de Monseñor Cipriani.
La reacción de los voceros de la Mafia y sus
acólitos, y la ira desenfrenada de los afectados por los estimados de las
encuestas -las que se conocen, y las que se ocultan-; no puede subestimarse.
Nada es más peligroso, que el zarpazo de una fiera herida. Por eso hay que
mirar las cosas con calma y medir con cuidado cada uno de los pasos, tanto lo
que demos nosotros, como los que vayan por cuenta del enemigo.
Lo primero que hay que subrayar es la necesidad de
fortalecer la ruta emprendida. Fue correcta, desde un inicio, precisar cuál
era el enemigo principal en la contienda de abril, y centrar todos los
fuegos para derrotarlo aunque no electoralmente, por lo menos sí políticamente.
Y así ocurrió. Hoy la consigna de “¡Cerrar el paso a la Mafia!” se ha
convertido en una verdadera exigencia nacional. En Lima y en todo el país,
jóvenes y viejos, hombres y mujeres, ciudadanos del campo y la ciudad, civiles
y uniformados; salen todos a enfrentar la amenaza que pone en verdadero riesgo
al Perú y a sus habitantes.
Es posible entonces que en abril se dé el primer
paso, y en junio el segundo. Pero nadie debe cantar victoria. Hay que luchar
cada día para que ese propósito, se torne en realidad.
Por lo pronto, una tarea de honor es asegurar
el éxito apoteósico de la Jornada del martes 5 de abril. No será una
expresión partidista. Ni proclamará la adhesión a candidato alguno. Será una
masiva y maciza demostración que el pueblo no quiere más corrupción ni
impunidad, que le dice un categórico ¡NO…! a la Mafia y que está
plenamente dispuesto a defender la voluntad ciudadana para que no sea
perturbada ni distorsionada por las viejas camarillas del pasado.
Estas, de manera directa, y a través de los
Comandos de Acción del APRA habrán de procurar disturbios y violencia. Ella se
podrá expresar de dos maneras: a través de una contramanifestación en la que
grupos aislados busquen alentar gritos contra el Frente Amplio acusándolo de
“terrorista”, “senderista” y otras lindezas; o mediante la acción de supuestos
grupos “radicales” que inciten al caos y a la violencia bajo el pretexto de
combatir el “fraude electoral”.
No hay que olvidar que, durante la Marcha de los 4 Suyos,
fueron los fujimoristas los que incendiaron el Banco de la Nación en La
Colmena. Y no dijeron que ellos eran fujimoristas. Actuaron como
“revolucionarios auténticos” y “radicales de verdad”, para prender fuego al
edificio y asesinar vilmente a quienes se encontraban en su interior. Sólo
después, fue posible confirmar la identidad de los agresores: provenían del
SIN.
Cuando actuaron, buscaban muertos para adjudicarlos
al accionar de los manifestantes, a los que calificaron de “terroristas”. Hoy,
bien podrían hacer lo propio. Lo intentaron ya en algunos mítines de Verónika
Mendoza y se lo gritaron a ella en las concentraciones del pasado fin de
semana. Por lo demás, lo repiten hasta la saciedad en las redes: buscan
mimetizar la bandera del Frente Amplio con los símbolos de Sendero, para
desacreditar a una candidata en ascenso.
Cuidado, entonces. La concentración y Marcha del 5
de abril deberá congregar a todo el pueblo. Y ser la más formidable expresión
de una clara voluntad ciudadana: Ni impunidad, Ni Corrupción.
Y esa voluntad soberana y categórica, se habrá de
expresar después, el 10 de abril y el 5 de junio en las ánforas.
Sólo así será posible enfrentar los peligros que
acechan, vencer a la Mafia y abrir camino a la recuperación del país.
Gustavo Espinoza M. Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera
NUEVAS
ELECCIONES: EL FRAUDE AL DESCUBIERTO
La
República, Edición
Impresa del 27 de Marzo de 2016
Claudia
Cisneros
Está
pasando otra vez. Las similitudes con los vergonzosos entes electorales del
2000 son inquietantes. La misma ley que se usó para sacar de carrera a Acuña,
ha sido torcida, vejada y burlada por el propio JNE para blindar a Keiko. Con
este fallo (https://goo.gl/2c4t8u) “el fraude ha quedado al
descubierto”, como bien señala César Hildebrandt en su editorial del viernes
último.
En el
2000, Montesinos, ministros y congresistas, con anuencia de Fujimori,
sometieron al JNE para limpiar las tachas a Fujimori. Emitieron el fallo a la
medianoche del 31 de diciembre, entrando al feriado. (escalofriante recuento de
Montesinos, min 5:53 https://goo.gl/8jtYWX). Hoy, Keiko sonríe porque su Jurado
esperó el inicio del feriado largo, pasada la medianoche y ad portas de un
partido de fútbol, para limpiarla de las tachas: sin protestas inmediatas y un
solo titular de periódico.
“No haber
sancionado a Keiko es la mayor prueba de fraude de estas elecciones”, ha dicho
Hildebrandt. Apunta que Keiko violó la ley tanto o más que Acuña, que estas
elecciones están manchadas y carecen de legitimidad. El único modo de recuperar
la democracia y el Estado de Derecho es que se convoque a nuevas elecciones a
tiempo para el cambio de gobierno este 28 de julio, como lo propone César (http://goo.gl/2bYtwv).
Los
cuestionados magistrados del JEE (Miranda, Loayza y Vargas) han incurrido en
varias aberraciones jurídicas para salvar a Keiko y deberán ser juzgados por
ello. El artículo 42 de la Ley Electoral (http://goo.gl/fh1zTO), el mismo con el que se sancionó a
Acuña, es clarísimo en decir que se excluye al candidato que entrega dinero o
dádivas “directamente o a través de terceros”. Es decir, el dinero o las
dádivas no necesitan pasar por la mano de la candidata y ni siquiera ser del
patrimonio de la candidata. Basta con que la candidata esté protagónicamente
presente en esa entrega “en el marco de un proceso electoral”. En el caso
de Fujimori no solo ella era protagónica en la entrega, aun cuando el dinero no
lo entrega directamente, sino que a todas luces el evento es de intencionalidad
proselitista desde el momento en que la candidata y sus candidatos al congreso
están con pancartas, banderolas y números. No hay gran física nuclear en ello.
Pero hay
más, lo que los magistrados consignan en el punto 14 del fallo podría tener
graves consecuencias para ellos, pues aducen que: “la norma exige que se
acredite que el dinero que se pretende entregar provenga del patrimonio del
candidato”. ¿El problema? Tal como lo señaló la periodista Jacquie Fowlks (https://goo.gl/PwmN5E)
eso no aparece en ningún lugar de la ley, es un invento de los magistrados y
por ello podrían ser acusados de prevaricato. (http://goo.gl/Cs9Hdu).
Además,
el JEE dice en su resolución que el “evento del 14 de Febrero, se trataba de la
final de un concurso de baile organizado por el colectivo Factor K y no por la
referida organización política”. Citando el video del discurso en Harvard de
Keiko (https://goo.gl/ovXMh4),
el JEE no solo hace una vergonzosa interpretación de esas declaraciones usando
los argumentos de la defensa fujimorista como propios, sino que obvia lo más
incriminador, que Keiko dice que Factor K es un motor de impulso de su
candidatura y que están trabajando con ellos desde su partido. Sumémosle la
entrega de dinero antes de la ley y los premios y dinero después de la ley en
los concursos y ¿qué tenemos? ¿Evento cultural o evento proselitista con
fachada cultural? Factor K no es ni autónoma ni independiente del Fujimorismo,
es una fachada partidaria para hacer proselitismo con la juventud a cambio del
viejo asistencialismo demagógico de los fujimoristas: entregar regalos a cambio
de lealtades y votos.
En el
2000 Fujimori torció la ley para re-reelegirse con la Ley de interpretación
auténtica (http://goo.gl/Aq7dJg), hoy Keiko hace lo mismo al promover
esta aberrante interpretación de la ley de partidos para seguir en carrera.
Como dice Mirko Lauer, ha vuelto la Keiko de los 90 (http://goo.gl/cYLY7G . Tras arduos esfuerzos por separar su
imagen del corrupto régimen de su padre, por sobre casi el cadáver de su
torturada madre, cambió de discurso en Harvard, separación de algunos
impresentables del partido, Keiko 2016, tras el fallo ilegal que la salva, ha
superado a la Keiko de los 90. Bajo su batuta la mafia fujimorista está
operando de nuevo en ese intento por arrebatarnos otra vez el país y su alma.
Se deben convocar nuevas elecciones, como dice Hildebrandt. Mientras, toca
hacernos escuchar en las calles este 5 de abril y denunciar el fraude en
marcha.
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